miércoles, 21 de abril de 2010

Encuentro Placentero "Cap 06" - Kokoro Black



Disclaimer: Adaptado en la novela de Mauren Child: La hija del magnate. Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephenie Meyer, aunque en las noches Jacob es mío, en el día Edward, y también me presta a Ian, a Jared y a Gabe… para los fines de semana… hahaha

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Encuentro Placentero

Capítulo VI – Conociéndonos

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Rose

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A través de monitor de mi pequeña, oí que Mia gimoteaba mientras dormía, por lo que me bajé de la enorme y lujosa cama. Agarré mi bata y me dirigí hacia la puerta de la habitación.

No me sorprendió que Mia estuviera despierta e inquieta. Habíamos visto mucha gente extraña aquel día e incluso yo misma estaba teniendo problemas para conciliar el sueño en aquella casa.

Me dirigí a la habitación de la pequeña y pensé en la actitud de Emmett, el cual había dirigido toda la mudanza. Cuando habíamos llegado a su fabulosa mansión, estaba sorprendida de todo lo que había conseguido en una semana.

No sólo era que mi dormitorio fuera el más elegante y lujoso que jamás había visto, sino que las habitaciones de Mia eran parecidas a las que estaba acostumbrada a ver en las revistas de famosos.

En una de las paredes había un mural con pinturas de animales, un armario lleno de ropa, estanterías con muñecos de peluche y una cuna como para una princesa. Desde las ventanas se veían unas preciosas vistas del océano.

Yo nunca le podría haber dado a mi hija nada parecido y, aunque apreciaba todo lo que había hecho Emmett para hacerle un hueco en su vida a mi pequeña, no podía evitar sentir envidia.

Él estaba utilizando su dinero para recalcar las diferencias entre nosotros y lo estaba haciendo muy bien.

Al llegar al dormitorio de Mia vi que la puerta estaba entreabierta, tal y como había insistido yo que se quedara. La niña ya había dejado de llorar, pero aun así quería asegurarme de que se hubiera vuelto a dormir. Escuché unos susurros…

Curiosa, abrí la puerta con mucho cuidado para no hacer ruido y me detuve en seco. La luz de la luna iluminaba la habitación y la lámpara que habíamos dejado encendida reflejaba estrellas en el techo.

Pero yo apenas me percaté de nada de ello. Mi mirada se centró en el hombre que había al lado de la cuna y que estaba sujetando a Mia contra su pecho.

—No llores más, Mia —murmuró él—. Aquí estás segura. Está es tu nueva casa…

Me dio un vuelco el corazón al ver cómo él tranquilizaba a mí… nuestra hija. Era obvio que se había levantado de la cama para ir allí. Sólo llevaba puestos unos pantalones de pijama de seda, la piel de su pecho brillaba como bronce esculpido bajo la luz de la luna. Tenía la cabeza inclinada hacia Mia y pude oír los dulces susurros que emitía al tratar de tranquilizar a nuestra pequeña.

—Duérmete otra vez, bebita —dijo con un leve suspiro—. Sueña con el arcoíris, cachorros, y largos días de verano. Tu papi está aquí y nada te hará daño…

No podía apartar mis ojos de ellos. Había algo muy dulce en aquello. Oír la promesa de protección que Emmett le había hecho a nuestra hija provocó que quisiera reír y llorar al mismo tiempo.

Él continuó acunando a la pequeña y pude oír el leve suspiro que ésta emitió. Las lágrimas ganaron la batalla y se me empañaron los ojos por lo que me vi forzada a controlarme.

Como si hubiera sentido mi presencia, Emmett se dio la vuelta y me sonrió.

—Yo también tengo un monitor en mi habitación.

Me acerqué y acaricié el pelo de la pequeña.

—Claro que sí.

Él frunció el ceño.

—Soy su padre.

—Tienes razón —concedí, mirándolo a los ojos—. Simplemente estoy acostumbrada a ser la única que se levanta en medio de la noche.

La mirada de Emmett se dulcificó un poco ante aquel reconocimiento y acarició con amor la espalda de nuestra hija.

—Lo comprendo —susurró. Pero ya no estás sola Rose. Yo estoy aquí y voy a ser parte de la vida de Mia. Ya he perdido mucho.

Respiré profundamente y asentí con la cabeza. Iba a tener que encontrar una manera de sobrellevar los derechos de Emmett como padre.

—Parece que tienes mejor mano con los bebés de lo que yo esperaba.

Aparentemente percatándose de que yo no estaba dispuesta a si no finalizar, por lo menos sí a hacer una tregua en la pequeña guerra que manteníamos, Emmett sonrió.

—Tengo dos sobrinas, ¿recuerdas? Renesmee y Marie. Renesmee tiene poco más de un año y Marie tiene tres meses. Las he cuidado muchas veces.

La sorpresa que me causó aquello debió de reflejarse en mis facciones, ya que Emmett sonrió más abiertamente y me quedé sin aliento.

—No sabías eso, ¿verdad? —preguntó él.

—No —contesté—. Sabía que tus hermanos tenían hijas, pero no pensé que tú…

—¿Qué? —me retó Emmett—. ¿Qué quisiera a mi familia?

Recordé que en las investigaciones que había realizado acerca de él había descubierto que la familia Cullen era una familia muy unida, pero no había pensado que un hombre tan interesado en viajar a lugares exóticos fuera a prestarles mucha atención a sus pequeñas sobrinas.

—Desde luego que no —respondí, observando cómo Emmett se daba la vuelta y dejaba a Mia en su cunita—. No pensé que un hombre como tú fuera a querer tener nada que ver con bebés.

—¿Un hombre como yo?

Me acerqué a acariciar la espalda de mi pequeña. Sonreí al oír los leves suspiros de mi hija.

—Ya sabes —dije al darle la espalda—. Los playboys.

—¿Crees que soy un playboy?

Me giré para mirarlo y deseé no haberlo hecho. Mientras había tenido a Mia en brazos había estado guapísimo, pero en aquel momento… parecía mucho más tentador. Toda esa piel desnuda y bronceada, el pelo alborotado, la sombra de una incipiente barba, su sensual mirada…

—Sólo sé lo que he leído de ti —dije, dirigiéndome a la puerta. Era mejor que volviera lo antes posible a mi dormitorio, ya que no quería hacer ninguna tontería.

Pero Emmett iba justo detrás de mí y, cuando salimos al pasillo, me agarró el brazo. Una explosión de calor se apoderó de mi cuerpo.

—¿Qué es exactamente lo que has leído?

—Creo que tú sabes la respuesta a esa pregunta —contesté, tratando de soltar mi brazo—. Eres prácticamente el prototipo de mujeriego. Así que puedes comprender que el verte siendo tan amable y delicado con Mia me ha impresionado un poco.

—Tienes una visión muy limitada de las cosas, ¿no es así?

—No, no es así —respondí, tratando de nuevo soltarme.


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Emmett

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Ella trataba de soltarse de mi agarré, pero yo no estaba preparado para hacerlo y le acaricié el brazo. Aunque la bata que ella llevaba no era muy sexy, ver la curva de sus pechos bajo la suave tela fue suficiente para que mi sexo se pusiera erecto. La deseaba demasiado… a pesar del hecho de que ella tenía una gran capacidad para enfadarme.

—Sí que es así —insistí con desdén—. Has leído algunos tendenciosos artículos sobre mí y ya has decidido lo que soy; un tipo alocado al que sólo le interesa poder obtener placer de la vida.

Rose su puso tensa y se mordió el labio inferior. Sentí ganas de hacer lo mismo, pero me resistí.

—¿Crees que a los periódicos les interesaría escribir un artículo acerca de cuándo cuido a mis sobrinas? No— contesté por ella—Quieren sensacionalismo porque eso es lo que la gente como tú quiere leer.

—¿La gente como yo?

—No es divertido que te juzguen, ¿verdad? —repliqué—. Sí, la gente como tú. La gente que ve un titular sobre mí y asume que me conoce —añadí, acercándome hasta que nuestras bocas estuvieron prácticamente rozándose—. No soy ese tipo de hombre, Rose.

Ella trató de nuevo de apartar el brazo, pero fue inútil.

La miré a los ojos y sentí la atracción que había entre ambos flotar en el ambiente. Me había levantado de la cama cuando había oído llorar a Mia y no me había parado a pensar que seguramente me fuera a encontrar con Rose. Pero cuando había tomado a mi hija en brazos. Había sentido que un amor como nunca había conocido se había apoderado de mi cuerpo. La vulnerabilidad de la pequeña me había conmovido.

Ya no tenía escapatoria. Ni aunque hubiera querido, lo que no era el caso. Yo era el padre de aquella niña y lucharía contra cualquiera que tratara de apartarnos. Incluso si ello significaba mantener una guerra con la madre de la pequeña.

Aunque al mirar a Rose en aquel momento supe que no quería luchar contra ella. Lo que quería era tomarla en brazos, llevarla a mi dormitorio y hundirme en ella. Anhelaba tocarla, sentir su suave piel bajo las manos. La deseaba fervientemente…

Pero una voz interior me recordó que en poco tiempo me iba a convertir en un hombre comprometido. Aunque todavía no lo estaba y no había hecho ninguna promesa.

Fue entonces cuando ideé un nuevo plan. Le había dicho a Rose que no estaba interesado en ella. Había sido mentira. En aquel momento Mia y ella estaban ahí conmigo, en mi casa y eso cambiaba las cosas. Decidí que en vez de una guerra iba a pelear una batalla distinta. Una batalla de seducción.

La increíble química que había entre ambos era demasiado fuerte como para que fingiéramos que no existía. Quizá si nos rendíamos ante ella podríamos apaciguarla antes que si decidíamos ignorarla.

Entonces la apoyé contra la pared y observé que abría los ojos como platos y que se le agitaba la respiración.

—Emmett, no… —susurró ella, mirándome a los ojos—. Como tú mismo has dicho, no nos conocemos.

—Eso no nos detuvo la noche que nos vimos por primera vez.

—Aquello fue diferente —murmuró Rose mientras le acariciaba un pecho.

Comencé a incitarle su endurecido pezón. Ella gritó y supe que fue tanto por deseo como por la impresión que sintió. No había esperado que hiciera nada parecido.

Por encima de la bata, sentí el calor que transmitía el pecho de ella.

—En realidad, no —susurré, besándola brevemente—. Además, ¿qué mejor manera de conocernos?

—Sería un error —aseguró Rose.

—¿Estás segura? —pregunté, levantándole la bata y acariciándole un muslo.

—Umm… —ella cerró los ojos, gimió levemente y suspiró mientras continuaba incitando su pezón—. ¿Sí?

Sonreí y subí la mano un poco más hacia arriba en su muslo. Me dirigí inexorablemente hacia el caliente y sedoso corazón de su feminidad. Necesitaba tocar, acariciar.

—No pareces muy segura, pero quizá no te conozca lo suficiente.

—Exactamente —susurró Rose, abriendo los ojos y mirándome de nuevo.

—Entonces ayúdame —pedí mientras descubría que ella no llevaba bragas.

Le acaricié su húmedo sexo y observé cómo se le oscurecían los ojos hasta que su color azul oscuro se convertía en casi negro.

—¿Cuál es tu color favorito?

—¿Cómo? —impresionada, ella agitó la cabeza y separó las piernas un poco para darme mejor acceso—. ¿Color?

—Tu color favorito.

—Azul, ¿y el tuyo?

—Negro. ¿Qué prefieres, la playa o la montaña?

—La playa, ¿y tú?

—La montaña —contesté, penetrándola con un dedo—. ¿Ir de picnic o a un restaurante?

—De picnic —respondió ella, suspirando.

—Yo prefiero ir a un restaurante —dije introduciendo un dedo más en el sexo de ella.

Rose mordió el labio inferior para tratar de controlar sus gemidos de placer.

—¿París o Roma? —continué preguntando.

—No conozco ninguna de las dos —respondió ella—. Pero creo que preferiría Paris.

—Te llevaré a Roma —le prometí—. Te gustará más, créeme.

El placer se reflejó en las facciones de Rose y pude sentir lo cerca que estaba de alcanzar el clímax del placer. Entonces comencé a acariciarle el clítoris con el pulgar mientras continuaba penetrándola con mis otros dedos.

Ella tembló, se apoyó en mis hombros y me clavó los dedos en la piel desnuda. Movió ansiosamente las caderas en mis manos tratando de alcanzar el alivio que sabía no podía.

—Ahora ya nos conocemos —susurré mirándola a los ojos.

—Y no tenemos nada en común.

—¿Te importa? —pregunté, acariciándola más profundamente, con más intensidad.

—No —contestó ella, gimiendo.

—A mí tampoco —dije sonriendo—. No pongas más excusas. Déjate llevar por el placer… permite que te observe.

—No puedo —respondió Rose, respirando agitadamente—. Es demasiado. No puedo simplemente…

—Déjate llevar —exigí.

Nos miramos a los ojos y sentí cómo ella se rendía. Un momento después pude disfrutar al observar cómo un océano de placer inundaba su cuerpo. Entonces la besé y aspiré el gemido de ella. Sentí cómo sus músculos se contraían alrededor de mis dedos y continué acariciándola incluso cuando ella ya se había tranquilizado.

Finalmente retiré los dedos a regañadientes y la tomé en brazos. Consideré llevarla a su habitación, pero finalmente la llevé a mi propio dormitorio. Por lo menos allí había preservativos en el cajón de la mesilla. Cuando llegamos cerré la puerta tras nosotros de una patada y miré a Rose, que tenía la boca abierta como en una invitación a que la besara.

Acepté y la besé mientras andaba con ella en brazos por el dormitorio. Entonces la dejé en el borde de la enorme cama y no perdí el tiempo. Le quité la bata, dejándola desnuda frente a mí. Su piel parecía hecha de la más fina porcelana, sus pezones eran de color rosa pálido y los rizos rubios que tenía entre las piernas me tentaban.

—Emmett…

Yo sabía que incluso allí sentada, desnuda, estaba pensando en razones por las cuales aquello era una mala idea, razones que me darían excusas para detenerme…

—Esta noche no pienses en nada —le ordené—. Simplemente siente. Estamos juntos en esto, Rose. Disfrutémoslo.

Ella se rió levemente y agitó la cabeza.

—Esto no es por lo que vine aquí, no es lo que se suponía que debía ocurrir.

—Esto estaba destinado a ocurrir —discutí, bajándome los pantalones del pijama y los calzoncillos.

Rose contuvo la respiración.

—Ambos lo sabemos —continué—. Lo hemos sabido durante todo el tiempo.

Ella me miró de arriba abajo y mi ya excitado cuerpo se puso todavía más tenso.

—Desde aquella primera noche, Rose, estábamos destinados a que esto ocurriera. Dime que lo sabes, que lo sientes.

—No lo sé —admitió ella, agitando la cabeza—. Ya no sé lo que siento.

—Permíteme ayudarte —sugerí, poniendo una rodilla en el colchón y presionándola para que se echara sobre la cama.

Rose me miró. Estábamos sólo iluminados por la luz de la luna que se colaba por las ventanas y sentí que la necesidad se estaba haciendo muy intensa. Ella me hacía tener unas ansias que nunca antes había sentido. Me había tocado algo que ninguna otra mujer había logrado tocar y, aunque no quería explorar aquellos sentimientos, lo que sí que quería era disfrutarlos.

Quería que ella estuviera encima, debajo y alrededor de mi cuerpo. Quería ver el clímax reflejado en sus ojos, quería oír sus suaves gemidos y suspiros desesperados. Y no estaba dispuesto a esperar durante más tiempo.

Me acerqué a la mesilla y abrí el cajón. Tomé un preservativo y lo saqué de su envoltorio. Entonces me lo puse, me coloqué de pie entre las piernas de ella, miré para abajo y sonreí.

—Emmett…

—Deseas esto tanto como yo, lo sé. Y tú también lo sabes.

Rose rió.

—Eres como una fuerza de la naturaleza. Apareces y te adueñas de la situación. Incluso estás convencido de lo que quiero sexualmente.

—¿Estás diciendo que estoy equivocado? —pregunté colocando las piernas de ella alrededor de mis caderas.

—¿Importaría eso?

—Sí —contesté acariciando los suaves pliegues de su sexo—. Si me pides que me detenga, lo haré.

Rose respiró profundamente y levantó aún más las caderas.—No te detengas.

—Sabía que dirías eso.

—Tienes respuesta para todo, ¿no es así?

—Sí —respondí restregando la parte superior de mi pene contra el corazón de la intimidad de ella. Estaba deseando penetrarla, tomarla, poseerla, deleitarme… Pero esperé—. Ya te lo dije antes; cuando sé lo que quiero, siempre encuentro un camino para conseguirlo.

Rose gimoteó levemente y se acercó más a mí.

—Y cuando termines de controlarlo todo, ¿me dirás cuándo he llegado al orgasmo?

Me reí y la penetré con fuerza.

—Lo sabrás, Rose. Créeme, lo sabrás.

Ella me abrazó más estrechamente con las piernas y la pasión se apoderó de mí, que me sentí devorado por un millar de sensaciones. Le hice el amor con esmero y conduje a ambos al límite de la locura.

Pero cada vez que sentía que ella estaba a punto de alcanzar el orgasmo aminoraba el ritmo, la privaba de lo que necesitaba, de lo que quería. Prolongué el placer para ambos y convertí cada caricia en una clase de tortura divina.

Jamás había experimentado un placer tan intenso, nunca había sentido una compenetración tan grande con una mujer en la cama. Nunca antes el observar el placer de una mujer había aumentado el mío. Para ser un hombre al que le gustaba controlarlo todo, repentinamente me percaté de que era Rose la que estaba controlando aquel tren.

Rose, cuyos gemidos y susurros estaban alentando el fuego que había dentro de mi hasta que ardí con una fuerza que había creído imposible. Aquello era más de lo que había encontrado la primera noche que habíamos estado juntos. Era más profundo, más grande. Era más intenso… en todos los sentidos. Sentí el deseo de ella y lo acentué. Sentí su tensión y creé aún más. Quería ser el que la llevara a un nivel más alto del que ningún otro hombre la había llevado antes. Deseaba tocarla de la manera en la que ella me había tocado a mí.

Cuando finalmente el cuerpo de Rose se estremeció sobre el mío, supe que no podía prolongar mi propio alivio durante más tiempo. Me rendí a lo inevitable. Me entregué a la mujer que había derribado completamente mis defensas…

Cuando la tormenta pasó, me estiré en la cama al lado de ella, la abracé y oí el furioso latido de mi corazón.

Demonios…


¡Ahhhh! ¿Quién mas se apunta querer conocer a Emmett así? ¡YO PRIMERAS! Ahahhahahhahha^^ ¡Las amo mucho! ¿Aullidos para esta lobita Alpha?

31 comentarios:

  1. Yo me APUNTOOOOO TAMBIEN ... AAAA QUE BUENA FORMA DE CONOCER A ALGUIEN NO...
    YO ASI QUIERO CONOCER TAMBN JAJAJAJAA MI ALPHA ERES UNA DIOSA LEMMONERAAA ME EEEENCAAATOOO... Dios
    ese Emmett es tan ... apetecible, comestible y en fin ... perodon alucineeee
    meee eencanta este ficcc besos

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  2. AUUUUUUUUUUUUUUUU!!! Yo me apunto, como que no!!.... Juro, que cada vez, que leía más y más parrafos, la boca se me secaba... hahaha!!. Awww, que lindo cap... Mi favorito... awww ^.^ besitos!! ;)

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  3. pero dios!!!!!!
    ese hombre me va a matar!!!
    pobre rose, la compadesco... y es que
    con ese chiko de esa forma... es dificilisimo controlarse ajjaja o mantener la mente despejada,... me parece que emmett ya se esta enamorandooo... jajja... excelente kokoro, como siempre =) bsotes y nos leemos pronto :D

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  4. Jaqui:
    oH X DIOS MMMMMMMMMMMMMMMMMMMM.....
    Q CAPI FUE .... SIN PALABRAS
    rEITERO L DICHO ATRAS ERES LA DIOSA DEL LEMON
    aDMITO Q TERMINE FUANDO MAS DE UN CIGARRO.
    mENCANTARIA CONOCER A LOS HERMANOTOS CULLEN, ELLOS SON LOS DIOCES DEL SEXO
    kOKORO SIGUE ASI Y TERMINARE CON CANCER PULMONAR
    (plus que propre vie)

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  5. Como siempre me encanto. Me quede con ganas de más.
    Mil aullidos desde argentina

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  6. WOWOWOWOWOWOWOWOWOWO!!!

    LO AMOO LO AMOOO LO AMOOO!!!
    SI ES LO MAS HERMOSO!!!
    AWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW!!


    te adoro mi hermosaa Rooo!! adoro esta historiaa, wii no puedo esperar al prox. cap, cuidate mucho y ojala todo este mejorando por alla

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  7. yoooooooooooooo wooowww Dios voy a soñar con Emmet...que caloooorrr

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  8. YOOOOOOOOOOOOOOO ME APUNTO

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  9. A quien no le gustaría conocerse de esta forma tan particular con otra persona, ah?
    Sobre todo con Emmet...Santo Dios, que arroje la primera piedra la que no se resistiría ante los encantos de Emmet, ah.... Creo que no existen muchas.
    Koko de verdad esta super bueno este cap...inspirador...hay que practicarlo Hahahaha ;D

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  10. KOKORO, SUFRIRE COMBUSTION INTERNA, EN SERIO... QUE CALOR!!!
    ME ENCANTO EL CAPITULO, ROSE Y EMMETT WOW!!! DEMASIADA TENSION SEXUAL PARA PASARLA POR ALTO, MUY BUENO EL LEMON. AAAAHHH Y ME GUSTO MUCHO VER AL EMMETT CARIÑOSO CON SU HIJA, QUE LINDO Y TIERNO.

    BESOS KOKORO, DESDE MONTERREY.

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  11. oooooooooohhhhhhhhhhhhh por diosssss.!!! si conocerlo seria asii...yo me ano to primerisimaaa..ajja
    te lleve a vivir a su linda casa...q te de TODAS esas cosas..auto, dormitorio...sexooooo..jajaja

    es un divino total emettt.!!!!
    lo amoooooo...

    besos enormess..
    genial el capitulooo,,!!!

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  12. madre mia!!!!!!!!!
    este emmet es genial, no tengo palabras.

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  13. yoooooooooooooooooooooooooo yoooooooooooooooooooo tambien me apuntoooooooooooooooosiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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  14. ¡¡¡AHUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!! YO ME APUNTO!!!!
    NOS VAS A MATAR CON ESTE HOMBRE KOKO JAJAJAJA
    ¿TE IMPORTA? _NO_ JIJIJIJI
    SE ME PUSO LA PIEL CHINITA LINDA MIASKKK
    SALUDOS DESDE MONTERREY!!! =)

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  15. Graan capituloo kokorooo!
    aaawww, me encantaa!^^
    ha merecidoo la esperaaa!
    besooos! cuando se subira el siguiente?

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  16. cada vez que leo algo tuyo quedo con ganas de seguir y seguir y de verdad no quiero parar este cap me encantoo yo quiero un Emmett para mi, yo me apuntaria dichosisima a que me quiera conocer de esa forma jajaja, cuidate y mil Aullidos para tan exelente escritora

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  17. MALDICION!!!
    yo quiero a un EMMETT!!!
    ^^
    genialisimo...como siempre no mas poh!
    besos grandes y espero ansiosa el siguiente que esta delicioso!!!

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  18. AAAAAAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!1 OMG!!! Que porqueria!! Que porqueria tengo en casa, jajaja!! si me coje mi marido, OMG,OMG!!! Yo me apunto como quiera y cuando quiera, arriba, abajo, al lado, Dios Mio, creo que necesito una ducha bieeeennnnn fria!!! Excelente capitilo mi Koko!!!

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  19. aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh.....
    lo amee me encanto este caaaap
    dios me encanto me encanto pero ='(
    esta muy corto no importa hahahaah
    me facino koko sube pronto besos

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  20. waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    apuntenme!!
    jejej eso ke?
    pero estubo genial
    ps una cosa llevo a la otra, y asi fue como todo culmino
    me encanto
    primero la parte paternal
    me gusto mucho
    y luego la forma en ke se conocieron
    bueno, me encanto
    ske es todo lindo, y sobre todo, todo sexy!!!!
    estube esperando conmuchas ancias este cap, y como siempre, no me desepcionaste, y creo fervientemente ke nunca lo aras.

    besos
    chao

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  21. ¡Auuu! xD omg esta muy bueno este fic kokoro!!! me encanto!!! y todo es tan... sin palabras, me encanta la trama, como se expresan los personajes y todo lo que compone cada capitulo q escribes. es realmente una gran historia y yo si quiero conocer a Emmett anotame en la lista :D WII jajaja espero prontamente mas :D si, me volvi viciosa de tus fics xD jajaja ¡beshotes!

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  22. hola como estas

    espero que de lo mejor jejejejje

    esta encantador el capi te felicito koko

    nadamas actualiza pronto jejejej

    si por favor

    adios

    harumi

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  23. ***KATHYTA***
    AAAAAUUUUUUUUUUUUUUUU!!!
    Por dios yo kiero un hombre ke me
    trate como Emmet, tan sexy, ke envidia!!!!
    Eres la mejor nada ke decir....
    besos....

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  24. Wow!!! Estos son los más rapidos de las tres parejas.... Sip.

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  25. yo yo m apuntoooo!! WUAUUUUUUU..Q HISTORIA D LO MAS EXCITANTE!!!XD!!

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  26. yo yo m apuntoooo!! WUAUUUUUUU..Q HISTORIA D LO MAS EXCITANTE!!!XD!!

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  27. yo yo m apuntoooo!! WUAUUUUUUU..Q HISTORIA D LO MAS EXCITANTE!!!XD!!

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  28. yo yo m apuntoooo!! WUAUUUUUUU..Q HISTORIA D LO MAS EXCITANTE!!!XD!!

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  29. AUUUUUUUUUUUUUUU.....Demasiado increíble...porfa no demores tanto en publicar el siguiente capi. Te adoro eres una maestra Kokoro. Bueo tengo que comunicarte que acabo de abrir u blog...espero que llegue a ser tan bueno como el tuyo. Love U.
    Gigi
    Mi correo es: gianellavillar@hotmail.com

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  30. Hay, por Dios! Hiperventilo! me uno al grupo de las que dejaste re calientes con este capi! XD Bueno, puede ser porque acabo de leerlo, y está fresquito en mic abeza, pero creo que es el el mejor lemon que has escrito... o por lo menos entre los primeros tres!(-agregó pensando en todos los demás)
    jaja, sos una genis! definitivamente la mejor! Indiscutible, irrefutable y total y completamente verdadero! Te adoro!!!

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  31. Aaaauuuuuu!!!!!
    wow mi Koko mi alpha sin duda eres genial mas ke geial eres un genio...
    jajajaja
    vale me tengo ke ir a leer mas
    jajajaajaja

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...