martes, 9 de noviembre de 2010

Jake y Nessie "Bienvenida" - Naty Celeste

Disclaimer: Jake y Nessie son de Stephenie Meyer y la historia es de Naty Celeste.
ADVERTENCIA:
Lemmon!! sobre aviso no hay engaño.

N/A: Ok, sé que hace como mil años que no publicaba, pero para ser sincera, últimamente escribir esta historia me cuesta horrores :S
Estoy bastante segura que este será uno de los últimos capis, espero les guste.
Les mando muchos besos, y voy a hacer lo mas rápido que pueda para darle un final.

*********************************************************

Bienvenida

Al salir de la casa Jake tomó las llaves de su auto del neumático trasero, donde las guardaba en un intento de no perderlas, y ambos nos subimos para ir a casa de mi familia. Me mordí el labio. Todo el asunto de ser una híbrida de verdad me ponía nerviosa cuando debía ir a la reserva.

Claro, no podía quejarme: todos los quileute se comportaban excelentes conmigo, y nadie nunca me había agredido, eso ni pensarlo… pero jamás había pensado en la posibilidad de tener que conocer a un nuevo miembro de la tribu, de la manada.

Jake puso el carro en marcha sin decir una palabra, quizás intentando darme un poco de espacio, pero notaba cómo me miraba de reojo de vez en cuando. No era una mirada amorosa… estaba nervioso. Podía notarlo. Podía sentirlo en el ambiente. O puede que solo fueran imaginaciones mías. Últimamente me estaba volviendo un poco paranoica. Especialmente con la ausencia de Jake y todo eso.

Lo miré cuando el hecho de que estaba conmigo se abrió paso en mi mente. Cuánto lo había echado de menos. Alargué una mano y la apoyé sobre mi rodilla con la palma hacia arriba. Menos de medio segundo después su mano ya estaba sosteniendo la mía. Sonreí hacia él cuando me miró, y me guiñó un ojo a modo de respuesta. No hice más que ruborizarme y sonreír más ampliamente. No tenía remedio cuando se trataba de Jake.

Suspiré cuando sentí cómo el calor de su mano volvía a sacarme del témpano en el que había permanecido los últimos días, y luego miré hacia afuera para distraerme. No podía ser que ese hombre me provocara reacciones tan fuertes con sólo una simple sonrisa. Con solo una mirada.

Pensé en algo más para intentar distraerme. Ahora deberíamos ir a ver a mi familia. No podía seguir pensando obscenidades si mi padre estaba cerca. Mucho menos Jasper, que no solo lo sabría, sino que lo sentiría. Hice una mueca con la boca. Lo había torturado lo suficiente los últimos días. Definitivamente no podía aparecerme ahora lujuriosa y enloquecida.

Además, ya tendría tiempo para seguir con Jake. No me separaría de él a partir de ahora. No lo soportaría. Ni siquiera si la impronta de Seth me odiaba y tenía que apañármelas con una loba enojada y temperamental. Fruncí el ceño y el miedo volvió a correr por mis venas.

- ¿Estás bien? -me preguntó Jake de repente, sacándome de mis pensamientos. Me sobresalté un poco al escuchar el sonido de su voz.

Le ofrecí una sonrisa fingida, y levantó una ceja en respuesta. Jamás había sido capaz de ocultarle cuándo algo iba mal. Simplemente me conocía demasiado bien. Me encogí de hombros un poco, intentando aparentar al menos algo de despreocupación, pero me siguió mirando. Peligrosamente atento para alguien que se suponía estaba conduciendo.

- ¿Qué sucede? -insistió en voz baja. A penas un susurro sobre el rugido del motor. Adoraba eso sobre Jake. Incluso a pesar de desearlo con cada fibra de mi cuerpo, él continuaba siendo mi amigo. Mi mejor amigo. Por eso tenía mi corazón. Por eso lo había tenido siempre.

- ¿Qué...? -comencé a preguntar, pero luego cerré la boca y fruncí el ceño.

- Dime -pidió. Negué con la cabeza y apreté mis labios con fuerza, convirtiéndolos en una férrea línea. Bufó frustrado y despegó su mano de las mías para cambiar la marcha del auto, estacionándolo a un lado del camino para poder voltear y mirarme de frente. Suspiré y bajé la vista al suelo, pero una de sus manos se posó en mi barbilla haciendo que lo mirara.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al mirarlo. De inmediato se alarmó y me abrazó con fuerza, acunándome en su pecho.

- Dime que sucede -suplicó con la voz estrangulada. Sorbí audiblemente y me alejé un poco para mirarlo. Tomé aire para hablar al ver sus ojos. Parecía torturado.

- ¿Qué harías si la impronta de Seth de verdad no me aceptara? -le pregunté con miedo a lo que pudiera responder. Soltó una carcajada y puso los ojos en blanco, pero apoyé mi mano en su rostro e hice que volviera a mirarme. Su expresión cambió de inmediato al ve la mía. Todo su cuerpo se tornó más serio. Frunció el entrecejo y lo pensó por un segundo.

- ¿En el peor de los casos? -preguntó. Asentí-. No quieres saberlo -me advirtió.

- Sí quiero -repliqué e hizo una mueca con la boca.

- Dejaría la manada -respondió. Se me formó un nudo en la garganta y negué con la cabeza.

- No puedes hacer eso -me regaló una sonrisa pequeña que jugueteó en las comisuras de sus labios.

- Haría cualquier cosa por ti -aseguró acercando su rostro al mío y rozando nuestros labios suavemente antes de alejarse-. Además... no sería la primera vez -susurró luego y la sonrisa se expandió libre por su rostro. Era cierto. En una forma, él había abandonado todo lo que conocía para que no nos mataran a mi madre y a mí, incluso aunque en el momento no supiera que lo hacía también por mí. Le devolví la sonrisa. No tanto por el comentario, que resultaba triste a mis oídos, sino por la forma en que sonreía. Era mi sonrisa. No lo había visto sonreírle así a nadie más en toda mi vida.

- Cierto, lo hiciste -coincidí-. Pero no querría que renunciaras a toda tu vida por mi causa.

Soltó una carcajada.

- Eso es completamente ridículo -dijo, su voz aún jocosa.

- A eso me refiero –solté, pero él negó con la cabeza.

- No, digo que es ridículo porque tú eres mi vida Nessie. Nada podría jamás hacer que me separara de ti -hizo una pausa y miró a otro lado-. Bueno, a menos que… -se quedó callado. El pánico recorrió mis venas.

- ¿A menos que…? -le insté. Dudó un momento, parecía estar buscando las palabras adecuadas para decir lo que quería. Sentía mi corazón acelerándose en mi pecho a cada segundo.

- La única forma… en que renunciaría a ti, sería si me lo pidieras -volví a respirar. No había notado que contenía el aliento. Lo golpeé con suavidad en el hombro y sonreí.

- Eres un idiota -solté, me miró con curiosidad y fingida indignación-. Por un momento creí que me dirías algo que podría llegar a ocurrir -sonrió de nuevo y se acercó para besarme en los labios. Alejó su rostro y me miró a los ojos mientras hablaba.

- No hay nada que pueda separarme de ti, Nessie. Nada. Ni los Volturi, ni las manadas, ni el mundo entero -mis ojos se llenaron de lágrimas y me acerqué para besarlo de nuevo.

- Tampoco a mí -susurré contra su oído al abrazarlo.

- Entonces es para siempre -murmuró. Sentí como el latido de su corazón se aceleraba.

- Para siempre -confirmé.

- Ten cuidado -me advirtió-. Quizás te haga cumplir esa promesa -musitó con un tono un poco bromista, pero que también tenía su nota de seriedad. Me reí y lo abracé con más fuerza.

- Para siempre -repetí, y él suspiró en mi cabello.

- Pues es un trato -agregó. Me moví un poco más lejos para besarlo, pero en cuanto mi mano bajó por su pecho, él se alejó y se aclaró la garganta. Parecía incómodo-. Creo que deberíamos ir a tu casa -dijo acomodándose para poner de nuevo las manos en el volante.

Fruncí el ceño, pero no insistí. El pequeño rechazo hizo que mi corazón se quejara en mi pecho, como intentando salir.

- ¿Todo está bien? -le susurré.

- Más que bien -aseguró. No dije nada más sobre el tema. Puse mi mano en mi rodilla de nuevo, pero aunque lo vi mirándola de reojo, esta vez no la tomó. Me preocupé, pero intenté no desesperarme.

Cuando detuvo el carro frente a la casa de mi familia, se bajó antes de que pudiera decirle una palabra. Fue al otro lado y me abrió la puerta, extendiendo una mano frente a mí para ayudarme a bajar.

Dentro, todo el mundo estaba en la sala. Alice había hecho un alboroto por el regreso de Jake. Justo como yo lo hubiera hecho si no hubiera estado deprimida por no verlo.

Un cartel en el centro de la habitación, sobre las puertas de la pared de vidrio leía “Bienvenido de vuelta”. Había un pastel, y algunos bocadillos salados. Sonreí a la par de Jake y no pude evitar que mis ojos se llenaran de lágrimas. Era más de lo que había esperado.

La sonrisa de mamá era increíble, y toda la familia se mostraba feliz a pesar de las narices ligeramente arrugadas. Aún no entendía cómo podía olerles a perro. Miré a la tía Al y le dirigí la mejor mirada de gratitud que pude. Hizo una pequeña reverencia a modo de broma. Me reí por un segundo y luego paseé la mirada por el cuarto.

No solo estaba mi familia, sino también Billy, Charlie, Embry y Quil. Busqué al lobo que más solía adentrarse en el nido de vampiros: Seth, y mi corazón se estremeció un poco al notar su ausencia. ¿Significaría su imprimación que ya no lo vería?

Jacob primero saludó a mamá, que estaba más cerca, luego a los chicos de la manada, más tarde a mi familia -escuché cómo agradecía a Alice por el gesto-, y finalmente se dirigió a su padre. Lo abrazó con fuerza y le dirigió una mirada significativa. Los miré por un segundo, intentando descifrar lo que sucedía, pero la mano de papá se posó en mi espalda para que volteara.

- Es bueno verte bien de nuevo -dijo mientras volteaba. Le sonreí y asentí con la cabeza. Me abrazó con el brazo que no mantenía aferrado a mamá.

Cuando nos separamos, mamá tomó mi barbilla y levantó mi rostro, girándolo a un lado y al otro para verme mejor.

- Y por fin tienes color en las mejillas -sonrió.

- ¡Sí! ¡Apetitoso! -murmuró Emmett cerca de mi oído, y luego chocó sus dientes mordiendo el aire. No lo había escuchado acercarse. Me reí con ganas. Vi de reojo que Jasper sonreía con Alice colgada de su cuello, mirándolo a los ojos. Y luego miré un poco más allá, y noté que Jake no estaba en el cuarto.

Miré a mi alrededor y tampoco vi a Embry o a Billy. Fruncí el ceño, pero justo cuando comenzaba a preguntar por ellos, Jake entró por la puerta trasera. Me buscó con la mirada por un momento, mientras cerraba la puerta a sus espaldas, y luego sonrió ampliamente en mi dirección. Ya no llevaba su camiseta. ¿Qué acaso intentaba torturarme? Miré los músculos de sus brazos mientras pasaba sus dedos por su cabello.

- Ugh… Bella, ¿te importaría…? -murmuró papá. Sentí la sangre inundar mi rostro cuando lo dijo.

- ¿A cual de los dos? -preguntó mamá en un susurro a penas audible. Claro que el tío Emmett se carcajeó de todas formas. Le lancé una mirada asesina, pero luego Jake se detuvo a su lado, mirándonos con el rostro sonriente y los ojos iluminados. No pude evitar sonreírle también.

- A ambos -urgió mi papá. Y Jake finalmente miró a los demás. Desde la risa de Emmett, pasando por mi rostro carmesí, la mirada de reproche y luego de alivio de papá, y hasta la expresión de concentración de mamá.

- ¡Oh! Lo siento… Gracias Bells -le sonrió con expresión culpable. Mamá le dirigió una mueca, y él sonrió aun más ampliamente, mostrándole todos los dientes. Al fin, ella puso los ojos en blanco y volteó para hablar con Alice.

Jake adoptó una posición relajada, con los brazos a los costados de su cuerpo y yo busqué su mano con la mía. Nuestros dedos se entrelazaron como si se tratara de una reacción automática. Descansé mi cabeza en su hombro e inhalé su perfume.

- No -le advirtió papá a Emmett con voz seca, que probablemente iba a hacer alguna broma de mal gusto. Mi tío hizo un puchero que se veía muy gracioso en un hombre de su tamaño, y luego se fue murmurando algo de que nunca lo dejaban hacer nada. No le presté atención y me concentré en la conveniente sordera mental de papá. Debería agradecerle a mamá luego.

- Así que… -volteé hacia Jake y solté su mano para enroscar mis brazos alrededor de su cuello, acercando mi rostro al suyo. Apoyé la palma de mi mano en su cuello, debajo de su nuca, e hice que me escuchara. “¿Qué tramabas antes?” su sonrisa se convirtió en una mueca inocente.

- Nada importante -respondió en voz alta. Diablos, detestaba que todos tuvieran que escucharlo. Le quitaba un poco de secreto a la idea de hablar solo entre nosotros. Levanté una ceja y me encogí de hombros.

- Bueno, entonces no te molestará que vaya a hablar un momento con tu papá -soltó una carcajada muda, pero cuando comencé a alejarme, se aferró a mi mano de nuevo.

- Mi papá volvió a casa -me dijo. Fruncí el ceño y miré a mí alrededor, buscándolo, pero tenía razón, no estaba por ninguna parte. Volteé de nuevo hacia él con un puchero.

- Tramposo -lo acusé. Rió y me besó en los labios. Iba a preguntarle de nuevo sobre lo que se traía entre manos, me asustaba que Billy tuviera que haber ido a preparar la reunión del día siguiente con el concejo, pero en cuanto los labios de Jake tocaron los míos, mi curiosidad se fue al caño.

Realmente era cruel que no acostumbrara ponerse camiseta. Paseé mi mano por su pecho pensando en el momento que acabábamos de pasar en el bosque y luego en el baño. Sentí el latido de su corazón acelerarse bajo mis dedos y sonreí maliciosamente. Suspiró llenando sus pulmones y desvió la mirada al techo. Sentí como sus manos se volvían puños a los lados de mi cintura, donde las mantenía, y mi sonrisa se amplió.

Pero de repente se aclaró la garganta y lanzó una mirada a Alice.

- ¿Qué tal algo de música? -sugirió. Como siempre, Al estaba más que dispuesta a llevar una buena fiesta, así que medio segundo después estaba junto al equipo de música, con lo que de seguro serían más de cien CD’s.

Cuando la música comenzó, Jake volvió a mirarme.

- ¿Me concede esta pieza? -murmuró en tono entre jocoso y formal. Escuché la carcajada de Emmett al otro lado de la habitación, pero luego la siguió un claro golpe, por lo que asumí que alguien más le había dado su merecido.

Tomé la mano que Jake me ofrecía y me guió unos cuantos pasos a la improvisada pista de baile, formada por haber movido los muebles a los lados de la habitación.

Volví a rodear su cuello con mis brazos, pero esta vez el rodeó mi cuerpo con los suyos, apoyando sus manos en mi espalda. Su calor caló hasta mis huesos de nuevo. Después de un par de canciones, enredé mis dedos en su cabello e hice que me escuchara.

“Estás consiente de que la música es rápida ¿cierto?” soltó una risa muda y me miró a los ojos.

- Lo sé -dijo-. Es solo que prefiero bailar contigo de esta forma -presionó sus manos en mi espalda, a la altura de mi cintura, y pegó mi cuerpo un poco más al suyo. Acercó su boca a mi oído-. Además, disfruto de poder pensar lo que quiera -susurró. Se me puso la carne de gallina, pero cuando levanté la vista, Alice nos estaba mirando con una mueca en la boca. Puse mi mejor cara de inocente y hablé a través de mi poder.

“Creo que podrías disfrutarlo aún más…” sonreí maliciosamente y simulé seguir bailando. “Aunque de verdad creo que deberías dejar de hablar” sentí su pecho vibrar contra el mío, quizás conteniendo un gruñido, y apoyé mi rostro su hombro. Cerré mis ojos y me concentré. Imaginé mis manos bajando por su pecho, para luego rodear su cuerpo y deslizarse hasta su trasero. Sentí su cuerpo entero tensándose y me moví al ritmo de la música. Claro que la verdadera música sonaba mucho más rápido, pero la canción que sonaba en mi cabeza, era más acorde con los movimientos que quería.

Imaginé mi cuerpo mucho más cerca de él… la piel de su pecho bajo mis labios y su cadera restregándose contra la mía. Esta vez el gruñido sí fue audible. Intenté no sonreír y pensé en mis labios subiendo por su cuello. Como si se tratara de un reflejo, Jacob hizo la cabeza a un lado para darle espacio a mi… ¿fantasía? Lo que fuera.

Apreté con más fuerza los ojos, concentrándome aun más, e intenté imaginar sus manos haciendo algo diferente. Se sobresaltó cuando hice que se deslizaran por la parte baja de mi espalda. Sentí las de verdad arrugando la tela de mi camiseta con fuerza. Seguimos bailando por unos minutos más, pero noté que su cuerpo comenzaba a temblar.

- Nessie, no creo que… -comenzó, pero hice que los dedos de mi yo imaginario se posaran en sus labios, lo que logró que cerrara la boca.

“No nos delates” susurré en su cabeza. Soltó un leve gruñido.

- Estás haciéndolo muy difícil -dijo de todos modos, pero luego agregó-: Bailar al compás de la música.

Me reí, disimulando también. Podía distinguir la forma en la que su temperatura aumentaba contra mi piel. Me mordí el labio e inhalé de nuevo su perfume. Su olor me resultaba tan atractivo… y aún más cuando destilaba esa tenue pero inconfundible nota de excitación, que me volvía tan loca.

- ¿Qué tal si nos sentamos? -sugirió en tono inocente. “¿Ya no quieres bailar?” pregunté. Hizo que diera media vuelta con mucha gracia y luego me abrazó por la espalada, moviéndose con la música y pegando su cuerpo al mío. Sentí su erección presionándose a mis caderas y sonreí sin poder evitarlo. Entendí porqué quería sentarse. Necesitaba disimular. Seguíamos moviéndonos, pero ahora él había apoyado sus labios en el costado de mi cuello-. Tengo hambre -mintió-. Vayamos a la mesa -asentí y fuimos a sentarnos.

Era lógico: quería sentarse a la mesa para que ésta lo cubriera. Bueno, al menos había manteles largos. Consideré por un segundo el sentarme en su regazo, pero descarté la idea de inmediato: eso no podía considerarse “disimulado”. A penas nos sentamos, en un rincón de la habitación y enfrentados al resto de la gente, él comenzó a hablar con uno de los chicos. De verdad parecía acalorado. Como si se esforzara por armar frases coherentes.

- Iré a buscar algo para comer –le indiqué. Sabía que ninguno de los dos tenía hambre, pero debíamos mantener viva nuestra coartada. Busqué unos cuantos hot dogs y algunas frituras de la mesa mas grande. Todo estaba distribuido como un bufé. Los llevé hasta la otra mesa, que parecía estar libre por si alguien decidía jugar a las cartas, o algo así.

Jake me miró mientras cargaba las cosas, como si hubiera estado a punto de levantarse para ayudarme, pero luego lo pensó mejor y agradeció con una sonrisa. Me senté a su lado. Quil se había ido y el permanecía solo, hundido en la silla y con expresión culpable.

Me acerqué y le tomé la mano como un gesto inocente. “Si sigues con esa cara, de seguro nos descubrirán” dije solo para él mientras me imaginaba a mi misma debajo de la mesa, pasando lentamente mi mano por encima de la tela de su pantalón, rozando su erección.

Se envaró de inmediato y casi pude escucharlo soltando un gemido por lo bajo. Juraría que saltó en su silla. Sonreí y comencé a parlotear sobre cosas sin importancia. Era complicado concentrarme en mantener una conversación trivial cuando en realidad mi cabeza se enfocaba en algo más.

Cuando la boca de “mi otro yo” se deslizó sobre por sobre su pantalón, atrapando el bulto que ya sobresalía tenso de la tela, Jake soltó un gemido muy por lo bajo y cerró los ojos, apretando los párpados. Adoré ver la forma en la que sus músculos de su brazo se tensaban bajo su piel morena, al igual que los de su mandíbula y su pecho.

Pensé que en realidad no era justo que pudiera pasearse sin camiseta delante de todos… delante de mí. Observé su pecho y la mano que nadie veía, la que solo estaba en nuestras cabezas, subió por su abdomen para acariciarlo. Deseé con todas mis fuerzas el poder sentirlo, y cuando apreté los ojos con fuerza, un cosquilleo caliente hormigueó por mi mano… la real. Sonreí con sorna.

Jake movió su cadera solo un poco, como si intentara liberarse de la presión de la tela, y dejó caer su cabeza hacia atrás por un segundo antes de recuperarse y abrir los ojos, volviendo a la realidad. Se estremeció cuando hice que sintiera mi boca de nuevo, esta vez con un poco más de fuerza sobre su miembro, a través de la tela.

- Harás que me maten –susurró en mi dirección, casi como un quejido. Le sonreí con picardía y cuando estaba a punto de replicar, Quil se nos acercó de nuevo. El cosquilleo en mi mano desapareció y maldije para mis adentros. Aunque de todos modos, sabía que podía sentirlo de esa forma si me lo proponía. Sólo sería cuestión de práctica.

- Hola Quil –lo saludé como si nada. Jake se aclaró la garganta, pero no dijo ni una palabra. Solo apretó los labios y noté como su rostro se tornaba carmesí. Hice que sintiera una mano sobre su entrepierna, masajeándolo. Se envaró aún más y tragó en seco.

- Chicos… -el lobo se rascó la cabeza, parecía increíblemente incómodo- no quiero ser aguafiestas, pero creo que… bueno, uno de ellos está… creo que lo están torturando –señaló la vista a sus espaldas, a uno de los sofás. Jasper permanecía sentado con las piernas dobladas bajo su cuerpo y un almohadón sobre la falda Mantenía la cabeza apoyada en sus manos con los dedos perdidos en su cabello. Busqué a Alice, pero no la encontré por ningún lado. Tampoco a papá ni a mamá. Me pregunté que rayos estaba pasando.

Volví a mirar a Jake, que se había relajado un poco por mi falta de concentración, y luego a Quil, que seguía exactamente igual de incómodo. Le ofrecí una sonrisa apenada.

- Gracias… -murmuré sintiéndome culpable.

- A sus órdenes–anunció haciendo una pequeña reverencia de broma. Dirigió su mirada a Jake y soltó una carcajada-. Contrólate, hermano –le dijo con tono jocoso, y luego volvió a circular por la fiesta. En cuanto nos dio la espalda, presioné con más fuerza en su miembro y Jake se quejó como niño.

- Detente –suplicó con un tono no muy convencido-. Esto califica como tortura –argumentó. Quité un poco la ilusión, pero un segundo después, la intensifiqué, imaginándome también de pie a sus espaldas, besando su cuello y paseando mis manos por su pecho. Cerró los ojos y dejó caer su cabeza hacia atrás un poco-. Iré a la sociedad protectora de animales –bromeó aún con los ojos cerrados.

“¿Qué dices si nos largamos de aquí?” le pregunté. Abrió los ojos de repente y miró alrededor, como si acabara de recordar que no estábamos solos, y luego buscó en la pequeña multitud. Nadie parecía prestarnos demasiada atención. Frunció el ceño y estiró el cuello para buscar.

- No podemos –murmuró en mi dirección, aunque sus ojos no se encontraron con los míos. “¿Por que no?” pregunté en su cabeza. Volvió a mirar nervioso a su alrededor y luego se mordió el labio con fuerza. En cuanto lo hizo, hice que mi ilusión lo besara, justo en ese lugar.

Me cubrí los ojos con mi mano libre y apreté los párpados con fuerza, intentando sentirlo de nuevo. Y así lo hice. De repente podía sentir su lengua rozando la mía, y no hice más que pensar en las posibilidades… las miles de posibilidades de ser capaz de sentirlo sin que tuviera que quitarse la ropa.

- Dios santo –se quejó en un hilo de voz, y luego se aclaró la garganta-. No creo que sea de buena educación –argumentó.

“¿Realmente estás preocupándote por los buenos modales justo ahora?” mi tono era burlón. Él solo tragó en seco. Hice que la exacta réplica de mí misma se sentara en su regazo, con las piernas abiertas, una a cada lado de su cadera. Dejó caer su rostro hacia atrás, frustrado. Una de “mis” manos se deslizó por su pecho y luego por su estómago, para después pasar con un movimiento natural hasta la entrepierna de la ilusión. Gruñó con fuerza cuando los dedos se movieron de arriba a abajo por toda la intimidad, y luego se quedó con la boca abierta cuando los quitó con suavidad y se los mostró descaradamente. Ella estaba tan húmeda como yo.

Una sonrisa cruzó por mi rostro real cuando hice que mi otro yo llevara sus dedos a la boca de Jake. Incluso antes de estar al tanto de lo que sucedía, ya estaba en movimiento. Jake jalaba de mi mano, llevándome hacia afuera. Sonreí sin poder evitarlo y me pegué a él. Ya no parecía importarle el pasar desapercibidos. Ni siquiera para que no lo mataran, solo quería irse, al igual que yo.

Se escurrió hasta la cocina y salimos por la puerta trasera. A penas estuvimos fuera, él pareció respirar con más dificultad, como si hubiera estado intentando contenerse. Me mordí el labio… ahora definitivamente no se contendría. Se veía como un animal enjaulado, desesperado por encontrar un lugar al que pudiéramos ir, finalmente, sus ojos se posaron en algo en la distancia y una sonrisa malévola se asomó en su boca. Seguí la trayectoria de su mirada mientras él comenzaba a tirar de mí de nuevo. Nos dirigíamos al garaje más grande, a un par de kilómetros de la casa.

Ahí era donde la familia guardaba todos aquellos autos que resultaban demasiado lujosos como para usarlos todo el tiempo en Forks. Suspiré, temía que tuviéramos que hacerlo en el bosque, nos habríamos arriesgado mucho a que alguien nos encontrara en un viaje de caza. En menos de diez segundos, ya estábamos frente al portón de metal del garaje. Escuché el ruido metálico cuando los pedazos del candado reforzado se esparcieron por el piso. Volvió a tirar de mi mano en cuanto hubo suficiente espacio como para entrar, y se apoyó contra la pared más cercana en cuanto estuvimos solos dentro. Dejó caer su cabeza contra la pared y tomó aire con fuerza. Parecía un humano después de correr una maratón, lo cual hizo que casi me sintiera culpable.

- ¿Estás bien? –susurré acercándome. Abrió los ojos y me quedé completamente helada cuando su mirada encontró la mía. No era más que puro fuego. Todo lo que había en ella era deseo, lujuria y excitación. Como un animal en celo. Con un movimiento rápido, tiró de mi camiseta y nos volteó a ambos, atrapándome contra la pared al poner sus manos a los lados de mi cabeza. Respiraba entre los dientes, y al hablar lo hizo de la misma forma.

- ¿Tienes alguna idea de lo mucho que me costó no hacerte mía justo ahí? ¿En frente de todos? –gruñó. La frase sonaba a reproche, pero no creí que estuviera enfadado. Aunque a pesar de su evidente ansiedad, aún no me había tocado-. Quítate la ropa –ordenó con tono posesivo. Lo miré con curiosidad.

- ¿Por qué no lo haces tú? –los músculos de su mandíbula se tensaron aún más.

- Por que no creo que alguna prenda sobreviva si lo intento –respondió de mala gana, y luego miró a mi cuerpo con intención-. Ahora, quítatela –ordenó de nuevo. Sentí como me humedecía aún más por el tono de su voz. Me sentía totalmente a su merced, aún más que de costumbre. Me mordí el labio y tomé la tela de mi camiseta de los bordes, para sacarla mientras lo miraba a los ojos.

Me desabroché los jeans mientras me quitaba los zapatos con las puntas de los pies y los pateaba a un lado. Me lo quedé mirando, deseando que se quitara él también algo, pero solo gruñó en mi dirección.

- Todo –indicó con la voz ronca. Sentí mi propia respiración acelerarse, casi equiparándose a la suya. Bajé mis jeans mientras lo miraba a los ojos y quité mi sostén mientras una sonrisa se asomaba por mi boca. Adoraba ser capaz de provocarlo de esa manera. Lo dejé caer a mi lado y él lo siguió con la mirada. Cuando regresó su atención a mí, yo tiraba de los lados de la tela de mis pantaletas. Había escogido unas de encaje que sabía le encantaban. Se mordió el labio cuando las deslicé por mis muslos y las dejé caer.

Antes de que la tela tocara mis pies, ya estaba completamente presionada contra la pared, con su boca en la mía y sus manos por todo mi cuerpo. Me estremecí al notar su enorme erección pegándose a mi vientre, casi intentando desgarrar la tela que la contenía. Su boca bajó rápidamente por la piel de mi cuello mientras su mano se deslizaba entre mis piernas, separándome con sus dedos. Gruñó contra mi clavícula cuando notó que no lo había engañado antes: de verdad estaba más que mojada. Su boca continuó bajando ansiosa por mi piel, y luego de detenerse un momento en mi pecho, lo sentí dirigiéndose directamente a mi entrepierna.

Me pegué más a la pared y tensé mis músculos cuando lo sentí soplar directamente en mi punto más sensible. Gemí cuando sentí sus dedos deslizándose por la cara interior de mi muslo y su mano levantándolo un poco para separar mis piernas y así lograr un mejor acceso. Apoyó mi pierna en su espalda y la mantuvo ahí con su mano, mientras la otra volvía a tantear mi entrada. Tragué en seco.

- Jake… no tenemos mucho tiempo –solté como pude, para hacerle entender que debíamos ser rápidos.

- Me importa un cuerno –replicó cerca de mi intimidad y sonreí sin poder evitarlo. Lo último que quería era que se detuviera. Dos de sus dedos me invadieron y arqué la espalda para sentirlos más profundamente. Eso no hizo más que acercarme a su boca, que no dudó en aprovechar la oportunidad.

Sentí su lengua rodeando mi botón y sus dedos comenzando a bombear con un ritmo constante y fuerte dentro de mí. Me mordí el labio intentando no gritar y sus movimientos solo se volvieron más rudos hasta que lo hice. Alternaba entre deslizar su lengua por toda mi intimidad, y usarla para dibujar círculos sobre mi clítoris. Creí que moriría si no lo tenía de inmediato dentro de mí.

Me estremecí cuando la primera oleada de placer me invadió, haciéndome saber que el orgasmo se acercaba. Aferré con más fuerza su cabello y sentí los dedos de la mano que sostenía mi pierna clavándose en mi muslo. Me quedé sin aire cuando aumentó la velocidad y sentí que mis rodillas se volvían de goma. Toda la habitación dio vueltas mientras me corría en su boca, pero solo bajó la velocidad un poco, sin detenerse.

Tomé aire con fuerza cuando fui capaz de hacerlo. Abrí los ojos con dificultad y lo vi mirándome con los dedos en la boca. Adoraba cuando hacía eso. Me mordí el labio. Dejó que apoyara en el piso la pierna que mantenía en su espalda y escuché cuando abría la cremallera de su pantalón. Bajé la mirada para ver qué tan excitado estaba. Su erección era más que notoria, y se me hizo agua la boca –y otro lugar del cuerpo- de solo mirarla. Sonrió con sorna al mirar mi expresión.

- ¿Lo quieres? –me preguntó descaradamente. Me estremecí y asentí con la cabeza. Su sonrisa se amplió y sentí sus manos rodeando mis tobillos.

Tiró de ellos haciendo que perdiera el equilibrio y cayera… justo en su erección. Sentí como me invadía hasta lo más profundo y solté un pequeño grito, en parte por la sorpresa, en parte por el dolor de una penetración tan repentina. Intenté levantarme un poco, pero me lo impidió tomándome de la cadera con fuerza.

- No te quites –susurró en mi oído. No estuve segura si sonaba como una orden o como un ruego. Me quedé quieta un segundo, apretando los ojos y jadeando, pero las ansias de ambos eran demasiadas como para detenernos por mucho tiempo. Gemí en una mezcla de quejido y placer cuando me moví de nuevo, comenzando un movimiento lento de cabalgata, hacia adelante y hacia atrás, a la vez que arriba y abajo. Lo abrazaba por el cuello para tener un punto de apoyo que no me estuviera penetrando.

Pegué el costado de mi rostro al suyo y presioné si boca contra su oído, respirando con dificultad. Sentí sus manos deslizarse hacia mi trasero y gruñó contra mi cuello.

- ¿Ya no te duele? –me preguntó entre dientes. Ahora su tono era desesperado y suplicante, aunque su voz no era más que un gruñido ronco. Negué con la cabeza, pero antes de que pudiera siquiera pronunciar una palabra, ya estaba presionada contra la pared de nuevo mientras me empalaba con todas sus fuerzas, apretándose contra mí en cada parte de mi cuerpo. Él permanecía arrodillado, conmigo acorralada entre el frío concreto y su caliente cuerpo contra y dentro del mío.

Su movimiento era frenético, casi furioso… y me volvía completamente loca. Me embestía penetrándome hasta lo más profundo en cada movimiento. Me estremecí de nuevo y lo sentí aferrándose a mí, dándose aún más fuerza. Inició arremetidas cortas, rápidas y fuertes que me llevaron a perder el control. Grité su nombre y escondí mi rostro en su hombro mientras me corría de nuevo, en un orgasmo intenso y agudo.

Me embistió moviéndose más ampliamente un par de veces más, mientras lo sentía viniéndose también. Solté el aire cuando él dejó de presionarse contra mí e intenté relajar mis músculos uno a uno. Ambos quedamos jadeando en el piso, él aún arrodillado, yo aún sentada sobre su miembro, sintiéndolo en mi interior.

Casi no podía moverme, pero jamás se lo diría, lo había disfrutado muchísimo, y el placer que me había dado superaba con creces el par de moretones que pudiera llegar a tener.

- Creo que está confirmado… -murmuró sin aire y la voz entrecortada.

- ¿El qué? –pregunté alejándome un poco para mirarlo.

- Me matarán –explicó como si nada. Hice un puchero y él se encogió de hombros con una mueca de despreocupación en la boca-. Valió la pena –agregó yo solté una carcajada muda y lo besé en los labios.

- No creas que será tan fácil –le reproché con tono entre jocoso y serio. Me miró con curiosidad-. Dijiste que nada te separaría de mí –argumenté-. Ni los Volturi, ni las manadas…

- Ni Edward, Bella y Jasper persiguiéndome con cuchillos y ballestas –concluyó. Me reí con ganas.

- Exacto –afirmé antes de besarlo de nuevo. Lo sentí volviendo a endurecerse en mi interior y me alejé para mirarlo con una sonrisa pícara en el rostro.

- Será mejor que nos marchemos –murmuró con expresión culpable-. No quisiera que se impacientaran por asesinarme –agregó mientras reía y salía de mi interior para luego ponerse los pantalones.

Comencé a vestirme y lo seguí cuando salió. No escuchaba demasiado dentro de la casa. Parecía estar completamente vacía. Me pregunté por un segundo de qué se trataba, pero luego agradecí al cielo que no hubieran escuchado mis gemidos. Todo tenía su lado positivo. Y ese pequeño escondite de seguro tenía muchos.

*********************************************************
Bueno, eso es todo... es bastante largo, pero no supe cortarlo. Lo hice con toda mi fuerza de voluntad... espero eso compense un poco el tiempo que tardé en hacerlo.

26 comentarios:

  1. OMG...! Ufff mucho calor demasiado...!

    Naty eres...? como decirlo...? Total e increiblemente super!!! >_<

    Me dejaste sin palabras... Muy bueno!!! :o :o

    Dore de Venezuela...............! n_n

    ResponderEliminar
  2. Excelente!! me encanto! gracias x continuar escribierdo naty!:D

    ResponderEliminar
  3. wow, me quedo sin palabras, me encanto Naty tu estilo es unico, uuff! debo confesar que hoy no voy a domir mucho por tu culpa y mi esposo te lo va agradecer mañana jajajaja...

    un gran beso cuidate divina

    ResponderEliminar
  4. Naty...
    Tu muy bien.... Jejeje...
    ammm... estoy asi como qe de =P
    Jajajaja hermosaaa!!!
    qe estes bien y ps... nos vemos...
    Jajajaja...
    (Lo siento las palabras nadamas no me salen)
    Jajajajajajajaj (risita nerviosa)

    ResponderEliminar
  5. WOOOWWW!!!
    mui buenoo!!! me encanto
    te felisito ,te qedo mui bien!!!
    besitos segui asi :)

    ResponderEliminar
  6. WOW,, tenia ganas de leer esta historiiaa ,e encantaa estaa muy lindaa :D wow,, creo k esta vez si le ira mal a jacob hehehehe oh, aki seguiree el la espera de mas :D
    gracias por seguir escribiendo

    ResponderEliminar
  7. dios dios que capitulo como siempre vale la pena esperar uno de tus capis me encanto la verdad siento que hay mucha calor hay si..... sigue escribiendo esta historia me encanta mucho eres genial besos y esperamos con ansias el proximo capi

    ResponderEliminar
  8. OOOOh mi Naty te quedo maravilloso graias por escribir este capitulo y hacerme vibrar con esta hostoria miles de graicas....
    se como te siente niña lo entiendo .....
    sabes congia en ti y en tu adorable mente .... mil gracias

    ResponderEliminar
  9. Naty... Dios tarda todo lo que quiera!!! jajaja un capi super intenso... sé como te sientes t lamento que estes abrumada por terminar cuanto antes esta historia... lamentablemente cuando la inspi te abandona mucho tiempo terminas "odiando" a tus criaturitas... mil gracias por no rendirte
    Ele

    ResponderEliminar
  10. Pero que capítulo tan intenso!!!

    Si prometes seguir escribiendo con tanta fuerza, por mí puedes tarda cuanto quieras.

    Esta historia es hermosa, en verdad deseo que encuentres la inspiración para crear, el equilibrio para seguir escribiendo y la templanza para que la termines.

    Aquí me tienes esperando con avidéz el siguiente capítulo.

    Que estés bien.

    ResponderEliminar
  11. woo que calor estoy encantada que sigas escribiendo esta historia yo que pensaba que no la ibas a terminar
    escribes maravilloso y a mi no me importa lo que tarden con estos cap de recompensa!!

    ResponderEliminar
  12. AMOOOOOOOOOOOOOOOOOO CON TODA MI ALMA ESTA NOVELAAAAA, PUBLICA PRONTO

    ResponderEliminar
  13. diossssssssssssssss...la emocion que tenia anohce cuando estaba leyendo este capitulo..!!! casi muero de una taquicardiaaa jajajaja
    me encantoo es poco, me fascino tambien se queda cortoo...estuvo genial espectacularr..!!!!
    cuando jake y nessie estuvieron juntos en el garaje yo dije aca la mata :P jajaja
    no quiero q se termine la historiaaa, de verdad me da mucha pena y lastima q te cueste tanto escribirla porque lo haces genial, no hay otra como vos salvo kokoro para escribir lemmons....
    espero que siga x un par de capitulos mas..!!!
    besos enormes natyyy..
    arriba esa insoiracion..!!!! :D

    ResponderEliminar
  14. Hola, la verdad muy bueno el capitulo, no importa que tardes en publicar pero continualo, escribes muy bien, no se nota que te cueste mucho trabajo terminarlos, de verdad muy bueno, cuidate, nos estamos leyendo, bye

    ResponderEliminar
  15. si que fue un cap largo,
    aunque esperaba conocer en este a la impronta de Seth.
    Pero no importa, porque el cap estuvo genial!!!!!!!!!!!!
    divino!!! por Dios!!!!!
    si no voy a pasar frio esta noche
    jojojojooj
    esta increible, eres divina con un talento impresionante
    Ojala escribas pronto el proximo cap

    Besos
    Sarita, saludando desde Chile

    ResponderEliminar
  16. Genial! Apasionante! hermoso!!! ♥ :D

    ResponderEliminar
  17. Hola Naty... para lo de el concurso solo son las reglas que aparecen si quieres mater a mas de uno ó si quieres hacerlo largo o corto es a tu gusto...
    besos y abraso
    que tengas un buen dia
    Anny

    ResponderEliminar
  18. pues creeme la espera valio la pena, estubo genial, me encanto, jejeje q fogosa la pareja, q bien se saben ocultar, besosss

    ResponderEliminar
  19. Naty, Natyyyy me has dejado... con la boca abierta y con unas ganas, dios que oso ke lo diga pero es que este capitulo estuvooo UUUfff!!! buenisimo...

    Besos.

    ResponderEliminar
  20. hola naty!!!!!!!!!!!! GRACIAS, GRACIAS, Y MIL GRACIAS MAS POR ACORDARTE DE ESTA HISTORIA!!! ES DE LAS QUE MAS AMO!!! Y A PESAR DEL TIEMPO NO PERDISTE TU TOQUE!!! POR FAVOR... NO TE PIERDAS!!!!

    ResponderEliminar
  21. mmm... este cap fue solo fuego oye desapareci como escritora pero sigo aqui como tu fiel lectora
    atte Y.O y A.N

    ResponderEliminar
  22. Oye excelnte historia me la lei en un día... sigue por favor que me encanto

    ResponderEliminar
  23. sigo esta historia desde el principio y me encantaaaaaaa! por favor, les ruego, pongan mas capitulosssss !
    este estuvo perfecto, me encanto...
    por favor pongan mas...
    los sigo siempre!!
    besooooooooooooos ! alduuu

    ResponderEliminar
  24. OMG!!!!!!!!!!!!!!!!! EXCELENTE RELATO!!!!!
    ANGELES

    ResponderEliminar
  25. omg me dejo con la concha palpitando de plcer mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmhhh

    ResponderEliminar
  26. cuando vas a continuar

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...