sábado, 27 de febrero de 2010

Lazos Prohibidos "Libro 2, cap 5" - Naty Celeste


Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer y la historia es mía :D

Summary: Los licántropos encontraron formas de infectar a los humanos, pero los vampiros no se dejarán vencer en número. Una guerra atormenta al mundo cuando los dos bandos se enfrentan en una batalla sin fin. Todos deben elegir, o la elección será tomada por ellos. ¿Puede el amor de Jake y Nessie enfrentarse a cualquier cosa?
Capítulo 5: Mendigando como cachorro por un hueso

Ahora también sabía que no estaba conciente, pero no era algo que me preocupara demasiado. Necesitaba descansar, y prefería soñar con una hermosa mentira, a abrir los ojos y enfrentarme a la realidad. En mi sueño pasaba los dedos por el cabello de Ness mientras ella descansaba con la cabeza apoyada en mi hombro, adormecida por la película que mirábamos. Era tan tierna, tan dulce, sólo quería quedarme así por siempre.

Pero todo buen sueño tiene final, y el de éste no tardó en llegar. Eso sí: hacía tiempo que no me despertaba tan relajado. La sensación de comodidad de mi fantasía superaba con creces la molestia de la realidad. Me estiré, haciendo que mis articulaciones crujieran y estirando todos mis músculos, y luego me di cuenta de que se suponía que me doliera hasta la médula. Me incorporé y me miré el pecho, pero no había rastros de la pelea. Era como si nada hubiera pasado.

Ni siquiera el brazo me molestaba, cosa que había supuesto que tardaría en pasar. Miré al cielo y el Sol parecía estar en el mismo lugar de antes. No había pasado tiempo. No se había movido. O quizás estaba más alto en el cielo, casi como si se moviera hacia el lado equivocado. Me reí para mis adentros cuando comprendí. Había dormido casi un día entero. Era lógico. No había dormido ni una noche completa desde hacía más de un año. No había soñado con nada tranquilo desde que la había perdido. Las pesadillas no me habían dejado ni en un minuto de mi inconciencia hasta ahora.

Negué con la cabeza y me reí en voz alta cuando recordé lo bien que había salido todo finalmente. Suspiré y casi pude sentir el aroma de Ness impregnado en mi piel. En mi pelo, en mis manos. Todo había salido de maravilla. Los chicos no nos perseguirían, y Ness ahora estaba segura con los vampiros. La idea me ponía los pelos de punta, pero ese era el lugar en el que mejor podían protegerla. Eso si la recibían como había esperado. De pronto una opresión en el pecho amenazó con destrozarme los pulmones. Si yo podía oler a Ness en mi piel, ¿Cuál era la garantía de que los vampiros no me percibieran a mí en la suya?

Respiré profundamente y tragué en seco, buscando una salida lógica a esta nueva idea. De seguro Ness no era tan descuidada como para pavonearse por ahí sin disimular ¿cierto? De seguro cubriría los rastros de lo que nos unía. Del amor que debíamos guardar en secreto.

Torcí la cabeza hacia los lados para hacer crujir mi cuello. Era una costumbre que siempre me relajaba. Y esta vez tampoco había fallado. Ness no era estúpida. Era mucho más inteligente que yo, y sabía lo que podrían hacerle si sospechaban de lo nuestro. Sabía lo que arriesgábamos al hacerlo, exactamente lo más importante para nosotros: nos arriesgábamos el uno al otro.

Ese pensamiento me calmó. Ella no haría nada que nos pusiera en peligro, cubriría todos los rastros necesarios para que no hubiera nada que le impidiera volver. Justo como yo.

Suspiré y me puse de pie. Me moría de hambre. Tendría que cazar algo, sabía que no debía acercarme demasiado a los lobos. Por más que Sam había dicho que daría la orden de no perseguirnos, no pensaba tentar a mi suerte. Así que entré en fase luego de estirarme una vez más. Olfateé el aire intentando asimilar el extraño silencio en mi cabeza y comencé a correr hacía el norte, de donde provenía el apetitoso aroma de una manada de ciervos. Me almorcé uno sin pensarlo demasiado y en tiempo record, y después volví a correr, esta vez, sin ninguna razón en especial.

Sólo quería correr, sin nada que me detuviera. Era increíble la velocidad a la que podía llegar. Y eso me hacía sentir poderoso, justo como le había dicho a Ness el día anterior. Y hacerlo sin nadie hurgando en mis pensamientos era de fábula. Algo que nunca me había sucedido antes. Corrí lo más rápido que pude, por el mayor tiempo que me fue posible y en todas las direcciones que se me ocurrieron. Me sentía de maravilla.

No tardé en llegar al pequeño pueblo al que habíamos planeado ir con Nessie, sin siquiera ser conciente de que me dirigía hacia allá. El lugar no mostraba ninguna señal de vida. Ni siquiera las pocas que aún se podían ver en Forks. Resultaba bastante tenebroso de esta manera. Era como un pueblo fantasma o algo así. Pero no era lo que me perturbaba, nunca le había temido a ese tipo de cosas, si el hecho de pensar en dónde estaba toda la gente que faltaba. Probablemente convertida, matando sin reparos a familias enteras. Todas esas casas, esos hogares, habían sido destruidos en la peor de las maneras.

Intenté pensar objetivamente. Quizás habían evacuado la zona por temor a lo que atacaba a los pueblos vecinos… o quizás, al ser un pueblo tan pequeño, los vampiros habían arrasado completamente con él. Me estremecí. Prefería inclinarme por la primera opción, incluso aunque supiera que era imposible.

Me concentré en olfatear el ambiente en busca de algún dulzor reciente, pero no fui capaz de encontrar nada. Lo que fuera que hubiera pasado, lo había hecho hacía mucho tiempo. Salí de fase y caminé por las calles desiertas, imaginándome una época mejor ¿Por qué todo tenía que ser tan definitivo? Estaba seguro de que, aunque la guerra terminara mañana, este pueblito jamás volvería a ser el mismo. Los niños ya no correrían en los parques, las madres nunca volverían a dormir tranquilas… la existencia de los vampiros jamás volvería a ser un secreto.

La ignorancia era un regalo tan valioso como irrecuperable.

Me puse nervioso por la soledad y entré en fase para seguir corriendo. Volví a mi lugar de partida, a buscar la mochila y miré el mapa deseando tener algo más que hacer…

--------------

La semana pasó lentamente. Al principio, la ausencia de Ness esa como una picazón que no podía rascar, pero con los días se transformó en una enorme herida infectada. Ya lo había intentado todo para distraerme. Desde encender una fogata frotando palitos, hasta ver si podía pescar con las manos. Incluso me había tomado el tiempo de ver cuánto me tomaba correr desde una punta a la otra del bosque de Forks. Descubrí que como lobo me tomaba una décima parte del tiempo que como humano. O al menos eso era lo que estimaba, ya que sólo podía saber la hora por la posición del Sol.

Cuando por fin llegó el día no cabía en mí de la emoción. Me sentía un niño en la mañana de Navidad, sólo que más entusiasmado e infantil. El viejo roble estaba justo en la frontera Este del bosque de Forks. Solíamos ir ahí de niños a acampar con Harry, un amigo de mi padre, sus dos hijos, Seth y Leah, y mi padre. Llegué cerca de las tres de la tarde y me apresuré a buscar la nota de Ness en el agujero que se formaba bajo las raíces. Pero algo andaba mal. No percibía el perfume de Ness, sólo un tenue dejo que bien podría tener semanas.

Fruncí el ceño cuando mi mano salió vacía del hueco y suspiré frustrado. No había venido. No había logrado venir a dejar la nota. No podía creer que no le interesara lo suficiente, así que solo quedaba una posibilidad: la habían atrapado. La habían descubierto. Me dejé caer en el suelo, apoyando mi espalda contra nuestro árbol y cerré los ojos. Si de verdad la habían descubierto, ya sería demasiado tarde. No perdonarían ese tipo de conducta, ese tipo de traición, ese tipo de amor.

Me cubrí el rostro con las manos y ahogué un grito. No podía haber sido tan estúpido. Debería haberla seguido en cuanto tuve noticias de Sam, debería haber hecho que se escondiera en algún otro sitio ¿cómo había podido mandarla a ese nido de chupasangres? Escuché un ruido delante de mí y abrí los ojos, pestañeando para ver a través de las lágrimas para enfocar la vista, pero no había nada. Mi cabeza estaba jugando conmigo.

Me mantuve atento por un segundo y luego volví a distraerme, no estaba muy concentrado que digamos. Mi mente buscaba una posible salida a lo que sucedía. Iría con los vampiros. Si me mataban, sólo me estarían haciendo un favor. Pero tenía que comprobarlo. Tenía que saber a ciencia cierta que mi Nessie ya no estaba, que ya no volvería. Pero el sonido volvió, esta vez más cerca todavía.

- ¿Jake? –escuché. No era la voz de Ness, y automáticamente me puse en guardia, aunque en realidad no sabía de dónde provenía- ¿Jacob? -¿qué rayos? Me había vuelto loco.

- ¿Sí? –contesté sintiéndome como un idiota. No solo escuchaba voces, sino que les contestaba.

- Vengo de parte de… “Nessie” –dudó al pronunciar el nombre y mi corazón se encogió al escucharlo- Dijo que sabría que eras tú por su promesa. Dijo que te dijera “para siempre”.

Bajé la guardia y mis brazos cayeron a los costados de mi cuerpo. Sólo era mi mente dándome lo que quería. Le hablaba al aire, pero no me molestaba si me había vuelto loco, realmente ya no tenía importancia, y no podía dejar esa frase inconclusa.

- “Pase lo que pase” –contesté completando la promesa en voz muy baja. Hubo un silencio, y luego no podía creer lo que mis ojos veían: una pequeña chica se materializo de la nada, justo en frente de mí, a penas a unos tres metros de distancia. Di un paso atrás por la sorpresa, chocando contra el árbol, pero la muchacha no se movió de su sitio.

- Ella dijo que no me lastimarías si sabías que me había mandado –explicó con un tono de voz bastante resuelto.

- No- no lo haré –tartamudeé- ¿cómo-? ¿Cómo rayos-?

- No hay tiempo para eso –me cortó-. Dijo que te diera esto –extendió la mano con un pedazo de papel blanco en ella. Me miraba con desconfianza, pero no parecía tener miedo. Debía de tenerle mucha confianza a Ness para encontrarse con un lobo a solas. Me acerqué y tomé la nota muy despacio, no quería asustar a la fantasmita. Abrí el papel alejándome un poco y lo leí mientras me miraba:

“Jake: No podía arriesgarme a que me siguieran. Algunos sospechan de mí desde el día que desaparecí, y no quería llevarlos hasta ti. Eleonor tiene mi confianza, puse en sus manos lo más importante para mí. El secreto de tu paradero. Te encontraré en cuanto sea seguro, esta noche en la lavandería abandonada. Siempre tuya… Ness”
Suspiré profundamente y subí la vista, pero la chica que me había dado la nota ya no estaba. Se había ido tan inesperadamente como había llegado. Pensé que quizás había sido un producto de mi torturada imaginación, pero la nota en mis manos desmentía esa teoría. La abrí y la leí de nuevo, volviendo a sentarme a un lado del viejo roble.

- Eleonor… -susurré. Ness tendría que explicarme como rayos había aparecido de la nada.

Debo haber releído la nota unas mil veces más, pero sólo para ver su letra de nuevo. Porque ya sabía exactamente a dónde debía ir. Me reí para mis adentros… “la lavandería abandonada” era un viejo chiste que solía hacerme Ness. En realidad se refería al sótano de mi antigua casa. Recordé tiempo mejores, cuando solía arrojar mi ropa sucia al sótano –donde estaba la lavadora- desde lo alto de la escalera, en lugar de bajar y lavarla. Cada vez que Nessie bajaba, bromeaba diciendo que parecía una lavandería abandonada, por la ropa esparcida por todo el lugar y las máquinas cubiertas de polvo por falta de uso.

Me reí en voz alta y me puse de pie para dirigirme lentamente a mi destino. No tenía ninguna prisa, aún no parecían ser ni las cinco de la tarde, y tendría que esperar hasta la noche. Cuando salí del bosque, presté mucha atención a todo. No entré en fase para no llamar más la atención, y me moví rápido hacia mi vieja casa, olfateando a cada paso si algo me seguía. No percibí nada reciente de ninguno de los dos bandos a los alrededores de la casa. Eso me tranquilizó un poco, significaba que el lugar estaría bastante parecido a como lo había dejado.

Entré por la puerta de atrás para nos ser demasiado obvio. Pensé en esperar hasta la noche, pero luego descarté la idea ¿de qué me serviría, si todos los seres de los que me escondía, veían perfectamente en la oscuridad? Así que solo entré en cuanto llegué y me fui al sótano después de revisar la casa, sólo por las dudas. No había ningún vampiro, y al parecer no lo había habido en mucho tiempo. El pequeño saqueo de alacenas parecía haber sido obra de humanos. No los culpaba, no era fácil sobrevivir en estas condiciones. Debían hacer uso de todo lo que tuvieran a mano.

No había luz eléctrica y tampoco comida, así que sólo me fui a abajo, y me senté en el piso, a un lado de la lavadora. Saqué de mi bolsillo el viejo llavero que Nessie me había hecho, y lo hice girar ante mis ojos una y otra vez, mirando con atención las cuentas plásticas de colores. Eran cinco cuentas de colores diferentes, cada una con una letra que al ir juntas deletreaban “Jacob”. Los había hecho hacía tiempo. Ya no servía como llavero, pero hacía años que lo llevaba conmigo a todos lados. Era como una muleto de la suerte, aunque en realidad solo servía para recordarla. Y ahora, sentado en la oscuridad, sin nada más que hacer, era todo lo que me distraía de la espera.

Recordé la tarde que lo había hecho, y el brazalete que yo le había hecho. Me pregunté qué sería de él, y por qué no le había dicho que me gustaba en ese entonces. Éramos pequeños, tendríamos a penas diez años, pero desde entonces la quería. La había querido desde siempre. Ni siquiera intentándolo con todas mis fuerzas lograba desempolvar un recuerdo en el que ella no me gustara, en el que no estuviera loco por ella, incluso de pequeño. De acuerdo, mi amor había cambiado, madurado, pero nunca había desaparecido.

Recordé las tardes jugando en el parque, y las noches que solía entrar a mi habitación para que la cuidara. Solíamos quedarnos despiertos toda la noche charlando. Le contaba chistes e inventaba historias para hacer que se sintiera mejor, y luego le aseguraba que la cuidaría si se quedaba dormida, que todo estaría bien. Recordé las noches que dormí en el piso para dejarle mi cama y las risas que nos provocaba que mi padre me gritara desde la cocina que me despertara, cuando no habíamos dormido en lo absoluto.

Me reí en voz alta cuando me vino a la memoria la charla de mi padre sobre el asunto. Ahora, viéndolo con más claridad, estaba seguro de que Billy estaba al tanto de todo. Pero también sabía lo bien que me conocía. Él sabía cuánto quería a Nessie, y que no haría nada por poner nuestra amistad en peligro. El viejo era muy astuto. Y me conocía mejor de lo que yo me conocía a mí mismo.

Sentí como lentamente la atmósfera cambiaba, el cambio de temperatura que había traído la noche. Mi corazón comenzó a latir con fuerza contra mi pecho, anticipando su llegada… pero los minutos se volvieron horas interminables que pasaban torturándome como si no quisieran avanzar. Finalmente, cuando ya había perdido la cuenta del tiempo y toda la esperanza de que viniera, un ruido arriba me volvió a la vida. Eran pasos. Una sonrisa se coló en mis facciones cuando identifiqué el sonido de su modo de caminar. Era ella.

Pero me había dicho que la esperara ahí, así que eso hice, a pesar de que tuviera que concentrarme con todas mis fuerzas para evitar que mis pies se movieran en su dirección. Había hecho un esfuerzo enorme por no subir las escaleras y permanecía de pié en el último escalón, esperando que llegara por su cuenta. Finalmente la puerta se movió.

- ¿Jake? –preguntó al abrirla. Me vio mientras lo hacía- ¡Jake! –jadeó, su voz se quebró y corrió escaleras abajo más rápido de lo que creí posible. Sus brazos me rodearon el cuello y los míos su cintura, cada uno apretando al otro al punto en que la respiración se volvía dificultosa. Pero el aire no era tan importante como tenerla entre mis brazos.

- Creí que no volvería a verte –solté entre dientes mientras olía su cabello. Mis recuerdos no le hacían justicia a su aroma. En respuesta me apretó más fuerte y apoyó sus labios en mi hombro. Era como la primera bocanada de aire fresco después de estar demasiado tiempo debajo del agua.

- Siento haber tardado, tenía que cazar –eso explicaba la demora, pero no el porqué no había ido esta tarde al roble ella misma.

- ¿Por qué hoy no- ¿Cómo lograste- ¿Cómo escapaste? –le pregunté, las palabras atropellándose unas a otras. Se alejó lo suficiente para verme a los ojos y me explicó entre besos a mis labios, y mientras su mano se paseaba por mi cabeza, de adelante hacia atrás, acariciándome como si intentara peinarme con sus dedos.

- Nunca salgo a cazar con todos –frunció el ceño ante la idea y supuse que no compartían sus hábitos alimenticios. Me estremecí ligeramente-. Les dije que lo haría más tarde. Si salía con Jeremy y luego iba a darte la nota, probablemente me hubiera seguido –mis manos se tensaron a su alrededor cuando pronunció el nombre del chupasangres. Pero de inmediato recordé que había cosas más importantes que mis ansias de matarlo.

- ¿Estás bien? ¿Te descubrieron? ¿Te lastimaron? –negó con la cabeza.

- No, Eleonor me cubrió. Y Jeremy sospecha algo, pero teme ponerlo en palabras. Creo que no dirá nada –suspiré. Cada vez que lo nombraba mi cuerpo reaccionaba con la misma respuesta: repulsión.

- Te extrañé tanto… -susurró antes de besarme, esta vez, mucho más profundamente. Era un beso desesperado, frenético, apasionado. Cuando necesité respirar, bajé por su piel a besar su cuello. Siguió hablando entre jadeos-. ¿Qué tal… contigo? ¿Qué sucedió… con la manada?

- Ya no soy parte de la manada –le dije después de un segundo. Me alejó poniendo una mano en mi hombro y me miró a los ojos.

- ¿Qué? ¿Te expulsaron por mi culpa? –susurró.

- No me expulsaron, “me rebelé” –alcé los dedos y dibujé las comillas en el aire. Su expresión se descompuso-. No tiene importancia –me apresuré a decir-. Sam dijo que no nos perseguirían, que podemos estar juntos… siempre y cuando no nos crucemos en su camino –eso era más o menos la idea de lo que me había dicho.

- ¿Eso es bueno? –preguntó de repente. Le sonreí.

- Es lo mejor que podíamos esperar –le dije mientras volvía a besarla. A pesar tener la temperatura tan alta, sus manos me quemaban mientras las deslizaba por mi espalda y mis hombros. Su piel hacía que mi boca ardiera con cada beso, con cada roce-. ¿Cuánto tiempo tenemos? –le pregunté, desesperándome con la idea de que tuviera que irse de un momento al otro.

- No mucho –jadeó y sentí en su forma de hablar cómo fruncía el ceño, una mueca de seguro parecida a la que hacía yo ahora contra la piel de su cuello-. Tuve que ir a cazar, tenía que alimentarme, no quería… arriesgarme. Por eso tardé.

- Creo que hubiera preferido la mordida –murmuré medio en broma besando su hombro y bajando hasta su clavícula. Soltó un gemido, pero no sonaba del todo bien. Parecía triste o frustrada-. ¿Qué sucede? –susurré.

- Tendré que irme en unos minutos.

- No… -me quejé contra su piel- ¿Minutos? ¿No pueden ser un par de horas?

- Bromeas, ¿cierto? Ya te arriesgué lo suficiente al venir aquí. No puedo darles motivos de que sospechen

- Sí puedes… -murmuré contra su oreja justo antes de besarla ahí. Sentí como se estremecía en mis brazos y sonreí maliciosamente- Por favor…-supliqué. La escuché tragar en seco y bajé una de mis manos por su cadera rápidamente, levantando su pierna para apoyarla luego al costado de mi cadera. Nessie jadeó sin aire y susurró mi nombre-. Por favor… -repetí. Dudó un minuto y luego finalmente habló.

- No puedo… -se quejó con el mismo tono frustrado de antes- si Jeremy me sigue… -me detuve de repente. Otra vez esa sanguijuela. Me ponía los pelos de punta y lograba que me temblaran las manos. Nessie notó el cambio en mi actitud y dejó la frase sin terminar-. ¿Qué sucede? –preguntó tocándome el rostro. Esta vez sabía que me escucharía si no la apartaba. Así que eso hice: quité su mano de mi cara y la volví un puño dentro de la mía. Intenté controlar el tono de mi voz mientras la ira corría libre por mis venas-. ¿Jake? –murmuró mirándome con curiosidad. Esperaba una respuesta.

- ¿Por qué él, entre todos, te seguiría? –frunció el ceño entendiendo mi insinuación.

- Él… él me quiere –confirmó y mis manos temblaron de nuevo.

- ¿Y tú le quieres a él? –pregunté en un suspiro casi sin sonido, analizando su expresión. Me había costado horrores despegar mis dientes, dejar de apretarlos.

- Sí… -contestó después de un momento. Asentí con la cabeza-. Pero no como te quiero a ti –se apresuró a agregar, buscando mi mirada con la suya-. Jamás he amado a nadie en la forma en la que te amo a ti, Jake –hizo una pausa.- No quiero que te encuentre, porque no quiero que te lastime. No puedo ni pensar en que alguien te haga daño. Por eso es que debo irme: no para volver con él, si no para poder volver contigo en otra ocasión –me besó en los labios, pero la pasión se había adormilado, su beso me supo a despedida-. Debo irme –confirmó con la voz quebrada.

- No… -murmuré de nuevo, y volví a besarla, atrapando sus labios con los míos por unos segundos más. Era tiempo robado, lo sabía, pero tenía que besarla una vez más. No quería pensar en que quizás fuera la última vez-. Si nos atrapan… Si te hacen daño… Si no volvemos a…

- Shh… -susurró mientras apoyaba sus dedos en mis labios, interrumpiendo mi ataque de pánico.

- Te amo tanto –conseguí decir a través de sus dedos. Una lágrima corrió por su mejilla y la limpié con los labios. ¿No podíamos tener un encuentro en el que ninguno de los dos rompiera a llorar?

- También yo. Para siempre –musitó con la voz quebrada.

- Ahora más que nunca: pase lo que pase –completé.

- Tengo que irme –repitió una vez más, dejando caer otra lágrima.

- Un minuto más. Sólo un minuto –contesté apoyando mi frente contra la suya y mirándola a los ojos. Qué fácil era para mí perderme en ellos. Presionó sus labios contra los míos una vez más y escuché su voz en mi cabeza. “Te veré aquí dentro de cuatro días, cuando caiga el Sol”. Apretó los ojos con fuerza y al abrirlos se dio la vuelta rápidamente y subió las escaleras más rápido de lo que las había bajado. Escuché cómo caían sus lágrimas mientras se alejaba, o quizás fueran las mías. Solo seguí el latido de su corazón hasta que se desvaneció por la distancia.

Tan pronto como el calor que me había dejado se desvaneció, volví a caer en un abismo. Caminé un par de pasos hacia atrás y me dejé caer en el mismo lugar de antes, junto a la lavadora. Aún podía sentir su sabor en mis labios, pero eso a penas me consolaba. Volvía a estar solo, y quizás nunca volvería a verla…

¡No! No podía pensar de esa forma. Me puse de pie de un golpe y me sentí enjaulado cuando me di cuenta de que no podía salir de la casa. Tenía que esperar para que nadie se diera cuenta de que ambos salíamos del mismo lugar. De todas formas corrí escaleras arriba y me quedé caminando en círculos por la sala sin encontrar nada mejor que hacer. Frustrado, me llevé las manos a la cabeza y ahogué un grito, que terminó saliendo como un gruñido profundo. Tenía que ocupar mi mente en algo, así que marche con paso firme a mi vieja habitación.

Todo estaba revuelto y en el piso, pero todavía era la misma. Las paredes, los muebles más grandes, mi cama… me dejé caer en mi cama mirando al techo. Se sentía igual a pesar de que las sábanas y cobertores ya no estaban. Suspiré profundamente y fui capaz de relajarme. Si cerraba los ojos y me concentraba, todo volvía a ser igual. Podía fingir que todo era una pesadilla y pretender que Nessie iba a entrar por la ventana de un momento a otro, justo como lo había hecho siempre de niños, justo como lo había hecho nuestra primera noche juntos.

Me llevé las manos a la cara y me cubrí los ojos cuando me di cuenta de que en este mismo colchón la había hecho mía, la había hecho mujer. Aquí mismo nos lo habíamos entregado todo el uno al otro, fundiéndonos en uno sólo para siempre. Me dormí deseando soñar con esa increíble noche, pero cuando la luz de la mañana me despertó, no podía recordar ningún sueño en especial, solo flashes e imágenes de Nessie, cambiando y creciendo a través de los años. Abrí los ojos con una sonrisa, pero deseé que se hubiera despertado a mi lado.

Tendría que hacer algo para que la próxima vez le fuera imposible marcharse, y una idea revoloteaba ansiosa por mi cabeza.

8 comentarios:

  1. Qeu pasadaa!! Sigue así porfiplisss:) Me encantaa... porfiis qe se qeden juntos ya, weno pero i jeremi? me da pena pobret...

    Elenetaa (Valencia, Spain)

    ResponderEliminar
  2. AHHH por favcor... k Jake haga algo para estar con Nessie siempre ^^
    me encanto el cap...^^ por mi k Jeremi se vaya a la mier...sin ofender ^^
    Besiitos
    Faniita =)

    ResponderEliminar
  3. Buenísimo...!!! GRAN capitulo...Amo como escribes sus sentimientos es tan Jake, el que moriría por su amada, el que haría cualquier cosa por ella aaaaaaaa....quiero un Jacob en mi vida jajaja...Ojala consigan una forma de estar juntos aunque nessie moriría sin el veneno, eso me hace pensar que Jeremy va estar más tiempo del que quisiera a su alrededor, lo siento por tu personaje, pero no me cae jajaja...Amo tu historia...!!! gracias por subirlo temprano...sigue así besitos...!!!

    Montse :*

    ResponderEliminar
  4. Mi Dios!
    Ay Naty, me emociona todo...
    Ay pobre Jake, pobresillo... lo estas haciendo sufrir, ni te reclamo porque yo le hago lo mismo al jake de mi Historia... xD PObresillos jaja
    :)
    Saluditos y BL's chau!

    ResponderEliminar
  5. Auuu!!!
    DiiOs Natty eres iincreiible cOn las palabras, adoro a Jake, me haces enamorarme mas cada vez de mii lobiitho y sii Q haga algo q la rapte O q se yO pro q no se le vaya viiva la proxiima x)
    BesiitOs mii Natt
    ya qiiero q sea sabado !!!! x)

    ResponderEliminar
  6. NATY HERMOSA ... que capitulo .... AYYY me lle que Jake sufra... me duele.... que sufren por ese amor asi prohibidooo aaa como me cae gordo Jeremy .... peo bueno esperare por el ste y si Nees no lo besa que venga y le diga a la bandita porque te aseguro qeu mas de una deseara besarlo jajaja
    Muack linda

    ResponderEliminar
  7. me encantooooooooooo..!!!!
    todo lo que pinesa jake mienstras espera a nessie, amo su forma de ser, q sea tan perfecto, q la ame tantoo..!!!

    sinceramente espero que se sigan publicando los capitulos, con continuidad, no progrmados como estaban antes pero si que no pase tanto tiempo entre uno y otro porque sino la historia se pierde, pero tambin comprendo a las escritoras, debe ser muy feo escribir si no tienes ganas, como ya explicaron..!!1

    de todas formas, mis aplausos para el capi..!!
    besos enormes.,..!!!

    ResponderEliminar
  8. Pedazo de capitulo. Me has tenido en vilo desde la primera a la última palabra. Dios como adoro esta historia.

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...