viernes, 5 de noviembre de 2010

Instintos Peligrosos - Cap 6 - Naty Celeste


Summary: Qué hubiera pasado si los papeles se hubieran invertido?

Disclaimer: Los personajes son de la grandiosa Stephenie Meyer, y la historia es mía =D

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Capítulo 6 Atrapada en la corriente

Cerca de las cuatro de la madrugada, tanto Edward como Bella intentaban recuperar el aliento. Quizás Bella no lo necesitara, pero en ese momento sentía como si fuera a morir si desaceleraba su respiración. Casi podía sentir su corazón golpeando contra su pecho, pero sabía que era imposible. Simplemente se trataba del de él, retumbando en su cuerpo a causa de la cercanía.

Justo entonces ella se encontraba debajo de él, con los labios apoyados en su piel. Al terminar, segundos antes, él había escondido el rostro en su hombro, dándole el acceso perfecto a su cuello. Bella cerró los ojos con fuerza, intentándolo. Sabía que debía morderlo, era su oportunidad. Habría otras, pero seguramente, ninguna mejor. Él estaba exhausto, demasiado agitado como para gritar, su sangre se notaba caliente y alborotada en sus venas, como un plato servido. La boca se le llenó de ponzoña de solo pensarlo, pero por alguna razón, sus labios no se retraían para dejar al descubierto sus dientes.

¿Qué rayos le sucedía? Lo observó incorporándose, sus mejillas aún coloreadas por la excitación, y su cuerpo brillante por el sudor. De todos modos olía de maravilla. Ella se mordió el labio y el sonrió de lado y se dejó caer a un lado en el estrecho colchón. Su respiración continuaba acelerada, así como el latido de su corazón, pero su mirada era tranquila. Jamás había estado más relajado.

Bella miró el techo por un minuto, temerosa de encontrarse con su mirada de nuevo. Era demasiado intensa. Tragó el veneno que se acumulaba en su boca y volteó finalmente. Él sonrió de nuevo y pasó las yemas de sus dedos por su rostro, acariciándola desde el nacimiento del cabello hasta la mandíbula.

Lo miró largo y tendido a los ojos, acomodando el ritmo de su respiración a la de él.

- Eres tan hermosa… -susurró casi sin sonido, parecía estarse quedando dormido. Ella le sonrió por instinto, pero cuando pensó en lo que hacía se preguntó por qué no había necesitado fingir esa sonrisa. ¿Por qué sería tan fácil comportarse naturalmente con él? No era más que un simple humano. Por un segundo, justo después de que los ojos de Edward se cerraran por el cansancio, una idea se cruzó por su mente.

Podía transformarlo. Podía tenerlo para siempre de esa forma. Con ella. Pero luego sacudió la cabeza descartando la idea. Eso era ridículo. A penas lo conocía. Y él era solo un niño. Un adolescente cualquiera. Nada especial –se repitió a sí misma.

Volteó para encararlo y lo miró durante un largo rato, prestando atención a la forma calmada en que respiraba, llenando sus pulmones con un ritmo tranquilo y regular. Después de un momento, sus ojos comenzaron a moverse. Estaba soñando. Por un momento deseó poder ver lo que ocupaba su mente, pero luego gruñó para sí misma y apartó la mirada. ¿Cómo podía ser que un humano la intrigara de esa forma?

Era ridículo… imposible. Incluso aunque lo transformara, todo lo que conseguiría sería un inmortal con el que probablemente no tendría nada en común, acosándola por el resto de la eternidad.

Cerró los ojos y deseó poder patearse a sí misma cuando notó que estaba considerando de nuevo la idea de transformarlo. Era patética. Tomó aire con fuerza, dejando que el ardor le quemara la garganta, tan exquisito como tortuoso. Abrió los ojos y lo miró, concentrándose en el latido de su corazón, ahora aletargado y sereno.

Le prestó atención a la sangre en sus venas, y sintió el veneno inundando su boca de nuevo. El chico era apuesto, cierto… pero tenía que considerarlo fríamente: no habría ningún tipo de futuro posible con él. Podría pasarla de maravilla en la cama con él, pero tarde o temprano lo mataría. Eso era inevitable. Y lo mejor sería hacerlo pronto. Se mordió el labio con fuerza cuando él se movió y una de sus manos se apoyó en su cintura. El calor que le recorrió el cuerpo, en forma de choques eléctricos, la dejó sin aire.

Maldición, tendría que hacerlo esa misma noche. No podía correr el riesgo de dejarlo pasar. Sacudió la cabeza y tomó aire de nuevo, sintiendo la sed tomando el control y comenzó a acercarse dudosa hacia su piel.

No supo exactamente porqué, pero sintió que la presión en su pecho se deshacía cuando la alarma del reloj la interrumpió. Ni siquiera había sido realmente consiente de la presión hasta que identificó lo que le sucedía. Estaba aliviada. Respiró tranquila cuando él abrió los ojos, en parte por que se sentía de esa forma, en parte para fingir que dormía.

- Demonios –lo escuchó murmurar con la voz pastosa, y fingió abrir los ojos, como si a penas estuviera despertando.

- ¿Qué sucede? –le preguntó con un tono que sonaba perfectamente cansado.

- Lo siento, no quise despertarte –se excusó él en un susurro, y luego se llevó las manos a la cara, restregándose los ojos-. Es solo que debo irme –sonó como una queja, pero no tardó en incorporarse y comenzar a vestirse. Cuando se sentó en la cama, Bella no pudo hacer más que observar los marcados músculos de su espalda marcándose mientras se inclinaba para atarse las agujetas. Consideró por un segundo el invitarlo de nuevo a la cama, pero luego sacudió la cabeza con fuerza.

- ¿No puedes quedarte? –murmuró en voz baja, no estaba segura si lo que quería era tomar su sangre, o su cuerpo. Él volteó el rostro e hizo una mueca con la boca en su dirección.

- Lo siento –repitió-. Es que un amigo y yo siempre salimos a trotar por la mañana –pero tu puedes quedarte unas horas, si así lo prefieres.

- ¿Nunca faltas? –levantó una ceja y lo miró al tiempo que él se levantaba para calzarse los pantalones.

- De hecho, no –respondió negando con la cabeza-. Si no voy, Carl sabría que algo sucede.

Bella dejó salir el aire que guardaba en sus pulmones y se dejó caer en la cama, cubriéndose los ojos justo como él lo había hecho antes. Otra vez se sentía de esa forma tan estúpida, tan ridícula. Se sentía… aliviada. Aliviada por no tener que matarlo para probarse algo a sí misma, aliviada por saber que no lo mataría ni siquiera por accidente por lo menos en las horas más próximas.

- ¿Estás bien? –le preguntó Edward apoyando una rodilla en el colchón e inclinándose sobre ella. Cuando sintió las yemas de sus dedos rozando su rostro, se descubrió los ojos para mirarlo. Sintió que el pecho se le inflaba por una simple mirada, y deseó no sentirse de esa forma. Deseó poder ignorarlo, desviar la mirada y marcharse sin mirar atrás. Ahora sabía que no sería posible.

Y el hecho de que él se acercara y la besara con tanta naturalidad y suavidad a la vez, solo hizo que estuviera más segura de ello.

- No quiero que pierdas tu trabajo –susurró luego de alejarse. Eso no hizo más que empeorarlo. Sólo le demostraba que se preocupaba por ella, cuando la única razón por la que estaba ahí había sido para matarlo. Cuando se fue, a penas eran las cinco. Dudó por un segundo, deseando poder llorar.

La frustración la embargaba casi tanto como la sed. Era la primera vez desde que la habían transformado en la que quería que un humano continuara vivo luego de su relación. Incluso más que eso: no quería que la relación terminara en absoluto.

Edward confió en que correr le ayudaría a despejarse la mente tanto como siempre, pero esta vez, no era suficiente. No podía dejar atrás lo que sentía, no podía encerrarlo en una parte de su cuerpo, como había hecho con tantos otros deseos. Cerró los ojos mientras estiraba sus músculos, extendiendo sus brazos por encima de su cabeza, y la recordó. Recordó la forma en la que la había visto, en que la había tocado, sin poder evitar estremecerse al recordarla susurrando su nombre.

Y luego recordó su sueño… su dulce sueño, alzándose como una realidad alternativa ante sus párpados cerrados. La recordó corriendo a su lado en el bosque, riendo y bromeando despreocupadamente… caminando aferrada a su brazo por el centro de la ciudad, orgullosa de mostrarse ante todos como parte de él.

De no ser porque Carl lo esperaba, hubiera vuelto arriba en un dos por tres, sin siquiera dudarlo. No parecía ser capaz de mantenerse alejado por siquiera unos minutos, sin pensarla constantemente. Jamás había conocido a alguien así. A una mujer tan impresionante, tan interesante… que lo atrajera tanto. Sentía que se desvanecería en el aire si no le veía de nuevo pronto. Como si simplemente fuera a dejar de existir, si ella no estaba ahí con él. Como una droga –pensó, y luego suspiró con fuerza y comenzó a correr. No tenía problema de volverse un adicto, si la droga podía ser tan increíble.

Por su parte, Bella gruñó al aire y se levantó para vestirse. Aún podía recordar con claridad la forma en la que la había besado antes de irse. Tan dulce, tan sincero. Y como si eso fuera poco, cada parte de su piel en la que la había tocado se sentía ardiendo, recordándole la electricidad que la recorría cada vez que la acariciaba. Bufó indignada consigo misma y miró por la ventana para verificar que no hubiera nadie alrededor, antes de saltar al jardín trasero de la casa.

La sed la estrangulaba con demasiada intensidad y todo lo que quería era matar a alguien. Lo necesitaba. Pero por más que intentó concentrarse, el único aroma que le llamaba la atención era ese rastro. Inconfundible y agobiante. Era él. Podría encontrarlo con tanta facilidad como si se tratara de alguien que conocía de toda la vida. Y eso hizo. Sus pies comenzaron a seguir ese aroma tan irrazonablemente familiar.

Lo observó a la distancia, desde el bosque. Corría a una velocidad bastante alta para ser un humano. Incluso dejaba a atrás a su amigo continuamente. Se dedicó a seguirlo, sigilosa, escondida entre las sombras de la noche y los árboles. Lo miró con detenimiento, su corazón golpeando en su pecho por la carrera, el sudor bañando su cuerpo.

Cuando se obligó a sí misma a dar un paso en su dirección, un nudo en su garganta hizo que ya no pudiera avanzar. Era demasiado. El latido de su corazón la llamaba, la tentaba, pero no podía ser quien lo detuviera. No podía hacerlo. Cuando él se alejó de nuevo, ella volvió a correr para adelantarlo y poder ver su avance de nuevo.

Se apoyó contra el gran tronco de un viejo árbol y contuvo el aliento.

- Así que… -murmuró Carl casi sin aliento, llamando la atención de Edward.

- ¿Sí? –preguntó éste.

- Escuché que Jessica te invito al baile –por alguna razón que no pudo entender completamente, Bella se envaró, mostrando los dientes a la nada. Edward asintió-. ¿Irás? –concluyó su amigo, pero él ya estaba negando con la cabeza.

- No me interesa Jessica –soltó en tono cortante. No parecía querer continuar con la conversación, pero Bella jamás había escuchado un tono tan sincero.

- ¿Tania? –adivinó el otro. Una vez más, las manos de Bella se volvieron puños.

- Nop –respondió de nuevo, y una sonrisa se asomó por su rostro. Claro que Carl no la vería, Edward ya estaba demasiado adelante como para que pudiera verle la expresión-. Vamos, te reto –lo apremió.

Una sonrisa también se extendió por el rostro de Bella, que aún seguía con la mirada clavada en la curva en la que habían desaparecido. No podía creerlo. La estaba protegiendo. A ella. Aspiró aire con fuerza y de nuevo su aroma la golpeó repentinamente. Cerró la boca y apretó los puños de inmediato, intentando luchar contra el deseo de perseguirlos y morderlos a ambos. No podía hacerlo.

Comenzó a correr con toda la velocidad de la que era capaz, adentrándose en el bosque para escapar de sus instintos, de sus ansias. Esperó encontrar algún excursionista perdido, pero no tenía tanta suerte. Todo lo que fue capaz de detectar, fue un enorme león de montaña, preparándose para cazar.

A penas escuchó el pesado latido de su corazón, no pensó dos veces antes de atacarlo, clavando sus dientes en la cálida piel del animal en a penas una milésima de segundo.

Al sentir la tibia pero extraña sangre inundando su boca, un pensamiento recorrió su mente de igual manera. Una certeza que la recorría por completo, llenándola de miedo… Y es que de una cosa estaba completamente segura: ya no había vuelta atrás. Estaba, y siempre estaría completamente enamorada de Edward Cullen.

17 comentarios:

  1. AAAAAAA, ADORE EL CAPITULO TUFLA!! Describes esto a la perfeccion, una lucha interna, el deseo de comerselo y el deseo de comerselo... jajaja en ambos sentidos. Me encanta, amo la historiaaa!!!!!!!!!! este Edwardd grr, y ese Carl me cae mal jajjajajaja

    AAAAA, Te quedo asombrosooooooooooooooooooooooooo!!! sublime!

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  2. Aww!!! Esta super enamorada esta vampiresa!!!! q lo muerda, q lo muerda!!! jeje :c
    Te quedo genial este capitulo, esta historia me gusta y mucho!!!

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  3. diosss me encanta, por favor publica pronto ya quiero leer mas plisssssssssssss

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  4. hahaha naty wOw wOw wOw y mas wOw xDD
    esttaa re nicee jjejje azO azO estta Bella
    si me gusttaa jjejje asi muii salvajje haha ii nO timidaa xDD haha geniaal enceriO NatY xDD
    ere wenisimaaaa siguee deleitandOnos cOn tuss hermOsas histOriaaas bss
    attO JeSs...

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  5. Que forma tan impresionante la tuya de narrar los roles invertidos de Edward y Bella; sin duda un gran capítulo.

    Esperaré atentamente el siguiente capítulo.
    Que estés bien.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. AAUUUUUUUUUUUUUUUUUUU.¿No pediais un aullido, pues ese es el mio.JEJE.
    El capi esta ginial, Edward como siempre protegiendo a Bella, incluso siendo el humano y Bella la Vampiro.
    Besos.

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  8. Jo pe Naty, que maravilla de capitulo que te quedo, esta historia me tiene loca la verdad, como lo haces, es que el ver a ese Edward tan enamorado y ella tan angustiada por unos sentimientos que no creia tenre hasta ahora, maravilloso nena
    estare impaciente de leer el proximo capitulo, un beso
    irene

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  9. wauuuuuuuuuu jaja esta genial , esta historia me encanta y a ese edward lo amo jajaj y esa bella que se lo quiere comer en los dos sentidos jajaja yo estoy de acuerdo en que lo muerda pero no para chuparle la sangre si no para convertirlo calro esta, te felicito esta genial, publica pronto hayyyy pero falto el lemmon
    saludos desde colombia

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  10. OOOOH Naty!11 niña me dejas completment e extasiadam, anonada con esta bell.. me encanta esta vez sea ella la que sufr por y no Edward... si que si te has apuntado un punto mas... sabes que me dejas loca cada dia te adoro

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  11. wow,, estaa muy lindo el capi,, esta historiaa me encantaaa,, espero con ansiaz el siguiente capii,,ya kiero saber lo k ara bella

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  12. Hola
    hace poco que sintoniso la historia
    muy muy buena
    ya me atrepo jaja
    ojala te pases por mi casa
    un beso

    Luna

    >_< >_<

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  13. Chaaaaaaa..... ME ENCANTA ESTE ED... ESTAN HUMANO...JAJAJJA.... SE KE ME ADELANTO MUCHO PERO ME GUSTARIA LEER LA PARTE EN KE ED LE PIDA A BELLA KE LO CONVIERTA....JAJAJ....DE LA MANERA QUE ESCRIBES ME ASES DUDAR SI SOY ANTIBELLA AL 100%... POR KE DE LA BELLA KE ESCRIBES ME CAE BIEN COMO ES... TIENE ESE INSTINTO DE MALDAD KE AMI ME GUSTA...

    UN CAPI INTERESANTE.... ADEMAS SE DIO CUENTA QUE ESTA ENAMORADA DE EDY...JAJAJJA

    BESOS

    kAMMY

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  14. Increible me encanto el cap
    esperare muyyyy ansiosa el proximo
    cap amo la pareja que hacen bella y edward estan
    puro ese amor!

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  15. SI!!!! lo acepo pero, quien puede resistirse a edward? jaja me encanto el capi en especial la lucha interna mientras lo perseguia nos leemos!!!

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  16. siiii!!! como caimos todasssssssssssssssssssssssss! dios lo amoooo

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  17. Ahy te extrañe durante tu ausencia te quedo muy bueno (como siempre)

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...