miércoles, 18 de noviembre de 2009

Negocio Placentero "Cap 09" - Kokoro Black

Disclaimer: Adaptado en la novela de Mauren Child: Paternidad de conveniencia. Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephenie Meyer, aunque en las noches Jacob es mío, en el día Edward, y también me presta a Ian, a Jared y a Gabe… para los fines de semana… hahaha
MALDITA MEYER!! PORQUE HACE HOMBRES TAN IRRESISTIBLES


--

Negocio Placentero

Capítulo IX –Malditos Recuerdos

--


--

Edward POV

--

Bella rodeó mi cintura con las piernas y me di la vuelta, apoyando la espalda en el poste. La áspera madera me raspó la piel, pero me dio igual. Todo lo que sentía, lo único que quería sentir, era la mujer que tenia entre mis brazos.

Sostuve su esbelto y curvilíneo cuerpo sin dificultad y la hice descender sobre mi… centímetro a centímetro. Me sentí envuelto en un calor húmedo que me apretaba y me provocaba unas sensaciones inigualables.

Cada vez que estaba con Bella era como si fuera la primera.

Y no quería admitirlo, ni siquiera ante mí mismo. Pero ¡Rayos!... Bella era mucho más de lo que había esperado. Su risa me llenaba. Su genio vivo era un reto. Su pasión exacerbaba la mía.

Con las manos en su trasero, soportaba su peso y la hacía subir y bajar sobre mi cargada erección. Cada movimiento era delicioso, cada embestida, una victoria y cada retirada, una agonía. La llenaba y ella se adaptaba y me contenía como si estuviera hecha a mi medida.

Bella echó la cabeza hacia atrás, arqueándose y acercándose más a mí. Podría contemplarla toda la noche. Escuchar sus suspiros. Inhalar el aroma dulce y levemente frutal. Miraba cada uno de sus movimientos y veía como la luz de la luna daba a su carne un resplandor plateado que hacía que pareciera iluminada desde dentro. Cuando enderezó la cabeza para mirarme, esa misma luna bailaba en sus ojos.

Subí una mano por su espalda, puse otra mano en su nuca y atraje su boca, tensándome de expectación. Una y otra vez, ella se movió sobre mí, meciéndose, girando las caderas, excitándome más que nunca; y aun así no bastaba.

Me faltaba algo.

Le necesitaba a ella.

Nuestras lenguas se enzarzaron y nuestros alientos se fundieron en uno. Ella se estremeció con los primeros espasmos del clímax y gimió en mi boca, yo me tragueé el gemido. La quería entera. Necesitaba todo su ser. Sabia, en el fondo del alma, que nunca me cansaría de ella.

Entonces el pensamiento se acabó y por fin me rendí ante el liberador estallido de placer. Mientras me vaciaba en ella, me pregunté si esa sería la noche en la que crearíamos el bebe que pondría fin a lo que había entre nosotros.


--

Bella POV

--

Seguía sin estar embarazada.

Me había preocupado un poco después de aquella noche al aire libre, hacía dos meses. Pero el destino parecía estar de mi parte, porque mi periodo no se había retrasado.

Así que seguía casada y buscando la manera de convencer al hombre al que amaba de que él también me amaba a mí.

-Estas pensando en Edward –dijo mi madre-. Lo leo en tu cara.

La miré desde mi lugar habitual, ante la mesa de la cocina Swan. Me habían asignado esa silla cuando era una niña y seguía yendo directa hacia ella cada vez que iba a casa.

El sol entraba a través de las anchas y limpias ventanas. El reloj dio las doce. En el jardín trasero, el perro de mi padre le ladraba a una ardilla. Una olla de sopa burbujeaba en el fogón, perfumando el aire con olor a carne y orégano.

Pensé que en esa habitación nunca cambiaba nada. Por supuesto, cada dos años recibía una nueva capa de pintura, del mismo tono amarillo brillante, y se renovaban alfombras, visillos y sartenes, pero aparte de eso seguía siendo igual que siempre. El corazón del hogar de los Swan.

La cocina era donde siempre habíamos desayunado y comido. Allí mis primos-hermanos y yo habíamos protestado, reído y, a veces, llorado sobre lo que ocurría en nuestras vidas. Nuestros padres habían escuchado, aconsejado y castigado según fuera conveniente. Y todos sus “hijos” visitábamos la casa siempre que podíamos, era como tocar base, recuperar el contacto con nuestros orígenes.

Por supuesto, si queríamos ocultar algo a nuestros padres, lo mejor era mantenerse alejado. Sobre todo de mi madre. No se le escapaba nada.

-Entonces debo de parecer muy feliz, ¿eh? –bromeé con una sonrisa exagerada.

-No, no lo pareces –mi madre llevó un plato con un sándwich y ensalada de pasta a la mesa. Sirvió dos vasos de té con hielo y se sentó frente a mí-. Me preocupo por ti, Bella. Llevas dos meses con Edward. No pareces feliz. ¿Crees que no lo veo en tus ojos?

-Mamá…

-Ya –dijo ella, agarrando su vaso de té-. Quieres un bebe. Lo entiendo. ¿Cómo no iba a entenderlo? Yo quería lo mismo. Pero debería de ser de un hombre al que ames. El bebe se merece tener un padre que lo quiera como suyo.

-Yo lo quiero –dije. Di un mordisco al sándwich de ternera asada porque sabía que mi madre no me dejaría marcharme hasta que me lo hubiese comido. Mastiqué y tragueé-. Edward quería a su hijo. También querrá al nuestro. No podrá evitarlo.

Mi madre se persignó rápidamente al oír la mención del niño.

-Fue una tragedia. Pero sabes, como todo el mundo, que Edward cambio cuando perdió a su familia.

-Es bastante natural, ¿no? –me removí en la silla y empuje la ensalada con el tenedor.

-Si, lo es. Pero él no quiere avanzar, Bella. La oscuridad de su interior es espesa y pesada, y no quiere que se levante y lo deje.

-Eso no puedes saberlo.

-Tú te niegas a verlo –rezongó ella.

-Ya hemos hablado de esto –suspiré y dejé el tenedor en el plato.

-Y volveremos a hacerlo –Reneé Swan dejó el vaso en la mesa y me dio una palmadita en la mano-. Hasta que consiga hacerte entender que estas cometiendo un error que solo te causara dolor.

-Mamá…

Ella se recostó, cruzó los brazos bajo su pecho y arrugó la frente.

-Veamos. Te quedas embarazada y después, ¿Qué? ¿Te marchas? ¿Dejas al padre de tu bebe? ¿Crees que puedes hacer eso? ¿Sin que te duela?

Solo de pensar en ello me dolía, pero admitirlo habría sido un error. Además, seguía confiando en no tener que irme. En que Edward no me lo permitiría.

-Edward y yo hicimos un trato.

-Si -mi madre resopló con disgusto-. Eso me repite tu padre todo el tiempo. Un negocio. ¿Qué forma es esa de iniciar un matrimonio?

-Ejem –alcé el tenedor para pinchar un poco de ensalada de pasta de mi madre-, perdona, pero ¿no fue papá a Phoenix a verte porque sus padres se conocían y creían que harían una buena pareja?

-Te crees muy lista, ¿verdad? –Reneé frunció sus enormes ojos y me miró.

-Bastante lista –acepté con una sonrisa-. O, al menos, conozco la historia de mi familia.

-Si, pero también sabes el resto –Reneé se inclinó hacia delante y apoyó los brazos en el mantel de cuadros amarillos y blancos-. Mi padre me dijo que sería bueno que me casara con Charlie Swan y me mudara a su lado. Discutí con él. Le dije que no me casaría con un hombre a quien no amara. Después, miré a tu padre y me enamore en un instante –alzó una mano y agitó el índice ante mi-. Una mirada y lo supe. Supe que era lo correcto. Que el matrimonio duraría y sería bueno. ¿Puedes decir tú lo mismo?

-He querido a Edward desde que era niña, mamá –me enfrenté a la mirada preocupada de mi madre-. Una mirada y lo supe.

-No es lo mismo –suspiró Reneé, exasperada.

-No, no lo es –admití-. Papá quería casarse y Edward no. Pero… estamos casados. Y sé que me tiene cariño.

-Cariño no es amor –me advirtió mi madre.

-No, pero podría llegar a serlo, mamá. Edward me necesita. Yo lo amo y voy a intentar que esto funcione. Por los dos. ¿Es que no puedes ponerte de mi parte? ¿Por favor?

Los ojos de mi madre se agrandaron y abrió la boca con expresión atónita. Se puso de pie, rodeó la mesa y se situó junto a mí. Tomó mi rostro entre sus manos y después me atrajo a su regazo, abrazándome con fuerza.

-Claro que estoy de tu parte, Bella. Soy tu madre. Quiero que consigas cuanto desees. Solo deseo evitarte sufrimiento.

Dejé que mi madre me meciera un rato, refugiándome en el consuelo de quien siempre me había apoyado. Pensé en Edward, recordé su rostro y sus caricias y mi corazón se aligeró, a pesar de que llevaba las de perder. Llevaba dos meses viviendo con él, amándolo. Me había introducido en su casa y solo podía esperar estar introduciéndome en su corazón.

El riesgo que estaba corriendo merecía la pena. Tenía que intentarlo o siempre me preguntaría si había renunciado a Edward demasiado pronto.

-Lo sé mamá, lo sé –dije, adquiriendo determinación con cada palabra-. Pero a veces uno solo consigue la felicidad pasando antes por el dolor.


--

Edward POV

--

-Esa mujer tuya es increíble con los caballos –dijo Eleazar, mientras revisaba unos recibos de proveedores.

-Si – sonreí-. Lo es –me incliné sobre el escritorio del capataz y agarré una libreta. Apunté un par de cosas y la empujé hacia él-. Quiero que llames a Garret. Pide que traiga un pedido extra de avena. Con los caballos de Bella aquí, estamos gastando el doble.

-De acuerdo –Eleazar se recostó en la silla y apoyó las manos en su estomago-. Es fantástica, ¿Sabes? Esos malditos animales la siguen como perritos amaestrados. La chica tiene un don con los caballos.

De hecho… ella tenía muchos dones. En especial, tenía el don de convertir mi organizada vida en un torbellino. Apenas había tenido un momento para mi mismo desde que había aceptado el negocio matrimonial. Y cuando tenía un momento, acababa pensando en ella.

-¿Oyes a esos niños? –preguntó Eleazar, ladeando la cabeza como si quisiera oír mejor las risas que llegaban desde el corral.

-Seria difícil no oírlos –refunfuñe. Dios sabía que lo estaba intentando, sin éxito.

El rostro de Eleazar se tensó y se volvió inexpresivo. Se irguió y consultó su agenda.

-¿Vas a llamar a Aro Volturi para hablar de esa parcela que quiere arrendar?

-Si –agradecí el cambio de tema. Mire el reloj-. Llamare a su oficina mañana. Podemos decidir…

Lo que iba a decir se quedó interrumpido por el grito infantil que rasgó el aire. Salí corriendo del establo, seguido de Eleazar, con el corazón en la boca; me detuve bruscamente cuando el grito se transformó en una risa jubilosa y burbujeante. Mire hacia el corral y se me hizo un nudo en el estomago.

Un niño, de cuatro años, estaba sentado en el lomo de uno de los Gypsy. Los padres del niño estaban fuera del corral, observando la escena con sonrisas indulgentes, mientras su hija, de unos diez años saltaba con impaciencia… al parecer esperaba su turno.

Bella caminaba junto al diminuto jinete, con la mano en su muslo, mirándolo sonriente. La risa del niño flotaba en el aire como una cascada de burbujas de jabón y tuve que esforzarme para controlar el dolor que oprimía mi corazón.

No podía moverme. No podía dejar de mirar a Bella y al niño mientras daban la vuelta al corral. Lo veía todo. El sol reflejándose en el cabello rubio del niño, el paso tranquilo del caballo, la sonrisa paciente de Bella… Una y otra vez, el niño reía y acariciaba el cuello de la yegua, enredando los dedos en la espesa crin negra.

-Vuelvo al despacho –murmuró Eleazar, discreto.

Mientras mi vista se centraba en el niño, mi mente se llenó de imágenes de otro niño. De un día soleado. De un tiempo muy lejano.

***

-Quiero quedarme contigo, papi –los ojos de Anthony estaban llenos de lagrimas y le temblaba el labio inferior.

-Lo sé –dijo Edward, mirando su reloj de pulsera. Ya llegaba tarde a la reunión. Tenía ofertas que hacer, documentos que firmar, sueños que cumplir. Sonrió para sí. Desde que se había hecho cargo del rancho familiar, había encontrado nuevos compradores para su grano y ganado. Había arrendado tierras y pensaba reconstruir los establos.

Si eso implicaba pasar menos tiempo del que habría deseado con su esposa y su hijo, pagaría el precio. Todo lo hacía por su futuro.

-Por favor, déjame quedarme –suplicó Anthony. Una lágrima solitaria se deslizó por su mejilla-. Seré bueno.

-Anthony –dijo él, apoyando una rodilla en el suelo para mirarlo a la cara-, sé que serás bueno. Pero estoy ocupado y no tengo tiempo de jugar, Lo pasaras mejor con mamá.

Edward miró a la mujer que estaba tras su hijo. Tanya no parecía más feliz que Anthony, pero sus ojos no estaban húmedos, llameaban de ira. Algo que Edward veía cada vez con más frecuencia.

Anthony agachó la cabeza y dejó caer los hombros con desolación. Se sorbió la nariz y se pasó la mano por los ojos.

-Bueno… está bien –el niño se dio la vuelta y camino hacia el coche rojo. Edward se levantó y miró a su esposa.

-Eso es típico de ti, Edward –masculló, mirando por encima del hombro para comprobar que el niño estaba lejos y no oiría sus palabras.

-Dejemos esto por ahora, ¿De acuerdo? –miró su reloj de pulsera y Tanya siseó entre dientes.

-Siempre dejas “esto”, Edward. Ese es el problema.

-No tengo tiempo, ¿entiendes?

-¿Por qué no me apuntas en la agenda para dentro de una semana, Edward? ¿Me concederás un minuto o dos?

Él resopló y extendió una mano, pero ella se apartó para evitar el contacto. Edward suspiró.

-Sabes tan bien como yo que tengo responsabilidades.

-Sí, las tienes.

Él estaba irritado, molesto y cansado de la situación. Tanya cada vez tenía menos paciencia con lo que consideraba la “obsesión” de Edward con el rancho Cullen. Pero el rancho era el legado familiar y requería tiempo y dedicación.

La puerta del coche se cerró y vio a Anthony, ya en el coche, poniéndose el cinturón de seguridad.

-¿Podríamos dejar esto ahora? Tengo una reunión –le dijo Edward a su mujer.

-Bien –movió la cabeza y su pelo rubio describió un arcoíris alrededor de su mandíbula-. No me gustaría que te perdieras una reunión por culpa de tu familia.

-Diablos, Tanya.

-Maldito seas, Edward –se dio la vuelta y fue hacia el coche. Antes de abrir la puerta lo miró de nuevo-. Dudo que lo notes, pero creo que deberías saberlo: no volveremos. Anthony y yo vamos a Canadá, a casa de mi madre. Ya te comunicare donde enviar nuestras cosas.

-Espera un minuto –dijo Edward, yendo hacia ella. Pero ella había subido al coche, encendido el motor y arrancado antes de que llegara, Observó el polvo que levantaban las ruedas al alejarse. A pesar del intenso sol, sintió frio. Estaba helado hasta los huesos.

El polvo se asentó y él siguió allí, viendo como se alejaba el coche con su esposa y su hijo. Sonó la alarma de su reloj y la apagó. Le daría a Tanya tiempo para tranquilizarse. Después hablarían.

Lo primero era lo primero. Aun podía llegar a la reunión si se apresuraba.

Veinte minutos después…

Anthony y Tanya estaban muertos.

***

Me obligué a regresar del pasado.

Hacía años que no me permitía recordar ese día. Pero todo había vuelto a mi mente por culpa del niño que seguía riendo sobre el caballo.

Sentía como si una tenaza de acero me oprimiera el pecho, impidiéndome respirar. Entrecerré los ojos hasta que vi un túnel largo y oscuro. El sol brillaba sobre nosotros, como si definiera la diferencia entre yo, envuelto en sombras, y mi esposa, llena de luz.

Bella me vio, sonrió y agitó la mano. Me tensé al ver la calidez de su mirada. No había deseado eso. Lo odiaba. Seguía sin desearlo.

Era cierto que en los últimos dos meses me había acostumbrado demasiado a su presencia. A su aroma en la casa, a sentirla en los brazos. La buscaba por la noche y percibía su presencia durante el día. El acuerdo temporal empezaba a parecer demasiado permanente.

Al ver que no le devolvía el saludo, sino que la miraba con ojos fríos y vacios, Bella arrugó la frente y volvió a mirar al niño.

-Se le dan bien los niños, ¿verdad?

Volteé la cabeza y vi a Jacob, el hermano-primo de Bella, dirigirse hasta mi. Ni siquiera había sabido que el hombre estaba en la ciudad.

Jacob inclino su sombrero hacia delante, para evitar el destello del sol. Se detuvo junto a mí y miro a su hermana.

-Mamá me ha enviado con pan recién hecho. Se me ha ocurrido observar a Bella un rato antes de regresar al rancho –me dirigió una mirada de interés-. Parece que no soy el único que ha tenido esa idea.

-¿Lo dices por algo en concreto? –fruncí el ceño.

-Solo por una cosa –Jacob sonrió-. Tu forma de mirar a Bella me hace pensar que tal vez este acuerdo temporal empiece a ser algo mas para ti.

-Te equivocas –negué. No podía equivocarse más. Si acaso, ver a Bella con el niño me había demostrado que tenía que sacarla de mi vida. Cuanto antes mejor. Quería volver a mi aislamiento.

-Pues me parece que no –Jacob fue hacia el establo, se apoyo en una pared en sombra y cruzó los brazos sobre el pecho-. Admito que me puse de parte de mamá respecto a este matrimonio. Solo pensaba en venir y partirte la cara… odiaba pensar en que te aprovecharías de mi Bells –hizo una pausa y miró a su hermana-. Pero Bella es feliz aquí. Y creo que tú también eres más feliz con su presencia.

Mi rostro se cerró en banda. Mire a Jacob fijamente.

-En eso también te equivocas. ¿No lo sabías, Jacob? A mí no me va ser feliz.

-Antes lo eras.

-Antes era muchas cosas –dije cortante. Le di la espalda y entre en el establo. Jacob, por supuesto me siguió.

-¿Tan empeñado estas en ser desgraciado, Edward?

-Déjalo –replique, sin detenerme ni voltear a mirarlo. No quería amistad con la familia de Bella. No quería mirar a Bella y sentir anhelo. Quería que mi mundo volviera a ser como antes de que ella se hubiera introducido en mi.

Fui directo al pequeño despacho. Hice un gesto con la cabeza a mi capataz. El hombre se levantó de la silla, saludó con la cabeza a Jacob y salió, farfullando una disculpa.

Si hubiera habido una puerta, la habría cerrado de una patada. Pero tenía la sensación de que eso no habría detenido a Jacob. Igual que su hermana, el hombre no permitía que lo ignoraran.

-¿Qué pasa, Edward? ¿Te da miedo admitir que sientes algo por mi Bells?

Alcé la cabeza de golpe y clave en Jacob una mirada tan fría que debería haberlo helado de pies a cabeza. Pero él ni siquiera se inmuto.

-No permito a mis hermanos que me hablen así. ¿Por qué crees que voy a permitírtelo a ti?

Jacob encogió los hombros con indolencia, se quitó el sombrero y se pasó la mano por el cabello. Luego me miró.

-Porque estoy preocupado por mi hermana y supongo que eso puedes entenderlo.

Maldije para mi mismo; tenía razón. Entendía muy bien la lealtad familiar, el instinto de defender y proteger. Formaba parte de la educación de los Cullen, así como de los Swan-Black. En ese sentido podía darle cuartel a Jacob. Pero eso no implicaba que estuviera dispuesto a discutir mi vida privada. O mi matrimonio con Bella.

-Lo entiendo –acepté-. Pero insisto en que lo dejes. Bella y yo manejaremos lo que hay entre nosotros sin intromisiones de nadie.

-Puede que eso sea lo que tú quieres –Jacob entró en la habitación, se puso el sombrero, se inclinó y apoyó las palmas de las manos en el borde del escritorio-. Pero no es así como funciona. Bella es mi familia. Mi hermanita. Y yo cuidado de los míos.

-También yo –contraataqué.

-¿Es eso cierto? –Jacob enarcó una ceja-. No es lo que yo recuerdo.

Enrojecí y sentí que la cólera ascendía desde mis pies, como la lava de un volcán, hasta llenar mi cabeza y nublarme la visión.

-Si tienes algo más que decir, dilo y vete.

Jacob se apartó del escritorio y se pasó una mano por la boca, como si físicamente pudiera borrar las palabras que acababa de decir.

-Eso ha estado fuera de lugar. Lo siento.

Asentí, pero no dije nada más.

-Solo digo que serias idiota si no dieras una oportunidad a lo que tienes con Bella, Edward. Y nunca te he considerado idiota… bueno… salvo algunas veces cuando juagábamos beisbol y...

-Jacob, ¿Qué estás haciendo?

Ambos volteamos a Bella, que estaba en el umbral. Ella paseó la mirada de uno a otro con ojos brillantes de furia y sentí un puñetazo de algo mucho más fuerte que el deseo.

Entonces lo comprendí…

Tenía problemas mucho más serios de lo que imaginaba.

-Creí que estabas con los caballos.

-No es asunto tuyo, pero Eleazar esta ocupándose del niño y hablando con sus padres –clavó los ojos en su hermano-. Quiero saber que haces aquí.

-Estoy hablando con mi cuñado –dijo Jacob con tranquilidad, pero, siendo un hombre precavido, dio un paso atrás.

-¿Y tú? –Bella me miró a mí.

-Déjalo estar, Bella –conteste.

-¿Por qué?

-Por que ya hemos acabado –miré a Jacob para asegurarme-. ¿No es verdad?

-Si –Jacob asintió y fue hacia la puerta, claramente intentando evitar a su hermana antes de que centrara su furia en él-. Hemos acabado. Encantado de haberte visto, Edward.

Asentí de nuevo y esperé a que Jacob se saliera antes de mirar a la mujer que era mi esposa. En ese momento las palabras de Jacob reverberaron en mi mente: “Hemos acabado”

Mire los ojos achocolatados de bella, y desee que fuera tan fácil como sonaba…

21 comentarios:

  1. tener q esperar toda una semana para leer el proximo capitulo es realmente dolorosooooo!!!!!!!!

    Es un finc muy muy bueno koko, enhorabuena.
    P.D.t sigo dsd hace muxo pero es la primera vez q escribo, mis mas sinceras felicitaciones

    ResponderEliminar
  2. Me encanta el caracter de Bells en esta historia,me super encanto el cap,me distes cosas en que pensar de la vida.Como :" a veces uno solo consigue la felicidad pasando antes por el dolor."y esa es una verdad muy verdadera.
    te mando muchos abrazos desde suecia ,tu hermanita.=D

    ResponderEliminar
  3. esta super !!!

    muchos besitos!!

    Mel♥

    ResponderEliminar
  4. Hola hermosa!!
    Grgracias por este genial capi...por favor continua escribiendo!! te envio miles de besos vampìricos!!
    Y nos leemos muy pronto..te quiere y admira montones Carla!!

    ResponderEliminar
  5. OOOOOH KOKORO NO ME DIGAS QUE LA VA A DEJAR POR FAVOR, QUE ME MUERO...
    QUE ADMITA QUE LA AMA.


    NANCY

    ResponderEliminar
  6. Como siempre genial mi Koko!!!!

    Esta historia me encanta y me tiene mas enganchada cada dia!!!

    Besitos TQM.

    ResponderEliminar
  7. Nada es facil y todo lo es, cada paso nos lleva a otro lugar a ese que nos espera para darnos algo más. Danos más mi "diosa del amor" no dejes de darnos ese amor que hay cada historia. Besotes miles

    ResponderEliminar
  8. Hola..!!

    Me quede intrigada
    en el que seguira,
    me encanta la historia..

    Bueno espero y sigas
    escribiendo la historia..
    esque me encanta..

    Bueno bye..

    Que tengas un dia genial, y
    hoy en la noche el estreno
    de ¡¡Luna Nueva!! ahhhh..
    que lindo, porfin de
    tanto esperar..

    Bueno ya me voy
    antes de que me proyecte..

    Bye..

    -/*-B.y.C-*/-

    ResponderEliminar
  9. por dios alfin la historia de la familia de edward.... ke trisa verdad ):
    pero espero ke se de cuenta ke tiene una segunda oportunidad y ke la aprobeche..

    me encanta bella en esta historia me gusta su caracter y bueno jacob el siempre dice las cosas correctas en el momento correcto y eso me encanta de el

    amo tu historia gracias

    tkm chao

    ResponderEliminar
  10. quiero mas quiero mass masss masss!!
    auuuuuu!!
    muchos bsoss

    ResponderEliminar
  11. hola koko! cada vez me enamora mas este fic ! es hermoso! vamos a ver si edward puede sacarse toda esa culpa de encima!! ja a este paso el va a empezar a pensar que ella es esteril ! :D
    oh bella koko gracias por subirlo y tomarte el tiempo para seguir viajando con tus historias..ja si son una droga
    besosos!

    ResponderEliminar
  12. ELECTRICA CULLEN BLACK
    Me encanta comprovar que Edwuard esta al caer.
    Genial el capí. como siempre.

    ResponderEliminar
  13. La verdad este fic me tiene comiendome las uñas, es muy fuerte, mas por todo lo que le pasó a Edward y los planes que tiene Bell's y no solo eso sino que ademas la posición de cada miembro de ambas familias...

    Wooooooowwww!!!
    (la verdad ni yo se como no firme las entradas anteriores)

    De verdad Koko nos vuelves locas con tus Fics...

    Gracias Alpha!!!
    Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!

    Besitos ♥

    ResponderEliminar
  14. hola kokoro me gusta muchisimo este finc pobre edward ahora entiendo por que se comparta de esta manera pero seguro bella lo cambiara y sacara ese jhombre maravilloso que es el, un beso guapa

    ResponderEliminar
  15. Kokoro!!!

    Esta historia cada vez se vuelve mas fuerte!!!
    Edward es tan maravilloso pero siempre se cierra xk no deja a Bella que lo ame!!!
    Hay hombres nadie los entiende!!!

    En fin Espero que pronto centre cabeza y se hablande jajaja!!!

    XoXo

    ResponderEliminar
  16. ¿¿¿¿Por que la vida es tan ocupada????
    tu lo sabes mejor que nadie mi Koko...
    tantas ganas que tenis de leer el kapi y no haber podido hasta hoy....
    bueno lo importante es que ya stoy aqui y que el kapi te kedo buenisimo....

    pero Arghh...tener que esperrar hasta la proxima semana para ver que sigue del kapi...
    uff es algo frustrante pero bueno hay que hacerlo...

    no te estreses mucho Koko, solo trata de vivir como a ti te gusta....

    bueno me despido y nos leemos pronto

    BESOSOS Y MORDISCOS...BYE

    ResponderEliminar
  17. Años sin escribir, pero es que la Universidad me tenia a mil por hora...!! Gracias a Dios termine esta semana y al fin tengo tiempito libre para dedicarle a mi muuunndooo.. nuestro mundo! ¡Que alegria!

    Es obvio que si escribo es por que me gusto el Capi, pero te aclaro que es... mas alla de eso.. es... mm.. este... ALUCINANTE!!!

    Me pasa lo mismo que con "Amor en Subasta" ¡¡ME ENAMOOOREEE!!!! Amo los Fics asiii.. de relaciones complicadas, de deseo, de amooorr AFFFFFSSSS Amo tus Fics Mi kokooooO!! Aunque esten basados en X's Libros sin dudas tu los haces 9023903842948 veces mejooor...

    Les das tu toque y te aseguro que se nota.. es decir... ¡MI DIOS! No puedo leer sin terminar calienteee jajajajaja!! Mi Dios Mi Dios...

    Y siempre que escribo que quedo pegada ¬¬ pero bueno! ya me voy para no fastiidiiiaar..! xD

    Te Adoro Kokooooo! ^^ ¡Genia el capi esta Alucinante!

    ResponderEliminar
  18. y el siguiente capitulo amiga??? que emocion!!

    ResponderEliminar
  19. wow no se k haria si viera a edward asi creo k moriria de un paro cardiaco o seaaa!!! k delicia. k envidia solo bella puede verlo asi es injusto!

    ResponderEliminar
  20. Comprendo eso de que la familia se preocupe por ti, aunque quisieras que no lo hicieran...
    Pobre Bella, en vdd eso es tener fe
    Y Edward tan encerrado en si mismo, es como si estuviera autoflagelandose... tan triste
    Excelente capi

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...