sábado, 19 de diciembre de 2009

Lazos Prohibidos "Cap 06" - Naty Celeste


Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer y la historia es mía :D

Summary: Los licántropos encontraron formas de infectar a los humanos, pero los vampiros no se dejarán vencer en número. Una guerra atormenta al mundo cuando los dos bandos se enfrentan en una batalla sin fin. Todos deben elegir, o la elección será tomada por ellos. ¿Puede el amor de Jake y Nessie enfrentarse a cualquier cosa?

Capítulo 6: El recorrido

--

Unos días después, pasó exactamente lo mismo. Me di una ducha rápida para despertarme completamente, y cuando salí, Jeremy estaba sentado sobre mi cama. Me pregunté brevemente si visitaría con tanta frecuencia a todos los demás humanos.

- Hola –me saludó cuando entré.

- Hola –le respondí. Medio sonrió y señaló un bulto gris a los pies de mi cama- Te traje otra muda de ropa.

Ya me había puesto la anterior, que aún permanecía impecable, pero de todos modos me pareció un lindo gesto.

- Gracias –intenté sonreírle.

- Y encontré esto en uno de los salones del edificio –abrió la mano y reveló un chocolate-. No sé si te guste, pero eres la única humana con la que hablo.

Eso contestaba la pregunta en la que había pensado antes, y que nunca había llegado a formular.

- ¿Y los mitad vampiro mitad humanos?

- Híbridos –me aclaró-. Ellos pueden salir a comer.

Asentí y me acerqué para tomar el chocolate. De verdad estaba harta del pan y los sándwiches. Me senté junto a él, aunque cuidándome de no tocarlo y tomé el chocolate mientras murmuraba “gracias”. Busqué algo inofensivo de qué hablar.

- Y… ¿Cuántos años tienes? –Frunció el ceño. Hasta ahí con lo de “inofensivo”. Tardó unos segundos en responder.

- De hecho, no lo sé –confesó.

- ¿Cómo lo sabes?

- No recuerdo… mucho de mi vida humana –parecía no querer discutir el tema.

- Y los vampiros no envejecen, ¿cierto?

- Cierto.

- ¿Y cuantos años llevas siendo vampiro? –frunció el ceño de nuevo.

- Algunos.

Definitivamente las fechas eran un tema sensible para él. Tardó unos momentos en volver a hablar, así que me metí un trozo de chocolate en la boca. Me miró e hizo una mueca, para luego reír cuando levanté una ceja preguntándome qué demonios le sucedía.

- ¿Tiene buen sabor? –me preguntó.

- Si, está muy rico –hice mi mejor intento de una sonrisa.

- El olor es repugnante –comentó con cara de asco y puse los ojos en blanco.

- Bueno, no es una persona sangrando, pero me gusta. –Medio rió por el comentario y luego nos quedamos callados unos segundos, mientras yo terminaba de comer.

- Tú eres… ¿el jefe? Me refiero a todo esto –se rió por lo bajo y negó con la cabeza.

- Soy el cuarto al mando.

- ¿Por qué?

- Bueno, los vampiros podemos, a veces, tener otras habilidades, además de las que ya conoces. Eso nos hace más poderosos que el resto, nos da ventaja.

- Ah… -me pregunté brevemente cuál sería su habilidad pero luego continuó hablando.

- Hace unas décadas, todo nuestro mundo se regía por las teorías de un clan… una familia, los Volturi. Eran tres vampiros y dos esposas que hacían que se cumplieran las reglas.

- ¿Reglas?

- Sí, había ciertos límites que no podíamos cruzar, como exponernos a los humanos, por ejemplo.

- ¿Y sólo eran cinco vampiros? –pregunté intentando entender por qué los obedecían.

- Sí, la familia en sí sólo se componía de cinco miembros. Pero además estaba la guardia. Con el correr de los siglos, los Volturi habían reclutado a los vampiros con los mejores poderes de todo el planeta, pero los líderes siempre seguían siendo Aro, Cayo y Marco. Su teoría era que mientras los humanos vivieran tranquilos, sin saber de nuestra existencia, siempre tendríamos fuente de alimento –me estremecí-. Lo siento, no quise ser tan explícito.

- Está bien, no te preocupes. ¿Luego que pasó?

- Bueno, algunos miembros de la guardia comenzaron a cansarse de las órdenes de la familia. De Aro, en particular, así que idearon un plan lo más rápido posible, evitando que el vampiro descubriera sus intenciones. La guardia entera se volvió contra Aro, incluso también Cayo y Marco. Resultó que había mas cuentas pendientes entre ellos de las que aparentaban. Sólo su esposa Sulpicia y una niña de la guardia se pusieron de su lado. La chica, Jane, era poderosa, pero su hermano también, y logró inmovilizarla entes de que atacara. A Alec le afectó mucho su pérdida. Todavía la recuerda seguido, y a veces hasta se lamenta de no haber muerto con ella.

Se quedó callado y pensativo, como si se hubiera sumergido en sus recuerdos. Hablé después de unos minutos.

- ¿Eras parte de la guardia? –Me miró como si estuviera sorprendido de que siguiera allí, a pesar de saber que no podía irme a ninguna parte.

- No. A mí me reclutaron unos años después. –Eso me sorprendió. Contaba la historia como si la hubiera presenciado personalmente.

- Es que… parecía… lo cuentas como si hubieras estado allí –sonrió de lado.

- Es sólo que lo he escuchado millones de veces. Cada uno tiene su versión, pero los grandes rasgos siempre son los mismos –torció el gesto-. Salvo Alec. Alec siempre se centra en el mismo acontecimiento.

- ¿La muerte de su hermana? –asintió con la cabeza lentamente.

- Cree que la traicionó.

Volvimos a quedarnos callados. Me impactó que un vampiro pudiera sentir remordimiento por algo. Quizás algunos de ellos si tenían la capacidad de desarrollar algo parecido a una conciencia. Esa idea me hacía sentir un poco más segura. Jeremy tardó bastante en hablar de nuevo, al principio no parecía dispuesto a interrumpir mis cavilaciones. Cuando volvió a hablar, una sonrisa jugueteaba en las comisuras de sus labios.

- ¿Te gustaría salir? –me preguntó. No logré entenderlo hasta después de unos segundos.

- ¿Afuera? –¡Dios, que pregunta tan estúpida! Se rió disimuladamente y asintió con la cabeza. Lo pensé con detenimiento. Quizás no era seguro caminar entre vampiros.

- Podrías conocer el lugar. Y por supuesto que me encargaría de que nadie te hiciera daño, si es eso lo que te preocupa –hizo una pausa-. Has estado aquí encerrada por semanas.

Lo miré un segundo y luego tomé el reloj de bolsillo para ver la hora. Eran las tres.

- Es de día –me aclaró. Sonreí y asentí. De verdad quería volver a ver la luz del Sol, incluso aunque fuera a través de una ventana o algo así. Se levantó más rápido de lo que yo podía pestañar y extendió su mano hacia mí para que la tomara.

La tomé un poco insegura, pero la solté en cuanto estuve de pie, el contacto frío todavía me incomodaba. Puse mis manos en los bolsillos del pantalón para disimular, pero de todos modos lo notó.

- ¿Sabes? Los híbridos son ligeramente más calientes que los humanos. No son fríos, si eso es lo que te inquieta. –Lo miré buscando desesperadamente algo que decir para hacerle creer que no me había alejado por eso, no quería ofenderlo. Sonrió cuando me quedé mirándolo con la boca abierta por un periodo demasiado largo de tiempo. Ciertamente en ese momento, me hubiera gustado que mi cerebro funcionara un poco más rápido.

- Hey, no te preocupes. Sé que el contacto impresiona un poco. Siempre es así. Es normal.

Sonreí por su comprensión, intentado que no notara lo incómoda que me había puesto y acomodé un poco mi ropa después de aclararme la garganta.

- ¿Lista?

- Tanto como voy a estarlo. Vamos –abrió la puerta y pasó primero cuando no me moví. La mantuvo abierta un segundo.

- Vamos, te prometo que si alguien intenta hacerte daño, se las verá conmigo –me sonrió para infundirme confianza, suspiré y finalmente salí.

Respiré hondo un par de veces. En el pasillo el aire era ligeramente más fresco, aunque todavía parecía viciado. No había nadie a la vista. El lugar permanecía tan oscuro y desolado, como la última vez que lo había visto.

- ¿No hay… nadie? –pregunté. No tenía idea de porqué susurraba, pero parecía lo correcto. Sonrió e imitó mi tono de voz mientras me indicaba con la cabeza hacia donde caminar.

- Es un lugar grande. Solía ser un manicomio. Las instalaciones eran enormes. Toda esta área estaba preparada para los pacientes. En el ala oeste están las oficinas, que usamos… nosotros.

Caminamos por un rato mientras él me indicaba las funciones de las diferentes salas y habitaciones.

- ¿Porqué todo está tan oscuro? –Se encogió de hombros.

- No necesitamos la luz.

- ¿En serio?

- Ajá. Vemos perfectamente en la oscuridad.

- Wau… -susurré.

- Estos son los salones comunes –me indicó después de varios minutos de silencio en los que no paré de pensar en todas las habilidades que debían tener y que yo no conocía. Me estaba empezando a poner incómoda la gran desventaja-. Aquí sí habrá gente.

- ¿Gente? –repetí dudosa. Frunció el ceño.

- Vampiros –aclaró-. Espera. – Se concentró un segundo, cerrando los ojos y subiendo una mano indicándome que no me moviera, y no lo hice. Supuse que estaba escuchando lo que fuera que pasaba dentro. Abrió los ojos y me miró con una sonrisa en el rostro- Podemos entrar. No hay nadie demasiado peligroso.

- ¿Demasiado? –Sólo se rió de mi expresión atemorizada y abrió la puerta. Adentro, el salón era parecido a una cafetería de escuela, sólo que la mayor parte de las mesas estaban apiladas en una esquina y los ventanales habían sido cubiertos con papel. Era una lástima, parecía ser un hermoso día. Se notaba por la escasa pero fuerte luz que lo atravesaba. Extrañaba tanto el Sol…

Una puntada me atravesó el corazón cuando pensé en todo lo que extrañaba, la persona por la que habría renunciado al Sol por siempre. Luché por no caer al piso en pedazos, llorando y gritando.

- ¿Estás bien? –la voz de Jeremy sonaba alarmada cuando me tomó por los hombros y me miró a los ojos. Intenté distraerme definiendo el color exacto de los suyos. Era mucho más oscuro de lo que me había parecido el día anterior. La última vez que lo vi, se veían de un rojo muy brillante. Como rubíes… o sangre. Cerró los ojos y se apartó casi automáticamente. Seguro había notado mi escrutinio.

- ¿Estás bien? –repitió. Ahora su voz sonaba más seca. Asentí e inspeccioné el resto del salón. Había tres mesas en un rincón y varias personas acomodadas de pié en otro. Parecía que hablaban, pero no se escuchaban murmullos.

Todos permanecían tan quietos, que mientras nos acercábamos, llegué a pensar que eran hermosas estatuas talladas en mármol. Porque ciertamente eran hermosos. Todos ellos. Podían ser hermosos o aterradores, dependiendo del detalle en el que uno se concentrara al mirarlos.

Cuando estuvimos a unos cinco metros, las esculturas cobraron vida y se dispersaron, todas enfrentándonos a nosotros con posturas despreocupadas. Había dos mujeres y tres hombres. Jeremy pronunció sus nombres uno a uno, indicándome con la mirada a quién se refería mientras hablaba.

- Valery, ellos son Heidi –una alta y hermosa mujer me saludó con un gesto de la cabeza-, Katherine…

- Puedes llamarme Kate –comentó mientras sonreía, y yo me quedé sorprendida por sus grandes ojos… eran verdes. Le sonreí en respuesta.

- John… -saludó levantando una mano- Michael… -repitió el gesto y luego se quedó mirando a Jeremy por unos segundos, frunciendo el ceño- y Alec. –Concluyó. Asentí y medio sonreí mientras inspeccionaba los ojos de todos. Sólo los de Kate diferían de los del resto.

- Hola –susurré intentando ser educada- encantada de conocerlos –bueno, quizás estaba exagerando con lo de “encantada”, pero ciertamente estaba aliviada. No me parecía tan aterrador como había supuesto. Todos respondieron con las frases convencionales de cortesía y caras amables. Pero Alec me parecía triste y acongojado, incluso mientras mantenía en su rostro una sonrisa de bienvenida que daba la impresión de estar muy practicada.

- Así que serás una híbrida –me comentó Kate con tono amable.

- De hecho, aún no lo sé –le contesté ofreciéndole una media sonrisa forzada.

- Yo lo soy –señaló- por eso mis ojos siguen verdes. –Acercó la cara y abrió los ojos bien grandes, como si no pudiera verlos a diez metros de distancia, entre tantos ojos carmesí.

Asentí y moví la cabeza indicándole que los veía. Me sonrió de nuevo.

- Debes tener hambre… ¿Quieres algo de comer? –me preguntó. Miré a Jeremy de reojo y él asintió con la cabeza, y luego se puso a hablar con Michael mientras Kate me tomaba de la mano para indicarme dónde estaba la cocina. Su piel estaba más caliente que la mía, que últimamente parecía haberse adaptado a la de los vampiros. Entramos en una habitación más pequeña, que sí estaba iluminada. Había heladeras, hornos y alacenas. Me indico que me sentara sobre la mesada dando unos golpecitos sobre ella.

Así lo hice y ella comenzó a abrir puertas al azar. O al menos eso me parecía.

- ¿Qué quieres? –me preguntó después de tener la mitad de los gabinetes abiertos.

- Cualquier cosa estará bien.

- ¿Qué tal huevos con tocino? –me tomé del borde de la mesada cuando el aire se me escapó del cuerpo y sentí que me caería a pedazos. Recordé mi último día con Jake y cómo le había cocinado exactamente eso, justo antes de hacer el amor. Me lo imaginé bromeando con el delantal rosa y no pude evitar comenzar a llorar. Porque justo eso era lo que más extrañaba. Escucharlo bromear… y reír, y pasar el tiempo con él.

Kate se alarmó y estuvo a mi lado en una milésima de segundo.

- ¿Qué sucede? ¿Estás bien?

- Sí, estoy bien -mentí mientras me limpiaba la cara con el dorso de la mano-. Es sólo que… recordé a alguien a quién perdí –frunció el ceño.

- Lo siento tanto –susurró antes de abrazarme. Quizás me mordiera, pero realmente necesitaba un abrazo.

Conseguí detener los sollozos después de un minuto, y Kate se alejó dudosa.

- Lo mejora, ¿sabes?

- ¿El qué?

- Ser un híbrido. No digo que lo vayas a olvidar, pero te da algo más en qué pensar. Para mí lo peor era verme atrapada por mi propia mente, mis propios recuerdos –hizo una pausa y una mueca con la boca-. Tampoco digo que sea fácil… pero es… más fácil.

Asentí con la cabeza, agradecida por su sinceridad.

- Bueno, ¿qué tal algo de carne? –cerró los ojos en broma, como si estuviera esperando que rompiera a llorar de nuevo y me reí de su expresión. Al menos intentaba aligerar el ambiente.

- Ok –contesté limpiándome la cara de nuevo. Tomó carne de una de las neveras y comenzó a cocinar. No podía parar de observar cómo se movía. Era tan ágil y rápida…

- ¿Cómo es? –se dio vuelta y me miró, como esperando a que me explicara- Ser una híbrida.

- Ah… Bueno… -lo pensó un segundo- Al principio duele un poco. Pero después te sientes… poderosa. Como si nada pudiera detenerte. Es difícil de explicar, pero se siente bien, raro, pero bien. Y cuanto más tiempo tomes el veneno, mejor puedes controlar la fuerza.

- ¿Más tiempo? –tenía entendido que sólo se tomaba una vez.

- Sí, el efecto sólo dura por un tiempo. Luego tienes que volver a tomarlo. Es algo así como un medicamento.

O una droga, pensé para mis adentros.

- Yo lo he tomado por los últimos cuatro meses. Fui de la primera camada. Creemos que una dosis mayor podría cambiarnos permanentemente, pero sólo son teorías y por ahora nadie está dispuesto a comprobarlas –se encogió de hombros, restándole importancia al asunto, y siguió cocinando.

Cuando terminó, pusimos la mesa y comimos en silencio. Realmente estaba muy rico, y hacía mucho que deseaba comer algo más que lo que pasaban por esa mugrosa rendija. Jeremy entró cuando ya casi habíamos terminado.

- Valery, debemos irnos.

- ¿Por qué? ¿Qué pasó? –le pregunté mientras me levantaba. Me indicó que saliera con un gesto de la cabeza y eso hice.

- Hay vampiros a los que no les parece bien que tengamos… lazos con los humanos –me puse pálida-. Estoy seguro, absolutamente seguro de que no te harán daño, pero no quiero que tengas que conocerlos.

Estábamos caminando por el salón comedor, dirigiéndonos a la puerta, pero me paró en seco a la mitad del camino.

- ¿Te molestaría si…? –hizo un gesto como para levantarme y me encogí de hombros sin saber qué contestarle. Me levantó en brazos como a un bebé como si pesara menos que una pluma y de pronto todo a nuestro alrededor se volvió borroso. Tardé dos segundos en darme cuenta que nos estábamos moviendo. Era increíble. La velocidad se sentía sumamente renovante, como si aunque fuera por un segundo, pudiera dejar el dolor atrás.

Y entonces se detuvo, y yo lo miré con la primera sonrisa sincera que se asomaba en mi cara en casi dos meses. Me devolvió la expresión y me puso en el suelo con cuidado, como si esperara que perdiera el equilibrio en cualquier momento.

- Cierra los ojos –murmuró de repente. Levanté una ceja-. Vamos… ¿por favor? Te tengo una sorpresa.

12 comentarios:

  1. kiikii:
    aiii me encanta este fic escribes geniiaal y k ganas de saber ese cambio de actitud de jeremy y lo k la tiene preparada.muxos bs y aullidos xD

    ResponderEliminar
  2. Soy Andripili,
    oooHHH!!!
    Naty
    eres un SOL!!
    no sabes cuanto me apasiona este fic!
    y mirà que en este blog hay para elegir, pero no tienes idea de lo especial que ès para mi!
    Ahora, Pos porque haces tan encantador a Jeremy??!! hasta me agrada un pokito!!
    porque cuida a Nessie, mmm!!
    Què pasarà??
    Donde està Jacob??

    OOOooo!!! no me aguanto la espera!!
    gracias por compartir tu talento!!!!
    sayoo

    ResponderEliminar
  3. Ay Naty que intrigaaaaa,,,! y todavia falta una semana para saber q va a pasar... :S

    A mi tmb me esta cayendo bien Jeremy, tiene lo suyo,jeje... es simpatico y cuida de Nessie-Valery.. Quiza hasta me este empezando a gustar.. un poquito.
    Y mi Jake cuando va a hacer acto de presencia???

    Muero por saber q va a pasar..!!!!!!!

    Y este Fic es uno de mis preferidos.. De verdad sabes como mantenernos atrapadas... :D

    Besitos,,, y segui asi...

    ResponderEliminar
  4. holaaaaaaaaaaaa naty ya lo he dicho muchas veces pero no me caso de repetirlo, estoy enbobada con esta historia. jajaja
    y digo lo mismo que adripili, porque haces que nos guste jeremy, por lo menos yo empiezo a verlo con buenos ojos. jajaaja
    espero ya el proximo capitulo.
    que le dara jeremy a nessi??,
    cuando aparecera jake???
    espero pronto.
    besos amiga y sigue asi..

    ResponderEliminar
  5. Noooo... como lo dejas así...!!?? jajaja que intriga que será la sorpresa...?? Buenisimo el capitulo naty pero extraño a Jake..!! que ya aparezca en el proximo capitulo dale...?? seguí así esta genial...

    Montse :*

    ResponderEliminar
  6. Necesitooo maaaaaaaas!! noo puedooo x favoor unas semanaa mas nooooo!!!! :S las amoooo graciaaas!! (LL)

    ResponderEliminar
  7. Genial! Sin palabraaas!
    YA quieroo leer el siguientee caaap!

    ResponderEliminar
  8. GABRIELLE BLACK-CULLEN19 de diciembre de 2009, 16:23

    EXCELENTE!!!!!!!!!!!! ME MUERO POR LEER EL PROXIMO CAPI PARA SABER CUAL ES LA FULANA SORPRESA
    MUCHOS AULLIDOS
    AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU

    ResponderEliminar
  9. Natyyyy .. Naty .. Naty.. este historia va de maravilla, me duele los recuerdos de Nessie, pero , con el pasar de los capitulos iremos viendo que sucede!!
    Me encata como cada una escribi y le pone su chispa a estas historias, y pues este capitulo no se qeuda atras esta bueno!!
    ReAuuuuuuuuuuuu!!!!
    Abrazos :D
    Ada

    ResponderEliminar
  10. HAY POR FAVOR NO ME DEJES ASIIII...UNA SEMANA PARA SABER CUAL ES LA SORPRESA, NOOOOOOOOOOOO!!!!

    SE ME ANTOJO EL HUEVO CON TOCINO MMM...

    ResponderEliminar
  11. Este Jeremy me empieza a agradar "demasiado". Pobre Nessie, creo que acabara liandola. Claro que sólo hasta que vuelva a ver a Jake.
    Este capítulo me mato y quede con ganas de más... y más...
    Menos mal que Nessie podrá dar marcha atrás y volver a ser ella en cuanto deje de tomar el veneno.
    Cuando nos diras que pasa con Jake?. Estoy impaciente.
    Adoro este Fic. Creo que de los tuyos es mi favorito.

    ResponderEliminar
  12. Mmm...
    Confirmada mi sospecha sobre Jeremy, hay, Dios, qué mal, me comenzó a agradar cada vez más Jeremy, igual me muero por saber qué ocurrió con Jake.

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...