martes, 9 de marzo de 2010

HF: Aullando a la luna "Capítulo II" - Kokoro Black

Kokoro descubre una verdad espantosa y en busca de su historia se enamora de Jacob, un chico con el que tiene muchas cosas en común. Pero… ¿Cómo pelear contra el destino que le indica que él no está destinado a ser suyo?
*
Cuatro mujeres diferentes con una cosa en común... su propia historia en Forks.
La mayoria de los personajes le pertenecen a S. Meyer los que no... son nuestros


Aullando a la luna
Por Kokoro Black


Capítulo II - Seguir mi camino



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Tengo que irme y ser quien soy. Simplemente no pertenezco aquí, espero que lo entiendas.

Quizás algún día encontraremos nuestro lugar en el mundo, pero hasta ese entonces…

Tengo que seguir mi camino.


Gotta go my own way – Vanessa Hudges & Zac Efron.

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— ¿Estas enojada?

No estaba enojada. No, que va… solo quería comer galletitas y jugar a la casita con mi familia… ¡Por supuesto que estaba enojada! Volví a ver a Coka y sentí unas inmensas ganas de abrirle el estomago y sacarle las tripas. ¿Qué clase de pregunta era esa de que si estaba enojada?

— ¿¡Se puede saber por qué rayos nadie me había dicho que era una licántropa! ¡Dios! ¡Ni siquiera sé si existe el término: licántropa!

—Ai—intervino Alexa. —Nosotras tampoco lo sabíamos. ¿Cómo se supone que sabríamos algo acerca de que eres una loba? Dile algo Carla.

Volteé a ver a mi Carla y ella –que había estado como estatua- se animó a mirarme a los ojos.

—Sólo puedo decir que me da gusto que esté bien.

Mi corazón se oprimió. Había vagado sola por casi una semana desde mi conversión. Estaba aturdida y necesitaba huir por un momento. Como era de esperarse, mi familia me buscó con locura hasta dar con mi paradero en Palm Spring, cercas de San Diego. Mi Carla probablemente había estado preocupada.

—Miren… esto es totalmente extraño. Según los cuentos y las películas, ustedes y yo somos enemigos naturales.

—Sabes que no somos tus enemigos. —se apresuró en contestar Carla. — Tú eres como nuestra hija. Jamás te haríamos daño.

—Ni yo a ustedes. Pero necesito respuestas. No puede ser que de la noche a la mañana me convierta en loba así como así. Debe de haber un motivo…

—Y lo hay.

Coka y Alexa voltearon a ver a Carla confundidas. Su reacción no era muy diferente a la mía.

—Tú… lo sabías. — musité sin voz. Había sido traicionada por mi propia madre.

—No exactamente. No pensé que te convertirías en una loba. Pero si conozco tus raíces.

—Quileute… —susurré.

— ¿Recuerdas la leyenda que te contaba cuando niña?

—Los hombres que se convertían en lobo…

—Sí. —Carla se removió un poco incomoda y dio un paso hacía mi. Las dos arrugamos la nariz.

—Apestas.

—Pues tú no hueles precisamente a rosas— musitó mi Carla en un intento de sonrisa que no llegó a sus ojos. Volteó con Alexa y con Coka y les lanzó una mirada furtiva. Ellas se limitaron a asentir y se marcharon. —Tú y yo tenemos que hablar.

Asentí y me senté en un tronco. Me sentía rara. Mi cabello estaba desmarañado, mis ropas desaliñadas y prácticamente destrozadas. Había destruido varias camisetas y blusas en el proceso de "entrar en fase", ahora primero me desnudaba antes de hacerlo. Pero no era debido a mi apariencia por lo que me sentía así, si no porque sentía que lo que iba a escuchar cambiaria mi vida… para siempre.

—Hablemos.

El marfileño rostro de mi Carla se tensó un poco. Y después como que se relajó y dejó salir el aire que -no me había dado cuenta- había acumulado sin necesidad en sus pulmones.

—Desciendes de una familia de metaformos…

— ¿Desciendo? ¿Eso significa que sabes quién es mi familia?

—Podría decirse que sí.

Empecé a ver todo rojo. El coraje me invadió por entero y tuve que controlarme a sobremanera para no entrar en fase y echármele encima a mi Carla.

— ¿Qué fregados significa el: "podría decirse que si"? Tú sabes cuánto anhelaba saber algo de mi pasado. Cuanto me despreciaba a mi misma al creerme sin origen. Sí, me dijiste que era Quileute, ¿pero eso qué? Quiero respuestas… las necesito.

—Te contare una historia Ai, no creo que te guste mucho y no quiero que nos catalogues a todos iguales…

— ¿A todos?

—A los vampiros.

Mi piel se erizó y saqué a relucir mis dientes ante una reacción que me fue imposible evitar. Mi Carla se encogió un poco y su rostro abatido me contempló unos segundos antes de continuar.

—Yo venía llegando de mi viaje de oriente. Había ido sola porque necesitaba un tiempo para mí. A pesar de tener a Coka y a Alexa me sentía extremadamente sola. Quería pensar… un tiempo para encontrarme y encontrarle sentido a esta existencia. Pues había quedado de encontrarme con mis hermanas en Forks, un pueblo en la península de Olympic en donde llueve constantemente y era perfecto para andar a la luz del día. Sólo que… no duramos ni una semana ahí.

—Supongo que eso tiene que ver conmigo ¿verdad?

—Sí. El mismísimo día de mi regreso a los Estados unidos, vagaba por los bosques cuando me encontré una escena fuera de lo normal. Una hermosa mujer de piel blanca corría junto a un hombre de tez morena. Cargaban a un bebe en brazos y aprecian huir aterrados. Quise acercarme a ayudarlos. Pero estaban heridos y su sangre me llamaba. No quería cometer una locura así que mantuve mi distancia. Cuando menos me di cuenta el hombre había desaparecido. Si yo no había sido capaz de verlo, sólo podía significar que otro vampiro estaba en escena.

Me dejé caer al suelo aturdida. Mis padres habían sido asesinados… por vampiros. El aire me faltó y sentí que el cielo se me venia encima.

—Sé cómo debe de sonar esto Ai, pero… sí. El primero en morir fue tu padre. Seguí a tu madre y la escuché llorar histérica. Estaba muy herida y no podía correr más, pero te tenía tan aferrada a su pecho... parecía tan fuerte aunque se estuviera desmoronando. No pude evitar acercarme y ella me vio. Fue un momento extraño e incomodo. Pensé que gritaría pero en vez de eso me pidió que me acercara. Yo obedecí aguantando la respiración, su sangre olía demasiado bien como para pasarme por desapercibido. —guardo silencio de repente.

— ¿La mataste tú?—pregunté con pánico.

— ¡Oh, no! ¡Claro que no! Te dije que solo cuando era neófita había probado sangre humana y es verdad.

Suspiré aliviada. No hubiera podido soportar que mi Carla hubiera sido la asesina directa de mi madre. Ella retomó la calma y prosiguió:

—Tu madre en agonía, me dijo: Cuida de mi hija… es toda una Quileute. La sangre de los lobos corre por sus venas al igual que la sangre de mi esposo. Es fuerte, no te causara problemas. El frio, está cerca, por favor llévatela dejos. —Se acercó a mí a paso sigiloso. —Te juró que pensé en llevármela, pero su corazón apenas latía y si ella llegaba a verme más de cerca o a tocarme, quizás se hubiera dado cuenta que yo también era una fría…

— ¿Fría?

—Vampira.

—Ah… o sea que tú simplemente llegaste, me tomaste y la dejaste morir…

— ¿Qué querías que hiciera, Ai? Tu madre no tenía esperanzas. El vampiro probablemente iría a buscarla. Tú eras la que más probabilidades tenía de vivir, además que verte le dio sentido a mi vida. Has sido como mi hija. Juro que te amo como a una.

Empecé a llorar imaginándome la escena. Mi Carla tomándome a toda prisa y corriendo. Dejando atrás a ese despiadado vampiro que se había comido a mi mamá.

—Ai… quise hacer lo mejor para ti. Busque información de los Quileutes por los alrededores de La Push. Sólo pude averiguar antiguas leyendas de que descendían de los lobos. Una vez había oído por ahí que había unos hombres que eran metaformos… hombres y lobos a la vez. Me dio la impresión de que eras descendiente de ellos, pero jamás creí que tú te convertirías en loba.

— ¿Y no consideraste dejarme en La Push? Quizás tenía más familia ahí.

—Sí lo pensé… pero no pude hacerlo. Eras tan hermosa, tan dulce… no pude, Ai. Eras todo lo que siempre había deseado… una familia, ser madre. Sé que fui egoísta y lo siento. Pero te amo…

—No puedo creerte—chillé con voz ahogada. —Yo no puedo creerte. Quien ama no daña… y tú me has dañado al por mayor.

—No, Ai… veo que no conoces nada del amor.

—No. No conozco nada de nada y es por eso que no puedo seguir a su lado. Tengo que irme. — musité antes de darle la espalda.

Ella se acercó a gran velocidad y me agarró del hombro.

—Suéltame. —me zafé de su agarré con facilidad y me regocijé por dentro porque por primera vez, era igual de fuerte que ella. —Necesitas dejarme ir. Yo también tengo mucho que pensar.

—No, Ai…

—Tengo que irme. No pertenezco aquí… déjame encontrarme.

—Pero… —Sé que quería decirme algo más. Pero se quedo callada. Dejó salir el aire que tenía acumulado en sus pulmones y me vio a los ojos. —Ve hija mía… ve y espero encuentres lo que buscas.

La miré con lágrimas y mi corazón se oprimió.

—Sólo quiero encontrarme a mi misma. — dije, antes de inevitablemente entrar en fase.

Mi madre me vio maravillada. Ni parecíamos enemigas. Sólo asintió antes de que le diera la espalda y corriera en dirección a la La Push. En dirección a mi origen… en dirección a las respuestas.

Correr por el bosque tranquilizaba mis nervios, pero no a mi corazón que latía frenético y adolorido. A punto de estallar… a punto de doblegarme por el sufrimiento. Corrí como jamás creí que podría correr. No sabía si dar gracias o maldecir mi nueva condición. Sólo sabía que mi vida había dado un giro de 360º y estaba demasiado aturdida como para asimilarlo todavía.

Corrí mucho y me permití disfrutar del aire y de la sensación de la maleza en mis pies… mejor dicho patas.

Tardaría en acostúmbrame a esto.

Aullé con melancolía y cascabeleé en mi corrido. Llegué a tierras desconocidas.

Me paré de repente y me dejé caer en el suelo. Cerré los ojos y por un momento… me sentí en paz conmigo misma.

*****

No olvides seguir la historia de mis amigas:

Sueños de sangre de Alexa

Triangulo inmortal de Coka

Oscura Venganza de Carla


3 comentarios:

  1. buenisimo, buenisimoo
    hace mucho estaba esperando la continuacon de esta historiaaaa,,!!!

    me ecnanto el capi..
    besos enormes..!!!

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  2. Kokoro. Tu eres la guia de esta historia. Jajajaja. Te queremos amiga, no te pierdas tanto tiempo que te extrañamos.
    Fuerza con los problemas que al final no son tan importantes, lo verdaderamente importante es la familia y tu salud..... Cuidate!!!!!

    Gracias por tu capitulo, me encanta todo lo que escribes y ya quiero leer tu primer encuentro con Jacob Black

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  3. Hola mi hermanita pequeña!! mi adorada hijita!!jeje
    Gracias por todo, como dice Alexa, eres nuestra guìa en esta historia, sin ti estariamos màs que perdidas!!
    Te quiero demasiado, miles de besos y nos leemos muy pronto1!
    te quiere y admira por montones tu loca amiga Carla

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...