domingo, 4 de abril de 2010

Lazos Prohibidos "Libro 2, cap 10" - Naty Celeste


Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer y la historia es mía :D

Summary: Los licántropos encontraron formas de infectar a los humanos, pero los vampiros no se dejarán vencer en número. Una guerra atormenta al mundo cuando los dos bandos se enfrentan en una batalla sin fin. Todos deben elegir, o la elección será tomada por ellos. ¿Puede el amor de Jake y Nessie enfrentarse a cualquier cosa?

Capítulo 10: Hora de tomar las peores decisiones

- ¿Qué?

- Lo que escuchaste- No quiero volver. Quiero quedarme aquí contigo –apreté los dientes y mis brazos comenzaron a temblar sin que pudiera controlarlos.

- ¿De qué rayos estás hablando? Tienes que pedir ayuda… ahora mismo.

- ¿A quién? –soltó sarcástica luego de un bufido irónico.

- ¡A quién sea! Cazaré una sanguijuela y te la traeré si eso es lo que prefieres –puso los ojos en blanco.

- Claro, claro, muchos vampiros morirían por ayudar a un lobo y a su novia ¿verdad?

- No dije que se los pediría de buen modo –repliqué a través de mis dientes.

- Pues si lo hicieras, solo me mataría –me estremecí y apreté los puños-. O peor, te mataría a ti y me transformaría –cualquier cosa sonaba mejor que pensar que moriría, pero de todos modos la idea me dio escalofríos.

- Seguirías viva –escupí luchando contra todos mis instintos. Jamás creí que diría algo así. Ella se cruzó de brazos y levantó una ceja-. Ness, por favor –supliqué, intentando que razonara.

- No. Quiero quedarme aquí –creí que me rompería la mandíbula por la presión de mis dientes.

- No tienes idea de lo que me estás pidiendo, Renesmee. Tenemos que irnos –la escuché suspirar profundamente, a pesar de que todo lo veía nublado por la frustración y la ira. Se acercó a mí, aún estábamos sentados en la cama, pero la discusión había hecho que nos distanciáramos inconcientemente.

- No lo entiendes ¿cierto? –preguntó, apoyando su pequeña mano en mi mejilla y buscando mi mirada con sus enormes ojos chocolate-. Todo lo que quiero es estar contigo. Sentirte, disfrutarte. No me importa lo que pase luego. No me importa quién o qué nos ataque.

- Si sólo fuera eso, lucharía contra el mundo entero y lo sabes. Pero ahora tienes que hacer algo, no puedo luchar contra esto –el dolor de mi voz era más que evidente, pero ella no parecía notarlo. No parecía importarle que me estuviera deshaciendo por dentro poco a poco.

- Entonces deja de intentarlo –susurró con la voz calmada buscando mis ojos de nuevo y hablando como si la solución hubiera sido más que obvia.

- No puedes pedirme eso. No me pidas que te deje ir. No puedo perderte –me interrumpí para intentar tragar el nudo en mi garganta, deseando que mi voz tuviera algún sonido-. Te amo –solté como pude, mi voz quebrándose a la mitad de la breve frase. Una pequeña lágrima rodó por su rostro y hasta sus labios para acompañar a las que ya desbordaban de mis ojos y bañaban mis mejillas.

- Yo también te amo –su tono era más dulce ahora de lo que jamás había sido-. Y es por eso que siempre estaré contigo. Pase lo que pase –eso me supo horriblemente a despedida. Mi corazón se encogió en mi pecho como si un puño invisible lo estrujara con fuerza, y tuve que luchar por no caer al piso tomándome el pecho, intentando mantener los trozos unidos. Apoyé mi mano sobre la suya, que continuaba en mi mejilla, y cerré los ojos, intentando buscar una solución, una manera. Me estaba pidiendo que me resignara a perderla. A dejarla ir. Y esa no era una opción para mí. La amaba más que al mundo mismo, tanto que dolía por la forma en que mi corazón latía al verla.

Cuando volví a abrir los ojos, mi Nessie me miraba con una sonrisa tenue pero cálida, que poco a poco se fue desvaneciendo al tiempo que sus ojos se cerraban lentamente.

- ¿Ness? –no tuve respuesta. Ni siquiera enfocó la vista en mi rostro, solo miró a la nada con expresión ausente hasta que sus ojos se cerraron por completo-. ¿Ness? –repetí, incapaz de decir algo más. La vi caer en la cama como si cada milésima de segundo durara un siglo, y sin embargo mi cuerpo no reaccionaba. Me pasé lo que me pareció un siglo mirándola fijamente, deseando con todas mis fuerzas que solo fuera una horrible pesadilla.

Cuando fui capaz de moverme, me arrodillé en el piso frente a ella, pegando mi oído a su pecho. No podía dejar de sollozar como un bebé, y eso hacía que no escuchara nada con claridad.

- Nessie, por favor… -le supliqué, y luego contuve el aliento unos segundos para lograr escuchar el lento y pesado latido de su corazón. Me quedé unos minutos concentrándome en ellos, enfocándome en que debía de haber una solución. La que fuera. No podía soportar esto. No era algo para lo que estuviera preparado a sobrevivir.

Me incorporé, sintiendo una nueva certeza recorrer mi cuerpo. La salvaría. Incluso si me costaba todo lo que tenía. La vida, la dignidad, el orgullo, renunciaría a todo menos a ella. Le planté un corto beso en los labios luego de limpiarme la cara con el dorso de mi mano.

- No dejaré que me abandones. No ahora. No así.

La levanté en brazos, acunándola contra mi pecho, y salí corriendo del lugar lo más rápido que pude. No me importaba meterme en el corazón de la guerra si eso significaba que el de mi Nessie seguiría latiendo. Ella me había dicho que tenía dos semanas, y sólo habían pasado trece días… así que correría. Tenía menos de veinticuatro horas para llegar a la única… persona que podía salvarla. Y llegaría a tiempo, por todo lo que fuera sagrado en el mundo, llegaría a tiempo.

Ya sabía cuanto tardaría en llegar antes de poner un pie fuera de la casa. Había hecho el recorrido cientos de veces cuando no podía verla. En mi forma de lobo me llevaría menos de dos horas, pero no podía transformarme si Ness estaba inconciente. Así que a paso humano me tomaría menos de diez horas. Me estremecí por el abismo que había entre un número y otro, pero seguí corriendo como si no presentara ninguna diferencia. Tenía que mantenerme centrado y estable si quería que esto funcionara.

Y en cierta forma lo estaba. Ahora que la adrenalina y la decisión corrían por mis venas, era más fácil mantenerme completo y en una pieza. Ya sabía lo que tenía que hacer, cuál era mi parte y cual la suya. Y solo podía esperar que él cumpliera con lo que le pediría.

Casi no me detuve en todo el trayecto. No tenía tiempo para cansarme o siquiera para tomar aire. Tenía que apresurarme. Después de unas cuantas horas escuché el arrollo en el que habíamos parado al ir en la otra dirección. Me acerqué para darle algo de beber a Ness. No había tenido tiempo de pensar claro en la casa, ni siquiera había tomado la mochila antes de salir.

Se despertó un poco cuando le acerqué mi mano con agua a la boca y hasta me pareció ver que tomaba un sorbo. Pestañeó un par de veces, me miró a mí, y luego alrededor. Podría jurar que frunció el ceño antes de desmayarse de nuevo. Eso era bueno, estaba conciente de lo que estaba haciendo. Luego de beber un poco yo también, seguí con el viaje. Gracias a Dios era mucho más resistente que un humano.

Me puse más alerta cuando comencé a sentir los primeros rastros del hedor dulce de las sanguijuelas. A penas me faltaría un rato para llegar, quizás menos de media hora. Me detuve, puse a Ness en el piso con mucho cuidado y me desvestí para entrar en fase. Por supuesto que no la perdí de vista ni un segundo. “¿Sam?” llamé, intentando que me escuchara. No estaba seguro de cómo funcionaba. “Jake ¿estás bien?” era extraño no ver lo que veía, ni oír lo que oía. Sólo podía escuchar su voz dentro de mi cabeza.

“Estoy bien, hermano” contesté. Hizo una larga pausa, y creí queme volvería loco esperando que volviera a hablar. “Vete lo más lejos que puedas, Jake” me advirtió de repente y me quedé completamente helado. No me estaba llamando a pelear, no me suplicaba que ayudara, ni me reprochaba que me hubiera ido… solo me decía que me fuera. “Estoy aquí, Sam” murmuré. Su voz sonó un poco más alta al responder. “Lárgate ahora mismo, hermano. Esto no tiene caso” me estremecí completamente e intenté no enfermar del asco. Era mucho peor de lo que pensaba.

Sam no rechazaba mi ayuda porque no la necesitara, solo intentaba que saliera vivo de todo esto. Miré a Nessie inconciente en el piso y deseé poder saber lo que pasaba por su cabeza. Se veía tan frágil… “No puedo irme, Sam” dije casi en un susurro. “Ness necesita ayuda”. “Sabes que no podemos hacer nada” contestó un poco agitado, como luchando contra la falta de aire. Era extraño, Sam solía mantenerse calmado, o al menos lo fingía a la perfección.

“Lo se. Pero no necesita nuestra ayuda” contesté enfatizando el “nuestra” y sintiéndome un poco incómodo. “Las sanguijuelas” dedujo de inmediato. “Sí” lo confirmé. Hubo una larga pausa, y cuando volvió a hablar, su tono era mucho más formal, incluso aunque se lo notara distraído y disperso. “¿Y qué es lo que necesitas tú de nosotros?”. Se esmeró en aclarar que no era parte del “nosotros” y me encogí un poco ante la verdad de su frase.

“Que no nos ataquen” contesté intentando sonar decidido. “Tenemos… Ness tiene que llegar a la guarida del manicomio y… preferiría no luchar contra ustedes”. Sabía que lo que le pedía no era justo, pero necesitaba pedírselo de todos modos. Tardó mucho mas de lo normal en contestar, e intenté no imaginarme lo que lo distraía. Una sanguijuela, un lobo herido, una emboscada… esas ni siquiera eran las peores opciones que se me ocurrían.

“Daré la orden de que no los ataquen” respondió finalmente. “Haré lo que pueda, pero no te prometo nada”. Respiré un poco más tranquilo. Al menos no debía preocuparme por tener que enfrentarme a uno de ellos. Definitivamente prefería evitar eso. No quería ni imaginarme lastimando a uno de mis antiguos compañeros… quizás ya no formaba parte de la manada, pero eran… o habían sido mis amigos. Y había tenido suficiente con enfrentarme contra Caleb. Pero de todas formas, si tenía que hacerlo, lo haría, lucharía con ellos si era necesario. “Gracias, Sam” susurré, pero ya se había ido. Suspiré profundamente de nuevo y salí de fase para arrodillarme en el piso, frente a Ness. Pasé mi mano por el contorno de su rostro y sus párpados se movieron ligeramente.

- ¿Ness? –la llamé-. Ness… -sus ojos se abrieron lentamente y me miró con expresión cansada pero dulce, a través de sus largas pestañas.

- Hola… -susurró casi sin sonido alguno.

- Hola mi amor… -contesté antes de besarla en los labios rápidamente. Una pequeña sonrisa asomó por su rostro y la devolví gustoso, acariciando con los dedos su hermoso cabello-. Necesito que hagas algo por mí ¿sí?

- Lo que sea –murmuró con un tono que hizo que se me partiera el corazón otro poco y que los ojos se me llenaran de lágrimas. Sus ojos se cerraban de nuevo lentamente, pero no podía permitirlo esta vez. Si se desmayaba de nuevo estábamos perdidos. No podría cuidarla ni luchar estando en mi forma humana, me harían picadillo al poner un pie en Forks, pero no podría llevarla en mi forma de lobo si estaba inconciente. Tenía que mantenerla despierta. No importaba lo que costara. Llevé mi muñeca a mi boca y mordí con fuerza la piel, provocando una pequeña herida, y luego desgarré la piel un poco más con los dientes, para que se mantuviera abierta por más tiempo.

Llevé la sangre a su boca antes de que la herida cicatrizara. Sus ojos se abrieron rápidamente con la primera gota que tocó sus labios, como si le hubieran arrojado un cubo de agua fría. Pude ver como sus ojos se oscurecían mientras no abría la boca, y luego me cansé de esperar y moví mi mano contra su rostro, separando sus labios. La piel cicatrizaría en unos segundos, y no creí que me dejara hacerlo de nuevo. Primero me miró con los ojos abiertos como platos, y luego soltó un pequeño quejido. Intentó incorporarse, pero se lo impedí y apreté el puño, haciendo circular más sangre por mis venas. No teníamos tiempo para que se resistiera.

Por fin la sentí bebiendo, aunque pensé que lo hacía en contra de su voluntad. Cerró los ojos y la sentí succionando de mi piel. No me provocaba dolor, pero incluso aunque lo hubiera hecho, no la hubiera detenido. Podía ver el cambio en su rostro, casi instantáneo. Sus mejillas se colorearon y su pulso se aceleró increíblemente. Llevó sus manos a mi brazo, sosteniendo mi muñeca contra su rostro por unos segundos, y luego hizo que me apartara con un movimiento brusco.

Me miraba colérica, pero yo solo prestaba atención a la reacción de su cuerpo. Tenía miedo. No miedo de ella, por supuesto, ni siquiera lo pensaría. Solo miedo de cómo reaccionara a mi sangre. No parecía haber mucha diferencia con la forma en la que había asimilado la de los animales. Me empujó casi sin fuerza del hombro y se incorporó un poco, apoyándose en el tronco más cercano y tragando con dificultad.

- ¿Estás bien? –le pregunté un poco asustado. Parecía estar bien, pero sus ojos no habían cambiado en absoluto. Todavía se veían oscuros y sedientos. Me lanzó una mirada fría y furiosa.

- ¿Que si estoy bien? ¡Pude haberte matado! –soltó a través de sus dientes. Los apretaba con fuerza, como si intentara no abrir la boca. Puse los ojos en blanco y levanté mi brazo en el aire, mostrándole mi muñeca. Una mancha de sangre se extendía fresca por mi piel, así que la limpié con mi propia boca antes de mostrársela de nuevo. La herida ya había cicatrizado por completo, solo se veía una pequeña marca rosa con la forma de una cruz. Pronto eso también desaparecería.

Cuando vio mi brazo pareció calmarse un poco. De seguro no pensó que harían tan poca diferencia. De hecho, tampoco yo. Creí que bebería mucho más, pero solo había tomado un par de tragos. Ni siquiera me sentía mareado.

- Creo que deberías beber más –sugerí. Soltó un bufido.

- Bromeas ¿cierto? –soltó irónica, y luego apretó más los dientes-. ¿Tienes idea de lo que me costó detenerme? –agregó casi con asco.

- Pues necesito que te mantengas despierta, y no luces como si fueras a estarlo por mucho tiempo, así que creo que necesitas un poco más –a pesar del enojo, se veía como si fuera a colapsar de un momento al otro. Sus ojeras eran pronunciadas, y su rostro se seguía viendo pálido, a pesar del leve rubor que la sangre había traído a sus mejillas.

- ¿Despierta? –preguntó confundida, prestando atención por primera vez a lo que la rodeaba- ¿Dónde estamos? ¿Qué rayos estás haciendo?

- Estamos volviendo. Necesitas ver a Jeremy –contesté muy seguro y ella me miró como si estuviera esforzándose por no matarme… aunque con la sed que reflejaban sus ojos, probablemente era cierto.

- Ya te dije que no voy a volver –casi gruñó. Me acerqué más a ella y busqué su mirada con la mía, poniendo mi mano en su mejilla.

- Voy a dejarlo bien claro. Te amo, y voy a hacer esto de una forma o de la otra. Tú decides. Puedo ir en forma de lobo, contigo despierta, aferrada a mi espalda… o puedo esperar a que quedes inconciente de nuevo y llevarte en mi forma humana.

Primero me atravesó con la mirada y luego abrió los ojos como platos. De seguro entendía los impedimentos que me produciría entrar a una batalla en forma humana, sin ser capaz de transformarme.

- ¿Estás completamente loco? No puedes hacer eso ¡Te matarían! –soltó alarmándose y levantando el volumen de su voz. Me encogí de hombros.

- Tú decides. –repetí en tono seco, para que supiera que hablaba en serio. Me miró como si me odiara por un segundo, y luego su expresión se fue relajando poco a poco. Suspiró sosteniendo el aire en sus pulmones por un segundo, y finalmente asintió con la cabeza.

- De acuerdo –accedió entre dientes. Me llevé la mano a la boca de nuevo.

- ¿Qué haces? –preguntó alarmada, tomándome el brazo y alejándolo de mi boca.

- Necesitas más sangre –expliqué encogiéndome de hombros y abrió los ojos como platos, como si hubiera dicho algo de otro mundo.

- No la necesito –me contradijo, y levanté una ceja, incrédulo-.

- Bromeas ¿cierto? Apenas puedes hablar.

- Nunca vuelvas a hacer algo así –sonó más como una suplica que como una orden.

- Pero…

- No. Nunca. Por favor… -me cortó. Sus ojos eran suplicantes, así que asentí levemente una vez y bajé mi brazo despacio.

- ¿Te mantendrás despierta? –le pregunté entrecerrando los ojos, y asintió con la cabeza con toda la energía de la que fue capaz. Le sonreí y me acerqué para besarla rápidamente, pero sus manos atraparon mi rostro, prolongando el beso por un momento más. Me perdí en sus labios por unos segundos y al alejarme me sentía con más fuerzas que antes. Listo para enfrentar cualquier cosa que nos esperara. Me sonrió con dulzura, y gravé su expresión en mi memoria antes de ponerme de pie.

La ayudé a levantarse también, apoyándola contra el árbol para asegurarme de que no caería al piso si la soltaba, y luego entré en fase lo más rápido que pude. Me acerqué y me pegué al piso para que le fuera más fácil subirse a mi espalda. Tardó un poco, pero lo logró después de un minuto. Sentí sus manos enredadas en mi pelaje y supe que podría escucharme. “¿Estás bien sujeta?” le pregunté en mi mente, y la sentí asentir contra mi espalda y aferrar sus puños todavía más a mi pelo.

Comencé corriendo despacio y al notar que podía sostenerse correctamente, aumenté la velocidad. Eso parecía gustarle: la velocidad. Su mente me dejaba ver la sensación de libertad que le provocaba el viento en su rostro. Solo tardé unos minutos en llegar a la parte del bosque que reconocía como Forks. Se me pusieron los pelos de punta al ver el campo de batalla que reemplazaba nuestra antigua ciudad. Era incluso peor que la semana anterior. A donde quiera que mirara había una lucha. En algunas, los lobos llevaban la delantera, en otras, los chupasangres acorralaban a los que alguna vez habían sido mis hermanos. Todo lo demás estaba cubierto por hogueras de humo espeso.

Intenté correr rápido y con la cabeza gacha, pasando lo más desapercibido posible. Me detuve en seco cuando una sanguijuela se paró en mi camino, mirándome directamente a los ojos. Le gruñí, advirtiéndole que se moviera, pero en realidad no había mucho que pudiera hacer. Era cierto que me veía más amenazante en mi forma de lobo, y que era más probable que no me desafiaran, pero en realidad, no lograría luchar con él sin lastimar a Ness.

El chupasangres dio un paso hacia mí, y yo cometí el peo de los errores… di un paso atrás. Su sonrisa se volvió petulante mientras se acercaba con paso despreocupado hacia nosotros. Gruñí de nuevo, pero ya no lo engañaba. Me acomodé en posición de ataque, buscando proteger a Nessie con mi cuerpo, intentando que no llegara hasta ella, pero no fue necesario que luchara.

A penas alcanzó a dar dos pasos, un lobo saltó desde detrás del parásito y lo mordió en el hombro, arrancándole la cabeza limpiamente. Me quedé helado al reconocer a Seth, que arrojó las partes a la fogata más cercana y luego se quedó mirándome fijamente. Pero su mirada no era reprochante, como pensé que sería, sino todo lo contrario. Se acercó despacio –muy despacio- y me miró de cerca con atención, casi parecía que mostraba curiosidad.

Luego me miró con intención, como pidiéndome permiso con los ojos. Asentí con la cabeza y se acercó a Ness. No temía que el chico pudiera lastimarla. Confiaba en Seth como si fuera mi hermano menor. Siempre lo había visto de esa forma. La observó confuso por unos segundos. La respiración de Nessie era pesada, pero su ritmo me indicaba que se mantenía despierta. Hasta apostaría que lo miraba directamente. Volteé la cabeza lo más que pude para observarlos, y vi cuando Nessie estiraba la mano para tocar a Seth en la mejilla.

El chico se sobresaltó un poco, me miró por un segundo y luego volvió a mirarla a ella, con los ojos abiertos como platos. “¡Está viva!” escuché de repente en la entusiasmada voz de Seth. ¿Qué rayos? “¿Seth?” le pregunté sorprendido de ser capaz de escucharlo. “¡Jake, está viva, no es un vampiro!” me reí internamente al ver de reojo como el chico daba pequeños saltos en sus cuatro patas.

Escuché reír a Ness y luego Seth la picó juguetonamente en el hombro un par de veces con el hocico. Nessie rió más fuerte, y luego escuché su voz a través de la cabeza de Seth. “Claro que estoy viva ¿qué esperabas?”. “Wau… ¡eso es asombroso! ¿cómo lo haces?” en lugar de esperar a que respondiera, me miró a mí, ansioso como siempre. “¿cómo lo hace?” insistió un mi dirección. Me reí con ganas, se mostraba tan impaciente como siempre.

Escuché un sonido adelante que llamó mi atención, y Seth y yo volteamos de inmediato, pero la batalla ya tenía dueño. Nos movimos por instinto a una zona más alejada. “¿Qué están haciendo aquí, Jake?” me preguntó con curiosidad. “Ness necesita beber veneno para recuperarse” contesté rápidamente. Tenía otras preguntas en mente. “Chico, ¿qué rayos? ¿Cómo es que te escucho?”. Pareció percatarse de eso en el momento en el que se lo comenté, pero solo se encogió de hombros. “No se” contestó simplemente. “Pero yo lucho contigo, Jake. Si Nessie está viva, yo te ayudo a salvarla”

Podía sentir que hablaba con la verdad. Tan sincero como siempre. “Significa mucho para mí, Seth, pero no creo que debas venir” Ahora estábamos escondidos casi completamente en una pequeña calle sin salida, por la que casi no circulaba nadie. “Lo siento, pero sería realmente pelig-” “¡Jake! Creo que hay algo malo con Nessie” “¿Qué sucede?” grité en mi cabeza. “No lo sé, se duerme…”

“Dios, tengo que cargarla. Haz que se baje” urgí. Seth la tocó de nuevo un par de veces en el hombro, y Ness despertó a medias y se sostuvo de su cuello para ayudarse a bajar. Salí de fase, me puse los pantalones rápidamente, y la tomé en brazos. Ahora definitivamente no podría luchar si nos atacaban, pero no podía arriesgarme a dejarla en algún lugar o a que se cayera de mi espalda mientras corría.

Seth soltó un pequeño ladrido y me miró, haciéndome entender que estaba conmigo, y luego volteó su cabeza a su izquierda bruscamente, como si alguien lo hubiera llamado por su nombre. Seguí la trayectoria de su mirada y vi al lobo gris que había captado su atención. Era Leah, su hermana, que me miraba directamente mientras se acercaba a paso lento. Se detuvo justo en frente de mí y dobló las patas delanteras para que nuestros ojos quedaran a la misma altura.

Me miró por un momento que se me hizo eterno y luego resopló, puso los ojos en blanco y se acomodó en la misma posición que su hermano: una postura de ataque, de guardia… protegiéndonos.

Me quedé helado. Nunca me había llevado bien con Leah. Y a pesar de que ella y Ness solían jugar juntas de pequeñas, no creí que lo pensara dos veces antes de atacarme… o por lo menos de hacerse a un lado para dejarme como alimento de sanguijuelas. Cuando no dije nada ambos me miraron con intención. Leah se veía un poco molesta, y Seth divertido.

- Al manicomio. Debemos ir al manicomio –indiqué.

9 comentarios:

  1. aaaaaaaaaaaa naty que estupendo capitulo por dios naty eres buena ya quiero leer el siguiente capi sigue asi naty

    ResponderEliminar
  2. gio
    naty que capitulo si que vale la pena esperar para leer tus historias eres buena nati y te digo que soy tu fan

    ResponderEliminar
  3. Nati dios que capitulo... que intriga... que... no se ni como expresarlo. Seht tan buen chico como en el libro... y leah... si los dos hermanos ayudando a Jake... un punto genial... Te adoro y concuerdo con gio, la espera siempre merece la pena.

    ResponderEliminar
  4. aii naty no lo puedo creer!!!
    qe lindo qe leah y seth se unan para ayudar a sus amigos!!!!
    te adoro naty!!! esta hermoso este capitulo casi lloro!!!
    dijo casi por qe mi hermano esta dormido y lo despertaria xD
    te amo!!!!<3
    y nadie me va a quitar de ser
    la fan #1!!!
    te amo naty!!!!

    ResponderEliminar
  5. esta hstoria cada vez se pone mejorr.!!
    me da mucha tristeza por todo lo que tiene q pasar jake para ayudar a nessie, la ama tanto y haria cualquier cosa por ella..!!
    espero que al final tenga su buena recompensa :) jaja..!!

    besos enormes..!!!

    ResponderEliminar
  6. NATYYYYY!!!!!TE QUEDO GENIAL ESTE CAPITULO, HERMOSO. SETH COMO SIEMPRE TAN LINDO Y PRESTO A AYUDAR. LA QUE NO ME IMAGINE FUE A LEA, PERO CLARO, UN EXCELENTE DETALLE EL PONERLOS A LOS DOS EN LA "NUEVA MANADA" DE JAKE, VERDAD??? ESO ESTUVO GENIAL.
    LO QUE QUIERO YAAAA SABER ES QUE DIRA JEREMY??? QUE NERVIOS...

    BUENO ESPERO MUY PRONTO LEER EL NUEVO CAPITULO, BESOS NATY.

    ResponderEliminar
  7. Natyyyyyyyyyy mi natyyy como le ahces dime siiii como le haces para embobarme co este fic ... ensrio cada liena que leo me deja o.O lo amooooooo me encanta como luchan por su amoooor aaaahi muero por ler el siguiente besoos mi naty!!

    ResponderEliminar
  8. ui no me gusta como kedaa...me encanta!!!!!!!!!!!!!
    ole tu!!

    bsooos!
    NAMI.

    ResponderEliminar
  9. Yo tmb necesito ir al manicomnio, porque esta historia me esta volviendo más Loca (si más loca) xD

    No se porque no habia leido este capi, pero ya voy por el más reciente. BL Naty xD

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...