miércoles, 24 de febrero de 2010

Despojados de Caretas "Oneshoot" - Jazzy W.

Los personajes son de Sthepeniue Meyer, inspirado en el fic Caretas de Cunning Angel

DESPOJADOS DE CARETAS

Bella entró a la habitación, los moteles solían ser tan impresionantes y tener un olor a la desesperante combinación de cloro y mugre, por un momento se sintió demasiado superada por la situación, pero al girarse; Edward la miraba con esos ojos verdes penetrantes mientras Alan esperaba en el marco de la puerta aun abierta.

Era la única forma, lo sabia, la única forma de tenerlo por completo.

Ella caminó hasta la entrada esquivando la mirada de ambos y cerró la puerta obligando a su mejor amigo a entrar en una locura.

Ninguno de los dos hombres junto a ella se miró, parecían haberse quedado sin palabras cuando los había citado en aquel bar y les había planteado tal proposición.

Quería una noche, una noche con ellos, con ambos, quería olvidarse de todo por unas horas y solo disfrutarlos, creyó que no aceptarían, pero un leve asentimiento de cabeza y una pregunta: ¿Es lo que en verdad quieres?, habían sido suficientes.

Se mordió el labio parada a mitad de la estéril habitación.

¿Qué hacer?

Quería pedir ayuda, que se lo hicieran mas fácil, pero no seria así, lo sabia, así que en un arranque del ultimo atisbo de demencia que le quedaba, se quito la blusa que llevaba dejando al descubierto su sostén negro, ambos la miraron, Edward parado a lado de la pequeña ventana cerrada y Alan contra la pared opuesta, ninguno dijo nada, se sintió estupida, si no fuera por que aquellos ojos azules parecían comerla y los verdes escrutarla como queriendo que siguiera; hubiera salido corriendo.

Sin embargo inspiró hondo haciendo que su pecho se alzara, bajó las pestañas y al levantar la mirada miró a su mejor amigo tragar en seco.

Medio sonrió, el era el medio y el objetivo, los tres jugaban un papel diferente para cada uno. Bella lo sabia y lo había aceptado, así que comenzó con la parte privada de su plan

-Alan-, llamó en tono bajo, con un atisbo de nerviosismo en su voz, el la miró pero tardó mas de varios segundos en moverse hasta lentamente quedar frente a ella.

Era una locura, una completa y enferma locura, Alan estaba conciente de ello, pero aun así estaba ahí frente a la mujer que amaba y en la misma habitación del hombre que lo sacaba de sus casillas. Bella lo miró con sus grandes ojos chocolates, nerviosismo y expectación, una pizca de miedo, sin pensarlo alzó su mano y le acarició la mejilla, su piel era suave, lo sabia bien, pero aun así la sensación fue mil veces mas poderosa, no separó su palma, recorrió hasta su cuello y mas abajo, hasta uno de sus senos, solo rozando.

Ella inspiró hondo y se acercó echando sus brazos a su cuello.

-Llama a Edward-, susurró Bella en tono bajo mirándolo, Alan se puso rígido y se separó un poco, pero ella se lo impidió.

-Alan, quiero que ambos me toquen-, susurró casi contra sus labios, el tensó su mandíbula, quiso alejarla, que los dos se quedaran con sus respectivos problemas, el no necesitaba esto, pero muy en el fondo sabia que no podía, no…quería irse.

-Edward-, llamó con voz firme pero sin mirarlo, este no se movió. Alan alzó la vista.

-Tócala Edward-, pidió de nuevo, ojos verdes contra azules, batallando y atrayéndose

Edward caminó casi de forma autómata y se acercó a Bella, ella podía sentir el calor de su cuerpo a sus espaldas, miró a Alan y este se centró en su mirada atrayéndola, haciendo que su piel rozara contra la camisa y su vientre contra su erección, sus manos la acercaron antes de que otro par se le uniera, el calor y la dureza del cuerpo de Edward la hicieron jadear, aunque ambos hombres seguían tensos y el sentirlos era extraordinario.

Giró su rostro un poco hacia Edward, miró su barbilla perfecta, olió el aroma de su piel, luego de nuevo se centró en Alan.

-Por favor-, musitó mirando a su amigo, el le acarició de nuevo la mejilla y unió sus labios, el sabor a cerveza aun quedaba en su paladar de forma ligera, el delineó sus labios y después los entreabrió, Bella se aferró a sus hombros cuando su lengua se adentro en su boca, y sus manos la apresaron a un más, se recargó en el pecho de Edward y lo sintió respirar de forma desigual.

-Edward-, musitó entre los labios de Alan, lo que provocó reacciones contradictorias, el hombre de ojos azules, clavó su erección tirante entre sus muslos, ya importándole poco la barrera de la ropa mientras el ojiverde la apresaba y jadeaba en su oído.

Alan comenzó a desabrochar el pantalón de Bella mientras levantaba la mirada, ambos hombres se observaron, con la lujuria comenzando apoderarse de sus cuerpos, ella había dicho que era una noche para liberar sus mentes para no preocuparse por pensar, era lo que harían, lo que deseaban cada vez de forma más desesperante. Ambos empujaron su cuerpo contra las suaves curvas de la castaña haciéndola gemir, aun luchaban pero no estaban seguros del porqué.

Alan bajó medianamente su pantalón y metió su mano, Bella se estremeció y se restregó a su vez contra las caderas de Edward.

Era como un sueño difuso, no lograba distinguir la realidad de la fantasía, Bella, Alan. Edward no sabia que pensar o que sentir, solo quería seguir mirándolo y seguir sintiéndola, ¿Cómo eso podría ser normal?

Acarició la piel suave de las caderas de Bella y miró al que siempre seria su amor prohibido.

-Tócalo Bella-, se oyó decir con voz descompuesta, un deseo inexpresado de sus propios deseos.

Ella obedeció como si estuviera esperando solo el sonido de su voz. Comenzó a quitar la camisa de Alan de forma precipitada, hasta dejar su torso desnudo, ahí donde ella era blanda el era duro, dos cuerpo frente a Edward tan atrayentes, pero de maneras tan distintas.

Ella pasó sus manos por los pezones de Alan mientras él la mecía contra su mano, Edward le ayudó a quitarse de una vez por todas el pantalón y la despojó de su sostén.

Alan se separó un poco y miró las puntas erectas de su amiga, de la mujer que amaba y que estaba dispuesta a ser compartida…con él.

Ella encontró sus ojos.

Lo atrajo de nuevo y lo besó lentamente antes de girarse de forma repentina, el verla de cara a Edward le hizo albergar sentimientos encontrados, en cierta forma había esperado ser espectador y no era malo, era endemoniadamente excitante. Bella le quito la camisa mientras Edward lo miraba a él, después Bella lo atrajo para besarlo y él respondió clavando sus manos en su larga cabellera, ella se aferró a él. Alan apretó los puños y se acercó, haciéndola estremecer entre los dos cuerpos fuertes, la separó de forma brusca y la hizo sentarse e la orilla de la cama.

Le quito la ropa interior y ella los miró con sus piernas entreabiertas, tan diferentes; tan perfectos, y tan contradictorios.

Se ofreció mientras ellos se quedaban de pie mirándola, lentamente y para su sorpresa Edward se sentó a su lado.

-¿Sabes lo que estas haciendo?-, murmuró a su oído.

-Si-, gimió ella mientras miraba a Alan.

-Dile a Edward que me toque-, susurró, él la miró con sus ojos oscuros y obedeció.

-Tócala-, bramó; mirando embelesado como los dedos largos del ojiverde se abrían paso entre sus pliegues húmedos.

Alan se arrodilló frente a ella y Edward miró el movimiento. Los labios de Alan comenzaron a besar su rodilla y a subir lentamente por su muslo hasta llegar justo donde esos largos dedos acariciaban a Bella, estaba excitado a un punto que jamás lo había estado, el que había sido su mejor amigo, la quería a ella, Edward lo sabía, pero ahora compartían algo, darle placer a ella, por fin juntos

Lentamente bajó, mientras Alan comenzaba a besarla de forma intima, Bella gimió y echó su cabeza hacia atrás, Edward la besó también en el muslo interno, y como si de una coreografía perfecta se tratara, entrelazaron besos, sus labios fueron dejando besos húmedos, sus lenguas la recorrían mientras Bella se retorcía y gemía de forma audible, alzaba sus caderas y acariciaba sus cabellos.

Alan estaba tan cerca de Edward, tan cerca que podía describir el aroma a jabón y colonia ligera, miró como Bella se retorcía mientras su otro "amigo" adentraba su lengua en ella. Se acercó, mientras Edward se separaba y sus miradas chocaron de nuevo…sin batallar, ya rendidas.

Edward no pudo más, no lo soportó, los sonidos de placer de Bella, su sabor, el cuerpo y el calor de Alan tan cerca del suyo, fue demasiado. No pensó cuando trabó su mano en la nuca del otro, cuando lo atrajo hacia sí, mientras Alan le sostenía la cara con las manos, deteniéndolo.

Edward apretó su mandíbula y llevó su mano libre hasta la erección del hombre frente a él, retándolo, incitándolo, había algo en sus ojos, algo que lo alentaba, tal vez mera imaginación.

Bella abrió los ojos y se apoyó en los codos para mirar algo excitante y sorprendente, ahora era ella la que debía de empujarlos hacia el precipicio, lo sabia

-Bésalo Alan-, susurró reprimiendo un gemido, las respiraciones de ambos eran audibles y ásperas. Alan apretó sus manos contra Edward, pero su cuerpo se movió por si solo.

No pensaría, no más.

No fue un beso tierno, no fue roce de labios suave. Bella miró como sus dos hombres se devoraban con ansia y frenesí, Edward pasó sus manos por el torso de Alan hasta su pantalón desabrochándolo, Alan jaló el cabello broncíneo, solo un poco.

El clítoris de Bella palpitó, el pequeño botón retumbaba ante la escena, se estremeció, ambos gimieron cuando Edward liberó la erección de su mejor amigo, ella conocía sus cuerpos, pero esto era como un nuevo cristal, más nítido, más ellos.

Alan se separó jadeante y empujó a Edward, la reacción, miedo, ira, intentó levantarse, pero Edward no lo dejó, podía ser más alto y menos musculoso, pero tenía la misma fuerza. Bella se levantó un poco y acarició el cabello de Alan.

-¿Por que niegas lo que sientes?-, le preguntó, mientras los ojos azules la miraban atormentados.

No, jamás lo admitiría, jamás.

Él atrajo su rostro y la besó demandante, exigente, ella le respondió el beso y Edward acarició de nuevo su erección, Alan se tensó por completo y se alejó, esta vez nadie se lo impidió.

-No podemos hacer esto sin ti-, murmuró Bella.

-Es una estupidez-, gruñó él, mientras miraba a Edward fugazmente.

Bella fue hasta él, haciéndolo chocar con la orilla de la cama.

-Dime que no lo deseas, dime que no nos deseas-, habló con voz firme.

No le dio tiempo de contestar lo besó mientras él de un súbito la giraba encerrando su cuerpo contra el colchón, clavando su erección contra su entrepierna húmeda, Bella gimió, jadeó y sacó fuerzas de flaqueza mientras lo empujaba para que quedara de espaldas, se levantó y fue hasta Edward.

El la miró y en ese momento la amó, no como una mujer, sino como la parte de él que jamás podría ser, la parte de Alan que siempre le sería negada.

Era todo en esos momentos.

Ella se acercó y le desabrochó el pantalón lentamente pero con destreza, el le ayudo a quitárselo mientras regresaba a Alan, se subió por su cuerpo hasta quedar apoyada en sus rodillas a ambos lados de su cabeza. Él pudo oler su excitación y respiró contra su carne húmeda haciéndola estremecer.

Sujetó sus caderas y bebió del estupendo manjar que su niña desprendía, un segundo antes de sentir otros labios.

Jadeó, ronco, casi ahogado, mientras Edward lo tomaba en su boca.

-No-, gimió, cualquier sonido hubiera contradicho sus palabras, Bella movió sus caderas.

-Alan-, jadeó, el enterró su rostro en su feminidad, suave contra áspero, las dos caras de la moneda, labios de mujer, labios de hombre, excitantes y extraordinarios, diferentes y complementarios.

Edward levantó la mirada, sus ojos pudieron captar la hermosura etérea de la mujer que le permitía tenerlo a él. Bella, la mujer que lo amaba, si él pudiera le daría todo, ahora mismo le daría su cuerpo.

Miró como se tensaba su espalda y los sensibles movimientos de sus espasmos, las manos de Alan la sostuvieron mientras ella echaba la cabeza hacia atrás. Edward acarició la tersa longitud de la piel y sonrió tenuemente ante el estremecimiento del cuerpo del otro hombre, después se alejó para sujetar a Bella y la ayudó a recostarse en la cama, ella se aferró a el y lentamente sus ojos se abrieron.

-Edward-, murmuró tocando su rostro.

-Eres hermosa-, susurró él, mientras Alan se recostaba para de nuevo mantenerla entre el calor de sus cuerpos. Ella jadeó tenuemente al sentir su excitación, se aferró a los hombros de Edward, mientras este la colocaba de lado, para que su espalda quedara contra el pecho de Alan.

En esos momentos, tres personas, tres corazones, con sentimientos dispares se volvieron uno, una sola lujuria, una sola pasión, un solo deseo de sentirse y pertenecer.

Alan encerró su cintura y ella entrelazó su mano para guiarla hasta la erección de Edward, esta vez su amigo no protestó, ya quedaba de más cualquier palabra.

Edward jadeó y besó a Bella en los labios.

Ella entreabrió sus piernas y ambos hombres la acariciaron tenuemente, sintiéndose a la vez, piel contra piel.

-¿Pueden sentirse?-, gimió Bella aun desorientada por su orgasmo, aun sensible mientras otro remolino arrebatador se formaba en su vientre.

La sola idea de que ellos también estuvieran en contacto le trasmitía sensaciones extraordinarias, la excitaba, la llevaba a un placentero límite.

Alan jadeó un si a su oído y Edward la besó de nuevo mientras se turnaban para tentarla, cada uno entrando un poco más, penetrándola uno a la vez.

No dijeron nada, sus respiraciones entrecortadas y los movimientos cada vez más erráticos inundaron la habitación, cuerpos retorciéndose, las manos de Alan apresando las puntas necesitadas, las de Bella estrujando los cabellos broncíneos y las de Edward acariciándolos a los dos tenuemente ahí donde convergían sin inhibiciones ni prohibiciones.

Hasta que el éxtasis fue insoportable y sus músculos se tensaron presos de un placer más grande que los moralismos humanos.

Bella sintió los cuerpos sudorosos rozar su piel sensible y cerró los ojos, con sus brazos y piernas rendidas, oliendo el aroma a sexo y libertad, sintiéndose hasta el momento en que tuvieran que levantarse y salir de ahí, hasta el momento de despertar, al fin de cuentas tal vez esto fuera un sueño, quizás una premonición o simplemente una estúpida ilusión.

Gracias por leer

Las quiero

Jazzy

(Cada día mas loca, my soul mate)

2 comentarios:

  1. WWWOOOOOOWWWW!!! sin plaabras ... si se me hace dificil de hacer un lemmon normalito .... no imagino loq eu tcosto este lemmon .... esta geniiiall men encantoooooo

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  2. geniiaL CmO siiempre jazzY, mee encantta que hayas vueeLtto! =D

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Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...