miércoles, 26 de mayo de 2010

Encuentro Placentero "Cap 09" - Kokoro Black

Disclaimer: Adaptado en la novela de Mauren Child: La hija del magnate. Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephenie Meyer, aunque en las noches Jacob es mío, en el día Edward, y también me presta a Ian, a Jared y a Gabe… para los fines de semana… hahaha

Encuentro Placentero

Capítulo IX – Éstas mujeres… estos hombres.




Emmett


—Tiene buenas ideas —reconoció Jasper un par de días después mientras levantaba una copa de vino.

Edward dio un trago a su brandy.

—Bella ya está llevando a cabo los cambios que Rose sugirió para la pagina web. Me ha estado siguiendo por el rancho durante dos días sin parar de hablar de ello.

—Eso está bien —dije, haciendo una pausa para dar un trago a mi whisky favorito. Sentí un cierto orgullo ante el hecho de que Rose hubiera aportado nuevas y frescas ideas al negocio de la familia—. Así se mantendrá ocupada.

—¿Eso es todo sobre lo que versa esto? —preguntó Edward, que estaba sentado en el sofá de cuero de su despacho.

—¿Qué otra cosa podría ser? —contesté, levantándome de mi asiento y mirando a mis dos hermanos—. Tuvo una reunión con Royce King hace un par de días.

—¿Todavía está ese tipo merodeando por la ciudad? —exigió saber Jasper.

—¡Sí, demonios! —espetó Edward—. Le pillé mirando a Bella cuando se inclinó para sacar a Renesmee de su asiento del coche. Nunca antes había tenido tantas ganas de pegar a un hombre.

—¿Lo hiciste? —quise saber.

—Bella no me lo permitió —respondió un indignado Edward.

—Hubiera merecido la pena —comentó Jasper—. Hubiera sido un maldito servicio público.

—Eso mismo fue lo que dije yo —repuso Edward entre dientes, mirándome a continuación—. ¿Le pegaste tú?

—Casi —admití, deseando haberlo hecho.

—Un día un algún marido va a tumbar a ese tipo en la acera —dijo Jasper, sonriendo.

Miré a mi hermano y pensé cuánto había cambiado durante el último año. Antes sólo había estado interesado en sus vinos y en las mujeres fáciles, pero había sentado la cabeza con la aparición de Alice y de su hija, Marie, en su vida.

—Espero estar ahí para verlo —comentó Edward.

—Yo también —dije.

—¿Nos preocupaba tanto ese tipo antes de tener mujeres en nuestras vidas? —preguntó Jasper, que respondió a su propia pregunta a continuación—. Las mujeres animan las cosas, ¿verdad?

—Es una manera de verlo —aseguré.

—Hablar de nuestras mujeres y soñar con darle un puñetazo a Royce es divertido —dijo Edward—. Pero, Emmett… ¿había alguna razón en particular por la que quisieras que nos reuniéramos? ¿Va todo bien en Aviones Cullen?

—¿Qué? Oh, sí, todo va bien —contesté—. Bueno, pronto voy a tener que contratar otro piloto. Dan Stone renuncia a su puesto de trabajo. Su esposa tiene miedo y no vamos a dejar que la situación se alargue mucho más.

—Buen hombre —comentó Edward—. Me cae bien Dan. Sé que adora volar tanto como tú pero está bien que ponga a su familia primero.

No pude evitar pensar en que no hace mucho, Edward había sido un devoto de los ranchos Cullen, pero supongo que Bella había cambiado toda la perspectiva de la vida de mi hermano.

—Pero… —continuó Edward— no comprendo qué tiene que ver con nosotros el hecho de que tengas que contratar más pilotos.

—No tiene nada que ver con ustedes —contesté, sentándome en la silla más cercana—. Quería decirles que fui a ver a Marian la otra tarde y le dije que no me voy a casar con ella por ahora.

—¿Has roto con Marian? —preguntó Jasper, impresionado.

—No —respondí—. No quería agobiarla tanto —añadí—. Le dije que necesitaba seis meses, le hablé de Mia y de Rose y supongo que dejaré que sea la propia Marian la que rompa la relación. Se lo debo. Pero tanto si termina la relación ella como si lo hago yo, el matrimonio no se va a celebrar.

—Gracias a Dios —dijo Jasper, esbozando una sonrisita.

—¿Qué se supone que significa eso? —quise saber.

—Nada —contestó Jasper, mirando a Edward como para buscar apoyo—. Pero hombre jamás comprendí por qué querías atarte a ella.

Impresionado, miré a mis dos hermanos. Edward se encogió de hombros.

—¿Tú también piensas lo mismo? —le pregunté.

—Demonios, sí —respondió Edward, levantándose para servirse más brandy—. Emmett, Marian es tan cariñosa y cálida como un oso polar rabioso.

—Pero ninguno de los dos me dijo nada cuando les dije que me iba a casar con ella para unir a nuestras dos familias.

—Eres una persona adulta —comentó Jasper, levantándose a su vez de la silla en la que estaba sentado para unirse con Edward en el bar, donde se sirvió más vino—. Si quieres convertirte en un idiota, ¿Quiénes somos nosotros para detenerte?

—¿Mis hermanos? —dije, levantándome también y mirándolos a ambos—. Ustedes se casaron por conveniencia y funcionó bien. Están contentos, ¿verdad?

Ambos hermanos se encogieron de hombros y asintieron con la cabeza.

—¿Entonces por qué no iba yo a pensar que lo mismo me podría ocurrir a mí? —continué.

—Quizá hubiera ocurrido si hubieras elegido a alguien más… —comenzó a decir Jasper.

—O a alguien menos… —Edward tampoco fue capaz de terminar su frase.

Agitando la cabeza, miré de nuevo a los dos hombres que habían sido una constante en mi vida. Mi familia. Los Cullen siempre nos apoyábamos los unos a los otros, todo el mundo lo sabía. Nos protegíamos entre sí.

Por lo menos, siempre lo habíamos hecho. Pero en aquel momento tanto Jasper como Edward habían admitido que no iban a haber tratado de detenerme ante un matrimonio que ambos pensaban que estaba mal.

—Esto es estupendo —dije, acercándome a la vez al bar y sirviéndome más whisky irlandés. Pero sólo podía beber un poco más, ya que tenía que conducir hasta su casa—. Gracias por nada.

—De todas maneras, no nos hubieras escuchado —dijo Jasper.

—Siempre has tenido la cabeza tan dura como una piedra —añadió Edward.

—Mi propia familia no dice nada cuando piensan que estoy cometiendo un error.

Edward miró a Jasper y ambos clavaron sus ojos en mí. Pero Edward habló primero.

—¿Quieres una opinión? —preguntó—. Está bien. Aquí tienes una. Si estás buscando un matrimonio de conveniencia que tenga una leve esperanza de funcionar, ¿por qué no te casas con Rose?

—¿Huh? —dejé mi bebida sobre la mesa y miré al mayor de mis hermanos—. Que yo sepa, Rose no posee ningún aeródromo.

—Eres o el más testarudo de nosotros o el más tonto —comentó Jasper—. No, ella no tiene ningún aeródromo, bobo. Pero tiene a tu hija.

Contuve la respiración. Acababa de escapar a un matrimonio que habría sido un desastre. Y mis hermanos querían que me pusiera otra soga al cuello. ¿Qué clase de apoyo familiar era aquél?

—Están locos. Los dos —dije.

—¿Qué nosotros estamos locos? —replicó Edward—. Parece que eres tú el que está dispuesto a conformarse con estar seis meses con tu hija. Eres tú el que está dispuesto a permitir que Mia y Rose se alejen de tu vida cuando en realidad hay algo que puedes hacer para evitarlo.

Sentí cierta tensión en el pecho. Sí, me importaba Rose y quería a Mia, pero casarme con la madre de mi hija sólo para conseguir estar con la pequeña tampoco parecía ser lo correcto.

—Parece que ustedes… —comencé a decir— tienen todas las respuestas. Están ahí de pie dándome consejos como si fueran expertos en la materia.

—Estamos casados —señaló Jasper—. Con mujeres a las que amamos.

—Uh, uh —respondí, olvidándome de que había dejado mi whisky sobre la mesa—. Vamos a pensar sólo un momento en la soltura con la que manejaron la situación con sus mujeres. Recuerden… —entonces me dirigí a Edward— hiciste que Bella se sintiera tan mal que se marchó con su primo; y no iba a regresar, ¿no es así? No hasta que no te humillaste y le suplicaste que volviera contigo.

—Yo no me humillé —dijo Edward entre dientes, sintiendo que se ponía tenso.

—Sí que lo hiciste —comentó Jasper, riéndose y agitando la cabeza.

—Al igual que tú —le dije al mediano de mis hermanos.

—¿Perdona? —Jasper frunció el ceño y dejó de reír.

—Ya me has oído. No tuviste valor para admitir que amabas a Alice hasta aquel incidente en el que ella casi muere cuando aquel ascensor se cayó.

—No sabes nada de lo que ocurrió entre Alice y yo —contestó Jasper.

Sentí cómo el enfado se apoderaba de mí al mirar a mis hermanos. Seguro que tenían una buena vida en aquel momento, pero no siempre había sido igual y no les iba a permitir olvidarlo.

—Sí que lo sé. ¿Y saben una cosa? Ninguno de los dos está cualificado para dar buenos consejos, así que déjenme en paz.

Durante los momentos de silencio que siguieron a aquello, los tres nos miramos entre sí. Finalmente, fue Edward el que habló.

—En eso tiene razón.

—No le digas eso —dijo Jasper entre dientes, bebiendo un poco más de vino.

Me reí y me di cuenta de que mi enfado se había esfumado tan rápido como había llegado. Tomé mi whisky, di un trago y disfruté al sentir cómo la bebida bajaba por mi garganta y se introducía en mi sistema nervioso. Me encogí de hombros al mirar a mis levemente avergonzados hermanos y disfruté de la renovada camaradería que había entre nosotros.

—¡Maldita sea! ¿Cuándo se complicó tanto la vida?

—Tú sabes exactamente cuándo fue —contestó Edward, sonriendo. Entonces levantó su vaso—. Por las mujeres.

—Por las mujeres —dijo Jasper irónicamente, brindando con Edward.

—Por las mujeres —concedí, uniéndome al brindis con mis hermanos. Con mis amigos.



Rose


—Esto es completamente increíble —dijo Vera el sábado siguiente.

Tenía en sus brazos a la pequeña Lydia y estaba observando cómo su hijo, Mikey, llevaba con mucho cuidado de la mano a la pequeña Renesmee Cullen.

—Mira a mi precioso hijo —continuó—. ¿Por qué no es tan agradable con su hermanita?

Me reí y sentí cómo Mia comenzaba a intranquilizarse.

—Es porque Renesmee supone una novedad para él, que es un amor, como su padre. Mikey está loquito con su hermana pequeña y lo sabes.

Vera sonrió.

—Está bien. Sólo espero que el nuevo miembro de la familia le guste tanto como Lydia.

Emití un gritito y abracé a mi mejor amiga.

—¿Estás embarazada de nuevo? ¡Es maravilloso! —exclamé. Aunque la cautela se reflejó en mis ojos después—. Es maravilloso… ¿no es así?

—Sí, lo es. Mike está muy emocionado. Míralo.

Miré a Mike Sullivan, que estaba de pie entre los hermanos Cullen. Los hombres estaban hablando y riendo mientras bebían cerveza y preparaban filetes a la parrilla en el nuevo asador de Emmett. El marido de mi amiga sí que parecía muy feliz y me sentí muy contenta de que éste hubiera podido tomarse el día libre para acompañarnos en el picnic que Emmett había decidido preparar repentinamente.

Entonces miré al hombre que ocupaba todos mis pensamientos y sentí que me daba un vuelco el corazón. Durante el último mes, Emmett se había convertido en alguien muy importante para mí. Y aquello no me lo había esperado. No lo había deseado. Pero inconcebiblemente había ocurrido. Me había enamorado de un hombre que no estaba interesado en una relación permanente.

—Uh, uh —dijo Vera—. Conozco esa mirada. Y si no quieres que Emmett la vea, será mejor que entres en tu dulce hogar.

Aparté la mirada e Emmett y miré de nuevo a mi amiga.

—El problema con esa sugerencia es que Emmett es mi dulce hogar.

—Oh, cariño, eso es obvio.

—Muy elocuente —comenté, riéndome.

—Ya sabes, quizá esta relación vaya a ser más duradera de lo que piensas —señaló Vera, poniéndose de rodillas para colocar a Lydia en la manta que había a sus pies.

—Yo creo que no —dije, tumbando a la vez a Mia junto a Lydia. Sonreí a mi hija antes de continuar hablando—. Emmett dejó las cosas muy claras desde el principio. Quería seis meses. Bueno, pues uno de esos meses ya ha pasado. Y no me ha dicho nada sobre que quiera renegociar, no ha mencionado que sus sentimientos hayan cambiado… —añadí sin poder evitar mirar de nuevo al padre de mi hija.

Bajo el resplandeciente sol primaveral le brillaban el pelo y los ojos. Allí de pie junto a sus hermanos y a Mike, parecía sacado de un sueño. Me reí y sentí que me ponía tensa. Entonces él me miró y no pude evitar la respuesta de mi cuerpo…

Suspiré y me giré hacia Vera.

—Oh —dijo mi amiga, suspirando a su vez—. Lo tienes muy mal, ¿verdad?

—Me temo que sí —admití.

—No es tan difícil de comprender —concedió Vera, indicando con una mano los alrededores—. Este lugar es impresionante, Emmett es guapísimo y está como loco con tu hija. Deberías estar hecha de piedra para no sentirte afectada por todo esto.

" Y le faltó decir cómo me poseía en la cama"

Asentí con la cabeza y me giré para sonreír a las dos mujeres que se estaban acercando a nosotras.

—Tienes razón acerca de todo, pero ahora vamos a cambiar de tema, ¿te parece?

—Oh, está bien.

—Hola —saludó Bella Cullen, sentándose sobre la manta a la sombra del árbol—. Alice y yo hemos pensado en venir a hacerles compañía, si no supone ningún problema…

—Desde luego que no supone ningún problema —contesté, sonriendo. Observé cómo Alice acunaba a su bebé en los brazos y se sentaba junto a nosotras.

—Tu hijo es un amor —comentó Bella, sonriendo a Vera—. Me conmueve cómo trata a Renesmee.

Naturalmente, la manera de ganarse la amistad de Vera para siempre era alabando a uno de sus hijos. Y cuando ésta se animó a hablar de bebés con Bella, observé cómo Alice se desabrochaba la blusa para amamantar a Marie.

—Es preciosa —dije con dulzura acariciando la frente de la pequeña.

Mia estaba creciendo y ya podía imaginarme el día en el que mi niña ya no fuera mi bebé y no sólo me necesitara a mí. Con nostalgia pensé en que me hubiera gustado tener más hijos, pero tener a Mia había sido tan caro que las posibilidades de repetir la experiencia eran escasas y era consciente de que quedarme embarazada de otra forma me resultaba casi imposible. Al considerar aquello, un nuevo pensamiento me pasó por la cabeza, pero desapareció al comenzar a hablar Alice.

—Gracias. Jasper y yo pensamos que es muy bella, desde luego —contestó Alice, aguantando la respiración cuando su hija tomó uno de sus pezones. Entonces sonrió—. Quiero decirte otra vez cuánto me gustan tus ideas para la página web de la boutique.

Contenta, sonreí a la vez. Aparté las preocupaciones y los arrepentimientos de mi cabeza por un día.

—Me alegro mucho —dije—. Creo que va a ser divertido actualizar las páginas web de la familia Cullen.

—¡Alguien parecido a mí! —exclamó Bella, alardeando—. ¡Otra persona que piensa que el trabajo es divertido! Si oyeras cómo refunfuña Edward, creerías que soy la única esposa del mundo que trabaja. ¡Y trabajo en el rancho! Me ve todos los días.

—Mike hace lo mismo —terció Vera—. ¡Pero parte de sus quejas pueden ser debidas a que nos hemos convertido en barcos que sólo se chocan ocasionalmente durante la noche!

—Jasper también lo odia —confesó Alice—. Utilizó mi boutique como una oferta para lograr que me casara con él y ahora se queja de que paso mucho tiempo en ella —añadió, riéndose—. Pero entonces le recuerdo lo duro que es tratar de sacarle de la sala de muestras de la bodega.

Me sentí bien al estar entre aquellas mujeres, al escucharlas quejándose cariñosamente de sus maridos. Pero también me hizo recordar una dura realidad; podía quejarme todo lo que quisiera sobre Emmett, pero en realidad no tenía ningún derecho a hacerlo. Él no era mi esposo. Era mi amante.

Mi amante temporal.

No importaba lo cómoda que me sintiera con aquellas mujeres, con la familia Cullen, en aquella increíble mansión… nada de ello me pertenecía.

—Estoy pensando en que cuando nazca éste… —estaba diciendo Vera con timidez— quizá le pida trabajo a Rose —en ese momento me dirigió una esperanzada mirada—. De esa manera me podré quedar en casa con los niños y tal vez Mike y yo podamos llegar a vernos durante más tiempo.

—¡Qué idea tan estupenda! —exclamó Bella—. Yo tengo muchos planes para Rose, así que creo que necesitara ayuda.

—¿Tienes planes? —preguntó Alice—. Pues vas a tener que esperar, cuñada mía, ya que la boutique está a punto de abrir y quiero que todo esté preparado lo antes posible.

Divirtiéndome muchísimo, sonreí abiertamente y di unas palmadas con las manos.

—Por mucho que me guste ser el centro de atención —dije—, puedo ocuparme de todo —entonces miré a Vera—. Y tú… vamos a tener que hablar, porque si hablas en serio te podría utilizar ya.

—¿De verdad? —preguntó Vera. Le brillaron los ojos ante la idea de poder quedarse en casa con sus hijos.

—Desde luego —contesté. Con todo el nuevo trabajo que tenía por hacer, iba a necesitar ayuda y… ¿quién mejor que mi mejor amiga?—. Y las cartas de la bodega de tu marido… —añadí, mirando a Alice de nuevo—. Ayer se me ocurrió una idea que creo que les va a gustar mucho.

—¡Excelente! —exclamó Alice, emocionada. Le sacó la lengua a Bella—. Yo gano. ¿Puedo verlas ahora?

—Por supuesto —respondí, levantándome—. Vigilen a Mia e iré arriba por las cartas.

Dejando a las mujeres a cargo de mi pequeña, me dirigí a toda prisa a la puerta trasera de la enorme casa de Emmett. Sólo me detuve para saludar a éste con la mano antes de entrar en la moderna cocina de la mansión.

La cocinera tenía el día libre, ya que Emmett estaba preparando él mismo la comida, por lo que la casa estaba tranquila y silenciosa. Me dirigí a la planta de arriba, desde donde oí las voces y risas del exterior. Sonriendo, fui a la habitación de Emmett. Temporalmente o no, me gustaba sentirme miembro de una gran familia, ya que había estado sola durante muchos años.

Por la mañana le había estado enseñando a Emmett el nuevo diseño de cartas para los Viñedos Cullen y estaba segura de que había dejado los papeles en la habitación de éste. Entré en aquel enorme dormitorio que olía a él y enseguida encontré los documentos que buscaba. Pero de reojo también vi una caja de preservativos por abrir sobre la cama.

—Oh, estupendo —dije entre dientes, agitando la cabeza.

Si alguien de la familia subía a la planta de arriba de la casa, sería aquello lo primero que verían. ¡Justo lo que necesitaba! Seguro que todos sabían que Emmett y yo éramos amantes, pero eso no significaba que se lo tuviéramos que explicar tan explícitamente.

Tomé la caja de preservativos y abrí el cajón de la mesilla para dejarlos allí. Pero el mundo se detuvo cuando vi una pequeña caja de terciopelo azul oscuro al fondo del cajón.

Con el corazón revolucionando contuve la respiración, agarré la caja y la abrí. Me quedé boquiabierta al ver el precioso anillo de diamante que ésta contenía. Se me secó la boca al pensar en las implicaciones de aquello.

¿Emmett me iba a proponer matrimonio?

Me dio un vuelco el corazón y sentí una gran alegría recorrerme el cuerpo.

—Oyes —dijo Emmett desde la puerta—. ¿Qué ocurre? Te vi corriendo y…

Me di la vuelta y levanté en mi mano la caja que había encontrado. La alegría se borró de mi cara al observar que la sonrisa que estaba esbozando él se disipó.

—Oh, Dios —susurró Emmett— Es de Marian.



Pobre Rose, tan emocionada por creer que el anillo era suyo y resulta que era el de Marian. Emm tendrá que contarle de Marian y sus planes. ¿Cómo se lo tomara ella? Esto se pone color de hormiga… entonces, ¿Aullidos para esta lobita Alpha?

16 comentarios:

  1. hay noooooo!!!!!1pobreeeeeeeee q desilucion no? hay como me dejas asiiii nononon no se vale

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  2. AUUUUUUUUUUUUU hola volvi a dejarte mi RR por aca oye esta genialo me encanta!!!!!!

    besotes desde Colombia! ♥

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  3. pobeshita rose!!!
    gracias por actualizar mi lobita alpha!
    Jud

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  4. .....aaaaaaaaaaaaaaaaaawwww st capi sta dema bueno...............sigue adelant m encantan tus historias.........ya casi ñlas termino toas!

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  5. Aaaaaah pobre Rose que desilusion. Y que rapido se crean falsas esperanzas, que por desgracia se rompen aun mas rapido. Koko que cruel al dejarme asi, osea una semana para ver como le va a explicar Emmett a Rose, noooooo!!!

    GeniaL capitulo Koko como todos los demas, besos.

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  6. Hp-...... perdon por la groseria ... pero como hace eso poirque lo dejo a la vista.... a pobre Rose.. a que se va de la casa jum yo lo haria si estoy enamorada del padre de mi hija y con ese padre Diooooos miooo mandame uno asi plis.. como decia con un hombre asi como el yo huyo antes de que me enamore mas .. aunque esoo seria imposible ....Emmmett te amoooo aaaaaaaaaaa
    Esta super interesan mi alpha y clarin que aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu pa tu
    TE AMOO
    picos

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  7. NOOOO!!!! Por ke me haces esto ama ke triste
    pobre Roce..!!!!
    No se vale bueno no todo tenia ke ser lindo sino ke chiste tendria la vida.....
    Aaaauuuuuu!!!!!

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  8. wowo wowo y mas wow
    esto va a ir por partes en definitiva!

    1: la parte de emmet.
    me meor, los tres sullen reconociendo ke metieron la pata, y por lo menos dos de ellos la superieron sacar, y parese ke el tercero ya la matio ¿la podra sacar?
    jajaj
    y luego el brindis por las mujeres, jajaj fue muy bueno ademas todos tienen porke sentirse celosos,.......jajajaj me encanto esa parte, ademas emmet....bueno los hermanos algunas veces tienen razon o no?

    2: la parte de las chicas.

    bueno , me encanto ke ahora las señoras cullen se lleven bien con rosalie, y me gusto mas ke vera se adaptara ala situacion!
    kien lo hubiera dicho?
    todas de mamas, todas lindas, y todas confabuladas con sus maridos!
    jajaj
    pero la parte ke en definitiva me amto fue lo del anillo!!
    me dejo paralizada...una pequeña esperanza..rota pro la BOCOTA de emmet
    cuando no con el?
    pero esto si se va aponer feo!
    la explicacion....o como sea, pero me huele a pelea pero ke es eso otro olor...???
    tal vez reconciliacion?
    jajaj yo y mis supociciones
    pero acertare
    no lo se
    y por eso seguire leyendo....

    jajaj besos
    chao

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  9. jajja me encato las metidas de pata de los CHICOS jajaja komo niguno se puede reklamar
    porke todos la CAGARON en pokas palabras
    y el final DIOS me dejaste kon la boka a
    abierta aunke debo knfesarte ke me lo
    kontaron¬¬ antes de leerlo y aun asii
    me kede en shok naty dira NO ME PETEES
    LAS PELOTAS o algo asii jajaja no se porke
    me acorde de esoo do masl jajajaja
    muy buen kapi KOKO

    TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOO <3

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  10. pobre Rose >.< y Emmet! que tontooo, se deberia haber quedado callado ¬¬ , Hombres que no saben tratar a las mujeres xD
    besos koko, otro genial capitulo, obvio, besos byee

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  11. Emmett podía haberse callado... bueno a no ser que el anillo llevase inscripción... pobre Rose... pero pronto le comprará el suyo... jaja
    Feliz mi alpha de ver que tengo mucho atrasado de ti... eso significa que volvistes.

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  12. Guau esta historia me mata..ya lei de los hermanos..no pensé que el de Emmet me engancharía así.. Felicidades escribes divino besos Rohayhu

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  13. ups estubo super pobre rose tan ilucionada y no era para ella espero con muchas ancias el proccimo

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  14. pobre rosee..!! mi vidaa...se re ilusiono como si el anillo que ella estaba viendo alguna vez lo imaginara en su dedooo..!!!

    tan enamorada de alguien tan libree..!! :(

    besos enormes.!!!

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  15. o0o0opsss pobrersita de rosalie
    tan bien k me kae
    ojala no demuestre k le afekto
    buenisimo el kap koko
    komo siempre me enkanto
    espero k andes mui bien
    aki iopi
    tkm naimacullen

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  16. Ohhh Cielos!!! Rooo, me encanta!!!! "Es de Marian" zas!!!!!
    Besos
    T.

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...