viernes, 11 de septiembre de 2009

Jake y Nessie "Sesión de Masajes" - Naty Celeste


Disclaimer: Jake y Nessie son de Stephenie Meyer y la historia es de Naty Celeste
ADVERTENCIA: Lemmon!! sobre aviso no hay engaño.

Sesión de masajes

“Todo el día para nosotros”… La frase quedó resonando en mi cabeza mientras escuchaba a Jake bajar por las escaleras. Simplemente no podía borrar la sonrisa de mi cara. Todo era perfecto. Me estiré para destrabar un poco mis músculos y me puse la almohada de Jake sobre la cara para aspirar su olor. Era tan maravilloso… y tierno, ni siquiera se había enojado porque hubiera caído en su habitación sin avisar. O porque lo hubiera despertado toda la noche.

Comencé a sentir el olor a la comida que preparaba. Me quité la almohada de la cara y volví a sonreír mientras me lo imaginaba cocinando abajo. El olor era muy apetitoso, y tenía bastante hambre… no había cenado anoche ya que un enorme nudo se había alojado en la boca de mi estómago. Me recorría un estúpido presentimiento de que le pasaría algo malo. Le pedí a Alice que intentara ver en su futuro, pero eso solo hizo que la pobre acabara con dolor de cabeza. Por eso había venido a su casa, necesitaba esperarlo, y ver por mi misma que todo estaba bien.

Ahora es más fácil ser racional, ahora que puedo percibir su aroma en el aire y escuchar cómo tararea una canción abajo… ahora que puedo escuchar a su corazón latir al mismo tiempo y ritmo que el mío. Me mordí el labio, era asombroso lo conectados que estábamos.

El aroma a tocino y huevos hizo que me rugiera el estómago. Comencé a imaginármelo en esos boxers endemoniadamente sexys, en frente de la estufa, con esa sonrisa que podría derretir un iceberg.

Decidí bajar para verlo cocinar. Me bajé de la cama en puntitas de pie. Primero debía ir al baño a refrescarme un poco. Me lavé la cara y me quité el camisón. Tomé una de sus dos camisas del armario y me la puse. Me quedaba como si me hubiera puesto una carpa de circo color gris claro, pero no tenía ropa mía a mano, y me pareció que podría dejar un par de botones sin prender, dejando un poco al descubierto mi pecho…

Salí de la habitación de puntitas de pie, intentando no hacer ruido, y me asomé por el extremo de las escaleras. Todavía lo escuchaba tararear. Bajé el primer escalón.

- Que ni se te ocurra bajar. Se supone que te llevaría el desayuno a la cama. –dijo dejando de cantar. ¿Cómo rayos me escuchó?

- Ohhh… -me quejé- ¿cómo me escuchaste? –Rompió a reír.

- No lo hice, pero te conozco. –Soltó otra carcajada y yo intenté fruncir el ceño, pero no pude evitar sonreír. Lo que decía era cierto. Me conocía casi mejor que yo misma.

- ¿Entonces no puedo bajar? –Pregunté intentando sonar triste. Se quedó callado por unos segundos, y luego cedió.

- Bueno, pero luego volvemos a la cama.

¡Si! Ese tono nunca fallaba con él. Bajé la escalera con pies descalzos y paso lento. Me quedé congelada a la entrada de la cocina, estaba mucho más sexy de lo que me lo había imaginado. Era un Dios caído a la Tierra.

- Hola hermosura… -me saludó. Yo me quedé como tonta mirándole el pecho mientras daba vuelta el tocino de la sartén. Le sonreí y todo lo que salió de mis labios fue un patético susurro que simulaba ser un “hola”.

Se rió y se dio vuelta para abrir un armario. Estiró el brazo para alcanzar el exprimidor del estante de arriba, y todos los músculos de su espalda se marcaron. Me quedé mirando su trasero como boba, ese bóxer apretado me volvía loca. Me mordí el labio. Luego se agachó para sacar unas naranjas del armario de abajo. ¿Es que me lo estaba haciendo a propósito? Mi mandíbula tocó el piso y me quedé mirándolo fijo con la boca abierta. Después cortó las naranjas y las exprimió una a una. Sus brazos fuertes necesitaban esfuerzo para no emplear demasiada fuerza y romper el aparato que usaba para hacerlo. Como si en realidad el aparato le estorbara.

Se aclaró la garganta con intención, y me sonrojé entera. No podría haber sido más obvia.

- Ehhh… -Me acerqué y lo rodeé con los brazos de costado- Lo siento… estaba distraída. Hola

Se rió de nuevo y me dio un corto beso antes de volver a luchar con el extractor de jugo. Me separé un poco de él y apoyé mis codos en la mesada y mi cara en mis manos.

- Creo que las exprimirías más rápido sin eso. –le dije señalando con los ojos el aparato. Me miró un momento y luego se encongió de hombros y lo hizo a un lado. Tomó una mitad de naranja, envolviéndola totalmente con su mano y la apretó sobre uno de lo vasos. Los músculos de su mano y brazo se tensaron por la fuerza moderada que tenía que aplicar. Quedó solo la cáscara… la pobre fruta parecía deshidratada. Y yo casi no tenía aire, era increíblemente excitante verlo trabajar con las manos.

- Sip, creo que terminaré mas rápido así –dijo sonriendo.

- No, mejor vuelve a lo del extractor. –Me miró curioso, las ventajas de hacerlo de esta forma eran evidentes- Me vas a volver loca en tanto sigas usando las manos así.

Tragué saliva y me puse colorada ante el doble sentido de mis palabras. No fue mi intención que sonara tan descarado. Sólo sonrió de oreja a oreja y se mordió el labio. Se me quedó mirando. Me incorporé y me apoyé de espaldas en la mesada, mirándolo a los ojos. Después de un rato me empecé a sentir incómoda.

- ¡Jake! –le dije en tono burlón- ¿sigues despierto, semental?

Se rió. Y negó con la cabeza.

- No, seguro estoy soñando. Nadie real puede ser tan hermosa. Y esa camisa… Nunca más deberías comprarte ropa, siempre usa la mía… o mejor –agregó poniendo una seductora sonrisa torcida y acercándose a mi oído- no te pongas nada.

Me sonrojé de nuevo y me besó en los labios. Solo un beso corto, demasiado corto. Cuando se alejó le tomé el rostro con una mano y le estampé la cara contra la mía de nuevo. Continuó besándome, poniendo una pierna entre las mías y tomándome de la cintura con las manos. El beso se volvió profundo y deseoso. Estaba en serio peligro de perderme el desayuno que había preparado. Bajó a besarme el cuello y vi de reojo como estiraba un brazo para apagar la hornalla de la sartén del tocino. Creo que no abrió los ojos. Su mano volvió a mi cintura y sus dedos se clavaron en mi piel a través de la tela.

Me alegraba tanto de que estuviera conmigo, lo había extrañado mucho por la noche, y esa horrible pesadilla me había calado hasta los huesos. Mi peor pesadilla. Se me hizo un nudo en la garganta de solo recordar la sensación de perderlo. Pero él estaba ahí conmigo. Ahí para mí, y sólo para mí. Me había despertado para calmarme, era tan tierno… y luego ese sueño. Por Dios! Ese sueño! Que real se sentía, y que feliz me sentí de poder terminarlo con él. Era una suerte que hubiera vuelto para pasar conmigo la noche. Me hubiera sentido fatal si no lo hubiera tenido entre mis brazos. Aunque él podría haber dormido más tranquilo solo. Me sentí culpable… Pobre Jake, probablemente lo mantuve en vela toda la noche. Y debía estar muy cansado por hacer guardia doble toda la semana. Doble turno y una semi-vampiresa con pesadillas y sueños eróticos no debían ser una buena combinación a la hora de intentar descansar.

Debía reponer energías. Me mordí el labio y lo alejé un poco de mi cuello. Con sus labios ahí, nunca lograría armar una frase coherente. Me hizo un puchero muy tierno y yo luché por no sonreír.

- Creo que deberíamos comer algo. –Dije con el tono más serio que pude simular.

- Yo solo tengo hambre de una cosa. –Susurró volviendo a mi cuello. Mis pensamientos se dispersaron. ¿Qué era lo que le acababa de decir?

- Pero si tú quieres comer… -Ah! Eso era, comer!- …supongo que puedo esperar un rato -Se alejó con esa seductora sonrisa torcida y sirvió la comida en un plato grande- Pero sólo un rato.

Sonreí a la par de él. Me dio un beso en la mejilla cuando pasó a mi lado para buscar unos cubiertos y me susurró al oído.

- Espérame arriba, subiré en un minuto.

- ¿No quieres que te ayude? –ya estaba negando con la cabeza antes de que terminara la frase.

- Nada de eso. Sólo sube. Además… -suspiró y se puso serio- hay un par de cosas de las que debemos hablar.

Abrí los ojos como platos y toda la sangre huyó de mi cara. Estaba al borde de un ataque de pánico. Esa frase nunca era buena, y mucho menos en ese tono de voz. ¿Qué había pasado? Me di cuenta de que no le había preguntado por la guardia de anoche. Quizá algo malo había pasado en La Push. ¿Un vampiro suelto? Quizás. Podría ser del aquelarre del que mataron la semana pasada. El que lastimó a Seth… O quizás le había pasado algo a Seth mientras se curaba, Carlisle dijo que estaría bien, pero nunca se sabe…

- Ness! –dijo Jacob agitando una mano delante de mi cara- ¿Qué te pasa?

Me aclaré la garganta intentando tragar el nudo. Entendió el porqué de mi cara de angustia.

- Oye, oye –movió las manos intentando frenar mis pensamientos como si fueran un auto fuera de control- Solo quiero hablar, no te asustes. Nada pasó.

Solté el aire de mis pulmones ¿en qué momento había contenido la respiración?

- ¿En serio? –Había algo en sus facciones que hizo que dudara de lo que decía.

- En serio! Solo quiero charlar –se mordió el labio-. Hay un asunto de la manada que tengo que discutir contigo.

Lo miré curiosa, me crucé de brazos y fruncí el ceño. Me dio un beso rápido en los labios y siguió.

- Sólo espérame arriba. Subo en menos de un minuto. –Levanté una ceja.

- ¿En “menos de un minuto”?

- Ajá –Asintió con la cabeza, muy seguro de si mismo.

- De acuerdo. Eso lo veremos.

Me alejé con los brazos todavía cruzados sobre mi pecho y cuando llegué al pie de la escalera, comencé a contar en voz alta lentamente para ponerle un poco de presión. Apenas dije la palabra “uno” lo escuché moviéndose más rápido en la cocina. No pude evitar sonreír.

Para cuando llegué la habitación, había llegado al número 20 –subí a paso humano para darle mas tiempo-. Me senté en la cama con las piernas cruzadas debajo de mi cuerpo, todavía nerviosa. Quizás el me conocía mejor que nadie, pero yo no me quedaba atrás, y sabía que había algo malo que debía contarme.

- Cuarenta y cinco. –Dije despacio. La puerta se entreabrió y Jake entró con una bandeja y una sonrisa enorme.

- ¿Qué botón debería apretar para parar el cronómetro?

Me reí, aunque el sonido sonó un poco nervioso. Jake puso la bandeja delante de mí, en la cama y luego se sentó del otro lado, en la misma posición que yo. El apetito se me había ido al diablo, pero intenté saborear un bocado de lo que había preparado. Fingí una sonrisa como si pudiera engañarlo. Las manos me temblaban.

- ¿Qué pasó? –Dije al fin.

- Bueno… -parecía pensativo- hay dos cosas que debo decirte. La primera es sobre tu poder. –Asentí, las palabras salían dudosas de su boca- Anoche… cuando soñabas, yo podía… bueno, no solo escuchaba lo que pensabas. Era como estar contigo. No se si puedo explicarlo. Pero había algo diferente en tu poder. Creo que está evolucionando.

- ¿A que te refieres? –quería que dejara de divagar de una buena vez.

- Bueno, es que yo podía… sentirte.

- Oh –solo me salió eso.

- Cuando me tocabas en el sueño. Era como si me estuvieras tocando de verdad. Y eso nunca había pasado, siempre era como una foto o una película surgiendo en mi mente de la nada, nunca lo había sentido tan… real. –La última frase la dijo con los ojos pegados a la cama y una sonrisa asomándose por las comisuras de sus labios.

- ¿Así que sólo evolucionó? –pregunté, todavía intentando imaginarme lo que decía.

- Eso creo.

Lo toqué con la mano en el brazo. Y me imaginé a mi misma besándolo en la mejilla.

- ¿Lo sientes?

- No, ahora sólo lo veo. –contestó pensativo. Me concentré más. Puse toda mi energía en imaginarme a su lado, mi mano puesta en su hombro. Sólo un simple contacto bastaría. Mis manos comenzaron a temblar y cerré los ojos. Todo a mí alrededor se volvía difuso por el esfuerzo y la concentración.

- ¡Ahora si! -Casi lo gritó. Y dejé caer mi mano de su brazo, intentando recuperar el aliento.

- ¡Tu mano estaba en mi hombro! –se rió divertido.

- Bien, pues parece que estoy evolucionando. –También me reí- Supongo que sólo debo practicar un poco más.

- ¡Me ofrezco de voluntario! –dijo alzando la mano como si fuera un niño en clase. Me reí de nuevo. Me sentía un poco cansada. Eso era raro, casi nunca me cansaba, salvo que me esforzara muchísimo mas de la cuenta, pero eso era muy de vez en cuando.

- Bueno, eso era parte, pero no era todo. –dijo poniéndose serio. Intenté no rayar en el pánico otra vez mientras esperaba que continuara.

- Anoche tuviste otro sueño. –fruncí el ceño al recordarlo y asentí con la cabeza- No se si tuviera algo que ver. Pero…

Se quedó callado por lo que pareció una eternidad.

- ¿Pero? –le insté.

- Debo irme. –soltó de repente. Me congelé y mis ojos se llenaron de lágrimas.

- No es permanente, no te preocupes. Sólo son unos diez días, más o menos. Espero que menos. Pero la manada y yo debemos irnos.

Diez días. Sonaba como una eternidad.

- ¿Por qué? –Logré susurrar a través del enorme nudo de mi garganta.

- Bien, ¿viste que he estado haciendo doble turno esta semana, no? –Asentí con la cabeza- Bueno, es porque la manada de Sam había estado viajando, y debíamos cubrir su parte de la vigilancia también. Parece ser que hay un par de tribus de lobos como nosotros a lo largo del país. Cuando nos enteramos, Sam y la manada decidieron contactarlos, para intentar entender su procedencia. Son hijos de uno de nuestros ancestros. Uno de los ancestros de Sam, de hecho. Pero el punto es que ninguna de las tribus entiende cómo dos manadas y dos Alfas pueden convivir tan bien en el mismo espacio.

Me estaba tranquilizando un poco. Solo era una semana y media. Jake volvería a mí. Parecería una eternidad, pero podría soportarlo si estaba segura de que volvería a mí. Quizás podría…

- ¿Puedo ir? –Solté con un poco de esperanza. Puso mala cara y mi esperanza se desplomó.

- Créeme que nadie querría eso tanto como yo, pero realmente pienso que sería mejor si no lo hicieras. Es que no conozco a estos lobos. No se si acepten que haya imprimado con-

- Con una híbrida. –Terminé su frase inconclusa. Asintió con pesar.

- No es que me avergüence, ni que quiera ocultarlo. En absoluto. Todo lo contrario. Pero no se cómo podrían reaccionar si te llevo y notan cómo te distingues. Por eso Leah también debe dejar a Nahuel.

- Claro, tiene sentido… ¿Pero porqué no pueden venir ellos para acá?

- Por empezar, somos la única tribu que puede disponer de una manada para cuidar la reserva sin que haga falta que todo quede desprotegido. Y también… sería preferible si ninguno de los otros lobos se acercara. No saben del tratado. No sé cómo lo tomarían, o siquiera si lo tendrían en cuenta antes de violarlo.

Sabía que tenía razón, y todo lo que decía era lógico, pero aún así no me gustaba.

- Bueno, ¿y cuándo debes irte? -pregunté resignada.

- Nos iremos en dos días. Debemos correr, porque los lugares en los que están las otras reservas son inaccesibles de otra forma.

- Así que se irán como lobos. –No fue una pregunta, pero aún así la contestó.

- Si, iremos lo más rápido posible y pasaremos en las reservas sólo el tiempo necesario. Ninguno de nosotros quiere dejar La Push por mucho tiempo, pero no hay nada que podamos hacer para evitarlo.

Las lágrimas amenazaban con desbordarse de mis ojos. “Sólo diez días” me repetía continuamente.

- Te extrañaré –susurré para que no se me quebrara la voz. Corrió la bandeja y la puso en el piso para tener el camino libre y poder abrazarme.

- Yo también –musitó en mi oído cuando sus brazos me envolvieron. Yo pasé los míos por su cintura y apreté lo más fuerte que pude, como si eso le impidiera irse- Créeme que daría cualquier cosa por quedarme contigo, pero no veo otra opción –me besó debajo del oído-. Pensaré en ti cada minuto.

Una lágrima se me escapó. Debía controlarme, no podía mostrarle lo mucho que me dolía que se fuera. Sino, lo arriesgaría todo por quedarse. Respiré hondo y le di un beso en el pecho intentando distraerme. Le di vueltas al asunto en la cabeza buscando un lado positivo.

- Bueno, todavía nos quedan dos días, ¿cierto? –dije, sintiéndome un poco mejor. Guardaría el dolor hasta que Jake se hubiera ido. Hasta que fuera absolutamente imposible seguir haciéndolo.

- Sip. ¿Tienes algo en mente?

- Tú sabes mejor que nadie lo que pasa por mi mente. –Nos reímos un momento, aliviando la tensión un poco.

- Eso es cierto. –Se alejó un poco y me sonrió mientras colocaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. Me llamaron la atención las bolsas debajo de sus ojos. Recordé cuántas veces lo había despertado la noche anterior.

- Siento haberte despertado tanto anoche. Debes estar muy cansado.–Dije mientras pasaba los dedos suavemente por una de ellas. Ladeó la cabeza para apoyarla en mi mano y cerró los ojos, suspirando profundamente.

- No, para nada –musitó abriendo los ojos de nuevo y esbozando una sonrisa cansada pero sincera.

- Deberías dormir un poco. –Intenté sonar autoritaria, o por lo menos seria, pero el tono sonó afligido. No quería pasar el tiempo que nos quedaba para estar juntos, durmiendo. Y al parecer él tampoco.

- Bromeas, ¿cierto?

Sabía que diría algo así. Pero debía haber alguna forma para relajarlo.

- Tengo una idea. –sonreí.

- ¿Cuál? –sonó receloso. Sus ojos se achicaron y me miró como si sospechara lo que me pasaba por la cabeza.

- Tu solo quédate quieto. –le dije apuntándole con el dedo y parándome de la cama.

- Si, mi señorita.

Me miró mientras le daba la vuelta para quedar de frente a su espalda. Cuando apoyé las manos en sus hombros, su cabeza estaba del todo hacia atrás para poder seguir viéndome.

- ¿Qué-

Le planté un beso en los labios.

- Sólo es un masaje… relájate.

Cerró los ojos. Sabía perfectamente que no podía decirme nada para escaparse, así que suspiró, dejándose llevar por fin.

- Te amo. –me susurró.

- Y yo a ti. –Le di otro beso y volvió la cabeza hacia delante.

Primero me concentré en sus hombros. Era increíble la tensión que guardaba allí. Fui masajeado, intentando deshacer cada nudo. No sabia cuánta fuerza podía aplicar, así que comencé suavemente y fui aumentando la fuerza poco a poco. Unos segundos después, un delicioso “mmm” se escapó de sus labios y supe ésa era la cantidad de fuerza perfecta.

Noté como se iba relajando de a poco bajo mis dedos. Se espalda se fue doblando hacia delante despacio, haciendo que más de su piel estuviera a mi alcance. Me levanté de la cama y me miró. Sin despegar mi mano de su torso le dije con la mente “acuéstate”. No rechistó y estiró las piernas quedando boca abajo en la cama, su cabeza de lado y sus brazos a los costados, una de sus manos cerca de su cabeza y la otra cerca de su cadera.

Me arrodillé en la cama y pasé una de mis piernas por encima de su cadera, quedando montada sobre su cuerpo y apoyada en mis rodillas

Para tener mejor acceso a su espalda. Me quedé sin aliento por un segundo cuando observé su espalda en detenimiento. Esa piel cobriza tirante alrededor de sus músculos marcados y atléticos. Sus omóplatos subiendo y bajando al ritmo de su acompasada respiración. Era como una visión, simplemente no podía creer que fuera real.

Apoyé mis manos, e hice presión a los lados de su columna vertebral con los pulgares. Suspiró y se mordió el labio, cerrando los ojos. Mis manos se pasearon por toda su espalda, sus músculos contrayéndose cuando hacía algún movimiento inesperado.

Estaba prácticamente babeando, así que me concentré en lo que me había dicho antes para distraerme. No en lo del viaje, con eso me hubiera puesto a llorar, sino en lo de mi habilidad.

Supongo que algo así sería muy útil en una batalla o cosas por el estilo. Debía practicar para aprender a controlarlo completamente. Recordé que a mi madre al principio le costaba mantener su escudo armado para proteger a otros, y cómo lo había dominado cuando había encontrado el catalizador.

La ira, pensé. Pero ese no era el mío. Definitivamente no lo era. El sueño no me había hecho sentir enojada en lo absoluto. Había sido tan real, tan intenso. Una oleada de calor me golpeo mientras recorría las imágenes en mi memoria.

Mis manos siguieron bajando por la piel de Jake hasta masajear lentamente la parte baja de su espalda, justo por encima de la línea de su ropa interior. Quería quitarle ese bóxer, que tanto me gustaba, pero que en este momento, sólo impedía que siguiera bajando. Me mordí el labio y me contuve.

Jake soltó un pequeño gemido y entonces lo pensé. Quizá era la excitación. Ese debía ser mi catalizador. Lo que ponía en marcha mi poder. Eso explicaría porqué siempre me descontrolaba cuando Jake y yo lo hacíamos. Porque él era el único que provocaba esas reacciones en mí. Cada una de sus caricias me descontrolaba más a allá de la razón, más allá que cualquier otra cosa. Entonces recordé sus caricias de anoche, lo reconfortantes que se sentían sus manos luego de una noche triste y vacía.

Mis caderas bajaron instintivamente y mi entrepierna se pegó a su trasero. Necesitaba descargar la excitación de alguna forma, pero el calor de su cuerpo sólo me excitó más. Tragué en seco. Quizá debería darme una ducha fría, o algo así. Y el recuerdo de la noche en la regadera me invadió completamente. Su cuerpo pagándome contra la pared del baño, sus manos tocándome y acariciándome, su boca lamiendo todo lo que estaba a su alcance… Me estremecí. Quizás debería alejarme un rato. No tenía sentido que me excitara de esta manera cuando lo único que mi cuerpo reclamaba estaba prácticamente en coma.

- ¡Hey! no estoy en coma… –Dijo divertido, volteando la cabeza y abriendo los ojos para mirarme. Me sonrojé y mis manos se quedaron paralizadas en su espalda. Definitivamente era la excitación lo que actuaba de gatillo para mi don.

- No es mi culpa que seas tan buena en eso… -agregó- o que tu poder se active y me recuerdes lo mucho que me provocas.

Sonreí, embelezada por su sonrisa. Me aclaré la garganta y lo empujé para que volviera a recostarse. Rió y se quedó quieto mientras volvía a concentrarme en su espalda. Cerró los ojos de nuevo, aunque ahora respiraba diferente, más agitado. Supe que tenía el camino libre, ya no se relajaría, así que ¿para que intentar? Bajé mis manos de nuevo por su espalda, pero esta vez no me detuve en la línea de su bóxer. Metí mis pulgares por debajo de la tela y la bajé un poco para descubrir parte de su trasero.

- Creo que tienes mucha tensión en los glúteos –dije fingiendo un tono profesional.

- ¿Y que propones? –su sonrisa fue deslumbrante, pero no abrió los ojos. Puse mis manos en su carne y hundí mis dedos buscando el músculo. Noté cómo su mano, la que tenía cerca de la cabeza, se aferraba a las sábanas con fuerza. Yo seguí en lo mío. Era tan firme y tan suave al mismo tiempo que tuve que resistir el impulso de inclinarme y morderlo. Sacudí un poco la cabeza, y subí mis manos de nuevo por su espalda. Volviendo a apoyar mi entrepierna en su trasero –ahora descubierto- y refregándome sólo un poco contra su piel. Me estaba humedeciendo, y sabía que él lo notaría.

Quise sorprenderlo, así que intenté que mi poder funcionara como yo quería por una vez en la vida. Ahora que había descubierto lo que lo activaba, seguro sería más fácil controlarlo. Dejé de mover las manos, pero imaginé que lo seguían masajeando mientras despegaba una de su piel. No pareció notarlo. Desabroché los botones de la camisa y saqué un brazo de la prenda. Todo el tiempo concentrada en hacer que viera y sintiera lo que yo quería. Cambié de mano e hice lo mismo con el otro brazo, desprendiéndome de su camisa por completo. La tiré a un lado y volví a masajearlo. Jake apretaba los ojos y hacía un sonido como de ronroneo. Resultaba bastante cómico, todo el mundo lo llamaba “perro”, pero ahora parecía un gatito al que su dueño acaricia. Mi risa muda agitó la cama y Jacob abrió los ojos y me miró, volteando un poco la parte de arriba de su torso.

- ¡Wow! ¿Cuándo rayos te sacaste la camisa? –parecía confundido cuando sus ojos se posaron en mis senos desnudos.

- ¿De verdad no lo notaste? –estaba entusiasmada. Mi sonrisa era imposible de esconder.

- ¿Cómo lo hiciste?

- Me concentré mientras me la sacaba, para que siguieras sintiendo mis manos. Quería sorprenderte.

- ¡Y vaya que lo lograste! –sonrió y se removió un poco debajo de mi, dándose vuelta para quedar acostado boca arriba. Sus manos se posaron a los lados de mi cadera y mi respiración se volvió irregular. El haberle bajado el bóxer había hecho que su miembro quedara al descubierto. Si yo estaba excitada, él no se quedaba atrás. Estaba totalmente erecto, esperándome, llamándome a gritos. Me mordí el labio y me incliné sobre él para besarlo en los labios. Se estremeció y sus dedos se clavaron en la piel de mi cadera cuando mis pechos rozaron contra el suyo. Me devolvió el beso, su lengua mezclándose con la mía. Cuando me quedé sin aire seguí por la piel de su mandíbula, mordisqueándola y lamiéndola.

- Ness… -soltó con un suspiro que hizo que me mojara más. Mi entrepierna ya comenzaba a palpitar de tanto añorar tenerlo dentro. Su mano tiró de la tela de mis pantaletas hacia abajo, estirándola y apretándola con su puño. Si quería sacarla tendría que levantarme, pero estaba muy cómoda exactamente dónde estaba.

- No… -le susurré. Sus ojos mostraron agonía al tiempo que me cuestionaba con la mirada- Sólo arráncala. –Le indiqué.

- Como lo ordene mi diosa. –Sonrió y arrancó la tela envolviéndola en su puño y tirando rápida pero suavemente. Me levanté un poco, quedando a milímetros de su erección. Primero lo restregué ligeramente contra mi clítoris, moviéndome de arriba abajo y paseándome contra su piel. Respondió con un gemido un poco áspero y muy ansioso. Sonreí picara y me posicioné justo encima de él, apoyándolo en mi entrada. Afirmé mis manos en su pecho y fui bajando lentamente… muy lentamente. Solté un gemido cuando lo sentí completamente dentro y comencé a dibujar círculos con mi cadera.

Dejé que las imágenes que había intentado reprimir antes corrieran por mi cabeza. Sólo imágenes de Jake y yo amándonos. Dejé que me invadiera de nuevo de completa perfección que sólo sentía cuando me tocaba. Lo llena que me sentí el día de la ducha, la satisfacción que me daba al embestirme una y otra vez contra la pared, su cuerpo mojado y caliente sólo para mí. Soltó un gemido ronco y exquisito. Me imaginé a mi misma lamiendo y chupando su cuerpo. Mi lengua y mis labios recorriendo cada rincón de su piel. Mis manos aferradas a su cabello mientras nos besábamos en la playa el día anterior, era increíble lo mucho que había querido estar sola con él en ese momento, lo mucho que había deseado sentir su cuerpo poseyéndome en alguna cueva remota y desolada.

Jake cerró los ojos con fuerza y puso sus manos a nuestros costados, apretando pedazos del cobertor con sus puños tensos. Podía notar lo mucho que intentaba contenerse. Fui moviendo las manos por su cuerpo hasta llegar a las suyas. Tomé una en cada mano y las dirigí a mi cadera. Dejando luego, mis manos sobre las suyas. Tragó en seco y se mordió el labio. Todavía intentaba controlarse. “¿Quieres hacerme un favor?

- Lo que quieras –prometió y luego tragó en seco. Levanté mi cuerpo, casi haciendo que saliera de mí, el vació se sentía horrible. “Solo deja de controlarte de una buena vez”. Casi le supliqué mientras me dejaba caer con fuerza sobre él, sintiéndolo dentro de nuevo, todavía más endurecido y caliente que antes. Eso fue todo lo que hizo falta. Gruñó como un animal y se incorporó pasando sus brazos por mi espalada y apretándome contra él. Su boca fue directo a mi pecho mientras sus manos movían mi cuerpo arriba y abajo al tiempo que yo seguía moviéndome en círculos.

Ahora sí lo notaba totalmente entregado. Me pregunté qué le pasaba antes.

- Lo siento. –me dijo apenado, pegando la boca a mi oído, con la voz entrecortada por la excitación. Mi poder se me estaba yendo de las manos de nuevo.- Es que las imágenes me aturden un poco. Son… -se interrumpió para dejar salir un gemido- …asombrosas. Y no quería dejarme llevar demasiado. Todo en mí lucha contra cualquier cosa que signifique dejarte… insatisfecha.

Sonreí y continué moviéndome al ritmo que marcaban sus manos y mis instintos.

- Sabes que no me ofendería si por una vez llegaras antes que yo.

- Bromeas, ¿verdad? ¿Me crees capaz? –fingió un tono ofendido, pero detecté su sonrisa contra la piel de mi cuello. Volví a invadirle la cabeza con las secuencias de antes. “¿No estás tentado?” sonreí maliciosa. Quería que se descontrolara.

- Siempre… estoy tentado… contigo cerca.

Grité con la cara pegada a su hombro por sus palabras y su tono de voz. Podía sentir cómo se acercaba el clímax. Su respiración comenzó a chocar más fuerte contra mi piel y supe que él también estaba al borde de explotar. Una de sus manos se metió entre nuestros torsos para apretar uno de mis pechos, mientras la otra seguía dirigiéndome cada vez más rápido.

- ¡Jake! –el nombre se deformó, envuelto por el gemido que escapó de mi garganta cuando llegué al orgasmo. Apreté mis brazos alrededor de sus hombros y gemí su nombre de nuevo mientras el placer se expandía por todo mi cuerpo, haciendo que se me nublara la vista. Sentí sus dedos apretados a mi piel y noté como su respiración se alteraba mientras él también alcanzaba el éxtasis.

Seguí moviéndome un segundo más, incapaz de alejarme, y luego me quedé quieta encima de él. Separé mi cabeza de la suya para mirarlo a los ojos y le planté un beso en los labios.

- mmm… Empieza a parecerme imposible que descanses un poco conmigo cerca. –Me reí- Talvez debería irme…

- ¡No! –sonó como pánico mientras daba vuelta nuestros cuerpos para recostarme en la cama, quedando encima de mi cuerpo. –Por favor no te vayas…-Me suplicó. Me besó en los labios una vez más y luego se retiró un poco, saliendo de mi interior. Por un momento me sentí fría, pero sus brazos me acunaron contra su pecho y la sensación desapareció.

Ya no quería irme, me sentía tan segura cuando esos brazos me rodeaban. Y la forma en que me hacían sentir sus dedos moviéndose por mi espalda era simplemente indescriptible. Me concentré en el latido de su corazón, que aminoraba la marcha conforme el sueño lo envolvía. Debía disfrutar al máximo esta sensación mientras él estuviera conmigo. No tenía caso desperdiciar nuestro tiempo deprimiéndome. De todas formas volvería. Me prometí a mi misma que me aseguraría de que Jacob estuviera seguro de que se llevaría mi corazón consigo cuando se fuera. Haría todo lo posible para que supiera que lo esperaría ansiosa cada segundo que se mantuviera alejado de mí.

Luego de unos minutos, me dejé llevar por el sonido acompasado de su respiración y disfruté por fin de una inconciencia completa, tranquila y sin sueños que me atormentaran a mí, o nos provocaran a ambos.

17 comentarios:

  1. AHHHH!!! NATY!!!!! CASI CHILLO!!!! TODO!! ABSOLUTAMENTE TODO ME ENCANTO!!! Me dejaste con un calor ke ke BARBARA!! AHHHH!!! KERO UN JAKE Y LO KERO YA!!!! AHHHH!!!

    Chicas!! Este es el primer post de Naty Celeste!!! Ya es parte oficial de mi blog... que ahora tambien es suyo...

    Quiero ver muchos reviews.... porke de verdad ke oh!! mi!! JACOB!!!!!!

    AHHHHH "LA COSA" RULES!! AHAHAHAHA

    Lo ame Naty!!!

    Kokoro Black
    NTLS MASTER - SANTA LEMMON

    Que la fuerza del lemmon este contigo... mi pequeña Padawan...

    P.D. Voy por una lemmonada pera kitarme el kalor XP

    ResponderEliminar
  2. Si lemmon es pasión, es amor, es sensación, tú eres lemmon. Tú eres fuerza, tú eres pasión. Besos mi celestial Naty. NTLS honorífica.

    ResponderEliminar
  3. Naty, mis respetos. Eres maravillosa. No tengo palabras. Estoy en shock. El oneshot OMG. Deveras que no pares, sigue, sigue. Que bárbaras como son talentosas. Hermoso, tierno, sensible, super lemmon. Graaaaaaaaaaciaaaaaaaaaas.

    ResponderEliminar
  4. Como dice Lesly: MIS RESPETOS....

    Que Leeemmmooonnnn!... Que Calooorr...! Que sensacioooones...! Por dioooss... Ustedes se pasann!! O.O

    Un dia me dará un paro cardiaco por estar leyendo estas cosas xD jajajajaja

    Naty.... SIGUELO! ^^ Te QuiierO!

    ResponderEliminar
  5. Guuuuuaaaauuuuuuuu!!!
    Que calor hace aqui!!! Necesito una Lemmonada para resfrescarme.

    Naty eres lo Maximo, no te das una idea (o talvez si, seguramente) las snsaciones que me despiertan tus Lemmons.

    Eres una genia!!

    Beso ♥

    ResponderEliminar
  6. oh Naty que estas en la cima d las lemmons... no dejes d escribir para nosotras que adoraremos siempre tus lemmons

    ResponderEliminar
  7. Naty mi corazon, estoy triste de haber entrado tan tarde a leerlo!!!!

    Esta demasiado bueno, todavia no recupero del todo la respiración jajajajaja.

    Es que haces que lo sienta real que me voy a enfermar jajajajaja.

    Besitos cariño.

    ResponderEliminar
  8. WHOOOOOOOOHHHH¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ NATY UNA ENORME OVCION eeeeeehhhhh ADORE ESTE LEMMON ESPERO KE SIAS ESCRIBIENDO MAS¡¡¡¡¡¡ MUASSSSSK :) SALUDOS KOKO MUASSSSK

    ResponderEliminar
  9. joy co-fundadora NTLS12 de septiembre de 2009, 20:00

    NATY PRECIOSA TE QUEDO GENIAL ,SABES K AMO COMO ESCRIBES Y K ERES UNA GENIO , NO IMPORTA LO K PIENSE EL MUNDO ENTERO PARA MI ERES IDOLAAAAAAAAA... RECUERDA NUESTRO PROPIO MUNDO...... MIL BESOS PRECIOSA TE ADORO

    ResponderEliminar
  10. hahahah enserio que me encato!! ah diooss jake jake!! me encata como eres!! ha dios como hago para tener un jake!! asi igualito asi mismo!! hahah el clima como que se puso tenso por aqui jejej porq esta haciendo mucha calor!! ha o sera este oneshoots jejejje eres toda una loks escribes de maravilla!! lemmonera!! ha me encanto que dios te ilumine y te bendiga!! no leemos prontico!! te estas superando de una manera asombrante!! jeje xoxo salud amor y paz!!

    ResponderEliminar
  11. que buen lemmon!! ufff...jake! naty me quede tan concentrada leyendo que casi me trago la pantalla, jaja fue genial !
    wow se ve tan apetecible....
    mil besos bloggera nueva

    ResponderEliminar
  12. HOLAA!!!
    creo que ha sido el mejor one shot de lemmon que he leido, juntos kon lso tuyos kokoro, los detales el desayuno, la historia, todo, me ekanto :)

    ResponderEliminar
  13. Me uno a todas las chicas que escribieron antes!!! no podes escribir así. Las imagenes se me pasaban por la cabeza, wowww! AUUUUUUUU, un aullido en equipo XD. Las felicito, son las mejores. Me arrodillo a sus pies...

    ResponderEliminar
  14. O_O me pregunto como estuve todo este tiempo sin leerlo... Que calor mi Naty!!! Este estuvi pero mira buenisisisisisisisisisisisimoooo, dígame cuando describías su espalda, Dios mío es que una espalda bien formada me mataaa lentamente!! Bueno mi Naty espero que lo que sea que te inspire te siga inspirandooo!!! =D
    Besos...te adoroo Beta del Lemmon ^^

    ResponderEliminar
  15. HOLA............

    HE LEIDO LOS CAPITULOS Y ME HAN ENCANTADO MIS FELICITACIONES QUIEN LOS A HECHO

    SOLO ME PREGUNTABA

    ¿HABRA CONTINUACION?

    ¿O ESO ES TODO?

    BUENO ESPERO QUE SIGAN PUBLICANDO HISTORIAS TAN BUENAS COMO ESTA

    ResponderEliminar
  16. Ayy Diooss que calorr tan impresionante...

    naty eres maravillosa..... en serio auuuuu !!!
    noo Dios ahora sii k venga mi jacob para aca jeje :D
    noo k descontrol tan macho ..

    sigue asi natyy tienes muchisimo talento...

    Att pao

    ResponderEliminar

Por favor dejanos tu !!AULLIDO!!... asi es, !!TU AULLIDO!!
Y que se escuche fuerte y claro ya que son los que nos alimentan a seguir escribiendo^^
Ademas seras recompensado con un Edward, o el Cullen o lobo que quieras... (Menos Jacob, ese es !MIO!)XP
Kokoro



AULLA!!

Pueden robarte cada frase, cada palabra, cada suspiro y hasta el ultimo de los alientos. Pero, hay algo que tu sabes y que todas sabemos... aunque te roben todas tus ideas siempre tendras mas y mejores, por que luego de cada golpe siempre volveras mas fuerte.
Gracias Annie...