miércoles, 2 de junio de 2010

Encuentro Placentero "Cap 10" - Kokoro Black

Disclaimer: Adaptado en la novela de Mauren Child: La hija del magnate. Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephenie Meyer, aunque en las noches Jacob es mío, en el día Edward, y también me presta a Ian, a Jared y a Gabe… para los fines de semana… hahaha

Encuentro Placentero

Capítulo X – ¿Matrimonio de conveniencia?



Emmett


—¿Marian? —repitió Rose con el dolor reflejado en la voz.

Sentí su angustia como propia.

No había pensado en aquel maldito anillo durante semanas. Si lo hubiera hecho, lo hubiera llevado al banco para depositarlo en la caja de seguridad. Pero había estado tan ensimismado con Rose y Mia que había dejado aquel costoso anillo en el cajón y me había olvidado de él.

—Maldita sea —dije entre dientes, acercándome a ella. Le quité la caja de terciopelo de la mano, la cerré y la volví a dejar en el cajón.

Entonces la miré a los ojos y vi en ellos reflejado lo herida que estaba. Me sentí como un completo malnacido.

—Umm —dijo ella, alejándose de mí y apartando la mirada—. Lo siento. No tenía intención de husmear. Simplemente estaba guardando los preservativos y…

—Rose, permíteme explicarte —pedí, acercándome de nuevo a ella.

Pero Rose volvió a alejarse de mí antes de que la pudiera agarrar.

—¿Explicarme? —dijo, riéndose. Se alejó aún más de mí. Agitando la cabeza se acercó a la cómoda y agarró los papeles que había dejado en la habitación. Los diseños para las cartas de los viñedos Cullen, diseños sobre los que había estado muy emocionada aquella mañana.

Recordé cómo me los había enseñado… con el brillo reflejado en los ojos. Incluso en aquel momento había sentido una pequeña punzada de remordimiento, ya que había hecho que trabajara para mis hermanos más por mi propia conveniencia que por el bien de ella. Había querido tenerla segura. Aquí. En mi casa.

Pero la alegría que había sentido Rose por el rumbo que estaban tomando sus negocios estaba ensombreciéndose. Y todo por mi culpa.

—No hay nada que explicar —dijo ella con voz firme—. Tienes un anillo de compromiso para darle a otra mujer en el mismo cajón en el que guardas los preservativos que utilizas conmigo. ¿Cuántas más evidencias quieres? Yo soy la mujer con la que acostarse y ella es la mujer a la que convertir tu esposa —añadió, dirigiéndose hacia la puerta—. Créeme, lo veo todo muy claro.

—No, no lo haces —espeté, impidiéndole el paso antes de que pudiera salir de la habitación.

La miré a los ojos y sentí la distancia que había entre ambos. No había querido que ella se enterara de la existencia de Marian. Si todo hubiera estado acorde a mis planes, Mia y Rose hubieran estado en mi casa durante seis meses y después todos hubiéramos seguido nuestras vidas.

Pero en algún momento del camino todo había cambiado. No estaba seguro de cómo, ni de cuando había ocurrido, pero de lo que sí estaba seguro era de que no sabía qué hacer. Me estaba mirando y me sentí en la obligación de decir algo.

—Sí, había planeado casarme con Marian —me sinceré al no ser capaz de pensar en otra persona que decir.

Observé cómo ella hizo un gesto de dolor y, si me hubiera sido posible, me hubiera dado una patada a mí mismo. Jamás había planeado hacerle daño, pero aun así parecía que no podía evitarlo.

—Fue una decisión de negocios —le expliqué, tratando de atenuar la impresión que se había llevado ella.

Rose cerró los ojos durante unos segundos y agitó la cabeza como si estuviera cansada.

—Negocios —repitió ella, abriendo los ojos de nuevo.

—Sí, un matrimonio de conveniencia. Más que un matrimonio, una fusión —añadí. Entonces respiré profundamente y continué hablando, ya que percibí que ella me estaba apartando. Repentinamente deseé estar tan cerca de Rose como me fuera posible—. Mira, mis dos hermanos se casaron con sus esposas por razones equivocadas y han terminado siendo tan extremadamente felices que hasta son empalagosos. Yo pensé que por lo menos tendría la misma oportunidad que ellos y era una buena unión para hacer prosperar la campaña de Aviones Cullen. El padre de Marian posee varios aeródromos muy bien situados por todo el país: Aeródromos Cornice. Casándome con ella garantizaba un nuevo espacio de aterrizaje y nuevas rutas para Aviones Cullen.

—Bien por ti —dijo ella, cruzando los brazos sobre el pecho—. Enhorabuena. Me aseguraré de apuntar todas las rutas nuevas cuando rediseñe la pagina web.

Frustrado, refunfuñé.

—El maldito anillo está aquí, ¿recuerdas? Marian no lo lleva puesto en el dedo porque no me voy a casar con ella.

—¿De verdad? ¿Por qué no?

¿Por qué no? Una buena pregunta. Ni yo mismo estaba seguro de la respuesta más allá del hecho de que no podía soportar pensar en pasar el resto de mi vida con otra mujer que no fuera Rose.

Como no contesté, ella me miró en espera de una respuesta.

—Es una pregunta muy simple, Emmett. ¿por qué no te vas a casar con los maravillosos aeródromos Cornice?

—Por Mia… y por ti —contesté, poniéndome tenso.

Rose me miró con una gran impresión reflejada en la cara.

—Le dije que necesitaba tiempo. Tiempo con Mia. Tiempo para ordenar mi vida.

—Así que ahora no te vas a casar con ella.

—Nunca —corregí, que estaba muy seguro de ello en aquel momento.

—Pero eso no es lo que le dijiste a ella, ¿verdad?

—No —admití, pasándome una mano por el pelo y preguntándome cómo salir de aquel embrollo—. Le dije que en seis meses hablaríamos —añadí—. Quiero darle la oportunidad de que sea ella quien anule nuestro acuerdo.

—¡Qué noble de tu parte! —comentó Rose, tratando de pasar por mi lado.

Pero se lo impedí de nuevo y ella respiró profundamente. Estaba frustrada.

—No es noble —discutí, tratando de encontrar la manera de explicarle lo que ni yo mismo comprendía—. Es…

—¿Es qué, Emmett? —pregunté—. ¿Conveniente? ¿No quieres estar comprometido con una mujer mientras te acuestas con otra? Bueno. Eso te convierte en candidato a hombre del año, ¿no es así?

El dolor de Rose se transformó rápidamente en furia y yo, por prudencia di un paso atrás.

—Me has utilizado —aseguró ella con tirantez, mirándome fijamente de arriba abajo—. Me has utilizado para practicar el sexo conmigo mientras mantenías a la sin duda apropiada Marian apartada de todo.

Estaba dispuesto a aceptar que Rose se desquitara un poco conmigo, pero o iba a permitir que nos insultara a ambos.

—Nos utilizamos el uno al otro para practicar el sexo, cariño —dije, observando el daño que le hacían mis palabras—. Jamás te prometí nada —me apresuré a añadir.

—Entonces eso hace que todo esté bien, ¿no es así? —susurró ella—. ¿No prometas nada y después no importa lo que hagas? ¿O a quien hieras? —añadió, acercándose a mí y poniéndome el dedo índice sobre el pecho—. ¿Y qué pasa con Mia? ¿Ibas a apartarla de tu lado una vez te hubieras casado con Marian?

—¡Desde luego que no! Mia es mi hija. Siempre va a ser mi hija.

—Supongo que eso es algo —dijo Rose.

—Rose… —me acerqué y le agarré los hombros.

La sujeté con fuerza al tratar ella de soltarse. No sabía cómo arreglar las cosas y ello me estaba irritando mucho. Siempre había sabido qué decir, qué hacer. Pero en aquel momento, cuando necesitaba aquella capacidad más que nunca, me había abandonado.

—No hagas esto, no nos hagas esto a nosotros. No arruines lo que tenemos.

—¿Lo que tenemos? —repitió ella, despacio—. No puedes arruinar lo que no tienes —añadió, levantando la vista y mirándome a los ojos—. Además, yo no he hecho nada de esto, Emmett. Lo hiciste tú.

Entonces se apartó de mí y agarró con fuerza los papeles que llevaba.

—Alice está esperando para ver estas cartas —dijo.

—Puede esperar unos minutos más —comenté, no quería que Rose se marchara.

—No, en realidad no puede —contestó ella—. Preferiría que nadie de tu familia, ni mis amigos, se enteraran de que las cosas van mal entre nosotros. Así que, si no te importa, me gustaría ver algunas de tus fabulosas cualidades para la actuación cuando bajes al jardín.

—Rose…

—No hay motivo para que le tengamos que arruinar el día a nadie más —dijo ella, marchándose de la habitación sin mirar para atrás.



Rose


Cuando todos se hubieron marchado, todavía no estaba de humor para hablar con Emmett y, como tenía que ir al pueblo, lo dejé al cuidado de Mia y me marché. El trayecto en aquel lujoso coche rojo que él me había comprado por lo menos me permitió dejar de pensar un poco en lo estúpida que había sido. Tuve que concentrarme en la carretera, en los demás conductores, en vez de en el dolor que me estaba golpeando el corazón.

—Es culpa tuya —me dije a mí misma mientras aparcaba el vehículo frente a la tienda que quería visitar. A continuación apoyé la cabeza en el volante y cerré los ojos—. Sabías que esto era algo temporal, que todo lo que suponía para Emmett era una oportunidad para conocer a su hija. Has sido tú la que has permitido que el sexo se convierta en algo más. Has sido tú la que has comenzado a soñar despierta…

Respiré profundamente, abrí los ojos y levanté la cabeza. Miré la tienda que había frente a mí. Me sentí enferma de repente al pensar en la razón que tenía para estar allí, en lo que iba a comprar. Si estaba en lo cierto, las cosas se iban a complicar mucho más…



Emmett


Traté de hablar con ella cuando regresó a casa, pero Rose pasó por mi lado como si no existiera. Así que decidí que le iba a dar un poco de espacio, un poco de tiempo para que pudiera pensar con claridad. Entonces volvería a hablar con ella e iba a tener que escucharme.

Había pasado la tarde más larga de mi vida. Había estado hablando con mis hermanos y con Mike Sullivan, había fingido que no ocurría nada malo, pero podía sentir el sufrimiento de Rose como una nube negra sobre mi cabeza. Nadie más se había percatado, ya que ella había esbozado una sonrisa y había hecho lo que había planeado; mantener a todo el mundo en ignorancia acerca de los problemas de habíamos tenido.

—¿Pero qué ha sido exactamente lo que ha ocurrido? —me pregunté mientras observaba por las ventanas del salón lo oscura que estaba la noche—. Rose encontró un anillo que no he utilizado, un anillo que no significaba nada —añadí, discutiendo conmigo mismo—. Le dije que he roto con Marian, ¿por qué no puede comprenderlo?

Las mujeres carecían de lógica a mi punto de vista, pero esa noche ella iba a tener que escucharme. Traté de oír qué estaba haciendo y escuché cómo le cantaba a Mia mientras la bañaba antes de acostarla. Entonces oí los sonidos que hacía moviéndose de un lado a otro y me percaté de que la razón por la que con anterioridad nunca había pasado mucho tiempo en mi casa había sido porque ésta había estado demasiado silenciosa. Era una casa excesivamente grande para un hombre solo y estaba llena de un silencio que parecía hacerse más profundo cuando tenía tiempo sin pensar en ello.

Pero con Mia y Rose viviendo aquí, la casa parecía tener vida. Y yo también.

Finalmente, desistí de la idea de tratar de crear una nueva ruta de vuelo y de asignar a otros pilotos los huecos que había dejado Dan, el cual había renunciado tras el nacimiento de su hijo. Al día siguiente ya me preocuparía de los nuevos problemas que debía resolver en la empresa. Iba a tener que contratar nuevos pilotos pero, hasta que lo hiciera, yo mismo iba a tener que cubrir algunos vuelos.

Desde que Mia y Rose habían aparecido en mi vida, volar se había convertido en algo secundario. No había pilotado desde hacía semanas y, hasta aquel momento, no me había siquiera percatado de ello. No lo había echado de menos.

Repentinamente, pensé que mis hermanos tenían razón. Quizá debía pedirle a Rose que se casara conmigo. Lo que estaba claro era que solucionaría muchos problemas. Ambos compartíamos a Mia, así como una increíble química sexual que lograría que vivir juntos no fuera ningún problema.

Al considerar la idea sonreí para mí mismo. Tal vez Edward y Jasper habían encontrado la solución que yo necesitaba. Un matrimonio de conveniencia, pero con la mujer acertada.

—¿Emmett?

Al oír mi nombre miré hacia atrás y me levanté a toda prisa. Como si la hubiera conjurado con mis pensamientos, Rose estaba en la puerta del salón. No la había oído bajar las escaleras, pero al verla allí, bajo la dorada luz que otorgaba la lámpara, me percaté de que estaba muy pálida y de que tenía los ojos como platos. Parecía estar muy impresionada.

—¿Qué ocurre? —pregunté, acercándome a ella.

—Nada… —contestó, indicándome con la mano que me alejara de ella.

Pero no le hice caso. Le puse un brazo por encima de los hombros y la guié hacia una silla, donde la ayudé a sentarse. Traté de ignorar el hecho de que la había notado muy tensa y rígida. Seguramente seguía enfadada. Yo podía hacer que dejara de estarlo. De hecho, en cuanto le contara mi idea, tenía la impresión de que la iba a alegrar tanto que iba a olvidar todo lo que había ocurrido aquella tarde.

Me senté en un sofá frente a ella y la miré directamente a los ojos, unos ojos que brillaban con lagrimas que Rose estaba tratando desesperadamente de controlar. La preocupación se apoderó de mí.

—Maldita sea, Rose. Algo ocurre —dije—. Puedo verlo en tu cara. Si es por lo que ocurrió antes, quiero que hablemos sobre ello. He estado pensando y si pudieras escucharme…

—Déjalo —espetó Rose, agitando la cabeza. Se restregó la cara con las manos y, después, me miró a los ojos con una sombría determinación.

Me sentí invadido por una clase de temor que jamás había conocido antes.

—¿Qué pasa? —pregunté, acercándome y tomándole una mano.

Rose estaba temblando…

—Simplemente dímelo, por favor.

—Estoy embarazada.



Rose


Observé cómo la impresión y después el asombro, seguido del alivio, se reflejaron en sus ojos. Entonces retiré mi mano y me quedé en silencio en espera de que él dijera algo.

Cuando hacía media hora me había realizado la prueba de embarazo sólo había logrado confirmar las sospechas que aquella misma tarde había comenzado a apoderarse de mí. Al haber estado hablando con las demás mujeres acerca de los bebés y los embarazos, me había percatado de que no había tenido el periodo. Habían ocurrido tantas cosas en mi vida recientemente que no le había prestado la más mínima atención a ese importante detalle. Pero en realidad, aunque me hubiera dado cuenta, no me hubiera preocupado. Después de todo, un médico me había dicho que sería casi imposible que me quedara embarazada de manera natural. Por esa misma razón había acudido al banco de esperma para concebir a Mia.

—Pensaba que dijiste… —comenzó a decir Emmett.

Asentí con la cabeza al percatarme de lo que iba a decir él.

—Mi médico me dijo que sería casi imposible… —repuse, riéndome entrecortadamente—. Supongo que la palabra clave en esa frase es "casi".

—Así que aquella primera noche cuando…

Volvía asentir con la cabeza.

—Aparentemente, tus pequeños nadadores no tienen ningún problema con encontrar mi ovulo.

Emmett parecía incluso complacido, pero quizás era cosa de mi imaginación.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Mas o menos desde hace media hora —contesté, levantándome. Me sentía incapaz de estar allí sentada durante más tiempo. Comencé a andar por la sala.

Podía sentir la mirada de Emmett sobre mí y deseé más que nada poder lanzarme a sus brazos para celebrar aquel… milagro.

Cuando me había embarazado por primera vez, no había tenido a nadie más que a Vera para celebrarlo. Pero aquel segundo embarazo era algo triunfal, una posibilidad entre un millón, y quería gritar, reír, llorar. Aunque iba a tener que hacerlo sola, a pesar de que el padre de la criatura estaba en la misma sala que yo.

No podía engañarme durante más tiempo. Había querido fingir que de cierta manera Emmett terminaría amándome. Pero la cruda realidad era que no lo hacía. Y nunca lo haría. Lo triste era que él sí que era capaz de amar. Quería a Mia, era obvio ante los ojos de cualquiera. Por lo que era sólo a mí a quien no podía amar. Y la suma de otro niño más no iba a cambiar nada.

—Rose…

Me detuve, me di la vuelta y lo miré desde el otro extremo de la habitación.

—¿No quieres al bebé? —preguntó él.

—Desde luego que quiero a este bebé —contesté, colocando ambas manos sobre mi vientre como si pudiera evitar que la diminuta vida que llevaba en mis entrañas oyera aquella conversación—. Es un regalo Emmett. Uno que siempre consideraré como un tesoro. Es sólo que… —en ese momento hice una pausa y suspiré profundamente— hace que las cosas sean mucho más complicadas que antes.

—No —dijo él, acercándose a mí y mirándome de frente. Le brillaban los ojos y estaba esbozando una gran sonrisa—. Esto hace que las cosas sean más fáciles.

—No veo cómo.

Emmett me acarició los brazos y después tomó mi cara entre las manos.

—De eso era de lo que te quería hablar. Tengo la solución a esta situación, Rose. Cásate conmigo.


¡Ahhhhh! ¿Qué creen que le dirá Rose? ¿Aullidos?

17 comentarios:

  1. me encanta este fic,este capi esta genial.ais,amo a emmett.y claro ke rose le dira ke si,kien no lo haria?

    ResponderEliminar
  2. Adoro esta historia...me encanta Emmet..ya quiero leer el próximo..como siempre escribes divino ..me gusta un beso para vos...

    ResponderEliminar
  3. Hay mi Koko, creo que me estoy enamorando de Emmett aaaaaahhhhhhhhh!!!!! Yo quiero uno asi!! jajaja!!! Buenisimo el capitulo, Gracias Koko!!!
    Cariños, Shandra

    ResponderEliminar
  4. k capitulo tan emocionante!!!
    la verdad lo ultimo k me esperaba era un embarazo (x akello d k era casi imposible) pero es una gran idea, como todo lo que sale de tu cabecita!!!!
    ya kiero el otro capi!!!
    gracias x todo Koko

    ResponderEliminar
  5. me encanto es jenial aaaay emmett es mas rico aaa como todos los cullen ajajajaj porfis sigue escribiendo espero con tantas ganas q sea miercoles,lunes etc toda la semana se me va volando esperando cada publicacion besos desde chilito

    ResponderEliminar
  6. EMBARAZADA???? OMG!!ke buen captulo koko, algo asi me suponia, pero me resisti a adelantarme, DIOOOOOSS!!! que bien, pero y que le dira Rose, ahora??? ya ya ya quiero saber que mas va a pasar. Me tienes intrigada, jaja.

    BESOS.

    ResponderEliminar
  7. Malaaaa!!! aaaaaaaaaaaaa Koko como me djeas asiiiii...... Diooooos Emmett ven por mi (babas) Rose si que se sabe ahcer sentir ... aaaaaaa
    aaaaaaaaaaa por mi alpha que este es un fic que me tiene alucinada ... solo espero que Rose nosea tan testarudaaa aaaa esa marian se va a caer de culo cuando se entereee aaaaaaaaaaaaaaaaa
    sera ser papi por segunda vez aaaaaaa
    wiiiii
    aaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuu para ti mi lpha

    ResponderEliminar
  8. mmmmmmmmmmmmmmm...yo francamente creo que rose dira que nooo..lo tomara como una falta de respeto hacia ella, pensara que el quiere solucionar todo casandose con ella y nada mas y no creo q sea lo que ella quiere...

    ella quiere q la ame de la misma forma en que ella lo ama a ell..!!!
    diosssssssssssss...encima embarazadaaaa...
    ay noooo...la verdad no se q esperar para el proximo cappp..jajaja

    besos enormes..!!!!

    ResponderEliminar
  9. waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
    definitivo me kieres matar yo aki enferma
    tirada en la kama kon los dolores a lo ke dan
    y tu matandome de emosion e intriga LO AME

    ResponderEliminar
  10. hay hay no te lo puedo creer!!! ajajaja me encantooo sisisi este emmett si q es fertil eh jajajaja

    ResponderEliminar
  11. me encanto.... es una maravilla, este finc me encanta.... creo que es la parejita mas "divertida".... que ganas tengo de saber que pasara al fianl.... besos

    ResponderEliminar
  12. wuaoooo koko
    uffff estoi asi :0
    jejeje io kreo
    k rouse dise k no
    por k piensa k no es korrepto
    pero pos al final si jaja
    me dio risita kuando
    emmet pregunt
    rouse ,
    no quieres al bebe?,
    no se pero me imagino a un
    tierno emmet con cara confundida
    como si estuviera
    batallando pensando jejej
    buenisimo koko
    tkm aki iopp

    ResponderEliminar
  13. (es tarde y lo se, siempre comento el mismo dia de la publicacion, pero las situaciones de la vida jaja)
    pero ahora si va lo bueno!!!
    waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa,aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...............aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa............
    bueno la verdad es ke puedo dedir muchas cosas y tooodass van encaminadas a la misma situacion!
    estubo extremo
    fueron demaaciadaas cosas
    lo juero
    me kede pasmada, no lo podia creer!!!!
    pero me mori lentamente!
    muy lentamente para ser exacta!
    ske primero lo del añillo y la frace clave "iva a "
    luego lo de la tienda, admito ke estaba perdida, pero despues con la confecion, me kedo todo claro!!!!!!
    y luego la sonrisa de emmet
    solo una excusa!!!
    era lo ke necesitaba, y rose se la dio!!!
    waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    pero no se porke presiento ke le va a decir ke no......
    pero luego todo se solucionara!!!
    pero waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    ke potente emmet!
    ella no podia tener.....yy llega super emmet al rescate!
    waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    lo ame
    juro ke lo ame!
    commo es ke pude esperar tanto para leerlo????
    no lo puedo creer!
    waaaaaaaaaaaaaaaaaa
    espero el proximo cap con muchas ancias

    besos
    te kiero
    bye

    ResponderEliminar
  14. espero que rose se guarde su orgullo y acepte casarse con emmet, jajaja
    besos

    ResponderEliminar
  15. Auuuuuuuuuuu!GeNiAlLlLlLlL

    ResponderEliminar
  16. Por todos los santos Roo!!! Me muero!!! Las chicas son geniales!! Wow!!Adoro a esta pareja!!
    Besos
    T.

    ResponderEliminar
  17. Pues obvio que un Si... o es que nos torturaras un poquito más??... Yo encantada he me gusta esta historia y mientras más larga menor.. jajja voy por el siguiente y estaré al día con este fic.

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...