sábado, 2 de enero de 2010

Lazos Prohibidos "Cap 08" - Naty Celeste


Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer y la historia es mía :D

Summary: Los licántropos encontraron formas de infectar a los humanos, pero los vampiros no se dejarán vencer en número. Una guerra atormenta al mundo cuando los dos bandos se enfrentan en una batalla sin fin. Todos deben elegir, o la elección será tomada por ellos. ¿Puede el amor de Jake y Nessie enfrentarse a cualquier cosa?

Capítulo 8: La decisión

De pronto todo estuvo claro. Debía aceptar la propuesta de Jeremy y transformarme. Al menos eso me distraería lo suficiente para que el tiempo me ayudara a olvidar el dolor que me consumía. Aunque ello pareciera imposible. Pensé que Jeremy no volvería hasta mañana, como siempre lo hacía, así que me metí en mi cuarto para darme una duche. Quería quitarme de encima la horrible sensación que el sueño me había dejado.

Necesitaba meditar bien todo lo que implicaba mi decisión. Entré y tomé una toalla del armario. Cuando salí de la ducha me puse mi vestido, sólo para variar un poco, y luego de secarme el pelo lo más posible con la toalla, salí de nuevo.

Había tardado bastante, y ahora ya casi era de noche. Estaba muy ansiosa de ver las estrellas, así que caminé por entre los canteros y masetas repletos de plantas y árboles mirando hacia arriba, buscando un espacio abierto entre las hojas lo suficientemente grande como para poder divisar el cielo con comodidad. Me senté en un banco de la esquina del jardín y después de un rato me recosté de espaldas y subí las piernas para mirar hacia arriba sin desarrollar tortícolis. No tenía sueño, así que me quedé ahí, mirando las estrellas como si nunca las hubiera visto antes.

Me quité mi brazalete del tobillo y me lo puse en la muñeca por un rato. Quería verlo de cerca, quería recordarlo y pretender que todo estaba bien, aunque fuera sólo por un momento. Encontraba un poco de consuelo en el hecho de que pronto sería más fuerte. Quizás así podría luchar mejor contra el dolor que ahora.

- ¿Mirando las estrellas? –me preguntó la voz de Jeremy. Lo busqué con la mirada. Estaba de pie, cerca de mi cabeza, con las manos en los bolsillos.

- ¿Acaso nunca duermes? –le pregunté a modo de broma.

- No, de hecho, no –me incorporé sobre mis codos para poder ver su expresión. Parecía que hablaba en serio.

- ¿No duermes? –Volví a preguntar.

- No, jamás. –Lo medité un momento.

- Bueno, supongo que no debería sorprenderme –sonrió de lado por mi reacción y luego miró hacia arriba. Lo observé con curiosidad.

- ¿Hay algo más que hagas? ¿O que no hagas?

- Un par de cosas. –Se quedó callado, parecía renuente a contestar, así que lo presioné.

- ¿Cómo por ejemplo…?

- Bueno, no necesito respirar –me senté en el banco para mirarlo de frente.

- ¿Qué? ¿No… respiras?

- Si, si lo hago, pero no es una necesidad. –Solté una carcajada irónica y se encogió de hombros, restándole importancia y volviendo la mirada a las estrellas. Me pregunté si yo continuaría respirando cuando me transformara en híbrida. Kate parecía más normal que los vampiros… ella aún se sonrojaba y conservaba el color de sus ojos.

- ¿Qué te sucede? –me preguntó bajando la voz. No había notado que mis inquietudes se mostraran tanto en mi rostro. Me encogí de hombros, restándole importancia-. Ya tomaste una decisión, ¿cierto?

- ¿Cómo lo supiste? –ahora fue él quien se encogió de hombros.

- Tienes esa expresión –lo miré por un momento y se acercó a paso lento hacia mí.

- ¿Puedo? –me preguntó señalando el banco con la cabeza, asentí y se sentó a mi lado, con los codos apoyados en las rodillas y los dedos de las manos entrelazados.

- ¿Tienes alguna pregunta? –Asentí de nuevo y abrí la boca, pero ninguna salió- ¿Y bien? –me apremió después de un rato. Moví mi mano lentamente hasta la suya, casi sin ser conciente de lo que hacía y apoyé mis dedos en su muñeca, intentando buscar su pulso… no lo encontré.

- ¿Estás muerto? –no supe de qué otra forma preguntárselo. Miró mi mano un segundo y luego asintió con la cabeza y se aclaró la garganta.

- Sí, técnicamente sí –dijo en un susurro. Retiré mi mano y volvió a mirarme a los ojos.

- ¿Yo moriré?

-Sólo si dejas de tomar el veneno.

- ¿Entonces nunca podré dejar de tomarlo?

- Por lo menos, no durante los primeros cuatro meses. No tenemos pruebas más antiguas –estaba siendo sincero conmigo, podía verlo en sus ojos, así que continué.

- ¿Dolerá? –torció el gesto.

- Sí, la primera vez sí.

- Ah… ¿y las demás no?

- No, la primera dosis se encarga de cambiar tu cuerpo para que cierta cantidad de veneno corra por tus venas. Luego ya estarás adaptada.

- ¿Cuánto tiempo dolerá?

- A veces es un día, a veces dos.

- ¿Mucho? –en realidad, el dolor físico no me importaba demasiado, no creía que algo físico podría compararse con la presión en el pecho que sentía constantemente, pero quería estar preparada.

- Sí, mucho –susurró.

- ¿Y qué podré hacer luego? –este tema pareció gustarle más.

- Bueno, serás más rápida y más fuerte. Más ágil en los movimientos y en la forma de pensar. Tus sentidos aumentarán, y muchas veces la persona logra un sexto sentido, más allá de los de los vampiros o híbridos comunes.

- ¿Y querré beber sangre?

- Sí, a veces –contestó frunciendo el ceño. Que alejado me parecía este hombre al monstruo que había aventado a Jake por los aires. Alejé la imagen de mi cabeza y me concentré en el momento presente.

- ¿Y no me molestará? Me refiero a matar. –Su expresión parecía torturada, pero necesitaba saberlo, necesitaba saber que no sería una asesina.

- Claro que sí –soltó en un susurro tan bajo que me costó escuchar.

- ¿A ti te molesta? –susurré en el mismo tono, aunque estaba segura de que para él era fácil escucharme, sin importar cómo hablara.

- Antes no –lo miré con atención. Había bajado la cabeza y miraba al suelo como si no pudiera despegar la vista de sus pies.

- ¿Y ahora? –murmuré bajando todavía más la voz y buscando su mirada. Hizo una mueca y me miró finalmente.

- ¿Eso importa? –Preguntó con la voz quebrada. Estiré la mano y la apoyé sobre las suyas. Cerró los ojos con el contacto, pero ahora estaba segura que no tenía sed. Sus ojos eran tan claros que casi parecían líquidos y traslúcidos. Ambos nos quedamos quietos por un segundo. Jeremy parecía respirar muy profundamente, como si estuviera calmado, hubiera pensado que estaba dormido, si no hubiera sabido que era imposible.

- Claro que importa –susurré después de unos minutos. Le sonreí y finalmente abrió los ojos. Primero me miró directo a los ojos, con el rostro totalmente tranquilo y suave, y luego empezó a fruncir el ceño.

- Soy lo que soy, Valery, no hay forma de evitarlo.

Su tono era tan amargo que me obligó a retirar la mano.

- Quizás si la haya –repliqué encogiéndome y hablando en tono muy bajo, pero decidido.

- Claro, ¿por qué mejor no me muero de hambre, cierto? –soltó en tono irónico mientras se ponía de pie de repente, dándome la espalda.

- No me refería a eso. –Dije en tono seco, esperando que se volviera hacia mí. No lo hizo, así que me puse de pie, y posé mi mano en su hombro.

- Soy lo que soy –repitió en voz muy baja.

- Yo no creo que seas malo –le susurré para darle un poco de aliento. No quería mentirle, pero al menos era verdad en parte: él nunca era malo conmigo. Además, siempre parecía dolido por tener que alimentarse de personas. Busqué su mirada por unos segundos, agachándome un poco. Cuando finalmente me miró, su expresión era irónica.

- Antes de conocerte, nunca había pensado dos veces al matar a alguien –confesó con tono seco y la voz baja.

- ¿Y ahora lo haces? –le pregunté.

- Intenté no alimentarme. Intenté evitarlo lo más que pude, pero…

Su voz fue bajando cada vez más, hasta que se quedó callado.

- ¿Pero? –le insté.

- La sed era insoportable, Val. Hoy cuando me abrasaste… ¿Tienes alguna idea de lo mucho que me costó no matarte?

Fruncí el gesto y quité mi mano de su hombro, alejándome un par de pasos. No quería torturarlo, y no había notado que le costara tanto.

- Lo siento… -susurré.

- ¿Qué? –Me miró- ¿Sientes que?

- Siento haberme acercado tanto, no debí hacerlo. No quería molestarte.

- ¿Crees que me molesta que te acerques? –levantó un poco el tono con cara de incredulidad y yo me encogí de hombros, era lo que me acababa de decir. Se acercó un paso a mí, negando con la cabeza- Val, eso no es lo que me molesta.

Se detuvo un momento, pensando lo que iba a decir, y luego continuó, después de tomar aire llenando sus pulmones.

- En realidad, tenerte cerca es lo mejor que he sentido desde que me transformaron. Jamás… me llevé tan bien con otra persona, ni me sentí tan a gusto como lo hago contigo, tan cómodo. Nunca pensé que una humana… que cualquiera, pudiera ser tan… -se quedó callado un momento, mordiéndose el labio.

Se había ido acercando despacio mientras hablaba, y ahora estaba justo en frente de mí. Su mano derecha se posó en mi mejilla suavemente, a penas tocándome y dibujando círculos en mi piel con su frío pulgar. Por primera vez, el contacto no hizo que me estremeciera.

- El problema no es tenerte cerca –susurró cerca de mi cara y mirándome a los ojos-… el problema es no poder hacer lo que quiero cuando lo estás.

Su voz sonaba torturada. Ya no estaba segura si se refería a morderme. Tragué en seco y me lo quedé mirando. No podía hacer otra cosa. Cerró los ojos y aspiró profundamente. Cuando volvió a abrirlos, estaban notablemente más oscuros.

- ¿Lo vez? –me preguntó en un susurro casi inaudible. Fruncí el ceño y asentí. Sabía que se refería al color de sus ojos.

- Es la sed, ¿cierto? –dejó caer su mano y asintió mientras se alejaba de nuevo unos pasos. Se sentó en el banco y estiró las piernas delante de sí mismo. Me acerqué y me senté a su lado, pero sin tocarlo. Levanté la mirada y vi las estrellas por unos minutos, en los que Jer sólo se quedó callado, primero escondiendo su rostro entre sus manos y luego imitando mi posición para ver el cielo.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? –murmuró. Volteé para mirarlo. Tenía los dedos entrelazados sobre su abdomen y las piernas estiradas con los tobillos cruzados. Me miraba con cara de curiosidad, y un poco inseguro. Asentí con la cabeza- ¿Por qué haces que todos te llamemos Valery?

Mi pecho amenazó con despedazarse de nuevo, pero no sentí que debiera mentirle ahora. De todas formas, él ya sabía cual era mi nombre, y yo traía puesto mi brazalete en la muñeca. Así que tomé aire y valor para contestarle.

- Bueno… –tragué saliva para pasar el nudo de mi garganta e intentar mantener la compostura mientras recordaba a Jake- ¿recuerdas al muchacho del callejón?

Frunció la boca y miró mi muñeca, señalando con la vista la inscripción “Vanessa y Jacob” de mi pulsera.

- ¿Él te lo regaló? –asentí y me quedé callada un segundo, jugando con el brazalete y haciéndolo girar en mi muñeca. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero empujé los recuerdos atrás, para evitar descomponerme.

- Es sólo… quería empezar de cero. No hubiera soportado que la gente me llamara por mi nombre.

- El nombre por el que él te había llamado. –Concluyó. Asentí de nuevo y sentí una lágrima desbordándose y rodando por mi mejilla. La limpió con los dedos, con la expresión totalmente torturada.

- Lo siento… -susurró. Sabía que no se refería a sacar el tema ahora, sabía que estaba hablando del callejón. Subí mis manos para cubrirme el rostro, intentando desesperadamente parar de llorar. Por lo menos se arrepentía. Recuperé el aliento en cuestión de un par de minutos, y Jer me alcanzó un pañuelo de tela blanco. Me pregunté de dónde rayos lo había sacado mientras lo tomaba para secarme la cara.

- De verdad lo amabas, ¿cierto? –Me preguntó, y asentí con la cabeza gacha- ¿Aún lo amas?

- Para siempre –contesté cuando recordé cómo hablar. Frunció aún más el ceño y se pasó las manos por el cabello, despeinándose.

- De verdad lo siento –agregó después de un rato de silencio en el que recuperé el ritmo de mi respiración, a pesar de dudar que mis pulmones continuaran en su lugar.

- Lo sé.

- ¿Quieres que me vaya? –me preguntó dudoso, comenzando a levantarse. Negué con la cabeza.

- No. Quédate. Sólo… hablemos de otra cosa, ¿si?

Asintió y me ofreció una media sonrisa melancólica.

- ¿Aún quieres convertirte?

- En hibrida, sí.

- Es una buena elección –dudó un momento- ¿Cuándo quieres hacerlo?

- Cuanto antes –afirmé segura. Jake me había pedido que fuera feliz, y aunque sabía que era imposible serlo y que sólo había sido un sueño, debía intentarlo.

- ¿Ahora? –preguntó y me limpié la cara con el pañuelo para mirarlo a los ojos. Se había volteado, sentándose de frente a mí, con las piernas arriba del banco y cruzadas debajo de su cuerpo, como indio. Asentí.

- Dolerá –volvió a advertirme, ahora parecía un poco más animado, pero sin embargo, continuaba serio.

- Creo que podré soportarlo –se mordió el labio y se puso de pie.

- Volveré en un segundo –me indicó. De repente estaba en la puerta, abriéndola. Salió y la dejó abierta, pero no tenía razón para escapar, así que ni siquiera le presté atención. Sólo miré hacia arriba de nuevo, contemplando las estrellas una vez más, y haciendo un esfuerzo por creer que Jake me observaba desde algún lugar, desde donde fuera que estuviera.

Creo que me dormité por un momento, porque lo siguiente que sentí, fueron los dedos de Jeremy en mi cabello. Acariciando la parte del costado de mi cabeza, desde el nacimiento de mí cabello hasta mi mandíbula. Abrí los ojos de a poco y lo miré.

- No estaba seguro si debía despertarte… -susurró dudoso. Me incorporé y me tallé los ojos unos segundos, mientras bostezaba.

- ¿Me dormí hace mucho?

- No, sólo me fui hace como media hora. Estás… ¿Estás segura de que quieres hacer esto? –Dudó un segundo, frunciendo el ceño- No hay vuelta atrás.

- Lo sé. Quiero hacerlo. ¿Dónde está? –pregunté buscando a mi alrededor algún tipo de recipiente. Jeremy tragó y se puso de cuclillas delante de mí. Se aclaró la garganta como si lo necesitara.

- Bueno… hay un detalle que no te había contado –parecía nervioso, y tamborileaba sus dedos en el apoyabrazos de la banca-. Tienes… bueno, debo besarte.

Mis ojos se abrieron como platos y mi mandíbula tocó el piso. Se corrigió rápidamente, las palabras atropellándose las unas a las otras.

- Me refiero que tienes que besar a uno de nosotros. No a mí, si no quieres, puedo llamar a alguien más, como prefieras.

Intenté parecer calmada, pero no lo logré. Besar a alguien que no fuera Jake me parecía de otro mundo, como algo que jamás haría.

- ¿Sólo con besarte? –lo miré levantando una ceja.

- No siempre –se mordió el labio- sólo si evitamos tragar el veneno. Es difícil de explicar, cuando te llena la boca tiendes a tragar, pero si lo evitas y la otra persona lo bebe…

Dejó la frase inconclusa y yo intenté sacar a Jake de mi cabeza con todas mis fuerzas.

- ¿Y no se puede poner en un vaso, o algo? –frunció el ceño y negó con la cabeza.

- Es un poco… corrosivo. Tiende a deshacer lo que toca. Por lo menos todo lo que no está vivo. El vidrio, el metal, el plástico… hay un procedimiento para conservar el recipiente, pero no creo que te guste.

- ¿Cuál? –susurré, no estaba segura de querer saberlo, y estaba cien por ciento segura de que él no quería decirlo, pero de todos modos, tenía que saberlo.

- Mezclar el veneno con sangre.

- ¿Y luego tendría que bebérmelo? –asintió con la cabeza y yo me estremecí en respuesta.

- Puedo hacerlo, si quieres –negué cuando me dieron nauseas por imaginarme a mi misma bebiendo sangre. Era irónico, en unos días ya no pensaría de la misma forma.

- ¿Quieres que llame a otra persona? –preguntó comenzando a levantarse. Estaba increíblemente nerviosa, pero no sabía porqué. Sólo era un beso, y sólo para transformarme, pero no podía borrar de mi cabeza la idea de que estaba traicionando a Jake de alguna forma.

- No… -susurré en voz baja, tomando a Jeremy de la mano para que no se alejara.

- Sabes que no tiene que significar nada, ¿cierto?

Asentí con la cabeza y suspiré profundamente.

- Lo sé. Es sólo que…

- Sí, lo entiendo.

- Pero sé que tú no me lastimarías.

- Eso es más cierto de lo que crees –musitó mirando al piso.

- ¿Puedo… puedo hacerte una pregunta?

- La que quieras.

- ¿A dónde fuiste hace unos minutos? Cuando dije que quería que me transformaras ahora.

Dudó un segundo, frunciendo el ceño y la boca, parecía reacio a contestar.

- Debías alimentarte… -susurré cuando lo comprendí.

- Era peligroso que lo hiciera teniendo sed, es más fácil dejarte con vida si no deseo tanto…

- Cenarme –concluí y soltó una risa muda por la palabra, mientras asentía con la cabeza-. Es una forma de decirlo –accedió.

Nos quedamos callados unos segundos, en los que no despegué la vista de las flores que tenía en frente.

- ¿Aún quieres hacerlo? –susurró, dándome a entender que tenía una opción.

Lo miré y asentí con la cabeza cuando las palabras no salieron de mi boca, en parte por el miedo, en parte por los recuerdos que luchaba por mantener fuera de mi cabeza. Me mordí el labio cuando lo observé detenidamente. No había considerado la posibilidad de besarlo, o a cualquiera, si ese era el caso. No creía que quisiera besar a alguien que no fuera… paré los pensamientos y me concentré en Jeremy. Era un hombre apuesto, muy apuesto, a decir verdad. No me había fijado mucho en eso, pero sus rasgos eran masculinos y definidos, aunque marcados por la palidez y el frío. Sus ojos grandes no parecían tan amenazantes ahora que lo conocía, y que confiaba en él. Porque lo hacía, confiaba en él como si fuera mi amigo.

Me mordí el labio cuando bajé a su boca, la mantenía cerrada mientras me miraba, probablemente cuidando que sus dientes no se mostraran. Sus labios eran carnosos, pero no al punto de parecer femeninos, sino que conservaban una línea definida y angulosa.

- ¿Lista? –me preguntó, y yo asentí con la cabeza. Comenzó a acercarse lentamente, poniendo su mano en mi mejilla de nuevo, justo como lo había hecho antes. En lugar de sentir el frío de su contacto, me concentré en sentir la suavidad de su piel contra la mía.

- Tardará unos minutos en hacer efecto, ¿sí?

Asentí y comencé a sentir su aliento en mi rostro mientras se seguía acercando. Primero sentí un ligero roce, como el de las alas de una mariposa, y luego me besó el labio inferior firmemente, pero con delicadeza. No se sentía mal… pero no parecía correcto, aunque sus labios eran suaves contra lo míos, y no era una mala sensación.

Cerré los ojos, intentando dejarme llevar. Me acerqué más cuando se separó y profundicé el beso para conseguir convertirme de una buena vez. Detestaba pensar que Jake ya no era la última persona que me había besado. Me estremecí cuando se incorporó un poco sobre mí y sentí su lengua en mi boca. Después de unos segundos sentí el veneno fluyendo por mi lengua, e intenté tragarlo sin saborearlo, no quería pensar demasiado en lo que hacía. Comencé a respirar más fuerte por la nariz cuando necesité más aire del que recibía y se alejó un segundo para dejarme recuperar el aliento. No fue mucho, sólo lo necesario para que aspirara un poco de aire, y luego estaba pegado a mis labios de nuevo.

Ahora sus movimientos se sentían más naturales, como si lo hiciera por voluntad propia, y no sólo para convertirme. Buscó mi lengua por un segundo y cuando no tuvo respuesta de mi parte, la deslizó por el borde de mis labios muy despacio. Después de unos segundos, dejé de sentir su lengua y lo sentí besando sólo mis labios lentamente y sin alejar su mano de mi mandíbula. Volvió a abrir su boca sólo un poco, separando mis labios un segundo, besándome como antes por un momento, y luego se alejó con un último toque en mi boca cerrada de nuevo. No había vuelto a sentir su veneno.

- Lo lamento… –susurró sin aliento, apoyando su frente en la mía y abriendo los ojos. Sólo lo miré por un segundo, con los ojos bien abiertos y tragando con dificultad.

- ¿Qué lamentas? –le pregunté casi sin sonido, estaba un poco mareada.

- No debí seguir, es solo que no pude evitarlo. –Lo miré mientras se mordía el labio y por un momento deseé morderlo yo. Sacudí la idea fuera de mi mente y despegué mi rostro del suyo, tragando con dificultad. El enorme hoyo de mi pecho ardía con la sensación de traición hacia Jake.

- No tiene que significar nada, ¿cierto?-repetí sus palabras de hacía unos minutos mientras intentaba que la cabeza dejara de darme vueltas, en parte por el dolor de mi pecho y en parte por la forma en la que me había besado. No era nada comparado a lo que sentía cuando Jake me tocaba, o siquiera me miraba, pero sabía que ya nunca lo vería. Debía aceptarlo, pero deseaba tanto que él fuera quien estaba delante de mí que no podía soportar la sensación de mi estúpido corazón. Él aún tenía esperanzas de que su razón para latir volviera. Y aunque no quisiera admitirlo, también yo guardaba en mi pecho, bajo llaves y candados, la idea de volver a verlo, de abrazarlo, besarlo y decirle cuánto lo amaba.

- Cierto –murmuró muy seguro después de un momento y un suspiro y se alejó de mí, quitando su mano de mi cara. Ya no la sentía tan fría como antes.

- ¿Cuándo cambiaré? –pregunté dudosa, intentando pasar la situación incómoda.

- Cuando el veneno llegue a tu torrente sanguíneo, en un par de minutos. Creo que será mejor que te acuestes.

Asentí con la cabeza y me puse de pie, me sentía un poco más débil que de costumbre. Alcancé a dar dos pasos en dirección a mi habitación, pero mis rodillas cedieron sin que pudiera controlarlas.

- ¿Qué sucede? –le pregunté a Jer en un susurro cuando me atrapó para que no cayera y me levantó en brazos como a un bebé.

- Está comenzando –contestó caminando hacia mi cuarto cargándome.

- No siento nada… -murmuré a través de labios pesados.

- Primero te paraliza unos minutos. Luego comenzará a doler, intenta concentrarte en seguir respirando –me aconsejó. La luz cambió y Jeremy me bajó, apoyándome en la cama. Me sentía somnolienta y torpe, pero levanté una mano como pude para buscar la suya.

- No te vayas… -musité con miedo del dolor por primera vez desde que la idea de transformarme me había sido propuesta.

- No lo haré, no te preocupes, estaré aquí, lo prometo.

Una bola de fuego comenzó a hacerse presente en mi estómago, y luego se fue extendiendo a las otras partes de mi cuerpo, quemando todo a su paso. Jeremy apoyó su mano en mi frente cuando reprimí un grito, y con el frío mejoró un poco por un segundo. Pero solo por un segundo.

- Sólo respira –escuché a lo lejos, como si la voz de Jeremy me hablara desde la otra punta de un campo de béisbol. Todo se tornó rojo mientras luchaba por no gritar, y concentrarme en hacer lo que me decía, aunque mis pulmones parecían arder en llamas. Mientras el tiempo pasaba, sentía su mano en diferentes lugares de mi cuerpo, calmando el ardor por segundos que apreciaba con todas mis fuerzas. Mi pecho, mi estómago, mi cabeza… y siempre en mi mano, siempre sosteniendo mi mano. Después de un tiempo se volvió insoportable, y mi cuerpo cedió ante la inconciencia. El dolor parecía acrecentarse con cada segundo que pasaba, y la pesadilla no ayudaba a disminuirlo. Todo lo que soñaba era con Jake, mirándome desde lo lejos en el mismo bosque en el que habíamos estado en el sueño anterior, sólo mirándome, sin decir una palabra.

Cada vez que intentaba acercarme, el fuego se prendía debajo de mis pies y lo sentía arder por todo mi cuerpo, impidiendo que me moviera. Jake empezó a llorar cuando yo lo hice, aunque yo no lo hacía por el dolor, si no por la impotencia de ser incapaz de acercarme. Esa era la peor tortura de todas…

12 comentarios:

  1. woww!!!!!!!!! NATYY ste fic es genialll(LL) me encantaa x favor!!!! seguro k yeremy ama a vanessa (K) el amor sta en el aireee aunke me da pena lo de jacob staria bn k ella fuera luchar y k jacob stuviera ai de licantropo y se encuentren alomejor no lo mataron sino k lo "infectaron" es una idea soloo si no pasa eso de k vuelva jacob da = me gusta mas jeremy (LL)(KK) wapisimaa!!

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  2. Soy Andripili-swansea
    ohhhh! My Jake!!
    Naty!! es tan hermosa esta historia tan hermosa! oHH!!
    Gracias por compartirla has hecho q el sàbado caiga redonda de la cama y corra a la compu, sin peinarme, lavarme desayunar Nada! solo despues de leerte, puedo seguir con el dia!
    Amo està historia y estoy esperando la apariciòn de Jake, aunke has sabido hacer a Jeremy interante ante mis ojos, y eso ya es dificil, pos amo al lobito-!
    weno, eres Lo Mas!! en talento, en imaginaciòn, en todo!! gracias por regalarnos esta hermosa historia.
    sayoo

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  3. Naty!! Me encanto el cap...!!!!!!!!!!

    De verdad extraño a Jake, y kiero q aparezca de nuevo,pero Jeremy ya se gano un lugar en mi corazón.. Es muuuy tierno,,y cuida un monton a Nessie.. Así que no se que pensar.. Estoy dividida.. :S Me parece q kiero a los dos.. (L)

    Mmmm,,, y todavia hay q esperar una semanaaa.. No seas asi.. Mira q el miercoles es Reyes.. nos podrias hacer un regalito.. jeje =)

    Bueno,Amo esta historia,es mi favoritaa :D

    Bezozz y sigue asi...

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  4. AIIIIII! POR DIOS QUE BUENO QUE ESTUVO ESTE CAP. AMO LA HISTORIA DE VERDAAD! MUCHAS GRACIAS NATY! SEGUI ASI QUE VAS SUUUUUUUUUUUUUPER BIEN! UN BESO.

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  5. Me encanta esta historia!! Lo estas poniendo todo patas arriba! Veras tu cuando aparezca Jake!! Pq tiene que aparecer no? jejeje! Gracias por escribir!! Nos haces un poco mas felices cada dia!

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  6. Naty
    wow ayer nO pude leer el capii
    prO hay DiiOs es tan hermOsa la hiistOriia
    creO q nO es la priimera vez q un vampiirO
    lucha contra jake pir el amor de ness
    bueno esq habiia leiidO algO zimiilar
    prO es tan cautiivante
    Ya qiierO q sea sabadO =D
    feliiciidades Naty es lo mjor q estoii leyendo ahora
    besos

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  7. Iuuu!
    Un beso para convertirteeeee!!
    Oh mi Dios Naty!!!
    Me tienes al borde del colapsoooo!!
    Oh mi Dios!!!

    Iuuuu! Beso Beso Beso! Ya pronto gritare Sepppso sepppso? :P

    Feliz Año Naty! Sigue sorprendiendome ;)
    Un ABRAZOTE tamano Lobo y muchos BL! xD

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  8. Naty que inspiracion.... me tienes loca por la historia ya quiero saber mas ... prontoooo
    auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

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  9. ME ENCANTO EL CAPITULO, CLARO QUE JEREMY ESTA ENAMORADO DE VALERY!!!!. YA QUIERO VER A JACOB, YAAAAA, PON ALGO SOBRE EL NO LA HAGAS TAN CANSADA, PORFAAA. TANTITOOO.

    SALUDOS Y BESOS.

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  10. La conversión, el sentimiento de traición, el amor, la atracción; emociones que dentro están, sensaciones que del alma son. Besotes mi Naty

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  11. ooooohhh. Nati pedazo de capitulo.
    Sabía que jer quería a Nessie, lo sabía. Pobrecilla, lo que va a sufrir cuando se reencuentren. Me temo que en cierto modo también quiere a jer. Lo entiendo porque yo ya lo quiero. Luche contra eso, pero no puede. Ahora es tan tierno y comprensivo. Que a veces me recuerda a mi Edward.
    Dios de donde sacas la inspiración?.
    Hermoso fic desde la primera a la última letra que lei.

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  12. Cada vez me cae mejor Jeremy, me encanta la historia.
    Gracias por compartirla.
    :)
    <3

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...