sábado, 28 de noviembre de 2009

Lazos Prohibidos "Cap 03" - Naty Celeste


Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer y la historia es mía :D

Summary: Los licántropos encontraron formas de infectar a los humanos, pero los vampiros no se dejarán vencer en número. Una guerra atormenta al mundo cuando los dos bandos se enfrentan en una batalla sin fin. Todos deben elegir, o la elección será tomada por ellos. ¿Puede el amor de Jake y Nessie enfrentarse a cualquier cosa?

Advertencia: Lemmon. Si eso no les gusta, por favor, no lo lean...


Me desperté deseando que el resplandor que entraba por la ventana no fuera la luz del Sol. Había sido la noche más perfecta de mi vida, y sólo la mejoraba el hecho de despertar en sus brazos. Abrí los ojos cuando sentí sus dedos deslizándose por mi pelo. No recordaba cuándo me lo había soltado. Su sonrisa era radiante y calida. Demostraba más felicidad de la que recordaba haber visto en su rostro en años.

- Buenos días –se mordió el labio. Me acurruqué más cerca de él y recargué mi cabeza en su pecho.

- mmm… no quiero que sea de día –murmuré escondiendo mi rostro en su pecho-. ¿Qué hora es?

Besó la parte de arriba de mi cabeza y comenzó a pasar los dedos de arriba abajo por mi espalda. Yo tampoco recordaba haber estado tan feliz en toda mi vida.

- Casi las seis –fruncí el ceño. Eso significaba que mi tía se levantaría en apenas una hora. Debía irme ahora si planeaba volver a salir de mi casa algún día. Suspiré profundamente, aspirando la mayor cantidad de su perfume que me fue posible.

- Debo irme. –Esta vez fue su pecho el que se infló con un suspiro, y luego el aire despeinó mi cabello.

- Lo sé –sonaba resignado-. Puedo ir a verte en cuanto Mary se vaya al trabajo –me ofreció. Levanté mi cara, apoyando mi mentón en su pecho para que pudiera ver mi ceño fruncido.

- Para eso faltan más de cuatro horas –rezongué. Sonrió, evidentemente satisfecho por mi respuesta.

- Bueno, por lo menos no debes ir a la escuela –me susurró- tenemos todo el día para nosotros.

Sonreí de nuevo y le planté un beso donde apoyaba mi cara antes de levantarme. Me miró mientras buscaba mi ropa, envuelta en su sábana. Me observó desde la cama mientras buscaba mi sostén y me sentaba para ponerme los jeans. Cuando me calcé las sandalias me paré para dejar caer la sábana y terminar de ponerme la blusa y subirme los pantalones. Me até el pelo con el moño que encontré en el piso, y apoyé una rodilla en la cama para darle un corto beso de despedida. Me incorporé de nuevo y me dirigí hacia la puerta.

Cuando estaba por salir, sentí que tiraba de la parte de atrás de mi ropa para atraerme a sus brazos. Me abrazó un momento y luego me besó el cuello.

- Te veo en cuanto tu tía salga por la puerta. –Me di vuelta y pasé mis brazos alrededor de su cuello para besarlo.

- Te amo –le susurré una vez más.

- Yo más. Y para siempre.

- Pase lo que pase –terminé. Me fui en cuanto reuní la fuerza de voluntad para despegarme de su cuerpo.

Salí por la puerta de atrás y volví a escalar por la enredadera hasta llegar a mi habitación. Cuando no debía ir a la escuela, solía dormir hasta las nueve, así que creí que se vería sospechoso si entraba a ducharme a las seis de la mañana. Quizás sólo estaba paranoica, pero de todas formas me quité la ropa y me puse mi camisón para tenderme en la cama y pretender que había dormido ahí toda la noche.

Por supuesto que me fue absolutamente imposible quedarme dormida. Todo lo que hice fue mirar al techo pensando en lo que había pasado la noche anterior. La sonrisa de la cara no se me quitaba por nada. Ni siquiera cuando intentaba pensar en algún resultado desafortunado para la relación. Y es que en el fondo sabía que esa no era una posibilidad. Jake y yo estábamos hechos para encajar, nunca había estado tan segura de algo en toda mi vida.

Después de casi tres horas de dar vueltas en la cama, me levanté con mi camisón para que mi tía pudiera verme “recién levantada”. Todavía tenía el pelo alborotado y las ojeras por dormirme tan tarde y despertarme tan temprano, así que no tenía que actuar demasiado. Por suerte, porque todo el mundo siempre decía que era una pésima mentirosa. Algo sobre mis ojos delatándome, y cosas así. Mary decía que lo había heredado de mi madre, que ella era tan transparente como un vidrio. De todas formas, evitaba pensar en ello. Era bastante doloroso, incluso después de tantos años.

Luego de saludar a Mary –y asegurarme de que me hubiera visto- me fui a dar una ducha rápida. Quería estar presentable para cuando mi tía se fuera. O mejor dicho, para cuando Jake llegara…

Cuando terminé, me puse un vestido de tonos azules apretado en la parte de arriba y suelto en la de abajo, que me llegaba hasta la rodilla. Quería verme bonita, y tenía entendido que ese vestido me favorecía. Más tarde desayunamos un par de tostadas con café mientras le contaba la película de ayer. Siempre me parecía gracioso lo asqueada que parecía cuando detallaba las escenas de peleas y mutilaciones exageradas. Nunca habían sido sus favoritas.

Alrededor de las nueve y media, el reloj comenzó a avanzar el triple de lento. Ya no tenía de qué hablar sin comentarle mi pequeño encuentro con Jake de anoche, así que nos limitamos a escuchar la radio y ordenar las cosas que había por el comedor. Cuando finalmente se hicieron las diez, acompañé a Mary hasta el porche y la vi alejarse con su auto como siempre lo hacía. Aunque esta vez, además de despedirla… quería asegurarme de que se fuera.

Entré y cerré la puerta con llave, pero me quedé parada pensando en si era correcto llamar a Jake. Quizá pudiera mandarle un mensaje de texto. Si, eso haría. Así si estaba dormido, simplemente podía no contestarlo y seguir descansando un rato. De verdad se lo merecía. Saqué mi teléfono del bolsillo y me quedé parada frente a la puerta intentando descifrar qué escribir. “No hay moros en la…”

- Bu –sentí su boca en mi oído y pegué un salto. Se rió mientras me daba vuelta con el corazón latiéndome a mil por hora.

- Eso no fue gracioso –lo golpeé suavemente en el pecho y se rió más fuerte cuando le saqué la lengua.

- Si lo fue. –Su sonrisa no me dejaba pensar.

- ¿Cómo entraste? –se me acercó y apoyó sus brazos en la puerta, a los lados de mi cabeza, acorralándome contra ella. Pasó su cara cerca de mi cuello, primero inhalando, y luego haciendo que su aliento me estremeciera.

- Por la ventana de tu cuarto. Te dije que llegaría cuando te tía se fuera.

- mmm… -de nuevo su olor hacía que me diera vueltas la cabeza. Podía distinguir el perfume a jabón y crema de afeitar que había usado en la mañana.

- Espero que no te moleste…

- mmm… -repetí. En mi mente no había nada más. Sonrió y se acercó más para rozar sus labios con los míos. Primero sólo me besó, y luego apretó su cuerpo al mío, presionándome contra la puerta. Creo que mi celular cayó al piso cuando pasé mis brazos alrededor de su cuello… pero ya qué. De todas formas, la única persona a la que quería llamar vivía en la casa de junto.

Alejó su rostro justo cuando mis pulmones amenazaban con colapsar y apoyó su frente en la mía.

- ¿Pudiste dormir? –me preguntó un poco agitado. Negué con la cabeza- Tampoco yo.

Me mordí los labios cuando me lo imaginé dando vueltas en la cama con la espalda descubierta. Creo que me puse un poco colorada, porque sonrió cuando me vio el rostro.

- ¿Qué quieres hacer hoy? –le pregunté para desviar el tema. Sólo se quedó callado mirándome. Tragué con dificultad- ¿ya desayunaste?

- Nop.

- Vamos, te prepararé algo. –Iba a quejarse. De seguro algo sobre que no tenía hambre o que no era necesario, así que tomé su rostro entre mis manos y le di un rápido beso en los labios antes de tomarlo de la mano para llevarlo a la cocina. Se dejó remolcar todo el camino y luego lo senté en una de las sillas que rodeaban la mesa. Apoyó un codo en la mesa y su barbilla en la mano, mirándome mientras desparramaba todos los ingredientes por la mesada. Lo miré y puse cara de inocente.

- Oh, lo siento ¿Alguna preferencia? –se lo pregunté con los huevos en la mano. Sabía que adoraba los huevos revueltos con tocino. Rodó los ojos y me reí. Cuando terminé de cocinar, le serví bastante en un plato y me serví un poco para que no se quejara de que le estaba sirviendo como mucama. Eso era típico de él. Comió con ganas y pidió repetir mientras decía que estaba rico y cosas de ese estilo. Cuando terminó, empecé a juntar los platos, pero su mano atrapó mi muñeca.

- ¿Qué haces? –me preguntó como si hubiera hecho algo de otro mundo. Me encogí de hombros. No estaba segura a qué se refería.

- Junto los platos. –Negó con la cabeza y chasqueó la lengua.

- Tu cocinaste, yo lavo –le sonreí y puse los ojos en blanco.

- Sólo tomará un minuto –argumenté mientras me acercaba a la mesada para tomar el delantal. Pero él fue más rápido. Lo tomó y se lo puso sin que pudiera evitarlo. Me reí con ganas cuando se puso en pose para que lo viera. El delantal era rosa con unos volados blancos en los bordes, y le quedaba casi como un babero.

- Que sexy –solté entre dientes intentando no reír a carcajadas.

- Gracias. –contestó levantando la barbilla. Y luego rompió a reír conmigo. Cuando recuperamos el aliento, se acercó a la pileta y lavó todos los platos en unos minutos. Los fui secando mientras me los daba y los guardé en sus respectivos lugares.

Guardé la última sartén en la alacena de abajo y cuando volteé lo vi mirándome fijo.

- Ese vestido es increíble –me dijo relamiéndose los labios inconcientemente. Sonreí y susurre un patético “gracias” mientras un hormigueo me recorría el vientre. Sólo el hecho de sentir su mirada fija en mí, me volvía loca y mandaba oleadas de calor por todo mi cuerpo.

- ¿Puedo quitártelo? –dijo en tono de broma pero con una pizca de seriedad en sus ojos. Me reí con ganas y asentí, señalando el delantal.

- Seguro. ¿También te lo quieres probar? –Se rió y me sacó la lengua mientras llevaba las manos a su espalda para deshacer el nudo. Le sonreí.

- Te ayudo –no fue una pregunta. Me acerqué y lo rodeé pasando una mano por su abdomen y paseándola por su costado para quedar de frente a su espalda. Deshice el apretado nudo y le quité el delantal por encima de la cabeza, rozándolo con los dedos por encima de su camiseta negra.

Volteó en cuanto la tela cayó al piso, y me besó envolviéndome en sus brazos y despegando mis pies del suelo. Pasé los míos por su cuello para que no tuviera que sostenerme en vilo. Cuando nuestras lenguas comenzaron a jugar levanté mis piernas y crucé mis tobillos en su espalda, rodeando su cintura. Lo sentí estremecerse y acariciar mi muslo subiendo la tela del vestido.

Dio unos pasos por la habitación y me apretó contra la pared, presionándose contra mí de nuevo. Jadeé cuando lo sentí a través de la tela y giré la cara al techo para poder respirar. Todo lo que quería era sentirlo dentro de mí de nuevo. Su boca bajó a mi cuello mientras sus manos recorrían mis piernas.

Tomé su camiseta por el final y se la quité intentando sentir la mayor cantidad de su piel como me fuera posible. Su abdomen marcado, su pecho musculoso… incluso me las arregle para tocar sus brazos mientras le indicaba que los quitara de la prenda uno a uno. Cuando se la quité, tomé un extremo de la camiseta con cada mano y la pasé por detrás de su cuello para atraer su boca a la mía de nuevo. Su lengua parecía deseosa de la mía. Y yo no me quedaba atrás, lo deseaba… y justo ahora.

Me estremecí y analicé la posibilidad de arrancarle los pantalones en la cocina. Quizás no fuera una buena idea, con mi suerte, Mary podría volver y encontrarnos haciéndolo sobre la mesa. Fruncí el ceño e intenté esforzarme por recordar algo que no fuera su nombre o su cuerpo.

- Podemos… ir arriba –sugerí con la respiración entrecortada. No creí que las palabras tuvieran sonido, pero al parecer Jake me escuchó, porque comenzó a caminar hacia las escaleras, conmigo encima, cubriéndole la visión. No parecía presentarle ningún problema caminar sin tener idea de por donde iba.

Pero dejé de preocuparme por el tema cuando sus manos se movieron a mi trasero para que no me deslizara de su cadera. Lento pero seguro, entramos a mi habitación. No supe cómo abrió la puerta, pero tampoco estaba en mi lista de prioridades averiguarlo. A penas dimos un paso en el cuarto, nos volteó para apoyarme contra la pared de nuevo. Dejé caer la camiseta que todavía tenía alrededor de su cuello y comencé a quitarle los pantalones. Los malditos botones presentaban un verdadero problema cuando las manos te temblaban por la excitación.

Me puso en el piso para tener las manos libres y buscó en el bolsillo trasero de sus jeans hasta sacar un preservativo. Esta vez estaba más preparado. Terminé con los botones y bajó la tela lo suficiente para que dejara al descubierto su erección. Mientras se lo ponía, me bajé la ropa interior y la dejé caer a mis pies. Sus ojos se abrieron como platos y parecía intentar concentrarse en la protección. Cuando terminó, puso sus manos en mi cadera, tomando la tela del vestido y subiéndola para quitarlo por encima de mi cabeza. No llevaba sostén, con intención de provocarlo, así que eso me dejó sin prenda que coser.

Lo escuché gruñir, y sentí cómo me humedecía todavía más mientras miraba mi cuerpo de arriba a abajo. Todavía estaba apoyada a un lado de la puerta. Así que me sentía un poco sensible al ser explorada por sus ojos, pero cuando éstos llegaron a los míos, todo lo que pude distinguir en ellos fue deseo. Me mordí el labio y comenzó a besarme de nuevo. Ahora se movía más seguro que anoche. Bajó una mano por mi pierna y la dobló contra su cuerpo para quedar en mi entrada. Me sentí desfallecer cuando comenzó a entrar en mi cuerpo. Se detuvo y me indicó con la mirada que subiera la otra pierna. Me sostuve de sus hombros y salté un poco para hacerlo.

Gemí y tiré del cabello de su nuca cuando me apretó contra la pared de nuevo, invadiéndome centímetro a centímetro firmemente, pero todavía con cuidado. Cuando estuvo completamente dentro de mí, siguió presionando sus caderas contra las mías con fuerza. La sensación era increíblemente excitante. Me sentí vacía cuando se alejó para volver a hacerlo, esta vez aplicando un poco más de fuerza e impulso. Una de sus manos apretó mi seno mientras su boca jugaba con mi oreja, rozando el lóbulo con la lengua.

- Más… fuerte –no sabría decir si lo susurré o lo grité, pero sabía que se estaba controlando, y quería que se dejara llevar por completo. Quería que fuera todo mío. Que lo disfrutara tanto como yo.

Sentí su respiración entrecortada en mi cuello cuando su otra mano buscó el marco de la puerta para aferrarse a él… y cuando lo hizo, comenzó a embestirme con mucha más fuerza, restregándome contra la pared una y otra vez, ahora sin cuidado. Dios. Esto debía ser el cielo.

Intenté evitarlo, pero un grito de placer se escapó de mi pecho. E hizo lo que me temía: redujo la velocidad.

- No… por favor… no pares… -y con eso volvió a incrustarse en mí hasta lo más profundo de mi cuerpo. Ahora no debía reprimir los aullidos que burbujeaban en mi garganta cuando su cadera golpeaba contra la mía.

- Jake… -comencé a verme acorralada por el placer cuando una oleada de calor partió de mi bajo vientre hacia cada parte de mi cuerpo. Siguió moviéndose constante, aferrándose al marco de la puerta para tomar impulso.

- Jake… -apreté los ojos y giré la cabeza al techo para intentar respirar. Todo el aire había dejado la habitación cuando el orgasmo me atravesaba desde la cabeza hasta la punta de los pies. Me mordí el labio y disfruté de la sensación mientras Jake bajaba la velocidad, probablemente atontado por su propio placer.

Redujo la velocidad de a poco y luego se apretó mucho contra mí, sin soltar su mano de la puerta. Podía sentirlo en los más profundo mientras me contraía a su alrededor, palpitando por el placer de los espasmos que me seguían invadiendo.

Alejó su cara de la mía y me miró a los ojos antes de quitar un mechón de cabello de mi rostro y acomodarlo detrás de mi oreja. Se quedó quieto un segundo y luego me dio un tierno beso en los labios y me cargó hasta la cama para recostarme con cuidado, nuestros cuerpos todavía fundidos el uno con el otro.

Me desmadejé sobre el colchón y solté el aire que tenía guardado en el pecho como si no hubiera respirado en días. Se alejó de a poco y se recostó a mi lado, mirando al techo e intentando recuperar el aliento tanto como yo.

Después de unos segundos, volteó y se apoyó sobre un codo para darme un beso en los labios. Sonreí y le acaricié la cara. Parecía agotado. Miré de reojo la hora. Era casi la una. Reclinó el rostro sobre mi mano y cerró los ojos. Pensé que quizás necesitara algo de comer, pero no me gustaba la idea de alejarme de él para ir a abajo. Así que sólo me acurruqué contra su pecho y también cerré los ojos. Me tranquilicé escuchando su respiración, que luego de un par de minutos, se había vuelto profunda y acompasada. Me sentía como en una nube, no podía concebir que existiera algo más relajante que el sonido de su corazón bajo mi oído o la hermosa y ligera sonrisa que su rostro conservaba incluso en la inconciencia.

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Me despertó un fuerte ruido que provenía de abajo. Me incorporé como con un resorte para sentarme en la cama y Jake hizo lo mismo.

- ¿Ya volvió tu tía? –me preguntó con cara de desconcierto. Me encogí de hombros y le di un pequeño beso antes de ponerme de pie y buscar mi vestido y ponérmelo, junto con mi ropa interior.

- Iré a ver, quédate aquí –le susurré. Ambos miramos la hora. Eran cerca de las siete. No podía creer que hubiéramos dormido tanto. Le hice una seña de que se quedara callado y tomé su camiseta del piso para alcanzársela.

Me fui y cerré la puerta intentando no hacer ruido. No era raro que estuviera en mi habitación, pero me sentía como si tuviera que proteger a Jake, mantenerlo en secreto. Y por alguna razón, eso incluía actuar como un personaje de Misión Imposible. Caminé de puntitas hasta el comienzo de las escaleras, pero cuando estaba a punto de bajar, escuché voces. Voces que no conocía.

- Vamos… sabemos que vives con alguien más.

El corazón me subió a la boca. Habían entrado ladrones. Las escaleras se curvaban en la mitad, impidiendo que alguien me viera desde abajo, así que me agaché en el piso para poder identificar cuántos eran. Había tres hombres hablando con mi tía como si nada, no parecían nerviosos ni armados.

- Vivo sola. Siempre he vivido sola –contestó Mary con la barbilla en alto. Me estremecí, me estaba protegiendo. Ella sí parecía nerviosa, pero lo ocultaba a la perfección.

- Vamos, Jeremy, no dirá nada, perdiste. Deja de jugar. –Contestó uno de los hombres. Era muy pálido, y de rasgos masculinos… los tres lo eran. Intenté juntar las fuerzas para ir hasta mi habitación y llamar a la policía, pero me quedé helada con lo que hicieron luego. El que no había participado de la conversación se acercó a Mary con aires de superioridad. Mi tía no parecía entender lo que sucedía, y yo tampoco. De pronto, el hombre se inclinó sobre ella y apoyó sus labios en su cuello. Mi tía se quejó y entendí que la había mordido. Suprimí el grito que me subía por la garganta. Debía pensar claro si quería escapar de esto. El hombre alejó su boca y Mary cayó al suelo inconciente.

Me moví lento y pegada al piso para volver a mi cuarto mientras los hombres reían alborotados en el piso de abajo. Cerré la puerta tras de mí y Jake se alarmó de inmediato al ver que toda la sangre había huido de mi rostro. De seguro debía estar blanca como un papel.

- ¿Ness? Ness, ¿estás bien? ¿Qué sucedió?

- Debemos irnos. Ahora. Me miró un segundo y luego asintió sin saber lo que sucedía, pero confiando en mis palabras. El miedo debía ser más que evidente en mis facciones. Se acercó a la ventana, miró hacia fuera, y luego me tendió la mano para que bajara primero. A penas puse los pies en el suelo, Jake comenzó a bajar. Estuvo a mi lado en unos segundos.

- Vamos a mi casa –me sugirió.

- No. –negué con la cabeza intentando pensar claro. Mi voz sonaba muerta- Debemos alejarnos.

Me tomó de los hombros y buscó mi mirada.

- ¿Qué sucedió? –Mi mente todavía no podía aceptarlo, mucho menos entenderlo… y ni hablar de explicarlo.

- Mataron a Mary –fue todo lo que pude pensar para darle una idea de la situación.

- ¿Qué? ¿Quién? ¿De qué estas hablando?

- Aquí no. –Corrí con Jake siguiéndome y mirando hacia atrás inseguro, como cuidándonos las espaldas. Saltamos la cerca de su casa, y la siguiente. Yo estaba sin aire en cuanto llegamos al patio trasero de la casa de la esquina. Las imágenes de lo que acababa de pasar me azotaron con fuerza, y no pude hacer nada para evitar los sollozos. Jake me envolvió en sus brazos evitando que me desplomara contra el suelo y lloré contra su pecho sin poder contenerme. Me besó la parte de arriba de la cabeza, mientras pasaba sus manos por mi espalda para calmarme.

- Ness, por favor, dime qué sucedió –su voz estaba quebrada, como si a duras penas lograra que el sonido saliera de su boca. Busqué la palabra en mi cabeza, dándole vueltas a la imagen de los ojos rojos y la boca ensangrentada del atacante de Mary… del asesino de mi tía.

- Vampiros –solté. Ni a mi me parecía creíble, pero era lo que había visto.

- Nessie, por favor, intenta calmarte, pensar claro…

- Vampiros, caníbales, no se lo que fueran, pero mataron a Mary, Jake –volví a llorar y a esconderme contra su pecho. Me abrazó más fuerte por un segundo y ambos levantamos la cabeza de golpe cuando un grito desgarrador rompió en el silencio. Luego escuchamos otro, pero con una voz diferente. Corrimos a la calle, de donde provenían, y ambos nos petrificamos al ver el escenario que nos rodeaba. Se había desatado el mismísimo infierno en la Tierra. La gente del vecindario en el que ambos habíamos crecido, las personas que conocíamos desde pequeños… todos corrían desesperados por la calle, intentando escapar de las figuras pálidas y ágiles que los atormentaban. Distinguí el cuerpo sin vida de la farmacéutica de la esquina en el suelo y la mano de Jake logró taparme la boca justo antes de que mi grito nos delatara.

- Debemos salir de aquí –me susurró. Asentí, tragándome el nudo que se había formado en mi garganta. Comenzamos a correr alejándonos de los vampiros. Jake me tomó de la mano para que llevara su paso, pero seguro lo estaba deteniendo. Le hubiera dicho que corriera lo más rápido que podía sólo, pero sabía que no lo soltaría. Era egoísta, y lo quería tener a mi lado.

Llegamos a la esquina siguiente, y cuando Jake iba a cruzar la calle, se quedó quieto. Muy quieto. Seguí la dirección de su mirada y me temblaron las rodillas. Bajo la tenue luz amarilla del alumbrado público, una línea de lobos del tamaño de caballos se acercaba a nosotros. Los conté como pude. Eran cinco. Se separaron al unísono y comenzaron a atacar a los vampiros. Parecía que estábamos en una pesadilla. Y ninguno podía despertar. Con mis ojos todavía abiertos como platos, Jake me arrastró de nuevo, doblando hacia la derecha.

Soltó un quejido profundo y bajó la velocidad después de unos metros. Limpié mis ojos con el dorso de mi mano para ver lo que podía haberlo lastimado más de lo que ya estábamos en esta situación. Distinguí un cuerpo machacado en contra de un poste de luz, desmadejado en el piso. Nos acercamos rápido y Jake se agachó al lado del cuerpo lastimado de Embry.

- Em… -sollozó moviendo sus manos por encima de su pecho, buscando dónde tocarlo. Finalmente, apoyó dos de sus dedos en su cuello para ver si tenía pulso. Se limpió la cara con el brazo y me miró- creo que todavía está vivo. Embry. Embry, ¿me escuchas?

Parecía una hazaña para Embry, el hecho de abrir los ojos, pero lo hizo entre pestañeos continuos.

- Embry, hermano ¿Qué pasó?

- ¿Jake? –su voz casi no tenía volumen. Jake tuvo que inclinarse sobre él para escucharlo.

- Si, soy yo, mi amigo –el chico tan amable que conocíamos de toda la vida levantó la mano sin rumbo y Jake la tomó y la apretó con fuerza- Estoy aquí.

Los ojos de nuestro amigo se cerraron sin poder evitarlo mientras Jake lloraba en silencio a su lado. Escuché un sonido a nuestras espaldas y volteé despacio en esa dirección.

- Jake… –tiré de su camiseta para que volteara. Uno de los lobos se había quedado quieto, mirándonos directamente- Jake, tenemos que salir de aquí.

- No puedo, no puedo dejarlo…

- Jake… -repetí. Volteó y se levantó, limpiándose la cara. Buscó por el piso y levantó una rama, tomándola como un bate. Preparándose para golpear al lobo, que ahora se nos acercaba.

- ¡No! ¡Jake! ¡Vamos, no podemos hacer nada!

- ¡Todavía esta vivo!

- Y sólo de milagro, nosotros también -tiré de su mano mientras hablaba. El lobo se seguía acercando.

- ¡Jake! –repetí. Finalmente me miró a los ojos. Tragó con dificultad y asintió una vez, soltando la rama. Me tomó de la mano otra vez y corrimos de nuevo. Después de unos metros, volteamos a ver si el animal nos seguía, pero se había quedado con Embry. Nos detuvimos y vimos como el monstruo olisqueaba a Embry, y luego clavaba los dientes en su garganta.

Ambos gritamos, pero el lobo sólo nos miró y siguió apretando la carne que tenía entre sus dientes. Después de unos segundos, logramos despegar nuestros pies del piso para seguir corriendo, esquivando los tumultos de gente asustada y los gritos. Corrimos todo lo que pudimos, pero cada vez parecíamos adentrarnos más en la masacre.

- ¡Aquí! –Jake dobló hacia un puesto de diarios callejero de madera, cuando nos vimos prácticamente rodeados. Nos metimos en la precaria estructura y nos abrazamos con fuerza.

- ¿Qué está pasando? –gimoteé contra su pecho. Me acarició la cabeza con la mano.

- No lo sé. Es como una pesadilla –susurró para que no nos escucharan.

- Tengo miedo –suspiró y me apretó más fuerte. Sabía que no podía decirme que todo estaría bien sin mentir. No había nada que pudiéramos hacer ahora. Todo estaba perdido, y ambos sabíamos que no había escapatoria.

Me removí contra su cuerpo y me estiré para besarlo. Me abrazó por la cintura y nos besamos entre lágrimas y miedo. Quizás estuviéramos en el medio del infierno y enfrentando la muerte, pero estábamos juntos, y nadie nos quitaría nuestro último beso.
Apoyé mi frente en la suya cuando me quedé sin aire y nos miramos con los ojos rojos y desbordantes de desesperación.

- Te amo tanto, Ness… -el dolor y la impotencia estaban tan presentes en su voz como en sus ojos.

- Y yo a ti. Necesito que sepas eso, es lo único de lo que estoy segura ahora. Te amo más que a nada, Jake, por siempre –le prometí.

- Pase lo que pase –completó. Volvimos a llorar y nos abrazamos de nuevo. Vi por una de las rendijas de la pared que uno de los vampiros, el de mi casa, se acercaba a paso lento y con una sonrisa en el rostro. Nunca olvidaría ese rostro, era al que habían llamado Jeremy. Cerré los ojos con fuerza y apreté a Jake lo más que pude. Deseé que hubiera una forma de que se salvara, de que el mundo no tuviera que perderlo.

La mitad de una de las paredes de madera voló por lo aires y Jake me giró para quedar entre el vampiro y yo. Me encontré pegada a su espalda en el pequeño espacio, y lo vi con los brazos abiertos delante de mí, haciendo un último intento por protegerme. Jeremy soltó un gruñido que me hizo estremecer.

- ¡Jake, no! –pero era demasiado tarde. Jeremy había tomado a Jake del brazo y lo había aventado contra la pared de la casa de enfrente, haciéndolo volar más de diez metros. Escuché el sonido de su brazo al romperse bajo la fuera del agarre del monstruo, y vi su cabeza golpear contra la dura superficie luego. Lo había levantado sin esfuerzo, y de seguro ahora me mataría, pero todo lo que podía hacer era mantener la vista fija en Jake.

Todo lo que quería era ver que se levantara antes de que me matara. Ver que había esperanzas, que no estaba todo perdido… pero mis sueños se deshicieron ante mis ojos cuando un charco de sangre comenzó a esparcirse por el piso justo debajo de su cabeza. No estoy segura si fue ahí cuando comencé a gritar o si ya lo hacía desde antes, pero ahora mis propios gritos me parecían lejanos y ajenos, como si estuviera debajo del agua. Jake no se movía, no reaccionaba, no importaba lo fuerte que gritara o lo mucho que lo deseara.

Miré al vampiro, esperando que me matara, deseaba que me matara. Lo vi a los ojos, y pude ver cómo se oscurecían. O quizá sólo fueran las lágrimas que se agolpaban en los míos. Siseó por lo bajo y comenzó a caminar hacia Jake, que seguía tendido al otro lado de la ancha calle. Eso sí que no.

- ¡NO! ¡No te atrevas a tocarlo! –le grité con todas mis fuerzas y busqué por el piso algo con que tirarle cuando no se inmutó por el volumen de mis palabras. Recogí varias piedras del suelo y se las arrojé con todas mis fuerzas mientras seguía gritando.

- ¡No lo toques, es a mí a quien quieres! –La primera roca golpeó su nuca, y las demás en la espalda, pero ni siquiera pareció notarlo- ¡Aléjate de él, maldito vampiro asqueroso!

Quería enojarlo. Quería que volviera y me matara. Quería conservar la esperanza de que si yo moría, Jake podría recuperarse, si toda esta horrenda pesadilla terminaba ahora, quizás todavía hubiera una pequeña posibilidad de que el mundo conservara a la luz de mis ojos, al amor de mi vida.

- ¡Jake! ¡Jake, por favor despierta! –pero él seguía sin moverse, sin reaccionar. Caí de rodillas al piso mientras el vampiro se seguía acercando sin que yo pudiera hacer nada para detenerlo.

Y de pronto, los lobos aparecieron desde los costados de Jake, reclamándolo. Parecía un encuentro de depredadores, disputándose el mejor bocado. Pero Jeremy estaba sólo, y los lobos gigantes eran cuatro. Habían salido de las sombras, mostrando los dientes y con el cabello del lomo completamente erizado.

Me estremecí y pensé en qué hubiera sido menos tortuoso para Jake: morir a manos de vampiros, o de lobos. Antes de que pudiera decidir, Jeremy comenzó a retroceder despacio, mientras uno de los lobos olfateaba a Jake como si fuera comida. Si mi estómago no hubiera estado vacío, de seguro me habría enfermado del asco. El vampiro llegó hasta mi posición y grité de nuevo cuando vi los dientes del animal atravesar la piel de la única persona que había amado en mi vida. Ya todo estaba perdido, quizás los vampiros lo habían lastimado, pero los lobos habían terminado el trabajo.

Sentí mi corazón deshacerse en mil pedazos con una fuerte puntada que se sintió como un rayo, cuando vi la mandíbula del monstruo apretarse aún más contra su cuello. Eso fue más de lo que pude soportar. Todo se tornó negro, y ni siquiera la maldita inconciencia fue capaz de aliviar el dolor que me atravesaba de pies a cabeza y anidaba en mi corazón. Sólo la muerte podría rescatarme ahora.

18 comentarios:

  1. wowww!!!!... me e kedado en una especie de shock
    genial el kapitulo.. el lemmon bueno ni ke
    decirlo sabes ke esta perfecto.. hai pedidos
    a domicilio por un hombree asii?? jajaja...
    lo de los vampiros y hombres lobo woww
    aun no sabia komo entrarian a la historiaaa
    pero me enkanto le komo fue todo eso
    mi jakee!!!!... espero ke no sea nada malo lo
    que le hicieron (sera transformado??).. y a
    nessie tmb espero no le hagan nada malo :S...
    bueno hermosaa nos leemos prontoo..
    miles de besosss =D

    pd:wiiii primerasss (si no es ke me ekivoko =D)

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  2. Que alguien me mate por favor!!! porque estoy segura de que no resisto hasta el sabado siguiente!!
    Esta capitulo esta impactante! propio de ti Naty!
    Soberbia! Increible!
    Felicidades y sigue asi!!
    Besos!
    Chelsea!

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  3. AAAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUUU!!!!!! HOLAA!!! ME ENCANTO ESTE CAPI!!!! ESTA BARBARO, ME GUSTA MUCHO ESTA HISTORIA!!!! EN REALIDAD TODAS LAS HISTORIAS SON BUENAS.... ESCRIBIS MUY BIEN!!!! HAY Q ESPERAR HASTA EL SABADO??? NOOOOOOOOO JAJAJAJA!!! MUY BUENO BECHOOOOOSSSS!!! CIELO...

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  4. hola naty!!
    el capii esta muy muy lindo
    e estado super concentrada en lo k lei, para no perderme ningun detaye.
    con el final me dejaste sin respiracion.. XDXD
    pobre Nessi y pobre Jake
    espero k se solucione :P
    ya tengo ganas de leer el siguiente y quitarme esta agonia XDXD
    bueno sta genial, cm siempre :D
    nos leemos, sii??
    BESOS DULCES

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  5. CIELOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    amor,erotismo,romance,accion,drama,suspenso. que coctel de emociones..... me esta por dar un paro cardiaco....y tengo que esperar hasta el sabado...jajaja
    cada dia me sorprenden mas, definitivamente si tienen talento...
    Naty escribis muy bien sigue asi y que no se te acabe nunca la inspiracion.
    simplemente excelente....
    besos y hasta el proximo capitulo....

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  6. natyy me quede :O no puedo creer lo q leii sta impactanteee de verdad q buen capii...ojala q no muerann llorare infinitamentee sigue el fic sta muy buenoo....te cuidas lindaa!

    bye

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  7. no no manches esta genial ya quiero leer el proximo capi me urge leerlo, me encanto este capi es que osea.. esta super padre de vdd sigue así plis y espero el proximo capi

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  8. WOOOWWW INCREIBLE!!! tienes una imaginacion poderosa, te juro, esta re lindisimo el capii!! continua plis.

    saludos desde argentina

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  9. Ahhhh! LO AME! *---* HERMOSO NATY!
    Ojalá saqes el otro pronto *-* Besos enormes !!

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  10. Amiga... ni te imaginas lo que siente mi corazon y como retumba mi corazon contra mi pecho...

    Cielos Natalia... eres la mejor escritora de todas!! tu y mi Jazzy me vuelven locas!!!!

    LAS AMO TANTO!!!!

    De verdad el capi estuvo sublime!!!! MI JAKE!!!! AHH!!! TE ME KIERES MATAR!!!!

    TE AMO AMIGA!!! TE ADORO!!!

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  11. OMG!!!!!!!!!!!!!!!!! no m lo puedoo creer!!!!!! estoi lloraandooo!! T_T esto no a podidoo pasaar! aii dios mioo no puedo esperar asta el sabadooo!! :( q penaa d verdad... escribees geniaal!! x fvooor! siigueee! espero q acabe bn la historiaa si no no lo podre soportaar!! os qierooooooooo

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  12. Magnifico...!!! me encantó por fin entendi donde encajaban los vampiros y lobos jajja... esta buenisimo, segui así...no puedo esperar hasta el sabado...!!! exitos... Montse

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  13. ELECTRICA CULLEN BLACK
    Naty me has dejado impresionada, la primera parte genial, pero la segunda wwuuaaa me ha dejado impactada. ¡que forma de escribir!
    Quiero mmaass.

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  14. wouww.. wouuww.. k decir me kedo sin palabras sta muy bueno ... aaa ia lkero leer la continuacion ^^ saludso

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  15. wowowowowowowow!! aaaaaaaaaUUUUUUUUUUU!!
    jaja
    quede flipada...jake nessie, lemmon, vampiros, lobos mordiendo gente(supongo que para transformarlos no?), aff jake tirado muerto...nnnnnnnnooooo ! fue insoportable, ahogue mis gritos por un momento !jajaja
    q loco todo esto
    no puedo esperar por otro cap!:D
    aff escribes genial naty, porfa sigue con esta historia
    llamame fan
    jaja
    mil besos

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  16. ELECTRICA CULLEN BLACK
    Me la he tenido que volver a leer esta mañana, añoche eran las dos de la madrugada y bueno crei que soñaba. jaja ¡Pedazo de capítulo!

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  17. Excelente mi Naty!
    Cada palabra, cada sentimiento en su justo lugar y ahora la espera por saber más, de querelo todo, todo de ti. Besotes miles mi "loba de las pasiones"

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  18. Estoy en shock.
    Qué rápido se dió vuelta todo.
    Está genial, ya mismo voy a seguir leyendo.

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...