sábado, 29 de mayo de 2010

Herencia Maldita "Cap 4 - Irrevocable" - Naty Celeste

Disclaimer: La Saga Twilight y los personajes originales son de la increíble Sthephenie Meyer, los personajes adicionales y la historia son mias (ojalá eso no sea algo malo XD)

Summary: El nunca quiso esto, todo lo que deseaba era ser normal, pero eso no era lo que el destino le deparaba al hijo de una híbrida y un licántropo.


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Capítulo 4: Irrevocable


Me quedé muy quieto, salvo por los inevitables temblores. Me aterró la forma en la que sus grandes y expresivos ojos me atraían. Así que sólo me quedé congelado, observándolos.

- ¡Oye! ¡Te estoy hablando! ¿Eres sordo o que? -pestañeé `para aclarar mi mente.

- ¿Qué? -pregunté. Por alguna razón no podía escanear su cabeza para averiguar lo que había dicho.

- ¡Que ¿Quién rayos te crees que eres?! ¡Son las cuatro de la madrugada, idiota! -me quedé con los ojos abiertos como platos. No creí que una chica tan pequeña pudiera gritar tan alto. Iba a responderle, pero un temblor horrendo me recorrió el pecho y tuve que quedarme donde estaba y con la boca cerrada. Tragué en seco y apreté los puños.

- Debo irme -solté a través de mis dientes y me di media vuelta, dejándola sola y con la puerta abierta.

Al entrar en mi departamento me apoyé contra la puerta intentando recuperar el aliento. La música me taladró la cabeza, así que tomé lo primero que encontré a mi alcance y lo arrojé contra el aparato con fuerza, destrozándolo por completo. El temblor no se detenía, y sabía que esta vez no lo haría. Nunca lo había sentido tan intensamente.

Caí al piso de rodillas, apretando los dientes para no gritar mientras el calor se expandía por mi cuerpo y me quemaba por dentro. Sentí como cambiaba en contra de mi voluntad e intenté calmarme con todas mis fuerzas… pero no podía hacerlo. La certeza de lo que había sucedido no abandonaba mi cabeza. Había sucedido lo que siempre había evitado. Lo que me prometí a mi mismo que nunca dejaría suceder.

El solo recordarla, con sus grandes ojos y su cabello alborotado… gruñí a la nada, frustrado mientras intentaba recuperar el ritmo de mi respiración y reprimir el aullido que burbujeaba en mi garganta.

Me acerqué a la ventana del balcón y me aseguré de que no hubiera nadie afuera antes de sacar la cabeza para tomar aire. Esto no debería haber pasado. ¿Porqué rayos no podía ser normal? Como si no hubiera sido suficiente con la sed y la lectura de mentes… ahora también… -me obligué a mi mismo a pensar en la palabra- Ahora también ¿imprimaba?

Me concentré en calmarme, usando todas mis fuerzas, y después de un rato, logré ponerme de pie de nuevo… aunque no por mucho tiempo. Me mareé de repente y sentí la habitación dando vueltas a mi alrededor. Sacudí la cabeza intentando componerme, pero era inútil. Sentí como si todas las horas de sueño perdidas en las últimas semanas me alcanzaran a la vez, cobrándome factura. Me tambaleé al intentar caminar y caí al piso sin lograrlo. Ni siquiera sentí el golpe contra la madera.

Cuando abrí los ojos me pareció muy extraña la luz que provenía de afuera. Aún estaba desnudo en el piso de mi departamento. Me incorporé confundido y miré la hora. El reloj digital marcaba las 5:30 pm. Había dormido casi doce horas y sin pesadillas, no podía creer que fuera real. Me puse de pie y fui al baño lentamente. Al mirarme al espejo noté la diferencia en mi rostro. No creí que nadie mas la habría notado, pero mis ojeras no eran tan pronunciadas como de costumbre. De hecho, casi ni se veían. Me mojé la cara y sentí el agua muy fría entre mis dedos y contra mi piel. Y entonces volví a mirarme al espejo, entendiendo el cambio. El por qué ese rostro me parecía tan diferente y sin embargo tan familiar a la vez… parecía un licántropo. Me veía igual a mi padre.

Podía ver la similitud con los miembros de las manadas. La piel oscura en lugar de la palidez habitual, la ausencia de las ojeras, la claridad de los ojos, el cambio en la temperatura… la maldita imprimación me había vuelto más licántropo de lo que jamás había sido. Las transformaciones involuntarias jamás habían hecho que me viera tan quileute en mi forma humana.

Gruñí al espejo cuando noté que había pensado en esa palabra. Esa porquería de hechizo vudú que juré que jamás dejaría que me ocurriera. ¡Maldición, ni siquiera era un licántropo completo! ¡Ni siquiera quería serlo! Lancé un puñetazo al espejo con toda mi fuerza y el marco de metal se dobló y cayó mientras alejaba la mano. Observé la piel desgarrada de mi puño mientras se curaba, respirando agitadamente. En otra ocasión, algo tan frágil como un vidrio no me hubiera dañado. Hasta la dureza de mi piel mostraba signos de las características de un quileute.

Me metí a la ducha cuando mis brazos comenzaron a temblar de nuevo. Me quedé debajo de la lluvia hasta que me relajé lo suficiente como para ser capaz de destrabar mi mandíbula y dejar de apretar los dientes. Sentía que la cabeza me explotaría si no me relajaba un poco. Gracias la cielo no parecía haber mucha gente en el edificio, si no los pensamientos me hubieran vuelto loco… especialmente los suyos. Ella no estaba en casa.

Respiré profundamente. El sólo hecho de pensar en ella a unos metros de distancia, viviendo a sólo unos pasos de mí, me volvía completamente loco. Sacudí la cabeza intentando aclarar mis ideas. No era posible que yo imprimara. Simplemente imposible. Aunque de momento lo pareciera, yo no era un licántropo. Jamás lo había sido completamente, y jamás lo sería. Cerré la llave del agua y suspiré de nuevo.

De seguro solo había sido el cansancio o algún lapsus de locura temporaria. Me negaba a creer que fuera cierto. No podía serlo. No lo era.

- No lo es -sentencié en voz alta para mí mismo. Jamás dejaría que me sucediera lo mismo que a mi padre. Yo sería normal. Yo tendría elección.

Después de vestirme a lo deportivo, me preparé algo rápido para comer antes de salir a correr. En realidad no me gustaba mucho la comida humana, y en general solía comer bastante poco, peor hoy moría de hambre. Hice huevos con tocino, y al terminármelos decidí prepararme también un filete. Luego de quedar satisfecho, apilé los trastes en la cocina y salí a la calle. Estaba atardeciendo, así que no era extraño que alguien decidiera salir a hacer ejercicio. Claro que esa no era la razón por la que salía, no necesitaba hacer ejercicio, sólo quería gastar energías. Además, me parecía una buena forma de desconectarme del mundo. Antes que nada, fui directo a una tienda de fotografía para comprar baterías para mi reproductor de música. No planeaba quedarme sin nunca más.

Luego comencé a correr sin esfuerzo alguno, pero solo unos metros después consideré seriamente volver al departamento. El maldito lugar me llamaba a gritos. Ella debía estar de vuelta.

- No -decidí en voz alta, ganándome las miradas extrañadas de las personas a mi alrededor-. Todo el asunto es una locura -agregué mientras pasaba de largo la entrada del edificio, comenzando a correr más rápido y conectando la música para distraerme. Las voces mentales de las personas parecían hacerse más ruidosas con cada paso que daba, lo cual hacía que cada vez corriera más rápido, intentando escapar de ellas.

Me estremecí cuando una familia pasó a mi lado y su olor me quemó la garganta. Tuve que contener la respiración para ser capaz de seguir corriendo. De no hacerlo, les hubiera saltado encima como un animal… como un neófito. Se me erizó la piel de los brazos cuando entendí que así era como me sentía en ese momento. Solo podía pensar en la sed.

Corrí intentando mantenerme en el límite humano, cuidando las apariencias solo un poco. Al otro lado de la calle, un ciclista pedaleaba rápidamente, moviéndose al mismo ritmo con el que yo corría. Él pensaba en que al llegar a casa debería llamar a un amigo, pero yo sólo pensaba en el fuerte y acelerado latido de su corazón, sonando con fuerza a través de mis sentidos. Se me hizo agua la boca al imaginarme el sabor del tibio líquido bañándome la lengua y escurriéndose por las comisuras de mis labios.

El hombre dobló a la derecha en una esquina y automáticamente yo ajusté mi dirección para seguirlo, dando un paso a mi derecha también, con intención de cruzar la calle.

Un bocinazo me despertó del transe. Me detuve en mi lugar para ver al auto casi rozándome las pestañas. Sacudí la cabeza al notar lo que estaba haciendo, lo que había estado a punto de hacer… Iba a seguirlo… Iba a matarlo. Se me formó fuego puro en la garganta. Tenia la sensación de tenerla en carne viva. Tragué con dificultad y di un paso atrás, aterrado de mí mismo.

Tenía que irme. Tenía que volver. Una señora me rozó el brazo con su hombro al pasar a mi lado y la descarga de calor de su piel provocó que la garganta me quemara aún más. Tenía que largarme. Me di media vuelta y comencé a correr de nuevo, escapando de la pequeña multitud que se movía por las calles, intentando escapar de mis instintos, de mi sed y de mí mismo.

Al llegar al edificio ni siquiera consideré subir al elevador. Simplemente subí por las escaleras lo más rápido que pude, sin importarme si había alguien cerca. De todos modos, no creerían lo que verían. Y si me detenía demasiado, de seguro acabaría cediendo a mis instintos. Hacía más de cinco años que no probaba la sangre, y no planeaba dejar que sucediera ahora. Cerré la puerta de mi departamento tras de mí y fui directamente a la nevera.

Me bebí la botella completa de leche y luego varias de agua fría que conservaba, pero ninguna parecía tener efecto. ¿Qué rayos me sucedía el día de hoy? Esta tarde cualquiera hubiera jurado que era un quileute completo, y ahora me sentía más vampiro que nunca.

Subí el volumen de la música cuando los pensamientos de la chica de junto me llegaron a la cabeza, y mi estúpido corazón dio un vuelco. Jamás admitiría que me moría por saber lo que pensaba, así que puse el volumen al máximo y me desesperé cuando no logré ahogarlos por completo. Eran las diez de la noche, y todavía había gente caminando por la playa, así que no me serviría de nada ir a nadar… y definitivamente no volvería a la calle. Aún desde mi departamento podía sentir el apetecible perfume de los peatones que pasaban cerca del edificio.

Decidí subir a la azotea para alejarme un poco más de todo. Quizás así podría ahogar las voces e ignorar los perfumes. Al pasar por el pasillo, caminé muy rápidamente junto a su puerta, negándome a aceptar el impulso de tocar, de hablarle, o siquiera de reconocer su existencia.

Subí forzando la puerta disimuladamente y di un par de vueltas antes de encontrar el lugar indicado para sentarme. Lo hice en la baranda de cemento, mirando hacia abajo e intentando imaginarme las vidas de las personas que pasaban por la calle. En realidad solo intentaba meterme en la cabeza el hecho de que se trataba de personas. Ahí arriba el viento era más fuerte, así el olor no me afectaba tanto. Supuse que se trataba de una noche cálida, aunque en realidad no me afectaba la diferencia.

Volteé de repente cuando escuché pasos en la escalera a través de la música. Reconocí la voz mental lo suficientemente rápido como para reaccionar. Era ella. Mi corazón se aceleró golpeando mi pecho y me escondí detrás de la única pared antes de que pudiera abrir la puerta. No podía verla… no quería hacerlo. Me repetí a mí mismo que también me hubiera escondido de tratarse de otra persona, pero en el fondo sabía que no era cierto.

Pegué la espalda a la pared y cerré los ojos con fuerza, resistiendo el impulso de mirarla. Suspiré sin hacer ruido e intenté pensar en otra cosa… pero sólo podía escanear sus pensamientos en busca de algo. No estaba muy seguro de qué era lo que buscaba… algo que me dijera que era superficial, falsa y estúpida, justo como todas las demás que me atraían físicamente.

No detuve la música, en un intento por no hacer ruido, pero si me concentraba podía escuchar todo lo que hacía. Tenía que hacerlo -me repetí-, para saber en qué momento podría largarme de ahí sin que lo notara.

Bebió un sorbo de algo que llevaba en las manos. Aspiré aire para identificarlo y a pesar de que noté que era té, dejó de importarme cuando su aroma me hizo dar vueltas la cabeza. Sin pensarlo dos veces asomé mi cabeza y la miré de pie en el centro del lugar. No estaba de espaldas, pero no me prestaba atención. Casi solté un quejido cuando mi corazón de saltó un latido. Se veía de verdad hermosa alumbrada sólo por la luz de las estrellas. Su cabello castaño y corto enmarcaba su rostro y bailaba con el viento, dando la impresión de que acariciaba su piel. Cerré los ojos y me pegué de nuevo a la pared para evitar seguir mirándola.

Me dejé caer, deslizándome lentamente por la pared hasta quedar sentado en el piso cuando entendí que lo que sentía en ese momento era incluso mas poderoso que lo que había sentido el día anterior. Me cubrí el rostro con las manos y deseé que hubiera algo que pudiera hacer para evitarlo. Para evitar sentir que moriría si no corría hacia ella en ese mismo momento.

Pensé en lo ridícula que me parecía la devoción que mis padres tenían el uno por el otro siendo lo que eran, y me reí irónicamente para mis adentros. Yo ni siquiera conocía a esta chica, y ya deseaba con cada fibra de mi ser que me aceptara siendo lo que era: un monstruo peligroso, indeciso, cobarde y auto exiliado. Apreté los dientes al comprender que no tenía escapatoria. El daño ya estaba hecho. Sólo podía rogar por que el lograr dejar de transformarme me liberara. No quería amarla, no quería tener que amarla… Yo era autosuficiente, me manejaba completamente solo, sin depender de nadie. Tenía que creer que eso continuaría siendo igual.

Suspiré profundamente y abrí los ojos muy despacio. Ya no escuchaba su mente, así que me sorprendí cuando la vi de pie frente a mi, mirándome directamente con la taza de té con leche aún entre las manos. Me quedé muy quieto devolviéndole la mirada hasta que habló.

- ¿Estás bien? -me preguntó, y su voz me envolvió como seda. Me quité los auriculares y asentí con la cabeza dudando que fuera capaz de hablar, al tiempo que me ponía de pie-. Eres el que vive junto a mí ¿cierto? -sabía a lo que se refería, pero las palabras “junto a mí” saliendo de sus labios casi hicieron que me estremeciera.

- El idiota de la música a las cuatro de la madrugada -murmuré sonriéndole un poco. Soltó una pequeña carcajada muda.

- Lo siento, pero te lo merecías -replicó. Fruncí el ceño y volvió a reír-. ¿Qué hacías escondido ahí? -preguntó señalando el recoveco de la pared con los ojos. Me encogí de hombros.

- Escuchaba música -contesté simplemente. No era mentira-. ¿Cómo me encontraste? -pregunté un poco confundido. Sonrió de nuevo y sentí como se me erizaban los bellos de los brazos y la nuca.

- No eras el único que escuchaba la música -musitó señalando los auriculares con la mano. Aún sonaban entre mis dedos, pero no había notado lo fuerte que se escuchaba la música, incluso para el oído humano.

- No me digas que ahora también te desperté -bromeé.

- Vas mejorando -contestó riéndose. Casi solté un gruñido al notar lo enamorado que estaba de su risa.

- Creo que mejor entro -dije en voz baja mientras ella bebía un sorbo de su té. Asintió con la cabeza luego-. ¿Estarás bien aquí sola? -pregunté lentamente y casi sin volumen, y ella asintió una vez más. Cuando llegué a la puerta escuché una vaga respuesta mental. No era nítida, pero sí chocante: “Siempre estoy sola”, pensó, haciendo eco de lo que yo mismo había pensado antes. Volteé a mirarla, pero ya no me prestaba atención. Miraba las estrellas de nuevo, distraída y aislada, justo como antes de hablarme.

Esa noche me quedé despierto hasta que ella entró. No paré de escuchar cada uno de sus suspiros y movimientos. Era algo extraño, pero sabía que no podía negarlo. Estaba enamorado de ella, fuera cual fuera la razón… y sabía que ya nada me haría cambiar.

17 comentarios:

  1. me encanto de verdad que bueno que esta carga rapido otro por favor

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  2. Dios!
    Solte un grito ahogado cuando lei IMPRIMADO!
    Diooos, Naty esto cada vez pinta mejor!

    Quiero, quiero quiero máaaaaaaaaas!! XD

    BL!

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  3. ohhh naty eres genial genial geniaaaaaaal
    nunca me imeginee algo asi
    te adoro

    este cap es genial

    no puede ser acabo de leerlo y ya quiero el siguiente
    te veo el proximo sabado
    esta genial
    en verdad eres un geniooooo


    un beso
    adios

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  4. ¡Ahhhhhhh! Will me mata!! Imprimado!!! Ahhhhhh DIOS SANTO ME VAS A VOLVER LOCA MI AMOR!!!!

    Es magnifico como lo narras todo... en verdad me sorprendes a sobre manera, te admiro y te amo con todo mi corazón.

    Muero por leer el primer lemmon de Wiil & M** ahahahaha (Ventajas de ser tu amiga y saber lo que sucedera Jojojo)

    Te amooooooooo

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  5. ohhhh!!!!!!!!!!!!!!! Me encanto!!! es preciosoooo!!! jajja, el chico reberle imprimado.... es buenisimoo... que ganas tengo de leer el siguiente, NO PUEDO ESPERARRRR!!!
    BESOTES

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  6. No puedo creerlo... IMPRIMADO!!!! Diooos, que bueno se esta poniendo esto Naty. ya quiero leer mas, quien fuera Koko, para gozar de esos privilegios, jaja.

    Saludos.

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  7. Naty Celeste divinaaaa... te qued precioso el capitulo... que lindooo se imprimo, aaaauuuuuu ve cada que reniega se le salen los genss .... aaaa me encanta me fascina este fic.. aqui estare atenta para leerte Siiiiii me muero por saber que sucedeeeee ......
    Mi niña miles de besos y nuevamente aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

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  8. q genial no t tardes con el proximo plis jaja auuuuuuuuuuuuuuuuuu jajaja

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  9. wowwwwwwwwwwwwwww..!!!
    verlo enamoradoo..!! leer lo que piensa de ellaa..!!!
    q hermosooo..!!!
    vamos a empezar a ver una parte suya desconocidaaa...me encanta como piensa y se rie de lo que el pensaba de sus padres..!!!
    wow la verdad q me he quedado sin palabras..ha sido de lo mejorr..!!

    besos enormes..!!!

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  10. me encantoooo sisisisis como quedo remdido ante esta chica jajajaja

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  11. HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
    kiero a ese pobre lobitho... ok no me pegan¬¬
    bueno NATY eske WILL es un encanto y ya imprimoo
    a ke lindo, pero me cae mal ke el se niegue
    tanto a eso pero se ke lo solucionaras
    AME el capi bueno AMOR todo lo ke viene de ti
    jajaja BESOS mi NATY

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  12. Qe lindooow :3
    No puedoo esperar al otroo x9
    Hahaha

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  13. mi dios.. me lei los 4 cap. en 1 hora... dejame decirte q me facino.. me enamore!!.. q lindo q escribes!!! spero q subas el otro cap. rapido.. sino me kedare sin uñas!!.. jajaja.. d verdad amo tu trabajo!!!... una admiradora tuya!!! :D

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  14. Me matas esta BUENISIMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOsin mas que decir continua asi...te adoro...

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  15. naty publicaras hoy esque publicaste el viernes aique me pregunto para esperar y rebizar despues si no para no ilusionarme

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  16. OMG! Ahhhhhhhhhhhhh!
    Muero!!!!!!!!!!
    Me encantaaaaaaaaaaa!!!!!
    TODO ES PERFECTOOOO!!!
    OMG! MUERO!
    I'm speechless!!!!

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  17. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! me fasina me fasina quiero a este tipo es tan genial aunque pobresito lobito bueno
    sayo

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...