miércoles, 24 de febrero de 2010

Esclavo "Oneshoot" - Jazzy W.

Los personajes son de Stephenie Meyer

Esclavo

Cuando entré a mi casa, las luces de la planta inferior ya estaban apagadas, de nuevo había llegado tarde, dejé el portafolio y las llaves en la sala y subí las escaleras del departamento, y caminé hasta la habitación.

Al abrir sonreí sinceramente al mirar a mi esposa leyendo un libro sentada en la cama, sus ojos se encontraron con los míos pero no dijo nada, dejo su libro y por fin volví su atención hacia mí, medio sonrió pero notaba su expresión tensa y triste.

-Hola-, saludé en tono bajo

-Hola-, musitó mientras yo entraba y comenzaba a quitarme el saco

-¿De nuevo tuviste que quedarte?-, preguntó en voz baja, asentí mientras la miraba desabrochándome la camisa

-Si, pero ya casi terminamos el proyecto-, le dije tranquilizándola, además no soportaba estar en la oficina con tantos sentimientos encontrados, parecía que estaba destinado a no poder tratar de ser feliz.

Era publicista en una de las empresas mas importantes del país, a veces el trabajo se alargaba por horas, pero este ultimo año había sido insoportable, y toda era por ella, no le bastaba con haberme robado la vida, con haberme destruido, ahora hacia que mi matrimonio se fuera en picada… ¡Que mas quería de mi!

-María es demasiado perfeccionista…se la pasa horas frente a la pantalla sin darse cuenta…ya sabes que siempre ha sido así…-, comencé mientras ella se removía.

-No, no lo se-, musitó mi esposa en tono bajo y molesto

No me preguntes por qué
a veces la nombro por casualidad
y es que aún la recuerdo
y es que aún llevo dentro su forma de amar.
Una razón para tí
me pides motivos y una explicación
para no desterrarla
ahora y para siempre de mi corazón.

Alice era una mujer de voz amable y tranquilizadora, pero ahora esos dos adjetivos habían desaparecido, resoplé y me acerqué a ella solo vistiendo el pantalón, acaricié su hombro desnuda y ella cerró los ojos.

-Lo siento-, musité y ella tardó en contestar o mover si quiera un músculo.

-No importa, es tu trabajo-, dijo sin mirarme y con algo en su voz que no supe descifrar, me acerqué y mi frente quedo pegada a su piel

-Solo quería que el día se acabara y mirarte….créeme por favor, quedo en el pasado-, le susurré y ella asintió, medio sonrío tomando mi cara y sus ojos me tranquilizaron como lo habían hecho siempre, como la primera vez que me salvo, la primera vez que conocí la paz, al ternura y el amor desinteresado.

-Quédate conmigo-, pidió y yo la miré algo confuso sin entender sus palabras.

-Ámame y quédate aquí-, pidió de nuevo

-Estoy aquí-, repliqué aun sin comprender, sus ojos se volvieron cristalinos con el dolor a flor de piel…apreté los dientes pues sabia de donde nacía aquel sentimiento y que lo provocaba, ¿Que podía hacer?, si ella lo sabia, todo cuanto me costo reponerme, cuanto lloré por esa mujer, cuanto me destruyo, cuanto de mi corazón murió con nuestro amor.

-Promételo-, pidió con voz ronca y yo me acerqué para besarla

-Lo juro…no puedo seguir sin ti Alice-, murmuré mientras nuestros labios se juntaban.

Sus manos bajaron hacia mi cuello y subieron lentamente a mi cabello, su tacto despertó en mí lentamente el deseo de sentirla, la ternura combinada con la pasión, el calor que a fuego lento nos consumía a ambos.

Yo soy así, y seguiré
vagando errante por tu piel
yo no podré
dar todo de mi
mientras que olvide a esa mujer.

Nos conocíamos hace tres años y llevábamos casados un año y medio, y todo había sido perfecto hasta que ella volvió.

María había sido mi mujer, mi amor, mi todo…yo hubiera hecho cualquier cosa por ella, era mi dueña y yo su esclavo, ella ordenaba yo obedecía, sabia que eso se podría considerar débil pero era la única persona a la que yo le juré lealtad eterna y ella la desechó.

Nos conocimos en la preparatoria y elegimos la misma Universidad para comenzar nuestras vidas, juntos.

Por un tiempo todo fue de lo mejor, pero ella cambio se volvió mas cruel, mas ambiciosa, mas fría, mas superficial, y se metió en unos cuantos problemas que arreglaba después de formas poco ortodoxas, sobornos y favores pagado por sus padres, pero yo seguí ahí, por que la amaba por que aun ella seguía conmigo, por que al tenerla conmigo, por que al sentir su cuerpo, me llenaba de todo lo que necesitaba, de todo, hasta que la encontré haciéndolo en mi dormitorio, con alguien que ni siquiera concia.

"-Tal vez sea hora de separarnos Jasper, sin no puedes aceptar que tengo una vida aparte de ti", había dicho sin mirarme o sin inmutarse mientras yo me partía en pedazos.

Claro que lo hicimos, terminé la Universidad y no la volví a ver, pero tampoco a nada o a nadie, llegué a pensar en acabar con una existencia vacía, llegué a sentir que el estar tanto tiempo a la sombra de alguien que jamás me amo, no realmente, era insoportable

Lo peor era que yo la amaba que creía no poder volverá sentir por nadie lo que sentí por ella, no me imaginaba con nadie mas, yo no había mirado a nadie a demás de ella a nadie.

Peter, mi mejor a migo, me concertó cita con un psicólogo, tenia que salir de la depresión en la que estaba aun cuando no quisiera hacerlo.

Ahí estaba Alice, esperando para su consulta también, ella me sonrió y me miró, entablando una conversaron que al principió no seguí, pero nuestros encuentros en el consultorio fueron frecuentes y comenzamos a ser amigos.

Ella iba a psicólogo como terapia para sus sueños…siempre era predictivos y la mantenían asustada la mayoría de las veces.

Pronto su cercanía y su presencia fueron necesarias para volver a sonreír

Las terapias ayudaron pero hubieran sido inútiles sin mi esposa.

Alice me salvó fue mi tabla para salir a flote…

Sabia que no habría mas que ella, no había en el mundo mas que su presencia, su alma y su cuerpo para mantenerme vivo…y habíamos sido felices, peor nunca me imagine que María entrara a trabajar a la empresa, como jefa del departamento, había alcanzado su éxito tan anhelado y seguía tan impresiónate como la recordaba, la misma figura y rostro que me volvían loco…y no debía hacerlo.

No cuando ella me hizo tanto daño, no cuando tenía el amor de una mujer hermosa…mi pequeña hada.

Inhalé sobre la piel de Alice y ella se abrazó mas a mi, debía dejar a María atrás pero después de tantos años ella volvía como un demonio maldito y después de un año estaba convencido que su marca aun en mi me seguía a doliendo…seguía esclavo a su cruel yugo y Alice se había dado cuenta.

Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
hemos llegado a un punto de inflexión
en el que ésta obsesión
está apartándome de tí.
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
y sigo sin saber por qué razón
ella sigue en mi interior
en nuestro punto de inflexión.
Y sigo esclavo de sus besos.

Pocos días después miraba el ultimo óleo que mi mujer había pintado, era una artista excelente y el psicólogo le había dicho que el pintar moderaba el temor de sus sueños, hace pocos días que ella había comenzado a tener pesadillas sin embargo ahora no había querido contarme sus temores…aflojé un poco mi corbata mientras la esperaba, era la cena anual de la compañía y aunque le había dado la opción de no asistir, Alice haba insistido diciendo que solo quería pasar un tiempo conmigo…solo tomar algo y divertirnos un poco.

-¿Te gusta?-, preguntó al pie de las escaleras, su vestido negro se amoldaba a su cuerpo delgado y grácil, su cabello corto acariciaba su cuello mientras yo me acercaba.

-Si…es hermoso, igual que tu-, murmuré y ella sonrió, la besé tenuemente mientras ella sonreía.

-¿Te gusta?-, volvió a preguntar ya sin mirar el cuadro, rodeé su cintura con mis manos y la acerqué a mi cuerpo.

-Si, te amo-, le dije y ella sonrió pero no me miró…miró la pintura, donde un hombre se quedaba solo en la lluvia.

-Y yo a ti, por siempre-, me respondió después de un momento

Al llegar al salón donde seria el evento, saludamos a varios de mis compañeros y dos directivos, todo mientras la buscaba con la mirada, no quería que Alice se sintiera incomoda, María no conocía a mi esposa, sabia sobre mi matrimonio, solo una vez habíamos hablado de mi vida privada y había terminado cuando ella comenzó a decir que yo sabia que jamás amaría a nadie como la había amado a ella…siempre tan egocéntrica.

Nos sentamos en una de las mesas asignadas, pronto dos compañeros mas se unieron, la cena pasó tranquila y la velada estaba siendo divertida, Alice tenia un don de gente tremendo.

-Buenas noches-, murmuró la voz de mis pesadillas

Alice se tensó un momento pero yo apreté su mano contra la mía y ella medio sonrió

Saludamos a María mientras ella me miraba con una ceja levantada

-¿Tu debes ser Alice?-, preguntó mientras mi esposa asentía

-Jazz habla tanto de ti, de su querida esposa-, murmuró con una sonrisa ladina y yo apreté los dientes, no le había bastado con todo el daño que ya había hecho, no le había bastado con hacerme el hombre mas infeliz, ahora que trataba de hacer feliz a Alice por que no nos dejaba en paz

-Si, soy yo, mucho gusto-, dijo Alice saludándole

-¿No te ha hablado de mi...hace años que nos conocemos?-, insistió María

-Lo ha hecho…si me disculpan-, mi esposa se levantó y yo la sostuve de mi mano.

-Voy al tocador-, me tranquilizó sonriendo falsamente, miré a María con odio en mis ojos y ella seguía sonriendo.

-Es muy dulce Jazz, lastima que no sea para ti-, susurró ella

-¿Que pretendes María?-, le pregunté acercándome a ella.

-Hablar contigo-, pidió y yo la miré con las cejas juntas.

-Acompáñame-, ordenó levantándose…maldije siguiéndola, esta vez no era su juguete esta vez quería que me dejara en paz, quería…

Habíamos recorrido hasta unos de los pasillos que conducían a otro saloncito mas pequeño, estaba a media luz, ella se paró y me miró sonriendo, me empujó con fuerza contra la pared y me besó de forma salvaje.

Recordaba sus labios y la forma en que me perdía con ellos…por un momento todo desapareció, ¿Por qué lo había arruinado todo, por que había destruido lo que teníamos?

Luego un golpe en el estomago me devolvió a la realidad, pues ella exigía, quería mandar y tomar lo que sea que quisiera…y yo ya no necesitaba aquello.

Yo quería los labios suaves, las delicadas y sensuales caricias que me llevaba a mil, quería solo llegar al éxtasis con una sola persona, enterrarme hasta al fondo al cuerpo que había memorizado como el mío propio.

La separé con fuerza, pues ella parecía estar pegada, sus manos se clavaron en mi hombros y la jalé con mas fuerza.

-¿Que diablos crees que haces?-, le especté

-Dándonos una segunda oportunidad Jasper-, me dijo tratando de acercase

-Estoy casado María, quien te crees que eres-, insistí alejándola tomándola por las muñecas

-¿Y quieres conformarte con ella?, Jazz comprendo que la necesitaras, que ella te haya ayudado pero tu aun piensas en mi, aun piensas en nuestro tiempo juntos en todas la noches…en-, la calle colocando una mano en su boca furioso

-Cállate, no te basta con todo el dolor que provocaste, no puedes hablar de Alice, no tienes el derecho, la amó-, terminé mientras ella reía alejándose

-Tal vez, pero tampoco me haz olvidado por completo y lo sabes-, dijo triunfal yo desvíe la mirada, quisiera hacerlo olvidarlo de que había existido, olvidar todo lo vivido, olvidar cuanto la amé a ella

María se alejó y se giró para mirar hacia el final de pasillo y sonrió mientras seguía su mirada

Alice estaba ahí, tenía los ojos llenos de lágrimas, el pánico se apoderó de mí y me olvidé de María y cualquier otra cosa, fui hasta donde estaba mi esposa y ella se alejó impidiendo que la tocara.

No hay quien controle al amor
de hecho te quiero como a nadie más
pero a veces es ella
la que me derrumba mi seguridad
.

-Lo que viste o fue…déjame explicarte-, le pedí mientras ella negaba.

-Lo vi…vi que ella te beso y vi qua la alejaste, no tienes nada que explicar, pero tiene razón ¿verdad?-, preguntó mientras yo maldecía.

-No la has olvidado, tal vez nunca podrás y no soporto pensar en que estas con ella en el trabajo, en que ahora su recuerdo esta mas vivo que antes, no soporto pensar que no me amas a mi, amas a la persona que te ayudo a salir…que fue tu salvavidas, no amas a Alice por que podría haber sido cualquier mujer-, me dijo limpiándose el rostro mientras yo negaba frenético.

-Allie no es cierto, te amo-, insistí mientras ella sonreía.

-Ya no es suficiente, no quiero ser la que te rescató, por que jamás fuiste libre-, me dijo comenzando a caminar.

-Alice…

La seguía por ella se alejó de nuevo.

-Por favor Jasper….déjame ir-, pidió sin mirarme y levanté mis manos derrotado.

-¿Dejarte ir?-, insistí mientras ella cerraba los ojos y se esforzaba por recomponer un poco el semblante.

-Llamaré a Edward-, me dijo antes de alejarse hacia la salida cruzando por las mesas del evento que aun seguía.

Yo soy así, y seguiré
vagando errante por tu piel
yo no podré
dar todo de mi
mientras que olvide a esa mujer.

Ella se quedó con su hermano y su esposa por varios días, hasta que por fin vino a hablar comigo, no había regresado a la oficina, no había podido hacer nada sin Alice

Y solo vino para hablar del divorcio…no podía dejarme, no podía, sin ella ya no me quedaba nada, había luchado contra el dolor de la traición de María y creía que Alice podía ayudar a reconstruir mi corazón pero ahora ella se estaba llevando los pedazos

-No me quieres a mi-, volvió a repetir cuando le dije que no podía vivir sin ella.

-Déjame ir…te lo pido, yo no puedo seguir, yo te salvé pero tu me destruiste, cada día, cada momento en que pensabas en ella, cada vez que dormido la nombrabas en tus sueños o en tus pesadillas-, terminó mientras yo agachaba mi mirada, la había daño tan profundo y sin darme cuenta

Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
hemos llegado a un punto de inflexión
en el que ésta obsesión
está apartándome de tí.
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
y sigo sin saber por qué razón
ella sigue en mi interior
en nuestro punto de inflexión.
Y sigo esclavo de sus besos.

Al pasar las semanas mi vida era un borrón, había renunciado a mi puesto y había tenido que ver como Edward se llevaba las cosas de su hermana sin mirarme.

Si, al principio yo había utilizado a Alice como un bálsamo, como mi analgésico contra el dolor, pero después todo había sido mas y mas…y no me había dado cuenta cuanto la necesitaba y no por María….o por otra cosa que no fuera lo que ella despertaba en mi…su forma de actuar, su forma de trabajar mientras yo podía pasarme horas mirándola, la forma en que me hacia sentime protector.

Y jamás se lo había dicho, no le había dicho lo especial que era, no le había dicho como poco a poco se fue convirtiendo en mi corazón…estaba equivocado.

Había perdido al amor de mi vida. Porque yo estaba destinado para ella.

Lo supe desde la primera vez que estuve con ella…y no fue por nada más que por que mi cuerpo y mi alma la necesitaban

La misma noche en que salimos a cenar, nuestra primera cita, la había acompañado a su departamento y ella me había invitado pasar y tomar algo caliente para el crudo clima

Sirvió dos tazas de exquisito café y me miró sentada a mi lado.

-¿Crees en los sueños?-, dijo sin mirarme

-En los tuyos- , le aseguré mientras ella sonreía…yo creía en lo que ella veía, en lo que su creencias le hacían decir o hacer, ayudar a las personas y convencerlas de hacer osas imposibles.

-No puedo sacarme un sueño de mi cabeza…no quiero hacerlo, quiero que sea real-, me dijo mientras yo esperaba asintiendo.

-Jasper se que es muy pronto y que no soy nadie mas que una simple chica pero soy para ti…-, me dijo mientras yo sonreía sus mejillas se había teñido de rojo y yo me acerqué.

-¿Para mi…para siempre?-, le pregunté y ella asintió

La besé disfrutando de la textura de sus labios y la acerqué a mi cuerpo, sus manos me acercaron mientras nos recostábamos en el sillón…mi cuerpo se encontró con el suyo y mis manos se colocaron dentro de su blusa impacientes por sentir mas de su piel…ahora mi piel, en ese momento ella era mía.

La amé…disfrutando de cada rincón de su piel, me adentré en ella haciéndola retorcerse, y gemir, y juro por Dios que no comprendí lo que aquello significo hasta ahora que ya no esta.

Amaba a Alice pero no era libre de hacerlo, me había mantenido esclavo de mi propio dolor, esclavo de María y su recuerdo cuando el amor estaba frente a mí y lo fui matando de a poco.

La busqué, tenia que decirle, tenia que luchar, pero ella se había ido, Edward no había querido decirme nada, demasiado molesto por haber dañado a su hermana pero Bella, su esposa, me dijo que se había ido al extranjero por un contrato con una galería de arte.

La perdí.

Casi dos años pasaron de ese día, dos largos años en los que no había sentido nada mas, estaba entumecido, e inmune, no había vuelto a ver a María o a pensar en ella ni un solo monto.

Demasiado tarde me había dado cuenta que a la que jamás podría olvidar o remplazar era a la que había sido mi esposa, mi amiga, mi amante, todo por mí sin recibir nada cambio, no había nadie que me salvara esta vez.

Caminé hacia el pequeño departamento que rentaba con lugar suficiente solo para dormir y comer, me detuve cerca de una cafetería y entre mientras veía las parejas que se acercaba para platicar de forma intima…por algo no salía….no soportaba las escenas me mataba de a poco.

Levanté mi vista dirigiéndome hacia la barra y ella estaba ahí, una ilusión, Alice estaba sentada con su cabello por debajo de los hombros tomando un capuchino sin mirar a nada atentamente…di dos pasos ante de pararme… ¿Vendría con alguien?, el enojo y la desolación me arrebataron el entusiasmo pero al pocos segundo apreté lo puños y me acerqué sentándome a su lado.

-Hola Alice., murmuré mientras ella se giraba parecía nerviosa pero no tan sorprendida

-Hola-, musitó

-¿Como estas?-, pregunté mientras ella miraba la tasa

-Bien, regrese de Europa hace unas semanas-, me contestó mientras yo asentía

-Me alegra que tuvieras tu propia exposición-, le dije y ella sonrió mirando hacia delante

-Fue indescriptible la sensación de mirar mis sueños grabados, sueños que no quería creer, pero que jamás cesaron-, murmuró y me miró después de un momento

-Me dijeron que estabas dando clases en la Universidad-, siguió mientras asentía

-Si, desde hace un año y medio-, le contesté

Ella tomó un poco de su bebida y esperó, parecía saber algo que yo ignoraba trate de concentrarme a pesar que tenia el corazón latiéndome como loco y los nervios volviéndome demente

-Tu…has… ¿sales con alguien?-, le dije con los ojos cerrados

-No-, susurró también sin mirarme y luego levantó su rostro

-¿y tu?-, preguntó

-Sigo enamorado de mi esposa-, le dije importándome poco que ya no lo fuera, ella no me miró y yo seguí

-Pero ahora soy libre de amarla, ella me enseñó a amar con libertad pero fui lo bastante idiota como para jamás demostrárselo-, le murmuré mientras ella me miraba después de unos segundo.

-Te he esperado tantos años, me has hecho esperar mucho-, terminó mientras yo sonreía la tome de la mano y la acerqué a mi labios.

-Nunca mas-, le dije besándola….ahora era libre para amar…y libre para ganarme el amor de mi mujer…

-Lo siento señorita-, le sonreí y ella me devolvió el gesto

Me estaba dando una segunda oportunidad y no la desaprovecharía

Espero que les haya gustado

Por fin escribí algo de mi personaje favorito

Las quiero chicas

Jazzy

PD. La letra de la canción es del cantante David Bisbal

1 comentario:

  1. Lllooooooor AMO A ALICE Y JASPER... LO AMEEEE ... DEFINITVAMENTE AMOOOOO ESTE OS.... MILES DE ABROZOOOS MI JAZZY RECUERDA SONREIRLE A LA VIDA

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...