sábado, 28 de agosto de 2010

Herencia Maldita - Cap 17 - Naty Celeste

Disclaimer: La Saga Twilight y los personajes originales son de la increíble Sthephenie Meyer, los personajes adicionales y la historia son mias (ojalá eso no sea algo malo XD)

Summary: El nunca quiso esto, todo lo que deseaba era ser normal, pero eso no era lo que el destino le deparaba al hijo de una híbrida y un licántropo.

Hola de nuevo! Bueno, acá les dejo el último capítulo del fic... FALTA EL EPÍLOGO! (que voy a subir pronto)
Muchos besos!

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Capítulo 17 Sacrificio

En cuanto fui capaz de calmarme, Meg volvió a dormirse. Miré la hora en el reloj de la mesa de luz, y marcaba cerca de las cuatro de la tarde. Suspiré y miré al techo durante bastante tiempo. Mi pesadilla no se había marchado de mi mente. Y el problema era que no era una pesadilla en realidad, era un futuro, uno posible y palpable… que bien podría estar a la vuelta de la esquina.

Tragué el nudo en mi garganta y me moví lentamente cuando escuché que la familia se acercaba a unos cuantos kilómetros -tal vez unos diez-. Me levanté muy despacio quitando a Meg de mi pecho y caminé por la habitación sin hacer ruido. Bajé las escaleras a la carrera y salí, para luego adentrarme en el bosque lo más rápido que pude en la dirección en la que los escuchaba.

- ¡William! –soltó Carlisle al verme-. ¿Está bien Meg? –preguntó apresurado. Asentí con la cabeza sintiéndome hipócrita. Por supuesto que ella no estaba bien. Esa era exactamente la razón por la que necesitaba hablarles. Sin embargo, sabía que él no se refería a eso.

- Necesito hablarles. A todos –agregué mirando cada uno de los rostros mientras se terminaban de acercar, instalándose como un público ante mí. Tragué en seco y aclaré mi garganta.

- ¿Qué sucede? –preguntó mi madre dando un paso adelante. Papá ya había salido de fase y estaba a su lado, como recordándome lo que perdería. El lazo entre ellos casi podía verse, tantearse. El nudo en mi garganta volvió a formarse, pero hablé a través de él.

- Necesito que transformen a Meg –solté de una vez.

- ¿Entonces accedió? –preguntó Carlisle dando un paso al frente. Fruncí el ceño.

- No exactamente –murmuré entre dientes.

- ¿Qué? –esta vez fue la tía Rose quien habló. Cerré los ojos al escuchar su tono de reproche. No querría escuchar lo que diría-. ¿En contra de su voluntad? –preguntó.

- Es la única salida –susurré con la voz quebrada. Había intentado sonar convencido, pero las manos me temblaban y mi corazón se estremecía con la idea.

Cuando abrí los ojos, Rosalie estaba a punto de replicar, pero Emmett la había acallado pasando un brazo por sus hombros y manteniéndola a su lado. Agradecí internamente, pero no tuve tiempo siquiera de respirar. Edward se hizo cargo de eso.

- Rosalie tiene razón, William… no puedes transformarla en contra de su voluntad -Rose asintió y Bella frunció el ceño.

- Pues la única opción que me queda es dejarla morir –anuncié estremeciéndome.

- No pueden estar hablando en serio –susurró Lexy desde el costado de Carlisle. Dio un paso adelante y enfrentó a los demás a mi lado. Se me formó un nudo en la garganta-. ¿Creen que todo estará mejor si la enfermedad simplemente sigue su curso? –preguntó levantando las cejas.

- La enfermedad fue lo que le tocó –replicó Rosalie, escupiendo las palabras. La miré sin ser capaz de creer lo que decía. No tenía idea de cuál sería mi expresión, pero vi por el rabillo del ojo cómo Jasper cambiaba el peso de su cuerpo de un pie al otro para acercarse un poco más a mí.

- Pues también le tocó formar parte de esta familia, Rose –anunció Bella a su vez, dando un paso adelante también, para unirse a nosotros. Mis ojos se abrieron como platos y Edward la miró anonadado-… Y eso significa que tiene otras opciones.

- Opciones y decisiones que deberían ser tomadas a conciencia –respondió Carlisle.

- No podemos obligarla a ser algo que no quiere ser –lo secundó Edward. Fruncí el ceño aún más.

- ¿Estás seguro que no quiere serlo? –preguntó Emmett. Rosalie le dirigió una mirada de muerte-. ¡Solo es una pregunta! –se excusó-. Quiero saber si pensó específicamente algo como “vampiros asquerosos, prefiero estar muerta”

Esta vez fue Edward el que hizo una mueca, aunque yo tampoco pude evitar reaccionar. La frase hizo que me estremeciera.

- No, en realidad no lo ha pensado. Sólo piensa en lo mucho que sufriría si William fuera un lobo y ella un vampiro. Sabe que sería imposible estar juntos.

- Claro que no –repliqué. La mitad de la familia bufó, desmintiéndome. Apreté los dientes y bajé la mirada.

- Y también… -agregó en voz baja. Todos lo miramos.

- ¿También qué? –preguntó Lexy.

- Bueno… cree que si William se transformara en híbrido de nuevo, la olvidaría –papá fue quien bufó ahora, al igual que yo mismo.

- Jamás la olvidaría –respondí con la mandíbula aún más tensa.

- Sabe que la imprimación es solo parte de tu lado lupino –explicó como si yo no lo hubiera interrumpido. Me temblaron las manos.

- ¿Y qué es lo que siente? –pregunté mirando a Jasper. Él hizo una mueca.

- Miedo –respondió simplemente. Solté un quejido.

- No puedo dejarla ir… -murmuré intentando convencerlos una vez más.

- Es que ese es el punto, hijo… -respondió mi padre acercándose un poco junto con mamá-. Algo así te destrozaría… si ella es transformada, jamás será lo mismo –susurró con la voz quebrada-. Un lobo y una vampiresa no podrían estar juntos.

- ¿Por qué no? –susurré.

- Mírate –dijo simplemente-. Ahora mismo estás esforzándote horrores por no transformarte. Sería imposible…

- No me importa… no puedo perderla.

- La perderías de todas formas –replicó en un hilo de voz. Apreté los puños con fuerza por la crueldad de la verdad en su comentario. Ya no había salida. De todas formas, miré a mamá de reojo y luego a él de nuevo, levantando la barbilla.

- ¿Tú la dejarías morir? –pregunté. Sus ojos reflejaron la tortura que le producía el simple hecho de escuchar esa palabra referida a mamá.

- Lo siento, William, pero no podemos arriesgarnos a transfor-

La voz de Carlisle se cortó cuando un sonido atrajo mi atención desde la casa. Un sonido sordo de algo cayendo al suelo.

- ¡Meg! –grité al tiempo que comenzaba a correr en esa dirección, seguido por las reacciones ligeramente más lentas del resto de mi familia. Unos cuantos segundos después estaba junto a ella, que se convulsionaba violentamente en el piso de la habitación. La abracé con fuerza para detenerla y que no se hiciera daño. Cada uno de sus movimientos se sentía como una patada al centro de mi corazón. Cerré los ojos y lloré en silencio junto a su oído mientras susurraba palabras que pretendían tranquilizarla. Solo fueron unos segundos, pero cuando finalmente se calmó, me parecía que habían sido horas.

Cuando mi familia logró hacerme reaccionar, me levanté y apoyé a Meg en la cama. Se veía desmadejada sobre el colchón, lánguida y sin vida. Cerré los ojos para evitar la imagen y le pregunté a Carlisle si ella estaría bien. Una mueca dudosa fue todo lo que recibí a cambio. No podía culparlo: la palabra “bien” era demasiado para una situación como esa. Tragué con dificultad y volví a cerrar los ojos mientras hablaba.

- ¿Despertará? –pregunté simplemente mientras lo escuchaba inyectarle algo a Meg en el brazo. Evité llorar, así tardaría más en responderme.

- Hoy sí –soltó después de suspirar. Abrí los ojos, pero no para inspeccionar su rostro. No miraba nada en realidad. No hubiera podido aunque quisiera.

- Acompáñame –casi ordené mirando en su dirección sin verlo realmente aun. Me incliné para darle a Meg un beso en la frente-. Vuelvo en un segundo –susurré y me volví para salir de la habitación.

Cuando cerré la puerta tras de mí me apoyé contra ella y cerré los ojos, masajeándome las sienes con el pulgar y el índice de mi mano derecha. Mi mano izquierda la mantenía a mi espalda, en el picaporte, por si escuchaba algún ruido dentro del cuarto. Por si Meg me necesitaba. Suspiré profundamente y abrí los ojos, aunque continué con la mirada clavada en el techo.

- No puedo seguir así… -susurré soltando el aire de a poco-. Esto es demasiado. No puedo seguir viendo cómo se desvanece la única oportunidad de salvarla. No puedo seguir viéndola sufrir, rogando por que cuando salga de un cuarto no sea la última vez que la vea con vida.

- Will… -escuché desde dentro de la habitación, y sentí que el aire volvía un poco a mis pulmones. Aunque por supuesto, no del todo. Giré el picaporte para que escuchara movimiento y supiera que no estaba sola, pero no entré. No me moví en ninguna otra forma. Sólo bajé el tono de mi voz para que no pudiera escucharme desde dentro del cuarto.

- Me pidió que la mordiera –anuncié de repente. Rápido, conciso. Miré al techo mientras hablaba, pero sabía cuáles serían las expresiones de la familia. Incluso sabía lo que estarían pensando-. Quiere asegurarse de que soy un híbrido. De que continúo siéndolo.

Casi podía imaginarme lo que pasaría por sus mentes en ese momento. Había un tema en el aire que nunca ninguno de nosotros tocaba. La razón por la que me había encerrado tanto tiempo en mi habitación. La razón por la que siempre me había considerado un monstruo: yo era ponzoñoso. Ese veneno era lo que me había llevado a morder a Becky. Las ansias, la ponzoña quemando mi garganta se había vuelto insoportable al sentir su esencia en el bosque ese día de caza.

Al parecer, sólo los hombres de esta estúpida especie salida de una pesadilla lo éramos. Mi madre seguro no lo había sido… pero Carlisle pensaba que sus genes podían transmitirlo sin necesidad de que ella lo fuera. Esa había sido la “explicación médica”. Especulaciones, solo simples teorías y nada más. Nada era seguro cuando se trataba de nosotros.

Escuché a varios protestar, argumentando que no sabíamos si aún seguía siendo venenoso… pero sólo continué hablando en voz baja, obligándolos a callar si querían escucharme.

- Estoy dispuesto a hacerlo –dije muy seguro-. Si no me dejan otra opción… si no quieren transformarla sin su consentimiento –corregí-, eso es lo que sucederá.

Bajé la vista del techo, irguiéndome un poco, intentando cuadrar mis hombros, y los miré uno por uno.

- No pienso dejarla ir. No es una opción –solté remarcando cada palabra, e inmediatamente después abrí la puerta y entré al cuarto, dejando a mi familia para que lidiara con mi advertencia. Tenía que decírselos. Tenían que saber que hablaba en serio.

- ¿Will? –me llamó Meg cuando me vio. Sonaba como una pregunta. Me acerqué para sentarme en la silla de un lado de su cama y le tomé la mano entre las mías.

- Sí… -susurré intentando que no se me quebrara la voz- ¿Cómo te sientes? –agregué apoyando el dorso de mis dedos en su frente, chequeando su temperatura, más como un movimiento mecánico que como algo realmente necesario.

Se incorporó sobre sus codos y miró alrededor. Parecía confundida. Le pasé un brazo por la espalda y la ayudé a incorporarse.

- Bien–respondió quedamente-… creo –agregó después un poco más dudosa. Fruncí el ceño, pero no pudo verlo.

- ¿Puedo traerte algo? –pregunté en voz baja. Negó con la cabeza y terminó de incorporarse para mirarme de frente. Hice mi mejor esfuerzo para controlar mi expresión.

Suspiró pesadamente y me senté en el borde de la cama para poder pasar mejor mi brazo por sus hombros. Estuve a punto de decir algo, de suplicarle de nuevo… pero no lo hice. Quise arrodillarme, quise tirarme a sus pies, pero me contuve. Simplemente pasé mi mano por su espalda con suavidad, intentando consolarla. Intentando que supiera que estaba ahí para ella.

***

Ocho meses ya habían pasado desde que supe que Meg no tenía otra salida. Su condición había empeorado sin que yo pareciera capaz de hacer algo para evitarlo. Millones de veces había sacado el tema de su transformación frente a mi familia. Y millones de veces había obtenido la misma respuesta: “no sin su consentimiento”.

Ahora permanecía de pie mirando por la ventana de su cuarto. Carlisle había acomodado una vía de suero y una pantalla con un “bip” constante a un lado de su cama. Todo era demasiado parecido a mis pesadillas.

A pesar de que la tenue brisa que llegaba desde fuera se sentía bien, mi corazón se rompía un poco más cada vez que el sonido constante se alteraba de cualquier forma. Sabía demasiado bien que sus latidos estaban contados. Sabía que se me acababa el tiempo, y sin embargo no podía hacer nada.

Ahora era Rosalie quien estaba sentada en el sillón que ubicaron junto a la cama. Ya no confiaban en mí para dejarme solo con ella. Establecieron guardias para… “protegerla”, según dijeron. No podía creer cuando escuché ese término. Como si yo no pensara más que en ella. Más que en buscar una posible solución.

Una lágrima se deslizó por mi cara cuando pensé en la conversación que habíamos tenido hacía dos días: la última vez que había estado consiente. Le había rogado que me escuchara, que estuviera de acuerdo… y una vez más me había rechazado. Hablar de algo así con Edward presente no había sido fácil, pero de todos modos no había tenido otra opción.

- Por favor… -supliqué una vez más.

- Lo siento –había dicho en voz baja y con un tono penoso. Esa era su respuesta cada vez yo era incapaz de controlar el dolor, que sin mi permiso, se escabullía en mi expresión.

- Dime que no me amas, y te prometo que no pondré objeciones –apreté los dientes para evitar las lágrimas, pero fue un esfuerzo inútil-. Dime que no quieres esto –susurré señalando con los ojos su mano apoyada en mi pecho, sostenida por las mías, y su expresión se volvió agridulce. Una pequeña sonrisa dolida se asomó por sus facciones.

Eso era. Lo sabía. Podía sentirlo. Era su adiós. Nuestro adiós. La última vez que la vería. Todos los días anteriores había estado esperando esto. Sabiendo que llegaría para arruinarme. Para matarme. Para acabar con todo. Era el final.

- ¿No lo entiendes? –susurró. Su tono aún más ahogado. Su mano libre vaciló un momento en el aire antes de posarse con delicadeza en mi rostro. Su piel se sentía fría contra la mía, y eso solo me recordaba lo que era. Lo que me separaba y me unía a ella al mismo tiempo-. He tenido todo lo que quería –agregó, y mi corazón se hizo pedazos de nuevo-. Pasé el resto de mi vida con el hombre que amo.

- No me dejes… -supliqué después de un segundo. Cuando vi que sus parpados se volvían pesados. Fue solo un murmullo, un ruego que llevaba toda la fuerza de mi corazón con él. Todos mis deseos y toda mi esperanza.

- Jamás te dejaré –respondió y me ofreció otra pequeña sonrisa, que a mis ojos se vio amarga.

Esas habían sido las últimas palabras que me había dicho. Ni siquiera había estado lo suficientemente atento como para decirle que la amaba. Confiaba en que lo sabía. Y lo había repetido mil veces desde que se había dormido, pero de todas formas, hubiera querido ver su expresión al escucharlo. Hubiera querido escucharla diciéndome que lo sabía. Suspiré y las manos me temblaron de nuevo. Llevaba tres semanas sin transformarme, y se había vuelto una verdadera molestia.

Ya no entendía a mi familia. El hecho de que yo había sido venenoso una vez, no significaba que siguiera siéndolo. Además… ¿qué daño podía hacer intentarlo en una situación como esta?

Después de todo… ¿ella no estaba muriendo ya? Y si en realidad era ponzoñoso… ¿no era transformarla, exactamente lo que debería hacerse?

- William –musitó Rosalie de repente, sacándome de mis pensamientos. Volteé rápidamente para mirar a Meg. Sus ojos estaban abiertos. Su expresión en blanco, su mirada apuntando al techo. No la había estado mirando, por miedo a que la imagen me atormentara. Era demasiado lastimosa: se la veía pálida, sin vida, triste en su sueño, que debería volverse eterno de un momento al otro.

Escuché la conversación abajo. Edward le hizo saber a Carlisle que Meg presentaba pensamientos consientes y este último subía la escalera, dirigiéndose a la habitación y quedándose fuera por si era necesario que entrara. Mi padre lo acompañó. No estaba seguro de porqué. Quizás para consolarme. O quizás para mantenerme controlado. Realmente no me importaba. Solo sentía dolor ahora. Solo eso… todo el tiempo.

Me acerqué y me senté en la cama con cuidado. Intenté fingir una sonrisa, pero no estaba seguro de haberlo logrado.

- Te amo –dije antes que nada. No podía seguir manteniéndolo en mi pecho. Su expresión cambió ligeramente y supe que me había escuchado. Cuando parpadeó, una lágrima desbordó de su ojo izquierdo y mojó su mejilla lentamente. La limpié con el dorso de mis dedos y vi por el rabillo del ojo que Rosalie miraba hacia otro lado, dándonos algo de privacidad. Agradecí internamente, pero no desvié mi vista de Meg. Ella no hablaba, pero sus ojos sí.

Comprendí que su expresión debía ser un reflejo exacto de la mía. Como un espejo. Vi el grito silencioso en sus facciones. La súplica ardiente y muda que las embargaba. Y todo lo demás me importó un cuerno. Tenía que intentarlo.

Cuando comprendí que no tendría otra oportunidad de salvarla, asentí con la cabeza en silencio, y una pequeña sonrisa se asomó por los pálidos labios de Meg mientras una lágrima mojaba mi rostro. Escuché la advertencia de Edward a Carlisle, y el sobresalto de Rosalie a un lado de nosotros… pero ya no podían hacer nada. Mis dientes estaban firmemente clavados en su cuello, y ya era demasiado tarde. Ya no importaba si la sed volvía y en mi intento de convencerla, la mataba. Ya no importaba nada más que lograr un último intento de mantenerla con vida. Sea lo que fuera que eso significara para mí.

Sentí el leve suspiro de Meg en mi oído, e inmediatamente después, la mano de Rosalie echándome hacía atrás con fuerza, tomándome del hombro. Me estremecí en el aire, transformándome antes de caer al piso sobre mi lomo. Había hecho lo posible por evitarlo, pero mi esfuerzo no había sido suficiente. Gruñí en dirección a Rosalie cuando su hedor se coló por mis fosas nasales, y luego de escuchar la puerta, vi a mi padre haciéndome frente… deteniéndome.

Lo escuchaba dentro de mi cabeza, pero no era capaz de entender sus palabras como algo con sentido. Nada tenía sentido más que mis ansias de destrozar algo, hasta que escuché el nombre de Meg. Papá lo había gritado mentalmente, haciendo que todo temblara de nuevo. El dolor era demasiado. Comprendí con un aullido que no había tenido éxito. Que Meg jamás consentiría transformarse en un vampiro luego de ver mi reacción. Luego de saber a ciencia cierta que yo era todo lo que odiaría.

Una puntada de dolor aguda y certera atravesó mi cabeza, para acompañar las que ya asediaban a mi pecho. Un grito desgarró el aire y casi rompió mis oídos. Este dolor era paralizante, estridente… insoportable. Aullé por cuanto mis pulmones lo soportaron, pero cuando callé finalmente, el grito continuó torturándome.

Abrí los ojos y noté a Carlisle detrás de la figura lupina de mi padre. Todo lo veía doble y borroso, salvo una cosa: a Meg. El grito salía de su boca. Intenté correr hacia ella, pero mis patas no respondieron. Quizás eso era lo mejor. Quizás debía mantenerme alejado. Otro quejido hizo que me estremeciera cuando ella se retorció sobre la cama y se tomó la cabeza con ambas manos.

La palabra “veneno” atravesó mi cabeza junto con el dolor, pero no estaba seguro de haber sido yo el que lo había pensado. Bien podría haber sido mi padre. Nada cuadraba en lo que sucedía. ¿Carlisle por fin la había mordido? Me ardió la nariz como si tuviera en llamas las vías respiratorias… y entonces fui consciente de que toda la familia estaba en la habitación. Varios en torno a Meg… y la mayoría a mi alrededor, en un intento seguro de lograr que me calmara. Intenté con todas mis fuerzas hacerlo, para lograr volver, pero era inútil. Era como si mil mundos se atravesaran en mi camino. Miré a Jasper suplicante, aunque con el hocico fruncido, y escuché cuando Edward le tradujo mi petición.

Luché por no moverme cuando el vampiro se acercó y posó su mano en mi hombro, enviando con más precisión la calma a través de mi cuerpo. El dolor no remitió, pero cerré los ojos para intentar ignorarlo.

“Déjenme ir” logré pensar con claridad por fin. Senti mi corazón vacío estremecerse y supliqué que mi cuerpo tuviera fuerzas suficientes para alejarme. Para sacarme de todo esto.

- No te dejaremos solo –respondió Edward. Me costó encontrarle sentido a las palabras. Y noté que también al resto de mi familia. Me concentré con todas mis fuerzas, y a través del dolor y la pena, volví a pensar con claridad. “No puedo soportarlo” argumenté. A pesar de que Edward y mi padre eran los únicos que me escuchaban, vi a mi madre acercarse a la ventana muy lentamente. La seguí con la mirada, atento, expectante.

- Vuelve pronto, por favor –susurró luego de abrirla y hacerse a un lado. Pensé en lo que sentiría cuando supiera lo que pensaba. Quizás, solo quizás nunca volviera. Ver a Meg de esa forma… sabía que era más de lo que podría soportar. Miré a Edward de reojo, pero su vista estaba clavada en Carlisle. Demasiado concentrado como para prestar atención a mis cavilaciones.

Cerré los ojos para evitar mirar a Meg retorciéndose, y salté por la gran ventana con un movimiento mecánico y lastimoso. Tomé un trote bastante lento para alejarme de todo. Deseaba con todas mis fuerzas pensar que estaría con ella a pesar de todo, sin importarme lo que fuera… pero ya no estaba seguro. Mi espíritu lobo se había alzado orgulloso, tomando control de lo que hacía, de quien era. Mi propia naturaleza me atormentaba una vez más, impidiéndome respirar.

Cuando logré dejar de escuchar lo que sucedía dentro de la casa que sería por siempre la tumba de nuestro amor, me detuve y me quedé quieto intentando respirar. Ahora moriría, incluso aunque continuara respirando, permanecería muerto por siempre. Pero Meg permanecería… incluso aunque fuera una vampiresa, de una forma u otra, el mundo no la perdería. Yo quizás sí, pero no el resto del mundo.

Perdí la cuenta del tiempo que pasé lamentándome por mí mismo. Jamás algo me había dolido tanto. El solo hecho de pensar en el corazón de Meg deteniéndose hacía que el cuerpo entero me temblara. Agradecía no haber visto el momento en el que Carlisle la había mordido. No creo que hubiera podido soportarlo.

Un aullido lastimoso rompió el silencio, ilustrando el dolor que me embargaba. El que casi no me dejaba mantenerme en una pieza.

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Falta el epílogo! Esperen unas cuantas lineas mas para matarme, porfavor! jaja
Besos!

13 comentarios:

  1. Llore, Naty, llore..
    Amo esta historia, amo a Will (L

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  2. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay pOr diOs
    te jurO qe me esttaba cOmiendO las uñaas
    enceriO nO maa... me dejjastte asi :O
    ii sip iiO tte mattare cOmO q me dejjas cOn estta incertidumbree jjajja buenO a ttOdOs haha
    buenO besOs Naty
    erees geniaaaalisimaa
    besOs sabOr cerezza-extracidditha
    attO: JeSs

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  3. Dioooos yo no te quieor matar estoy chille que chillle como lo haces???
    pobre Will se tenia qeu sacrificar no o se moria y el moria d e pena o la salva asi no puedan estar juntos yo me agarro duro a la dos ... NATY QUE FINAL MAS TRISTE PERO QUE TE MANTIENE ESPEOR CON ANSIAS EL EPILOGOOO

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  4. Naty... Me dejaste sin palabras, solo con lagrimas y mas lagrimas...! Esta genial el capi un poco mas y muero!!!
    Eres UNICA y por fa esperamos el epilogo... Esperando que todo de alguna manera se solucione para que Meg Y Will puedan estar juntos como merecen...!

    Muchos, muchisímos besos...!
    Y pos claro muchos aullidos para ti!!!!!!!!!!!!

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  5. hay nati pofavor ase secuela o algo me duele demasiado que termine aqui!!! t juro que ame a will y a meg con toda mi almaa!!!!! y este final aunque fue medio triste estuvo espectacular!!! mi istoria favorita!!

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  6. Bitchhh!!!! te mataria si no lo hubieses descrito tan bien, si no me hubieses hecho llegar todo el dolor que sentia Will, si la historia no fuera tan asombrosa... !me hiciste llorar!

    te quedo asombroso! asombroso! perfectooooooo!!!! amo esta historia!!! AAAAA mueroooooo!!! me da pena pero quedo tan jodidamente perfecto que me quedo "como si es tan desgarrador me emociono con cada letra???" y es que quedo asombroso, no puedo creer que este alla sido el capitulo final...

    me dara pena que Meg se muera.... se muere? no?... lo sabre en el epilogio...m7...

    te kiero mucho♥

    Mixxii

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  7. Naty pones en serio riesgo mi libertad... mi madre esta a punto de llevarme al psiquiatrico, jajaja grite como loca. Y siiii dan muchas ganas de hacerte algo, que crueldad pobre Will, porque le haces eso??? Necesito leer el epilogo, me urge.
    Me dejaste triste, con ganas de asesinarte y con mi garganta adolorida, jaja. Muchos besos.

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  8. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAY no puede ser cieeeeeeeeeeerto! Dsp de sufrir por lo que era,encauntra su sol! Y TU SE LO ARREBATAS NOOOOO! Pooorfavor hace una secuela! No nos dejes con estas ganas de asesinarte! Pobre Will sufre demaciadoo! ME DEJSTE CON LAGRIMAS EN LOS OJOS! Sos genial! Besos

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  9. Jebuuuuuuuuus!
    Dios dios...
    Y justo cuadno apso lo de la mprdida de Will y la muerte de Meg, mi reproductor de musica puso una cancion triste y melancolica y Dios!!!
    me tuvo pegada a la pantalla.
    Lastima que no se puede poner emoticones aqui, que sino... XD

    Ay Naty, yo no te mato... pero Ya sube nuevo capitulo XD o el epilogo o lo que sea pero YA!!!!


    BL's :D

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  10. hay dioosssss !! q capiiii porq me has dejado asiiiiiii no no se valeeeeeeeeeeeeeee el sufrimiento de will me mataaaaaaaa

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  11. NOOOOO!!!! No puedo creerlo despues de tanto sufrir....
    Como que falta el epilogo???? Hay que me da... jejeje
    Pero de igual manera lo espero con ansias
    sssssssssiiiiiiiiiiiiiiiii..............

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  12. el dolor de will en este capitulo es casi insoportablee...me imagino lo que sera para el vivirlo en cuerpo y almaaa...pobrecitooo..
    ahora no entiendom porque el cree q fue carlisle el q la mordioo..!!??
    sera por la confusion que tieneee..!!!???
    no se que pasaraaa..por favorrrrrrrrrrrrrrr..
    me da mucha lastima que tewrmine esta historia tan hermosa...pero todo llega a su fin y esta no sera la excepcion..!!!
    espero el epilogo con ansias...
    quiero saber q resulto de estooo..
    espero que sea un final feliz
    y de verdad creo y espero q aunque ella sea vampira....pueda estar con el...
    como lo lograron jake y nessiee..!!!

    besos enormes queridaaaaa..
    erees geniaall.!!!!

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  13. Naty me parecio estupendo el capitulo...dios que no se muera meg por favor...pobrecito de will awwwww...dios nena deseo tanto el epilogo por favor...no nos hagas sufrir tanto...un besito Naty linda cuidate bye estare al pendiente

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...